Dolores Gómez Domínguez,
Universidad de Sevilla
El pleno empleo constituye uno de los principales objetivos de política económica en el corto plazo; así aparece expresamente recogido en el punto dos del artículo segundo de la Ley 3/2023, de 28 de febrero, de Empleo.
El desempleo ha sido uno de los principales problemas de la economía, sobre todo tras los periodos de crisis económica. En épocas recientes, salvo en el periodo de bonanza anterior a la Gran Recesión de 2008, ha constituido uno de los principales problemas de la economía española desde finales de la década de los 70.
El término pleno empleo se comienza a aplicar a las economías industrializadas después de la Gran Depresión del siglo XX. La consecución de este significa lograr el equilibrio en el mercado de trabajo que, en un plano puramente teórico, implica que la oferta y la demanda se igualan, y la tasa de desempleo se aproxima a cero. Sin embargo, el objetivo de pleno empleo, núcleo fundamental de las políticas keynesianas, conlleva siempre convivir con un cierto nivel de desempleo, el denominado desempleo friccional, debido al dinamismo del propio mercado de trabajo que supone que, aunque existan vacantes, hay una demora en el tiempo necesario para que los trabajadores encuentren esos puestos de trabajo. Además, en el binomio pleno empleo-desempleo de equilibrio, estarían presentes otras tipologías de desempleo: el voluntario o en espera de una mejor oportunidad o mejor salario; el estructural o por falta de cualificación, y el clásico por la inflexibilidad de los salarios. Este desempleo de equilibrio, compatible con una situación de pleno empleo “técnico”, se fija en torno al 5% de la población activa, o al valor más bajo alcanzado por la tasa de paro en el fondo del último ciclo, aunque tampoco es un valor de consenso, ya que podría ser un valor cambiante, tal como lo son las circunstancias económicas.
Pero ¿cuál es la realidad de la economía española en términos de desempleo? ¿Cuánto de alejada está la tasa de desempleo observada de la compatible con una situación de pleno empleo?
La tasa de desempleo de la economía española se situó, a finales de 2022 en el 12.9%, muy por debajo del valor que exhibió en 2013 (26.1%), pero por encima del valor de la tasa existente antes del inicio de la crisis financiera internacional (8.2% en 2007). El dato de 2022 sitúa a la economía española a la cabeza en tasa de desempleo, 4 décimas por encima de Grecia y duplicando el valor de la tasa del conjunto de los países de la Unión Europea (6.2%) y la Eurozona (6.8%). El último dato disponible correspondiente al primer trimestre de 2023 sitúa la tasa de paro en 13.26%, ligeramente por encima del último dato de 2022, aunque también, ligeramente por debajo del dato correspondiente al primer trimestre de 2022.
Estas tasas difieren para ambos sexos, si nos ceñimos al último dato disponible, la tasa de paro para los hombres sería 11.6% y para las mujeres 15.1%; por tanto, una diferencia de 3.5 puntos porcentuales, algo inferior a la existente en 2007, que fue de 4.3 puntos porcentuales, pero por encima de la diferencia en el punto más álgido de la cifra de paro, en el que la tasa de la mujeres estaba alrededor de un punto por encima de la de los hombres.
También existen diferencias por grupos de edad. En el primer trimestre de 2023, la tasa de paro de la población joven, con edad inferior a los 25 años, se sitúa un poco por encima del 30%, para el mismo trimestre de 2013 y 2007, el valor de la tasa para este grupo de edad, fue respectivamente del 56.9 y 17.7, respectivamente.
También podemos referirnos a las diferencias por territorios (CCAA)
Total | |||
2007T1 | 2013T1 | 2023T1 | |
Ambos sexos | |||
Total Nacional | 8,42 | 26,94 | 13,26 |
01 Andalucía | 12,52 | 36,77 | 18,31 |
02 Aragón | 5,76 | 22,52 | 8,94 |
03 Asturias, Principado de | 9,44 | 25,51 | 13,06 |
04 Balears, Illes | 9,33 | 28,55 | 18,14 |
05 Canarias | 10,25 | 33,74 | 17,17 |
06 Cantabria | 7,11 | 20,86 | 9,29 |
07 Castilla y León | 7,38 | 22,72 | 10,28 |
08 Castilla – La Mancha | 7,67 | 31,24 | 15,02 |
09 Cataluña | 6,65 | 24,45 | 10,37 |
10 Comunitat Valenciana | 8,54 | 28,73 | 13,78 |
11 Extremadura | 12,75 | 35,67 | 19,53 |
12 Galicia | 8,72 | 22,26 | 10,90 |
13 Madrid, Comunidad de | 6,43 | 19,99 | 11,01 |
14 Murcia, Región de | 7,21 | 29,91 | 13,48 |
15 Navarra, Comunidad Foral de | 5,13 | 18,96 | 12,13 |
16 País Vasco | 6,64 | 17,08 | 8,44 |
17 Rioja, La | 6,70 | 19,26 | 10,06 |
Fuente: Encuesta de Población Activa (INE)
Si exceptuamos las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, las comunidades con mayor tasa de paro son Extremadura, Andalucía e Islas Canarias y Baleares y, las que en la actualidad presentan menores tasas de paro, por debajo de los dos dígitos, son País Vasco, Aragón y Cantabria. Si la tasa hipotética de paro, compatible con una situación de pleno empleo, se fijará en las tasas alcanzadas en 2007, las tres comunidades con un recorrido de descenso más corto serían Galicia, País Vasco y Cantabria. Para el total nacional la tasa tendría que reducirse más de un 57%.
