Introducción

Los hospitales eclesiásticos en Andalucía Oriental en la Edad Moderna hay que situarlos en el marco de la organización eclesiástica que los Reyes Católicos llevaron a cabo en el Reino de Granada. Conquistada la ciudad de la Alhambra, los monarcas dispusieron los instrumentos necesarios para organizar el territorio conquistado en el ámbito político, religioso, económico y social, según el nuevo modelo de Estado diseñado por ellos. Al comenzar la Guerra de Granada, en base al carácter de cruzada otorgado a la contienda, solicitaron del papado la concesión del Real Patronato sobre la Iglesia que se iba a organizar finalizada la conquista. Petición que fue concedida mediante las bulas emitidas por el Papa Inocencio VIII, de mayo a diciembre de 1486. De esta forma Isabel y Fernando adquirieron una serie de privilegios que les permitirán tener bajo su control la iglesia del reino de Granada, al otorgarles por la bula de 16 de mayo de 1486, el derecho perpetuo de presentación sobre los beneficios menores en las zonas citadas; por la bula Dum ad illam Fidei de 4 de agosto, la facultad de erigir iglesias catedrales y parroquiales en el Reino de Granada, y por la bula Ortodoxae Fidei de 14 de diciembre, el derecho perpetuo de presentación sobre los beneficios mayores a cambio de disponer de los medios materiales para su mantenimiento. Finalizada la guerra de Granada los Reyes Católicos, debido al carácter simbólico de esta ciudad, consideraron insuficiente la restauración de la antigua sede catedralicia de Ilíberis y bajo el Real Patronato fundaron la archidiócesis de Granada y las diócesis sufragáneas de Almería, Guadix/Baza y Málaga, designando al arzobispo de Toledo, Diego González de Mendoza, para llevar a cabo la organización eclesiástica de Andalucía Oriental. De inmediato el Cardenal Mendoza el 21 de mayo de 1492, erigirá la Catedral de Granada y las sufragáneas de Almería y Guadix/Baza a las que se unirá la de Málaga erigida en 1488, que quedó como sufragánea de Sevilla. Junto a la fundación de las catedrales, sobre el urbanismo musulmán se irán superponiendo los volúmenes arquitectónicos de los conventos y parroquias, a través de los cuales se mostraba el nuevo poder imperante. De inmediato bajo el patrocinio del Patronato Real se comenzará a implantar y se llevará a cabo la política de beneficencia, dentro de la cual hay que situar los hospitales.

Los hospitales eclesiásticos en Andalucía Oriental en la Edad Moderna

La ausencia de Edad Media cristiana va a determinar el panorama hospitalario de Andalucía Oriental en la Edad Moderna. Durante la Edad Media en el mundo occidental cristiano, las circunstancias sociales, políticas y económicas favorecerán el nacimiento de los primeros hospitales, ya que como consecuencia de las guerras aparecerá el hambre y con ella las enfermedades y epidemias. Esta situación generará la aparición de una población formada por pobres y necesitados, además de por extranjeros y exsoldados sin recursos, a la que se irán uniendo los peregrinos a Tierra Santa, etc., todos ellos sectores de población que precisaban de ayuda. Con el fin de atender a estos ciudadanos se gestará la construcción o habilitación de los primeros hospitales considerados como albergues en los que se atendían sus necesidades más básicas. A ellos se sumarán los espacios dedicados a la asistencia de pobres y enfermos dispuestos en los principales edificios religiosos como conventos o monasterios, que se fueron difundiendo por la cristiandad. Consecuencia del marco ideológico cristiano imperante en los hospitales medievales se hará habitual una práctica que perdurará hasta el siglo XVIII, según la cual en la asistencia a los pobres y necesitados estará muy presente el ejercicio de la caridad. Prestar ayuda al prójimo se consideraba una virtud esencial del buen cristiano que se ponía en práctica visitando y cuidando enfermos, acción mediante la cual se practicaban las obras de misericordia necesarias para el “bien morir”. Esta creencia estaba fundamentada en la consideración de que al igual que los sufrimientos padecidos por Jesucristo habían sido necesarios para la redención de los hombres, el sufrimiento humano era también una posibilidad de redención y la enfermedad una vía para la salvación del alma. Por tanto los hospitales eran considerados como lugares de acogida donde se atendía a los pobres y necesitados, pero también a los enfermos, cuidándose tanto la salud espiritual como la física. Esta mentalidad basada en la práctica de la caridad cristiana influirá en la marcha de estas instituciones, las que, con independencia del momento histórico, tendrán siempre un sentido religioso y espiritual. En la Edad Moderna a este concepto de hospital se le añadirá un nuevo valor, al pasar a cumplir, también, una función social, como era aislar de la sociedad a los diferentes elementos que perturbaban el orden público, entendiendo así el hospital como un lugar de «encierro», cuyo fin principal era la vigilancia de los elementos que podían alterar la imagen del Estado Moderno diseñado por los Reyes Católicos. Con el fin de poner en marcha este programa de beneficencia y protección social se fundarán en todo el Reino de Granada numerosos hospitales cuya finalidad, con independencia del origen de su fundación, era atender las diferentes necesidades de los pobres menesterosos y también de los enfermos. Cada una de estas instituciones tenía su propia especificidad, marcada por el origen de su fundación, las enfermedades que se trataba y el género de las personas que en ellos se atendían.

De forma general, los hospitales en Andalucía Oriental en la Edad Moderna se pueden clasificar en: hospitales de Fundación Real y hospitales de Patronazgo.

