Considerando de manera unitaria todas las realidades que se han identificado en el mercado de trabajo podemos hablar de un fenómeno de “huida del mercado de trabajo”, caracterizado por una nueva forma de tomar decisiones laborales, en las que la prioridad ya no es obtener y mantener un empleo, sino que se consideran otros factores.

¿Qué tienen en común todos ellos? En todos estos casos hay personas que se niegan a aceptar puestos de trabajo disponibles y adecuados a sus perfiles, pero insatisfactorios en algunas dimensiones, que pueden ser sus contenidos, la retribución asignada, las posibilidades de conciliación, o incluso su ubicación física. Son fenómenos diferentes, es claro, ya que en algunos se abandona el mercado de trabajo de manera total (jubilación prematura, desactivación); mientras que en otros se evitan ciertos empleadores (emigración, nomadismo digital, rotación); y en alguno, finalmente, se quiere obviar la dependencia de un empleo asalariado en el sector privado (oposiciones, autoempleo, cooperativas).

Lo que sí está claro es que el umbral de tolerancia, lo que las personas están dispuestas a aceptar por estar ocupados, se ha reducido. Esto ha provocado una auténtica huida del mercado de trabajo. No necesariamente del trabajo en sí, sino de aquellas empresas, sectores y empleos percibidos como negativos, de escasa calidad y perspectivas. Ahora se valoran más otros elementos ajenos a los tradicionales a la hora de decidir sobre la propia ocupación. Incluso se acepta el cambio de empleador como un valor en sí mismo, en cuanto permite mejorar las competencias, los contactos, las experiencias personales…

Tampoco es una huida del Derecho del Trabajo, siguiendo la expresión acuñada hace ya algún tiempo por el profesor Rodríguez-Piñero Bravo-Ferrer: Ni se buscan alternativas a la contratación laboral para encontrar acomodo en un marco normativo más favorable, ni es la empresa la que tiene la iniciativa.

Lo que tendríamos, pues, sería una huida del mercado de trabajo, por lo que podríamos hablar, haciendo un juego de palabras y emulando expresiones generadas en otros ámbitos, de un TRABEXIT. Denominación que se inspira en la primera de este género, “BREXIT”, seguida luego por otras muchas (CATALEXIT, acuñada por el profesor Bartolomé Clavero; o incluso MEGXIT).

Se trata de una noción unitaria de “huida del trabajo” que es original, porque engloba diferentes fenómenos que son todos expresión de un fenómeno más amplio, el cambio de actitud de las personas hacia el papel del trabajo en las sociedades y en sus vidas como consecuencia de la pérdida de su calidad y otros factores.

Se persigue un conocimiento completo del fenómeno de la huida del trabajo, en todas sus dimensiones, con especial atención a las causas que lo provocan y a su impacto en los distintos colectivos en el mercado de trabajo, en particular a las mujeres. Este conocimiento servirá de base para la propuesta de medidas de políticas laborales y de empleo que adapten, actualicen y mejoren las actuales. Estas políticas se adaptarán a las circunstancias y necesidades particulares de cada colectivo, pudiendo significar un cambio real en la experiencia vital y profesional de las personas.

Aunque el objeto de investigación será la realidad laboral española, se trata de un fenómeno global, que se está produciendo en otros países. Por ello se realizará un estudio comparado, valorando la experiencia española desde la perspectiva de lo que está ocurriendo en otros países. Esto permitirá conocer el peso específico de las particularidades nacionales en sus dimensiones, especialmente qué papel juega la regulación laboral para determinar la conducta de las personas que trabajan.