La vida universitaria estuvo recorrida por numerosos conflictos en los siglos modernos. Disputas de competencias, enfrentamientos por las cátedras y por las plazas de colegial, indisciplinas estudiantiles, enfrentamientos y altercados formaron parte del desenvolvimiento cotidiano en la Universidad. En Andalucía existieron cuatro universidades durante la Edad Moderna: la de Sevilla, la de Granada, la de Osuna y la de Baeza. El grado de conocimiento de las manifestaciones de conflictividad en cada una de ellas es desigual, pero contamos con suficientes testimonios como para tratar de reconstruir una imagen aproximada de conjunto.

Los conflictos de jurisdicción entre los responsables universitarios y las autoridades civiles y eclesiásticas fueron frecuentes. La Universidad disfrutaba de jurisdicción privativa, pero no era extraño que los rectores se extralimitasen a la hora de ejercer sus prerrogativas jurisdiccionales. ¿Hasta dónde alcanzaban estas? ¿Se circunscribían estrictamente a los asuntos escolares y a los recintos universitarios o se extendían a cualquier hecho o persona que guardara alguna relación con la institución? La respuesta variaba, según dependiera del punto de vista, y de ahí la frecuencia de las disputas competenciales. La cuestión se complicaba cuando un universitario (profesor o estudiante) disfrutaba de alguna otra jurisdicción privativa, como por ejemplo la eclesiástica, y se acogía a una u otra según conviniera a sus intereses del momento. Ello no es más sino una muestra más de la fragmentación jurisdiccional propia del Antiguo Régimen y de sus consecuencias a la hora de administrar la justicia.

Tampoco era inusual que se produjeran enfrentamientos por las prebendas universitarias, como cátedras y puestos de colegial. La provisión dependía de los patronos de la Universidad o de oposiciones, en el caso de las cátedras, pero en ocasiones se producían resistencias a la admisión de los elegidos o se desplegaban estrategias cuestionables para favorecer a unos o entorpecer el acceso de otros. José A. Ollero se refiere en su obra sobre la Universidad de Sevilla en los siglos XVI y XVII a las banderías que se organizaban con ocasión de la provisión de las cátedras, que desembocaban a veces en tensiones y conflictos.

Las indisciplinas menudearon también entre los universitarios. Tanto profesores como estudiantes se vieron envueltos en disturbios y querellas que a veces atentaban contra el orden público y trastornaban la normalidad de la vida de la población del entorno. Las universidades andaluzas no alcanzaban el volumen de estudiantes y la diversidad de procedencias que presentaban otras universidades españolas, como Salamanca o Valladolid, donde se producían enfrentamientos violentos de estudiantes agrupados por naciones o bandos. Pero los conflictos tampoco faltaron, como resultado de la efervescencia juvenil y de las tendencias de los estudiantes a un modo de vida alegre, desordenado y bullicioso, lo que hacía que fueran calificados como “gente suelta”.

Aunque relativo a la Universidad de Salamanca, un documento de 1647 citado por José Luis de las Heras, representa un expresivo testimonio de esta realidad:

Algunos de los estudiantes viven con libertad, preciándose de valientes; fomentan bandos entre las naciones y causan inquietudes. Con leves accidentes se mueven encuentros entre ciudadanos y estudiantes, y armándose unos y otros ponen en confusión la ciudad. Los que suceden entre los estudiantes con la división de las naciones y bandos han llegado a ocasionar muertes de unos y otros y gran relajación de la buena disciplina y enseñanza de aquella juventud, sin que haya bastado el oficio del Maestrescuela ni la autoridad de los maestros para contenerlos. En muchas ocasiones ha sido necesario enviar alcaldes de Corte a castigar estos excesos, pero como los estudiantes son gente suelta, pocas veces o nunca se consigue el castigo y nunca se ha conseguido el remedio.

José Antonio Ollero dedica un capítulo de su obra a la disciplina y las conductas estudiantiles en el colegio de Santa María de Jesús, donde los estudiantes, muchos de ellos armados, llegaron a protagonizar motines, como ocurrió en 1577. Este tipo de disturbios no debió ser infrecuente, a la vista de un auto de 1593 en el que el rector decía:

…que a su noticia es venido que en este studio ay alborotos i pendencias con armas i sin ellas de lo qual, demas de la offensa que se haze a Nuestro Señor, resulta mal exemplo en la Republica en tanto que las justicias quieren acudir a el remedio de ello.