Los hospitales reales eran los que se fundaban bajo el patrocinio del Estado, en este caso la Monarquía, en el marco de la política de bienestar social llevada a cabo por los Reyes Católicos que tenía como objetivo la atención a pobres, necesitados y enfermos, pero también aislar de la sociedad aquellos “elementos perturbadores” de la imagen del nuevo estado, recogiéndolos en instituciones centralizadas. Su funcionamiento por su dependencia del poder real era complejo y su marcha muy lenta, ya que cualquier reparo, nombramiento, decisión, informe, etc., dependía de la autorización del rey, lo que suponía una demora en las decisiones que dificultaba su funcionamiento y administración. Un ejemplo es el Hospital Real de Granada cuya fundación estaba vinculada a la Capilla Real.

Respecto a los hospitales de patronazgo eran aquellos fundados por personas de la nobleza, personajes principales de la sociedad civil, altas instituciones eclesiásticas, hermandades y cofradías. Dentro de esta tipología hay que situar los hospitales eclesiásticos, entendidos como aquellos que contaban con el patrocinio de los reyes, pero no con el institucional, ya que los monarcas no actuaban en ellos como gobernantes sino como miembros de la nobleza. Dentro de los hospitales eclesiásticos existían diferentes tipologías: los denominado “hospitales Diocesanos” fundados por una alta jerarquía eclesiástica, bajo el patrocinio de los Reyes Católicos. Dentro de esta tipología se encuentran los hospitales vinculados a la fundación de las catedrales como el Hospital Real de la Caridad Guadix, el Hospital Real de la Santísima Trinidad en Baza el Hospital Real de la Caridad de Málaga y el Hospital Real de Santa María Magdalena de Almería. Su gobierno y administración estaba a cargo del obispado y el cabildo y contaban para su mantenimiento con una parte de los décimos catedralicios. Los reyes eran los patrocinadores, pero no participaban en su gobierno, no obstante siempre se denominaron reales por prestigio. Dentro de esta tipología también estaban los hospitales fundados bajo el patrocinio real por una alta jerarquía eclesiástica como el Hospital Mayor de la Encarnación de Granada, fundado bajo el patrocinio de la reina Isabel por el Arzobispo Fray Hernando de Talavera. Los “hospitales de Distrito” o de Partido eran aquellos fundados por la Iglesia en villas e incluso ciudades para atender a la población rural del entorno. Este tipo de hospital tuvo presencia en las cuatro diócesis del Reino de Granada. Concretamente se fundaran en Alhama, Almuñécar, Loja, Motril y Santa Fe, Vera, Vélez Blanco y Vélez Rubio entre otros lugares. Finalmente los “hospitales de Tránsito”, pequeñas instalaciones cuya función era dar cobijo a los pobres y necesitados que iban de paso y atender de forma transitoria a los enfermos que lo necesitaban, presentes igualmente en las cuatro diócesis.

Con independencia de su tipología todos los hospitales eclesiásticos de la archidiócesis de Granada y de las diócesis de Almería, Guadix/Baza y Málaga, en virtud del Patronato Real, tenían como el resto de la estructura de la Iglesia, una doble naturaleza estatal y eclesiástica y todos se sufragaban con parte de los diezmos catedralicios. Se caracterizaban por su indefinición funcional, ya que excepto las fundaciones estatales, la mayoría de los hospitales se instalarán en edificios adaptados a la función asistencial, pero construidos para otro uso, con permanencia en su asistencia del concepto medieval que contemplaba la ayuda a los pobres y necesitados como una obra de caridad cristiana, junto con el nuevo concepto de asistencia que surge en el contexto del nuevo estado implantado por los Reyes Católicos. Todos tenían problemas de higiene y económicos por las dificultades que presentaba el reparto de los diezmos y su dirección y administración siempre estaba a cargo de una dignidad eclesiástica. Es cierto que existían otros hospitales de patronazgo cuya administración y dirección estaba separada de la estructura eclesiástica, como eran los hospitales fundados por ciudadanos principales, hermandades y cofradías, cuyo funcionamiento y características serán similares a los hospitales eclesiásticos, aunque cada uno en su función y gobierno tenía su propia especificidad. Una excepción en el panorama hospitalario de Andalucía Oriental en la Edad Moderna es el Hospital de San Juan de Dios, por las diferencias que presenta tanto en la asistencia como en su organización y administración con el resto de los hospitales, al entender su fundador la caridad al prójimo completamente liberada del concepto medieval y plena del sentido evangélico de «amarás al prójimo como a ti mismo». Para concluir señalar que con todas sus carencias y dificultades, estas instituciones desarrollaron un modelo asistencial que ha estado vigente tres siglos y la tutela del Real Patronato sobre la iglesia contribuyó a que no se fundaran de forma indiscriminada instituciones asistenciales, que en algunos casos estaban alejadas de la labor hospitalaria y no cumplían con su función asistencial.

 

Autora: María de la Encarnación Cambil Hernández


Bibliografía básica

AA. VV., Artes de bien morir. Ars Moriendi de la Edad Media y del Siglo de Oro, Madrid, Ediciones Lengua de Trapo, 2003.

CAMBIL HERNÁNDEZ, María de la Encarnación, Los hospitales de Granada (Siglos XVI al XXI). Tipología Catálogo e Historia, Granada, Editorial Universidad de Granada, 2011.

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LOPÉZ-GUADALUPE, MUÑOZ, Miguel Luis, “Hospitales en las iglesias de patronato regio en la Edad Moderna: la Diócesis de Granada”, en ABREU, Laurinda (ed.), Igreja, Caridade e Assistência na península Ibérica, Lisboa, Colibrí-CIDEHUS-UE, 2004, pp. 67-96.

SUBERBIOLA MARTÍNEZ, Jesús, Real Patronato de Granada. El arzobispo Talavera, la Iglesia y el Estado Moderno (1486-1516), Granada, Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Granada, 1985.

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