La cifra de ocupados, según los datos del primer trimestre de 2023 de la encuesta de población activa, se sitúa en valores similares a los de 2008 (20452,8 miles y 20620, respectivamente). Desde el primer trimestre de 2014, momento en el que se registra la cifra más baja de ocupados (16.950,6 miles), el número de ocupados ha aumentado un 20,66%. Para el mismo periodo, el número de horas trabajadas por la población ocupada se ha incrementado en menor medida, el 17,1%.
Lograr el pleno empleo no debe reducirse a lograr elevadas tasas de empleo o ºreducidas tasas de desempleo global, sino también lograr hacerlo con empleo de calidad o “empleo decente”, según la terminología de la OIT, y reduciendo las diversas brechas que se producen, como por ejemplo, las que se ponen de manifiesto por razón de género o edad.
Algunos indicadores de empleo decente (los indicadores que engloban difieren según la metodología del INE o de EUROSTAT), muestran avances, así según los datos anuales de EUROSTAT, la tasa de empleo para la población entre 20 y 64 años en el periodo 2012-2022 ha crecido desde el 59.6 hasta el 69.5, es decir, 9.9 puntos, medio punto más para la población de hombres y 9.5 puntos en el caso de la población de mujeres. Según el dato de 2022, la diferencia de tasas de empleo entre hombres y mujeres es 10,9, superior a la de 2012 que era de 10 puntos. El crecimiento medio anual de esta tasa en el periodo 2012-2022 ha sido de 1,57 para la población total y 1,62 para la población de mujeres. Si consideramos el crecimiento medio anual de la tasa en los últimos 5 años, para el conjunto de la población ha sido de 1.22% y de 1,5% en la población de mujeres. Luego el crecimiento medio anual, tanto en el largo plazo, como en el corto plazo (últimos cinco años) sería superior al 1%, lo que significa que este indicador muestra un avance en la dirección del objetivo de trabajo decente según la metodología de EUROSTAT.
Otro de los indicadores, la tasa de desempleo de larga duración se habría reducido en los últimos 10 años 6 puntos, desde el 11% de 2012 al 5% de 2022, con una reducción media anual de la tasa del 6.49% en los últimos 10 años y ligeramente superior al 7% en los últimos 5 años, lo que supondría un avance significativo.
Por último, la tasa de riesgo de pobreza en el trabajo se situó según datos de EUROSTAT en 12.7 en 2021, 3.8 puntos por encima de la media de la Unión Europea y la Eurozona. En 2022, la tasa se reduce hasta situarse en 11,8.
La variación media de crecimiento de la tasa en los últimos 10 años ha sido un aumento del 0.64% lo que supondría, con relación a este indicador, un alejamiento moderado del objetivo de empleo decente en el largo plazo, sin embargo, si consideramos el crecimiento medio de los últimos 5 años de la tasa, este sería de -2.2% que representaría un avance significativo en el objetivo de trabajo decente, pese a la subida de la tasa entre 2020 y 2021.
Los indicadores de empleo y desempleo, así como la evolución de la tasa de desempleo de larga duración o la tasa de pobreza en el trabajo en el largo plazo parecen indicar ir en la línea de la consecución del objetivo de pleno empleo con empleo decente, sin embargo, todavía queda camino por recorrer y siguen existiendo importantes desequilibrios, pese a la mejora de algunos indicadores. La consecución del mismo, en un entorno de incertidumbre, depende entre otros aspectos de la evolución de la inflación y de la adaptación de la fuerza laboral al cambio tecnológico.
Por un lado, las actuaciones del Banco Central Europeo mediante subida de tipos para lograr el objetivo de inflación pueden suponer una ralentización en la creación de empleo, del otro lado, el cambio tecnológico ocasionará la desaparición o reducción de determinadas ocupaciones y la aparición de otras nuevas que requieren de habilidades que, en algunos casos serán difícilmente alcanzables para los que se han quedado sin trabajo y, en otros, exigirá la inversión en programas de capacitación, adaptados a las nuevas necesidades del mercado.