El Sistema de Garantía Juvenil (Real Decreto-ley 8/2014, de 4 de julio, de aprobación de medidas urgentes para el crecimiento, la competitividad y la eficacia) es una iniciativa frente a la crisis de empleo que sufren los jóvenes que pretende garantizar que todas las personas menores de 30 años – inscritos o no en los servicios de empleo- reciban una oferta concreta y de buena calidad en un plazo de 4 meses tras el fin de su formación o el inicio de su periodo de desempleo. El Sistema oferta varias modalidades de ayuda con objeto de ofrecer una respuesta individualizada y ajustada a cada solicitante: un trabajo, un periodo de prácticas, un periodo de formación en una empresa o un curso en un centro de enseñanza.
La puesta en marcha de la Garantía Juvenil es consecuencia en gran parte de España, dadas las altas y constantes tasas de desempleo juvenil que sufre nuestro país, muy superiores a la media de la Unión Europea. Por este motivo, a España se le adjudicó, hace tres años, un tercio de la ayuda total destinada al programa europeo (calculada en 6.400 millones de euros); es decir, que España ha recibido unos 1.800 millones de euros según recoge el informe publicado el pasado mes de octubre por Comisión Europea en el que se presenta un balance de la implantación del Plan de Garantía Juvenil en España (https://europa.eu/rapid/press-release_IP-16-3216_es.htm). En este informe las autoridades europeas tildan de fracaso la implantación del Sistema español y advierten a los gestores españoles de las consecuencias económicas derivadas de este fiasco ya que, además de rendir cuentas sobre la partida ya adjudicada, queda pendiente de un hilo la posible adjudicación de futuras partidas que pudieran estar previstas para su afianzamiento..
En relación al proceso de implantación del Sistema de Garantía Juvenil en España, el informe europeo amonesta a los gestores aportando datos que no dejan lugar a dudas sobre su falta de éxito. Por una parte, se destaca el bajo volumen de ayudas ofrecidas desde la implantación de la Garantía Juvenil en el año 2013. En nuestro país, se han gestionado un total de 276.880 ayudas, lo que representa tan solo un 10,7 % frente a la media de los países de la Unión Europea que se sitúa a en el 41,9 %. A lo expuesto hay que añadir los problemas operativos que marcaron las primeras semanas de funcionamiento de la aplicación informática destinada a tramitar la inscripción de los solicitantes de las ayudas, lo que frustró las tentativas de participación de más de una persona interesada.
Además, las deficiencias en la tramitación de las ayudas han dejado al 47,5 % de los jóvenes menores de 30 años, que decidieron registrarse el pasado año 2015, sin atención ni respuesta habiendo pasado con creces el plazo de 4 meses máximo señalado para recibir una ayuda. Y todo esto, con una demanda ínfima de solicitantes con respecto a otros países igualmente acuciados por el desempleo juvenil. Por ello, la Comisión Europea crítica la escasa participación de jóvenes en el Sistema, lo que atribuye a la ineficaz e infructuosa campaña de publicidad diseñada para dar a conocer esta iniciativa entre los jóvenes españoles.
En última instancia todo lleva a pensar, según el criterio de las instituciones europeas, que no ha existido una gestión eficaz en ámbitos básicos para la implantación de una iniciativa de esta envergadura: desde la inoperancia de las herramientas telemáticas de inscripción, a la tramitación de las solicitudes y su respuesta, pasando por la deficiente difusión de la medida entre los interesados.
Hola, entonces no merece la pena darse de alta en el fichero nacional? Un saludo
personalmente, creo que sí.