Presidente de la Casa de la Contratación en Cádiz, Intendente de marina, Secretario de Estado y del Despacho en las negociaciones de Guerra, Marina, Indias y Hacienda. Superintendente general de Rentas Reales. Caballero de la Orden del Toisón de oro, miembro de la orden militar de Alcántara y comendador de la Orden de Santiago.

De origen gallego por parte de sus abuelos paternos, José Patiño y Rosales nació en Milán en 1670, hijo de Don Lucas Patiño de Ibarra, primer marqués de Castellaro (o Castelar) y conde de Belvedére, y Doña Beatriz de Rosales y Facini. Fue el segundo de tres hermanos, Baltasar y Diego, el primero de ellos también dedicado a la política. En su juventud fue novicio de la Compañía de Jesús, estudios que abandonó sin recibir las órdenes mayores. Recibió distintos honores desde 1707, armado caballero y nombrado comendador en la orden de Alcántara y capitán de justicia. Cuando la guerra de sucesión puso fin a la presencia española en Milán, Patiño se trasladó a España destacándose su apoyo a la Casa de Borbón e iniciándose así su espectacular ascenso como estadista durante el reinado de Felipe V. Patiño entró en la red de contactos del mariscal Tessé, del embajador de Francia, Michel-Jean Amelot y del conde de Bergeyck, quien puso en marcha el sistema administrativo de las intendencias. Patiño fue nombrado intendente del ejército de Extremadura en diciembre de 1711, y más tarde fue enviado a Barcelona como superintendente general del Ejército y Principado de Cataluña en marzo de 1713. Patiño logró la rendición de Barcelona el 1714, en colaboración con el Duque de Berwick, estableció el catastro para Cataluña e inspiró el Decreto de Nueva Planta de 1716.

Pero fue su papel al frente de los tribunales del comercio de Indias y como intendente de marina, lo que convirtió a José Patiño en uno de los personajes históricos más ilustres a la hora de entender la evolución de las relaciones entre Andalucía y América a lo largo del siglo XVIII. Patiño fue el alma mater del proyecto del traslado de la Casa de la Contratación desde Sevilla a Cádiz en 1717, ganándose no pocos enemigos entre la élite aristocrática y mercantil sevillana y del Reino de Castilla en general. Su desempeño fue crucial en la reconstrucción de la marina de guerra y en especial del sistema de las flotas de Indias. Fue nombrado Intendente general de marina, afincándose en Cádiz, tras atribuirse las funciones que antes llevaba a cabo Francisco de Varas y Valdés, desde 1711. En el mismo Real Decreto es nombrado superintendente del Reino de Sevilla y Presidente del Tribunal de Contratación.

La bahía de Cádiz se convirtió en el objetivo reformador de Patiño quien llegó a convertir el antiguo Juzgado de Indias, que la ciudad tenía desde 1535, en nuevas oficinas que integrarían las actividades de la Casa de la Contratación y de la Intendencia de Marina, desde 1717. El título de intendente lo recibió el 28 de enero de 1717, en una Real orden firmada por el entonces Secretario de Estado y de los Despachos de Guerra y Marina e Indias, Don Miguel Fernández Durán, marqués de Tolosa. En junio de 1717 Patiño redactó unas Ordenanzas de la Armada (Ordenanza de su régimen y gobierno, 6 de junio de 1717) con el objeto de integrar en una auténtica armada nacional las escuadras y flotas de guerra. Por Real orden de Felipe V inició las obras del arsenal de La Carraca; creó la Compañía de caballeros Guardias marinas el 15 de abril de 1718, también con sede en Cádiz; e impulso la construcción naval en colaboración con Don Antonio Gaztañeta. El plan de Patiño para la conversión de la Bahía de Cádiz en una base naval y comercial permanente de primer orden derivó en la construcción de barcos en el astillero de Puntales y en los de Cantabria y Cataluña, influyendo también en el desarrollo de todas las fábricas relacionadas con lo naval y el aprovisionamiento de recursos humanos y forestales. Además, dictó instrucciones para la creación de los batallones de infantería, las brigadas de Artillería, las guarniciones de los bajeles, una oficina o cuerpo administrativo de “cuenta y razón”, y el Reglamento General de Sueldos.