La relajación de la disciplina académica era, por otra parte, una constante. Las universidades no siempre velaron por la estricta formación de sus pupilos, permitiendo en ocasiones que pasaran de curso sin tan siquiera asistir a clase o realizar exámenes. Inmaculada Arias de Saavedra se refiere al inmovilismo, la relajación y el abandono del estudio de una Universidad de Granada que durante el siglo XVII estaba “más pendiente del boato y del vacío ceremonial que de los verdaderos adelantamientos intelectuales y científicos”. En este estado de cosas, la colación se grados se convirtió a veces en un mero mecanismo de recaudación de dinero.

Fue posiblemente en un siglo de crisis y tensiones sociales como el XVII cuando se produjeron más manifestaciones de violencia en las universidades. José Antonio Ollero se refiere a las alteraciones que tuvieron lugar en el Colegio de Santa María de Jesús el 14 de marzo de 1613, fecha en que los estudiantes

…an tenido inquietudes y pendençias y hecho otros alborotos de que a abido heridos y otros daños y oy dicho dia an tenido una muy grande pendencia y alboroto en el dicho Colegio y contorno del dandose cuchilladas con espadas y broqueles, causando mucho escandalo y alboroto e inquietando a los catedraticos y escuelas.

Francisco Ledesma reconstruye un oscuro hecho que tuvo lugar en 1622 en la Universidad de Osuna, cuando apareció muerta una mujer en el aposento de uno de los colegiales, en el edificio de la propia Universidad. Este suceso, nunca bien aclarado, pasó a la historia como el caso de la “dama de palacio”. También para Osuna, Mª Soledad Rubio ilustra otros casos de violencia estudiantil, extraídos de los fondos judiciales de la Universidad. Así, por ejemplo, en 1686 varios estudiantes intervinieron en una pendencia en la que resultó muerto un hombre. Cuando el corregidor de la villa trató de encarcelar a uno de los responsables, el rector reclamó la jurisdicción escolar y terminó excomulgando al corregidor. Los conflictos no cesaron en el siglo XVIII. En 1722 varios estudiantes acudieron a una casa con el propósito de sacar violentamente de ella a una novia. En otra ocasión, los estudiantes hirieron a un vecino cuando celebraban la tradicional fiesta del “obispillo”, frecuente ocasión de alteraciones y roces con la población en esta y en otras universidades. En 1753 se siguió causa criminal contra varios estudiantes sobre una pendencia con un soldado miliciano y uso de armas de fuego en la misma. Y así sucesivamente.

En la misma Universidad de Osuna tuvo lugar en 1745 un caso sonado, que tuvo repercusión incluso en la Corte. El rector, Pedro Carrillo, fue acusado por el vicerrector y colegial mayor, Victorino Bellido, de la falsificación de títulos de doctor para su posterior venta. Esta denuncia, presentada ante el Consejo de Castilla, dio lugar a varios altercados y conatos de violencia, y obligó al Consejo a enviar a un juez extraordinario desde la Real Audiencia de Sevilla para aclarar los hechos. La actuación de este acabó con un motín popular, ya en 1746, en el que se hicieron visibles las aspiraciones de los vecinos a dejar de depender de la autoridad señorial y pasar a la jurisdicción de realengo. El conflicto, de origen universitario, trascendió pues a la esfera política, a causa del denso entramado de poderes que regía la vida ursaonense.

 

Autor: Juan José Iglesias Rodríguez


Bibliografía

ARIAS DE SAAVEDRA ALÍAS, Inmaculada, “La Universidad de Granada en la época moderna. Estudio y estado de la cuestión”, en Miscelánea Alfonso IX, 2007 (Salamanca, 2008), pp. 237-268.

DE LAS HERAS SANTOS, José Luis, La justicia penal de los Austrias en la Corona de Castilla, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1994.

IGLESIAS RODRÍGUEZ, Juan José y LEDESMA GÁMEZ, Francisco, La toga y el pergamino. Universidad, conflicto y poderes en la Osuna moderna, Sevilla, Diputación de Sevilla, 2014.

LEDESMA GÁMEZ, Francisco, La Dama de Palacio. Transgresión y violencia en la Universidad de Osuna, Sevilla, Escuela Universitaria de Osuna y Diputación de Sevilla, 2019.

OLLERO PINA, José A., La Universidad de Sevilla en los siglos XVI y XVII, Sevilla, Universidad de Sevilla, 1993.

RUBIO SÁNCHEZ, María Soledad, El Colegio-Universidad de Osuna (Sevilla), 1548-1824, Osuna, Patronato de Arte, 2006.

TORREMOCHA HERNÁNDEZ, Margarita, Ser estudiante en el siglo XVIII: la Universidad vallisoletana de la Ilustración, Valladolid, Consejería de Cultura y Turismo, 1991.

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