El Real Carenero constituye un conjunto de excepcional significación e importancia para la Bahía de Cádiz y para la historia naval española, en general. Este lugar ofició como arsenal de la Armada real al menos desde el siglo XVI, aunque sus precedentes puede que se remonten al reinado de Alfonso XI, en el siglo XIV. Su papel se vio reforzado a partir del siglo XVII. Adolfo de Castro refiere la existencia de un astillero en el puente Suazo e indica que, ya a mediados de aquel siglo, invernaban y se aprestaban armadas en el carenero de la Puente. A fines de la misma centuria el Real Carenero contaba con fábrica de lonas, jarcias y motonería.

Las cualidades de su singular situación, a orillas del caño de Sancti Petri, lo hicieron idóneo para cumplir con eficacia las necesarias labores de mantenimiento y conservación que demandaban los buques de guerra. Un papel que se vio potenciado por el valor estratégico de la bahía gaditana en el contexto de las rivalidades atlánticas de los siglos modernos y por el papel crucial que le correspondió a esta área en la organización de las relaciones marítimas con la América colonial española. Cuando en el siglo XVIII las necesidades de una Marina en expansión causaron la puesta en marcha del Arsenal de La Carraca, el Real Carenero, situado en su inmediata vecindad geográfica, siguió desempeñando funciones auxiliares de no escasa importancia.

Por la naturaleza de las actividades que acogió, el Real Carenero no es sólo un exponente destacado de la historia marítima española, sino también de las culturas tradicionales del trabajo. Las carenas y el pertrecho de los buques implicaban la realización de muy diversas faenas y la activación de numerosos profesionales de las industrias del mar: carpinteros de ribera, calafates, herreros de ribera, fabricantes de jarcias y velas, motoneros, etc., que pusieron las bases históricas de uno de los más destacados sectores de actividad económica y laboral de la Bahía de Cádiz, si no la que más: la construcción naval, auténtica seña de identidad de la historia del trabajo en esta zona.

El significado histórico del paraje en el que se encuentra enclavado el Real Carenero es aún mayor si se tiene en cuenta su situación aledaña al Puente Suazo, que marcó el límite del avance del ejército imperial napoleónico en el transcurso de la Guerra de la Independencia, erigiéndose así en el bastión de la libertad de Cádiz. El lugar de la Puente había tenido una gran importancia desde la Antigüedad como punto de acceso a la isla gaditana por vía terrestre. En la Edad Media constituyó como un referente destacado en la organización político-administrativa de los territorios conquistados a los musulmanes en la Baja Andalucía. Su condición de puerta de entrada a Cádiz por tierra hizo necesaria su fortificación, confiriéndole un elevado valor estratégico en el sistema defensivo de la Bahía. El conjunto de fortificaciones erigido en este lugar lo convirtió, de hecho, en un dique efectivo de contención de la marea napoleónica, permitiendo que en Cádiz se refugiara el gobierno de la nación y se reunieran las Cortes que proclamaron la Constitución de 1812.

 

Autor: Juan José Iglesias Rodríguez


Bibliografía

CASTRO, Adolfo de, Historia de Cádiz, desde los tiempos más remotos hasta 1814, Cádiz, Imprenta de la Revista Médica, 1858.

PÉREZ AGUILAR, Francisco, “El Real Carenero de Puerto Real”, en Matagorda, 3, 2021, pp. 95-125.

QUINTERO GONZÁLEZ, José, Jarcias y Lonas. La renovación de la Armada en la Bahía de Cádiz, 1717-1777, Jerez de la Frontera, Publicaciones del Sur, 2003.

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