Aunque Cristóbal Colón no se mostró conforme con los recursos económicos que le generaron las Indias, pues consideraba que le debería haber correspondido una porción mayor de sus riquezas, no es menos cierto que dispuso de un mayorazgo y de una hacienda saneada con posterioridad a sus viajes a tierras americanas. En este sentido, los derechos obtenidos en las capitulaciones de Santa Fe le proporcionaron a él y a sus descendientes un elevado estatus social. Sirva como ejemplo que sus dos hijos ostentaron la condición de pajes en la Corte y, en concreto, Diego Colón pudo casarse con María Álvarez de Toledo entroncando con la estirpe de los duques de Alba; además, disfrutó de los títulos de almirante y virrey al igual que su padre. Por su parte, Bartolomé Colón -hermano de Cristóbal- fue nombrado adelantado y gobernador de la isla La Española. Como continuidad de los privilegios conseguidos por este linaje, Luis Colón -nieto del primer Almirante- logró el título de duque de Veragua.

Sin duda, los marinos codescubridores de América y sus familias no consiguieron un estatus económico y social que pudiera asemejarse. Por el contrario, la participación en las expediciones al Nuevo Mundo contribuyó a la decadencia y a las penurias sufridas por los miembros de sus respectivos linajes; así sucedería, por tanto, con los Pinzón y los Niño.

Precisamente, Martín Alonso Pinzón es un ejemplo modélico de esa realidad puesto que murió algunos días después de regresar al puerto de Palos tras el viaje a las Indias, lo que le impidió comunicar personalmente a los Reyes Católicos su versión del descubrimiento de América y, por tanto, que los servicios prestados a la Corona consiguieran la remuneración adecuada a sus méritos. Tampoco logró que Cristóbal Colón repartiese sus ganancias con él, a pesar de haber sido decisivo en la gestión y culminación de la empresa descubridora, tanto en la navegación atlántica como en el reclutamiento de la marinería y en la selección de las embarcaciones. Por el contrario, algunos testimonios expresados en los pleitos colombinos indican la actitud desagradecida del Almirante, quien trató de apresar al ilustre marino palermo después de haber culminado con éxito, gracias a su ayuda, la travesía oceánica. De ello se hacía eco el testigo Hernán Pérez Mateos aludiendo a la noticia que, según él, había circulado por las localidades del estuario del río Tinto:

…buelto el dicho Martín Alonso a los rreynos de Castilla no se juntava con el dicho don Christóval Colón porque supo este testigo que le avía miedo el dicho Martín Alonso no sabe por qué cabsa más de que oyó desir que sy el dicho don Christóval Colón pudiera prender al dicho Martín Alonso lo prendiera y lo llevará preso consigo a la corte e que dende a pocos días quel dicho Martín Alonso llegó a la villa de Palos no entrando dentro se fue a una heredad suya, que está en término de Moguer e allí adoleçió e estando doliente lo truxeron ciertos debdos suyos a un monesterio de françiscos que se dice la Rávida en término de Palos adonde el dicho Martín Alonso fallesçió desta presente vida, lo qual bido este testigo…

El desenlace final de Martín Alonso resulta curioso, pues la ausencia de compensación económica por parte de Colón, no entraba dentro de la lógica de hombres de negocios como los Pinzón, quienes solían integrarse en empresas marítimas con el compromiso previo de reparto de las ganancias, y en mayor medida habría sido así en el viaje descubridor porque arriesgaban sus vidas, las de sus familiares y amigos, así como los recursos monetarios invertidos. En este sentido, diferentes testimonios recogidos en los pleitos colombinos avalan la tesis de que el linaje de los Pinzón negoció con Cristóbal Colón la participación en su Armada mediante un acuerdo de partición de las riquezas que se obtuvieran en las Indias; así lo expresaban, entre otros, Diego Hernández Colmenero -vecino de Palos-, Alonso Gallego y Francisco Medel -ambos vecinos de Huelva- y Arias Pérez -hijo de Martín Alonso-.

Tras la muerte de Martín Alonso quedó Vicente Yáñez Pinzón como cabeza visible de esta familia de marinos, aunque tampoco consiguió una renta suficiente para disfrutar económicamente con desahogo del descubrimiento de América. Posteriormente, la capitulación que firmó con los Reyes Católicos que le permitió la organización de una Armada en 1499, si bien tuvo la virtud de descubrir el litoral brasileño, fue un fracaso financiero para el marino palermo; a este respecto sus sobrinos Arias Pérez y Diego Fernández declararon en 1500 que habían regresado de la expedición «muy gastados y pobres». En este contexto, en 1505, el rey Fernando concedió a Yáñez una merced por valor de 10.000 maravedíes que ayudaría a solventar, al menos, una parte de sus necesidades económicas.

Por otro lado, Francisco Martín Pinzón, maestre de la carabela Pinta, no mejoró su estatus social tras el primer viaje colombino; como resultado de ello su hija, Marina Alonso “la Pinzona”, envió un memorial a la Corona solicitando una merced, en el que manifestaba que los servicios prestados por su padre no «habían sido remunerados ni recibido mercedes ningunas», de manera que quedaron, según ella, «tan pobres como son, de tal manera que no tienen con que alimentarse, por haber sus padres y pasados gastados sus bienes y patrimonio en las armadas e nuevo descubrimiento que hicieron».

