Juan Barroso del Pozo (Cádiz, ¿? – Cádiz, 1683/4) y Nicolás Porcio Noce (Crema, ¿? – Madrid, 1694), llegaron a la titularidad del Asiento tras haber subcontratado el 60% del contrato del Consulado de Mercaderes de Sevilla entre 1679 y 1681. Pese a los problemas que los navíos de estos hombres de negocios habían tenido durante 1681 tanto en Curazao como en Ámsterdam y el embargo recibido por parte del Consulado de Sevilla ese mismo año, Barroso y Porcio lograron la titularidad del nuevo contrato monopolístico en 1682. Esto se debía al éxito relativo con el que habían logrado introducir en distintos puertos indianos buena parte de las toneladas subcontratadas, así como a las buenas relaciones que mantenían con las redes mercantiles neerlandesas de las que Baltasar Coymans (Ámsterdam, 1652 – Cádiz, 1686) era la cabeza visible.
El nuevo asiento heredaba cláusulas de los anteriores contratos. Esta vez, Barroso y Porcio ejercerían un monopolio directo e indivisible en el tráfico legal de esclavos al estilo del asiento de Domingo Grillo y Ambrosio Lomelín, por lo que se rompía con el modelo de Asiento firmado con el Consulado de Mercaderes de Sevilla. La duración del nuevo asiento sería de cinco años en los que debían introducir hasta 10.000 toneladas en diferentes navíos esclavistas, pagando a la Real Hacienda 112.5 pesos/tonelada. Además, contemplaba condiciones muy ventajosas como, por ejemplo, la posibilidad de sus navíos de realizar hasta tres introducciones de esclavos en Indias sin necesidad de volver a Cádiz o Sevilla. Para ello, se les concedió que sus navíos pudieran sacar hasta 300 pesos/tonelada (en moneda o especie) de los puertos americanos para dedicarlos exclusivamente a la compra de las armazones en Curazao y Jamaica. Esto último también era una novedad con respecto al contrato anterior, pues tras el fracasado intento de comprar esclavos directamente en las factorías africanas, la Corona concedía de nuevo a los asentistas la posibilidad de poder volver a comprar los esclavos en las factorías comerciales neerlandesas e inglesas en las Antillas.
Tras conseguir la titularidad del Asiento, Barroso y Porcio negociaron con la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales (West-Indische Compagnie, WIC) un contrato para la provisión de 18.000 piezas de Indias a entregar en Curazao en los próximos cinco años. Este contrato fue rubricado por Jan Coymans y Carel Voet, familiares de Baltasar Coymans y agentes de los asentistas en las Provincias Unidas.
El delicado equilibrio entre los intereses de las redes mercantiles transnacionales que participaban en el Asiento, las relaciones con los administradores de Curazao y el aumento de la piratería en el Caribe hicieron que las armazones de esclavos sufrieran nuevos retrasos. Por este motivo, Nicolás Porcio decidió embarcarse en uno de los navíos del Asiento hacia el Istmo de Panamá en 1683. Su intención era administrar el Asiento desde América, a efectos prácticos donde se tomaban buena parte de las decisiones que afectaban directamente al negocio.
El viaje de Porcio desajustó las relaciones con los neerlandeses en el Caribe. Debido a un conflicto de intereses entre el titular y los administradores de la WIC en Curazao, Porcio fue encarcelado por el gobernador de Cartagena de Indias, afín a los intereses neerlandeses en la región. Tras meses en prisión, el veneciano (aunque naturalizado en Cádiz desde 1681) logró escapar y refugiarse en Panamá. Desde allí comenzó un pleito contra el gobernador de Cartagena de Indias que finalmente ganó en junio de 1684. Sin embargo, las redes que operaban en el Asiento quedaron fragmentadas entre los agentes de los neerlandeses y los de Porcio en la región. A estas tensiones se sumó la apuesta del titular del contrato por comprar armazones de esclavos en Jamaica (por entonces bajo dominio inglés).
Ante la amenaza para los intereses neerlandeses que suponía la llegada Nicolás Porcio a las Indias, Baltasar Coymans y Pedro van Belle comenzaron una campaña de desprestigio contra el asentista. Esta se fundamentó en presentar a Porcio como alguien colérico, fraudulento y engañoso. La campaña iba especialmente dirigida a sus principales acreedores tanto en Indias como en la Baja Andalucía y Madrid. Gracias a ello, Coymans consiguió los suficientes apoyos de los acreedores como para presentar diferentes memoriales ante el Consejo de Indias en los que refería que Porcio había llevado al Asiento a la ruina.
Del mismo modo, Baltasar Coymans se presentaba ante el Consejo de Indias como el único, en calidad de principal acreedor del Asiento, capaz de encauzar la situación. Tras varios meses de negociación, el 23 de febrero de 1685, el Consejo se decidió a otorgar la administración del Asiento a Coymans hasta 1687. A todos los efectos, un neerlandés afincado en Cádiz operaría como el titular del contrato, lo que invalidaba la gestión de Nicolás Porcio. Además, el nuevo contrato contemplaba dos años extra durante los cuales Baltasar Coymans pasaría de administrador a asentista de pleno derecho (hasta finales de 1689). A cambio, Coymans firmó un asiento de dineros para colocar 200.000 escudos en Flandes y otro para la construcción de cuatro fragatas para la Armada del Mar Océano.
Poco después de que Coymans comenzara su administración, Porcio logró volver a la Península y refugiarse en Madrid, desde donde trató de hacerse de nuevo con la titularidad del Asiento. Baltasar Coymans murió en noviembre de 1686 de una rápida enfermedad, por lo que sus derechos sobre el contrato fueron transferidos a su socio, Pedro van Belle, y a su cajero e íntimo amigo, Juan Carcau. Debido a los problemas de van Belle con la justicia hispánica, finalmente fue Carcau quien prosiguió con el monopolio. Envuelto en diferentes litigios con origen en los intentos de Nicolás Porcio en forma de acusaciones para recuperar el Asiento, terminó siendo encarcelado quedando el contrato sin dirección. En 1689, Nicolás Porcio logró ser escuchado por el Consejo de Indias y la Junta Particular de Negros, por lo que volvió a ser titular antes de que terminar el año.
Durante su Asiento, Juan Barroso y Nicolás Porcio contaron con en torno a doce navíos en activo para la introducción de esclavos. Por otro lado, lograron diversificar los proveedores de personas esclavizadas, comprando tanto en Curazao (bajo dominio neerlandés) como en Jamaica (dominada por los ingleses). Pese a ello, las tensiones en el seno de las redes que operaban en el tráfico de esclavos, la competencia con sus antiguos socios y la escalada del riesgo que suponía navegar por el Caribe en la década de 1680, dificultaron las introducciones de esclavos en Indias. Probablemente se trate del periodo en el que menos esclavos se introdujeron por los puertos indianos durante dicha década.
Autor: Jonatán Orozco Cruz
Bibliografía
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