Primer intendente de marina de Cádiz, juez oficial de la Casa de la Contratación de Sevilla y presidente de la Contratación, una vez instalada en Cádiz en 1719 y 1725. Miembro del Consejo de Indias y teniente general desde 1751.
Los inicios de su carrera profesional no son conocidos salvo la información que el propio Varas y Valdés refiere en un memorial que escribió para justificarse ante el rey Felipe V sobre sus actividades en el puerto de Cádiz para el despacho de las flotas de Indias desde el año de 1711. En dicho año ya era juez togado del Tribunal de la Contratación de Sevilla, y recibió la orden de desplazarse a Cádiz para la organización de la Flota de Nueva España al mando del General Don Andrés de Arriola. Recibió este encargo del marqués de Villa-García, entonces Superintendente de Rentas Reales de Sevilla. En 1712 volvió a desplazarse a Cádiz como juez privativo para la supervisión de diversas flotas de asientos de escuadras destinadas a Tierra Firme, como la que mandó Don Antonio de Echevers y Subiza. No obstante, sus servicios en Cádiz se vieron dificultados por el contexto de la Guerra de Sucesión a la corona, los recelos que el propio Varas y Valdés tenía contra los extranjeros y las reales órdenes que recibió en diversas ocasiones para que redirigiera barcos de las flotas americanas con comisión de guerra a otras áreas peninsulares. Así, se le encargó el envío de una escuadra a Cataluña con el transporte de víveres y municiones para el ejército y otros negocios. Hasta el final de la guerra, Varas y Valdés se estuvo trasladando ocasionalmente a Cádiz con el fin de supervisar armadas y flotas, proveer escuadras, presenciar las arribadas de las flotas y despachar las embarcaciones de escoltas, así como el apresto de navíos de registro para Honduras, Buenos Aires y otros puertos. A partir de ese momento recibe el título de juez de arribadas de Cádiz, recibiendo oficios y reales órdenes directamente del marqués de Grimaldo, entonces secretario del Despacho de Estado de guerra y hacienda (AGI, Arribadas 1).
Varas y Valdés fijó su residencia definitiva en Cádiz hacia 1714, cuando durante las firmas de los tratados de paz y comercio se inició el proceso de creación de las dependencias de Marina. El 3 de abril de 1714 se le otorgó el título de Superintendente general e azogues de Andalucía, empleo que siguió sirviendo hasta 1718, cuando se estableció la Intendencia general. En 1715 participó en una Junta creada en Cádiz integrada por el gobernador general de la armada, el almirante Don Andrés de Pes, y el gobernador de la plaza. A pesar de estos nombramientos, Varas y Valdés también mantuvo su cargo de juez de arribadas, título que sostuvo de forma nominal casi hasta su fallecimiento en 1752. Recibió el cargo de intendente de marina el 24 de enero de 1715 y sus trabajos se centrarían ahora en la supervisión de las obras portuarias, ya que su primera misión fue llevar a cabo una visita por los careneros y arsenales. Organizó una reforma del arsenal del Real del Puente de Suazo, el cual se lo encontró “sembrado de hortalizas”, y procedió a reedificar almacenes y oficinas. Nombró diversos depositarios a lo largo de su servicio como intendente, en figuras como Fernando Vicente de Morales o Juan Félix de Arana, Máximo Dubouchet, y otros (AGI, Contratación, 4706, 4716, 4717).