Por otra parte, si tenemos en cuenta la influencia que tuvieron las expediciones descubridoras en la economía de la familia Niño, el panorama tampoco varió sustancialmente. De este modo, a Juan Niño -propietario y maestre de la carabela Niña (con nombre oficial de Santa Clara), se le registraban unas rentas de 7.000 maravedíes en el padrón de cuantías de San Juan del Puerto del año 1503, lo cual suponía situarse al nivel de sectores sociales de baja extracción, ya que era superado por profesionales manuales de otros oficios tales como esparteros, herreros, toneleros y molineros. Igualmente, algunos miembros del linaje de los Niño, tanto hombres como mujeres, soportaban, según sus contemporáneos, «harta necesidad y trabajo. En concreto, una parte de las féminas pertenecientes a la familia (casadas o doncellas huérfanas) sufrieron la pobreza y la indigencia; no en vano, eran calificadas por sus convecinos como «honradas y recogidas mui pobres y con mucha necesidad e que no les conoce remedio alguno sino el de dios».

Por último habría que preguntarse qué sucedió con el resto de la marinería que se integró en los viajes oceánicos liderados por Colón ¿Se beneficiaron de la explotación de las riquezas americanas? Lo cierto es que el estatus económico de la mayoría de ellos no avanzó con las expediciones ultramarinas en las que se enrolaron. Además, los salarios eran muy limitados en relación con el riesgo que asumían en las navegaciones y, por otra parte, la tardanza en el pago de los emolumentos convenidos a los integrantes de la tripulaciones fue una estrategia utilizada en los viajes colombinos como instrumento de financiación, tal como se puede apreciar tanto en la documentación de la Corona como en un memorial redactado en 1495 por Juanoto Berardi en calidad de agente del almirante de las Indias. Asimismo, se observan demoras en el abono de las indemnizaciones que se debían entregar a los familiares de las personas fallecidas en el primer viaje de Colón; hasta tal punto fue así que en 1508 el rey afirmaba que todavía no se habían librado las correspondientes compensaciones. En esta línea de actuación, los retrasos en el pago de los salarios del cuarto viaje motivaron que diferentes marinos adeudados no los obtuvieran mientras vivieron, sino que recayeron en sus herederos en aquellos casos que hubieran presentado la correspondiente solicitud.

Sin duda, a la vista de los hechos acontecidos, resulta evidente que los codescubridores de América no recibieron los recursos económicos y las prestaciones que esperaban por haber participado en aquella empresa ultramarina, lo que originó en años posteriores que los miembros de sus respectivas familias tuvieran carencias materiales y pasaran por situaciones de necesidad. En cualquier caso, aunque Cristóbal Colón se mostrara disconforme con el volumen de los beneficios obtenidos, su caso supuso una excepción si se tiene en cuenta el ascenso social y económico que se produjo tanto en él como en sus descendientes.

 

Autor: David González Cruz


Documentos

  • Testimonio de Diego Fernández Colmenero, vecino de Palos. En: Pleitos Colombinos. Probanzas del Fiscal,1512-1515 (Edición Antonio Muro Orejón), tomo IV. Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1989, pp. 259-260.

“…dixo este testigo que quando vino aquí el almirante Don Cristóval Colón a esta villa de Palos con las provisiones de su alteza el dicho Almirante non fallava gente que fuese con él por ser el viaje pelygroso e que después quel dicho Martín Alonso determinó de se yr con él por servir a sus altesas lo quel dicho Martín Alonso al presente publicava y por quel dicho Almirante le prometió la mitad de todo el ynterese de la onra e provecho que dello se oviese se puso en camino de yr e metió a sus hermanos Francisco Martín e Vicente Yanes en su compañía e de otros muchos parientes y amigos e armó e apetrechó los dichos navíos e se fueron a descubrir e desqubryeron la dicha ysla Española e otras, preguntado cómo lo sabe dixo porque lo vido en esta villa de Palos este testigo al tienpo que armaron e que por esto lo sabe”.

Bibliografía

GONZÁLEZ CRUZ, David, “El codescubridor Juan Niño y el puerto de San Juan en el marco de la marinería andaluza y de los viajes de Colón”, en Colonial Latin American Review, 26/3, 2017, pp. 273-290.

GOULD, Alice Bache, “Documentos inéditos sobre hidalguía y genealogía de la familia Pinzón”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, 91, 1927, pp. 319-375.

IZQUIERDO LABRADO, Julio, “Martín Alonso Pinzón, Colón y la marinería palerma”, en David González Cruz (coord.), Descubridores de América. Colón, los marinos y los puertos, Madrid, Sílex, 2012, pp. 99-124.

MANZANO MANZANO, Juan, Los Pinzones y el descubrimiento de América, Madrid, Ediciones de Cultura Hispánica, 1988, 3 vols.

ROPERO REGIDOR, Diego, “La aportación de Moguer al descubrimiento: sus hombres de mar, el monasterio de Santa Clara y la familia Niño”, en GONZÁLEZ CRUZ, David (coord.), Descubridores de América: Colón, los marinos y los puertos, Madrid, Sílex, 2012, pp. 127-164.

VARELA MARCOS, Jesús, Colón y Pinzón, descubridores de América, Tordesillas (Valladolid), Instituto Interuniversitario de Estudios de Iberoamérica y Portugal, 2005.

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