Poco se conoce de la vida del Alférez Miguel de Obando (u Ovando). Se sabe que llegó a ser Geómetra del Rey según consta en el verso del mapa Planta de la villa de Tomares, y de San Iuan de Alfarache suanejo… Otro hecho conocido y que demuestra la importancia de Obando como cosmógrafo es que, al fallecimiento del ingeniero militar Gabriel de Santa Ana, Pedro de Texeira Alberna (c. 1595-1662) aceptó su colaboración para el estudio de las costas y puertos españoles en la “Descripcion de España y de las costas y puertos de sus reynos” de 1634, aunque esta obra ya llevaba 12 años materializándose. A Obando se le concedió la paga de cuarenta sueldos, la misma cantidad que ganaba Santa Ana. En su origen, la comisión encargada para este proyecto, denominada Comisión del Mapa, estaba formada por Pedro Texeira, Pedro Fernández Manjón y Gabriel de Santa Ana, todos ellos bajo las órdenes de João Baptista Lavanha (c. 1550-1624). Esta fue la mayor obra cartográfica que se emprendió en el siglo XVII en España. La realidad es que al final, a pesar de ser aceptado junto a los otros cartógrafos, sólo Texeria culminó la obra.

Pero en lo que realmente se centró Obando fue en cartografiar una serie de villas por toda España. Sabemos que consiguió levantar planos de las villas madrileñas de Leganés y Velilla de San Antonio, a pesar de que no han llegado hasta nuestros días. Lo que sí nos ha llegado es la Planta y medida del término y juridición de la Villa del Escurial que se eximió de la ciudad de Truxillo de 1628, plano que mantiene las mismas características que los llevados a cabo en Andalucía, como veremos a continuación.

En Andalucía, Bormujos fue una de las villas en la que Miguel de Obando comenzó a trabajar. En 1626 se acordó vender la villa a Juan Bautista Sirmán, tal y como se recoge en dos cartas reales, fechadas en 1629. En la primera de ellas, que es donde sale el nombre del alférez, se le permitió a Miguel de Ovando que fuese a Bormujos, y, como dice Herrera García, “averiguase su vecindario, y el valor de sus rentas y midiese su término, con objeto de ajustar el precio definitivo por la Real Hacienda y, una vez hecho todo esto, se le diese la posesión a Sirmán y se extendiese la escritura definitiva con el privilegio de la venta”.  No ha llegado a nuestros días estas mediciones del término de Bormujos.

Los planos de villas andaluzas que han sobrevivido al tiempo son: las plantas de las villas de Peñaflor y San Juan de Aznalfarache y Tomares, ambas realizadas en el año de 1628, al igual que la mencionada anteriormente Villa de Escurial en Trujillo.

Planta y Remedida del Termino dela Villa de Peñaflor, que es en tierra de la ciudad de Cordova, cuya Juridicion, Señorío y Vasallaje su Magestad del Rey N[uest]ro Señor, que Dios guarde muchos años, Vendió y traspasso a Don Rº de Cañaveral y Cardenas, S[eñ]or de Bodaña, y agora de esta villa. Fecha en Cordova a 28 dias del mes de Febrero del Año de MDCXXVIII. Con este extenso título encontramos un mapa de este municipio con unas características particulares, y que supera, desde una perspectiva cartográfica, a otros muchos geómetras de la época que realizaron también planos de términos andaluces como Rui Diaz de Molina (Úbeda), Sebastián Zaldívar Besoita (Coria del Río, Cortes, Benamaurel), Antonio Galeano (Aznalcázar, Montoro), Alonso Hernández (Cabra), Antonio Martínez (Guadix), Francisco de Ruesta (Espartinas, Cabra, Salteras), Luis Carducci (La Rambla)…

De hecho, este plano, realizado tanto por Obando como por Pedro de Vilarde, traza el término de Peñaflor utilizando una semiología y signos cartográficos perfeccionados si lo comparamos a otros planos del XVII. Entre los elementos representados Obando dibuja huertas, fuentes, castillo, ermita, arroyos, casas, caminos principales, una mina o un molino, todos ellos ornamentados y dando más significado al plano en cuestión, sin limitarse a las mediciones como muchos otros geómetras hacían en esa época. En este momento, Peñaflor pertenece a la jurisdicción de Córdoba y así se recoge en el título. Sobre sus cálculos en las mediciones que establece, destaca el uso del triángulo, en algunas ocasiones excesivamente alargado lo que puede provocar, según algunos autores, ciertos errores de medida. En el texto que aparece a la izquierda del mapa denominado “NOTA. Y demostración desta Planta” explica Obando el procedimiento empleado para sus cálculos.