Patiño también tuvo objetivos militares claves para entender la política exterior de la nueva monarquía Borbónica: Secundó el plan del ministro Alberoni en la expedición de conquista a Cerdeña y Sicilia, bajo el mando del marqués de Marí en 1717 y junto a Antonio Gaztañeta en 1718. Pero la empresa italiana fue abortada por la Cuádruple alianza que provocó la destrucción de la flota española en Cabo Pasaro por la armada inglesa. Patiño cayo temporalmente en desgracia por estos acontecimientos, aunque fue rehabilitado por la llegada a la Secretaría de Estado y despacho de marina e Indias de Don Andrés de Pes. No obstante, siguió siendo objeto de enemistad por varias facciones en la Corte, aunque no abandonó su trabajo al frente de la Casa-Intendencia en Cádiz. Participó en la Junta de 1722 en la Corte que decidió el traslado definitivo de los tribunales en 1725. Con motivo de sus actividades político-militares y su visión sobre su proyecto gaditano, Patiño llegó a redactar dos documentos históricos de gran valor: la “Exposición Reservada”, transcrita en la obra clásica de Antonio Rodríguez Villa; y su dictamen o voto en la Junta de 1722, así como un informe redactado también por él tras el fallecimiento de Andrés de Pes en 1723 (AGI, Arribadas, 192; AGI, Arribadas 10). En 1726 Patiño creó los Departamentos de marina, con sede en El Ferrol, Cartagena y Cádiz. Ese mismo año, el 21 de mayo de 1726, fue nombrado secretario de Estado y del Despacho de marina e Indias. Poco después, este título se extendió a los de secretario de estado y del despacho de Hacienda, gobernador del Consejo de Hacienda y superintendente por Real Decreto de 18 de octubre de 1726. Durante su mandato desarrolló una política mercantilista, aunque estuvo muy condicionado por la política exterior. De hecho, participó en el Tratado de Sevilla en noviembre de 1729, por el cual Francia e Inglaterra apoyaban las pretensiones españolas de enviar tropas a los territorios del gran duque de Toscana para asegurar la sucesión del infante Don Carlos. También estuvo presente en la campaña de Cerdeña, levantó el sitio de Ceuta por parte de Marruecos; participó en la conquista de Orán y Mazalquivir en 1732 y en la toma de Parma y Toscana un año antes. Asimismo, también participó en la redacción del primer Pacto de Familia en 1733 y negoció el Tratado de El Escorial. Patiño sucedió al marqués de la Paz, tras su fallecimiento, en la Secretaría del Despacho de Estado. Como ministro sufrió también la difamación por parte de un carmelita descalzo que se hacía llamar el “Duende Crítico”.

José Patiño y Rosales falleció en el Real Sitio de San Idelfonso en noviembre de 1736. Pocos días antes de su muerte, se le notificó que el rey le otorgaba la grandeza de España de primera clase, y dicen las crónicas del “Semanario Erudito de Valladares”, que exclamó: “¡Oh! ¡El Rey me da sombrero cuando ya no tengo cabeza!”. Su labor determinante para poner las bases de una armada nacional y la consolidación del comercio de Cádiz con América había sido recompensada tardíamente.

 

Autora: Ana María Crespo Solana


Fuentes

“Fragmentos históricos de la vida del excelentísimo señor don Josef Patiño, secretario que fue de Estado, Hacienda, Marina e Indias, en el reinado del señor Don Felipe V”, en Semanario Erudito de Valladares (Madrid) t. XVIII (1790), pp. 72-118.

RODRÍGUEZ VILLA, Antonio, Patiño y Campillo. Reseña histórico-biográfica de estos ministros de Felipe V formada con documentos inéditos y desconocidos en su mayor parte, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1882. En Biblioteca Virtual del Principado de Asturias.

Bibliografía

BÉTHENCOURT, Antonio, Patiño en la política de Felipe V, Valladolid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1954.

CRESPO SOLANA, Ana, La Casa de Contratación y la Intendencia general de la Marina de Cádiz, (1717-1730), Cádiz, Universidad, 1996.

PÉREZ FERNÁNDEZ-TURÉGANO, Carlos, José Patiño y las reformas de la Administración en el reinado de Felipe V, Madrid, Instituto de Historia y Cultura Naval, 2004.

PULIDO BUENO, Ildefonso, José Patiño. El inicio del gobierno político-económico ilustrado en España, Huelva, Artes Gráficas Andaluzas, 1998.

RUIZ RIVERA, Julián B., “Patiño y la reforma del Consulado de Cádiz, 1729”, en Temas Americanistas, 5, 1985, pp. 128- 157.

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