En el último cuarto del siglo XV fue aumentando en la península Ibérica el papel económico jugado por Sevilla y en general la Baja Andalucía, al ser un espacio privilegiado que conectaba África con Europa y el Mediterráneo con el Atlántico. En este proceso, la conquista del Reino de Granada culminada en 1492 supuso una ampliación de este peso económico de lo que hoy conocemos como Andalucía y se aceleró la llegada de mercaderes de todas las latitudes. De entre los castellanos destacaron los toledanos, cuya prosperidad se cimentaba en su papel conector de los mercados andaluz, de las dos mesetas y de la fachada mediterránea de la Corona de Aragón, además de contar con una sólida industria pañera y sedera que había colocado la producción textil de la ciudad en un altísimo nivel de calidad.

Muchos de estos mercaderes, en su gran mayoría de origen judeoconverso, se hicieron presentes en el Reino de Granada casi al acabar la conquista por parte de los Reyes Católicos. Se interesan por el arrendamiento de la renta de la seda de Granada, que controlarán de manera casi total durante todo el siglo XVI, y además participan como mercaderes en la distribución y venta peninsular de este y otros productos textiles, llegando a ocupar en algunos casos cargos e jurados y veinticuatros de Granada, a instituir mayorazgos y ascender socialmente. Linajes como los San Pedro, Cepeda, Alcocer, De la Fuente, Hurtado, Velluga, Oseguera… protagonizan este mundo y continúan estableciendo lazos familiares con Toledo, de manera que más que de individuos debe hablarse de “extensas parentelas”, en palabras de Enrique Soria Mesa. En esta llegada escalonada de toledanos a Granada no dejó de influir el hecho de que no existirá tribunal inquisitorial hasta 1526 y que éste se encontrará mucho más ocupado con los moriscos durante casi toda la centuria.

En Sevilla destacaron linajes como como los Alcocer, de origen judeconverso y muy activos en los arrendamientos de rentas ya a comienzos del Quinientos, y que seguirán presentes en la ciudad a finales de dicha centuria siendo amigos muy cercanos a personajes tan destacados como el polígrafo y capellán real Benito Arias Montano. Los Alcocer entroncaron con otros linajes conversos afincados en la ciudad como los Prado, que también tenían un origen toledano y estuvieron presentes en ambas ciudades, los Casas, los De la Fuente o Pérez de la Fuente, desde Toledo, y los Pérez Jarada o Pérez de Jarada desde Illescas. Todas estas y otras familias toledanas arrendaron desde finales del siglo XV y en las primeras décadas del siglo XVI de manera completa o más generalmente en sociedad con otros mercaderes rentas como el almojarifazgo de Sevilla, el de Córdoba, la ya mencionada de la seda de Granada, el diezmo del aceite de Sevilla y el Aljarafe, las alcabalas del pescado fresco y salado y las de las heredades de Sevilla, entre otras muchas, en cooperación con otros linajes conversos andaluces como los Alcázar.

Durante el siglo XVI los mercaderes toledanos utilizaron las ciudades de Sevilla y Cádiz como puente para conectar sus negocios y mercancías con América y también Berbería, siendo abastecedores de productos textiles desde al menos los años 30 y no sólo con origen en Toledo sino también de paños de Segovia, como es el caso de mercaderes como los San Pedro, Fernán López de Toledo, o Garci Sánchez de Robles, sobrino de Fernán Pérez de Jarada, que le precedió como conector entre Toledo, Sevilla y las Indias y cuya familia también estuvo implicada en los arrendamientos de rentas como hemos visto.

Los mercaderes toledanos constituyeron todo un elemento vertebrador, por la diversidad de sus negocios, la extensión territorial de los mismos y la multiplicidad de sus parentelas, del espacio económico, cultural y social de la Andalucía y la España del siglo XVI, y su presencia contribuyó decisivamente al desarrollo económico y a la reproducción social de los grupos mercantiles y de aquellos ligados al gobierno de las ciudades medias y grandes en Andalucía, entre los que también pueden contarse aquellos que sin abandonar del todo el mundo mercantil se dedicaron a la burocracia, tales como escribanos, relatores y miembros de tribunales como la Chancillería de Granada.

 

Autores: Manuel Francisco Fernández Chaves y Rafael Mauricio Pérez García


Bibliografía

BELLO LEÓN, José Manuel y ORTEGO RICO, Pablo, Los agentes fiscales en la Andalucía atlántica a finales de la Edad Media: materiales de trabajo y propuestas de estudio, Murcia, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia, Sociedad Española de Estudios Medievales, 2019.

GIL, Juan, Los conversos y la Inquisición sevillana, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2000-2003, 8 vols.

GIL, Juan, Arias Montano y su entorno. Bienes y herederos, Mérida, Editora Regional de Extremadura, 1998.

PÉREZ GARCÍA, Rafael M., “Las ciudades de Sevilla y Toledo en la conexión de las redes económicas judeoconversas entre Castilla y América a mediados del siglo XVI”, en Comercio y cultura en la Edad Moderna. Comunicaciones de la XIII reunión científica de la Fundación Española de Historia Moderna, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2015, pp. 539-552.

SORIA MESA, Enrique: “El negocio del siglo. Los judeoconversos y la renta de la seda del Reino de Granada (siglo XVI)”, en Hispania, 76/253, 2016, pp. 415-444.

Visual Portfolio, Posts & Image Gallery para WordPress