Desde el 12 de febrero de 1717 colaboró con el ministro José Patiño y Rosales en los trabajos de acondicionamiento de careneros y arsenales en La Carraca. Patiño había llegado a Cádiz en dicha fecha para atribuirse y tomar posesión de los empleos de intendente de marina e Indias que desempeñaba Varas y Valdés. Además, Patiño estableció una Real Factoría para las cuestiones relacionadas con la Real hacienda. Ese mismo año Francisco de Varas fue llamado a la Corte, entonces en Segovia, para ser nombrado Secretario del Consejo de Indias, en la sección de Perú (AGS, Secretaría de Marina, 732). Esto podría explicarse por el afán de Varas y Valdés en mantener las flotas y galeones de Tierra Firme, las cuales habían experimentado muchos problemas pues “el comercio de España se hallaba enteramente abstraído de negociar en Tierra Firme, por las frecuentes noticias que tenía de lo abundante de aquellas provincias, por las ilícitas introducciones de los extranjeros” (MNM, “Francisco de Varas, puesto a los pies de V. Magestad”, s.f. fol. 8). No obstante, siguió trasladándose a Cádiz para sustituir a Patiño en diversos encargos, e incluso fue elegido presidente de la Casa de Contratación de Cádiz en dos ocasiones, 1719 y 1725. Sus servicios fueron divididos quedando Varas y Valdés al cargo de las cuestiones de comercio y de Indias y se nombró a Don Andrés Pérez Bracho intendente y encargado de las cuestiones relacionadas con marina y tropas. En estos años, Varas y Valdés y Patiño trabajarían juntos en la organización de la Escuadra de Sicilia destinada a los asedios de Palermo y Mesina y la puesta en marcha de la flota comandada por Antonio de Gaztañeta y Francisco Chacón que se enfrentó a los ingleses en la batalla del Cabo Passaro el 11 de agosto de 1718, con nefastas consecuencias para España a niveles militares y políticos.
A pesar de su gran labor en la organización portuaria Francisco de Varas tuvo diferencias notables con José Patiño en lo referente al traslado de la Casa de la Contratación desde Sevilla. El ministro afirmaba que en Cádiz el organismo compuesto de la Casa – Intendencia se había convertido en una especie de organismo con duplicidad de funciones, lo cual hacía que el control fiscal del comercio y la inversión en las organizaciones de flotas resultase caótico. También se quejaba del mal control de las aduanas y el problema de la excesiva presencia extranjera, contra los cuales sustentó sus argumentos en su dictamen en la Junta de 1722, en total acuerdo con los adalides de Sevilla, especialmente con Don Gerónimo de Uztáriz (AGI, Arribadas 192). Finalmente, Varas y Valdés fue notificado por el Barón de Ripperdá y el ministro Juan Bautista de Orendain el 21 de septiembre de 1725 sobre la permanencia definitiva en Cádiz de los tribunales de la Contratación.
Francisco de Varas colaboró con el Marqués de la Ensenada en diversos proyectos relacionados con la armada y las ordenanzas de marina. Fue un miembro activo de la red del ministro desde que éste fuera nombrado secretario de estado. No obstante, hay indicios de que ya conociera a Don Zenón de Somodevilla desde que en su juventud trabajase en Cádiz relacionado con Patiño y éste le apadrinara a partir de 1720. Más tarde colaboró con Ensenada en la política represiva contra la población gitana organizando, como intendente, la instalación de esta población en los arsenales de Cádiz y Cartagena en un régimen de trabajos forzados. Participó también en el plan del marqués para la comercialización del palo de Campeche, su importación a España y posterior exportación a Inglaterra desde el puerto de Cádiz. El 13 de abril de 1742, Francisco de Varas y Valdés fue nombrado camarista de la Cámara de Indias y en 1750 fue elevado al grado de consejero del Consejo de Indias. El 29 de noviembre de 1751, poco antes de su fallecimiento en 1752, recibió el honor de ser nombrado teniente general en recompensa por los servicios prestados en la Intendencia de Marina.
Autora: Ana María Crespo Solana
Fuentes
“Papeles Varios. Colección de Varios manuscritos”, Sucesos de la Vida del Marqués de la Ensenada, fols. 7-63. En Biblioteca Nacional de España, mss. 3790.
“Dictamen sobre la restitución del comercio, internación de extranjeros y restablecimiento de la Aduana de Sevilla”, por Francisco de Varas y Valdés. En Archivo General de Indias, Arribadas, 192.
“Francisco de Varas y Valdés, puesto a los pies de V. Magestad…”, Memorial. En Museo Naval de Madrid, s.j; s.n; s.a.
Bibliografía
CRESPO SOLANA, Ana, “La Intendencia de marina y el gobierno de la Contratación: el sueño naval de José Patiño y Rosales (1717-1736)”, en Studia Histórica, Historia moderna, 39, 2, 2017, pp. 75-114.
GONZÁLEZ CAIZÁN, Cristina, La red política del Marqués de la Ensenada, Alicante, Novelda, 2004.