El otro plano es el dedicado a Tomares y San Juan de Aznalfarache. En este caso lo realizó exclusivamente Miguel de Obando a petición del Conde Duque de Olivares en 1628, y que se recoge en su propio título: Planta de la villa de Tomares, y de San Iuan de Alfarache suanejo, y Alquerias de sutérmino cuya Iurisdicion señorio yvasallaje compró El Sor. Conde de Olivares Duque de San Lucar lamayor en tierra de la ciudad de Sevilla año 1628. En este caso, los cálculos de mediciones siguen el mismo patrón que en el otro plano, incluso los excesivos alargamientos de los triángulos, con ausencia total de otras figuras regulares que emplean otros geómetras como cuadrados o rectángulos, son todavía más extremados en éste. En ambos planos, las unidades de longitud empleadas por el alférez son las varas cuadradas. Una vara equivale a 0,836 metros y una vara cuadrada 0,698896 m² (≃ 0,7 m²). En el plano de Tomares y San Juan plantea otra medida que maneja: los pies cuadrados. Una vara cuadrada equivale a 9 pies cuadrados.

Los mapas presentan pitipié y orientación. Respecto a la escala, ambas están en varas: pitipié en mil varas. Están rotuladas las subdivisiones cada 100 varas. Además, muestra un talón entre 0 y 100 varas con subdivisiones cada 10. Los dos pitipiés están enmarcados en un rectángulo redondeado y adornado con volutas, rematado con hojas y frutos, posiblemente granadas. La orientación la simboliza por medio de dos líneas en forma de cruz. Están rotulados los 4 puntos cardinales: septentrion, oriente, mediodia y poniente. El norte está marcado con la flor de lis. La rosa de los vientos de Peñaflor está mejor realizada, iluminada con tonos rojos y con subdivisiones entre los puntos cardinales antes mencionados, formando un total de 8 rumbos. Además, están rotulados en el medio de cada uno de los lados del mapa los puntos cardinales. Por su parte, el plano de Tomares y San Juan se limita a una esquemática rosa de los vientos orientada hacia el sur.

Entre de los elementos pictóricos representados, sobresalen en primer lugar los núcleos de poblaciones principales. Están dibujados por agrupamientos de edificios, aunque con construcciones que los identifican: el monasterio de la Orden Tercera (La Fuerza) de San Juan de Aznalfarache; Tomares con la torre y, junto a ella, el campanario de la iglesia; en Peñaflor, la antigua iglesia sobre la que se asienta actualmente la de San Pedro Apóstol.

 

Autor: José Carlos Posada Simeón


Fuentes

Planta y Remedida del Termino dela Villa de Peñaflor, que es en tierra de la ciudad de Cordova, cuya Juridicion, Señorío y Vasallaje su Magestad del Rey N[uest]ro Señor, que Dios guarde muchos años, Vendió y traspasso a Don Rº de Cañaveral y Cardenas, S[eñ]or de Bodaña, y agora de esta villa. Fecha en Cordova a 28 dias del mes de Febrero del Año de MDCXXVIII. Miguel de Obando y Pedro de Vilarde. 1628. En Archivo General de Simancas, Expedientes de Hacienda, 00356.

Bibliografía

HERRERA GARCÍA, Antonio, “Un amojonamiento del término de Bormujos en 1631”, en Boletín de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, 19, 1991.

CÁMARA MUÑOZ, Alicia, El dibujante ingeniero al servicio de la monarquía hispánica: siglos XVI-XVIII, Fundación Juanelo Turriano, 2016.

ARÉVALO RODRÍGUEZ, Federico, La representación de la ciudad en el Renacimiento. Levantamiento urbano y territorial, Fundación Caja de Arquitectos, 2003.

ORELLA UNZUÉ, José Luis, “Geografías guipuzcoanas de la modernidad (VII): Pedro Teixeira (1595-1662)”, en Lurralde: Investigación y espacio, 26, 2003, pp. 126-142.

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