Santo Domingo de Guzmán (Caleruega (Burgos), c. 1170- Bolonia, 1221) es el promotor y primer maestro general de la Orden de Predicadores, erigida por el papa Honorio III en 22 de diciembre de 1216. Al igual que la de los Franciscanos nace como Mendicante y en el ámbito de la “sacra predicación” frente a los albigenses en el sureste de Francia.

Tras estar integrada en la de España, el 10 de octubre de 1514 el papa León X, por su bula “Exposui nobis” erige la nueva provincia de Andalucía o Bética, lo que se hace efectivo en el primer capítulo provincial de San Pablo de Valladolid en 21 de enero de 1515. El primer provincial fue Fray Alonso de Loaysa.

En el momento de su creación ya existían once conventos de frailes y habían sido enviadas a América varias expediciones misioneras con religiosos de la Orden desde los conventos andaluces. El territorio comprendía, aparte de Andalucía, las actuales provincias de Badajoz, Ciudad Real y Murcia.

El primer convento de frailes que se erige en Andalucía es el de San Pablo de Córdoba (1236), seguido del homónimo de Sevilla (1248), Jerez de la Frontera (1267), Santa Catalina Mártir de Jaén (1382), Santo Domingo de Écija (1382), Santo Domingo de Palma del Río (1400), Nuestra Señora de Consolación de Doña Mencía (1423), Santo Domingo de Escalaceli en la sierra de Córdoba (1423), Santo Domingo de Portaceli en Sevilla (1440), San Pedro Mártir de Ronda (1486), Santo Domingo de Málaga (1487), Santa Cruz la Real de Granada (1492), Santo Domingo de Almería (1493), Santo Domingo de Guadix (1495) y Santa Ana de Carmona (1504). Ya como provincia Bética se erigen en la edad moderna: San Juan Bautista de Chinchilla (1508), Sagradas Llagas de Alcalá de los Gazules (1506), Nuestra Señora de Gracia de Lepe (1516), San Andrés de Úbeda (1517), Colegio de Santo Tomás de Sevilla (1516), San Pedro Mártir de Marchena (1517) o Santo Domingo de Sanlúcar de Barrameda (1530) y así hasta 48, aparte de los que, aun perteneciendo a la provincia, no estaban en el actual territorio andaluz: Murcia, Extremadura, la Mancha, Canarias, norte de África así como las colonias americanas.

Respecto a los cenobios femeninos, las primeras fundaciones andaluzas ocurrieron ya a comienzos del siglo XV en Sevilla: Santa María la Real (1409) o Madre de Dios de la Piedad (1472); Córdoba: Nuestra Señora de la Consolación en La Rambla, Jesús Crucificado en la capital…; Jaén: Nuestra Señora de los Ángeles (1486); Granada: Sancti Spiritus; Jerez: Santo Domingo, etc…

Sobre las fraternidades pertenecientes a la Orden Tercera apenas hay noticias ante la falta de documentación, aunque desde el principio aparecen sobre todo mujeres con hábito descubierto amén de beatas que viven en comunidad con votos. No obstante, las fraternidades estrictamente laicales de hombres y mujeres no parecen claramente estructuradas hasta finales del siglo XVII, conociéndose como muy prósperas la del convento de San Pablo de Sevilla o la del de Santo Domingo de Jerez de la Frontera.

La Provincia Bética tuvo una fundamental importancia desde el comienzo por su proyección americana, uno de los principales argumentos para su erección. Conventos como San Pablo de Sevilla fueron referencia ineludible para la formación de los futuros misioneros.

Tras la Exclaustración de 1834, se produce un periodo muy triste con la desaparición de los conventos y, sobre todo, el generalmente desdichado futuro de los frailes, especialmente los que no pudieron incardinarse al clero secular, aunque estaba nombrado por la Santa Sede un comisario apostólico que los atendiese. La situación se prolongó hasta que, primeramente, se restauró canónicamente la Provincia de España en 1879 y la de Andalucía en 15 de diciembre de 1897, aunque ya en 1886 se restaura Santo Domingo de Jerez, en 1890 Cádiz y en 1893 se crea el de Cuevas de Vera en Almería. El primer prior provincial fue Fray Paulino Álvarez.

En lo que respecta a figuras destacadas hay que comenzar refiriéndose a Fray Álvaro de Córdoba (c.1360-1430), promotor de la reforma en Andalucía a partir de la fundación del convento de Escalaceli, el sevillano Fray Bartolomé de las Casas (c.1484-1566), promotor incansable de la causa de los indios, la excepcional figura de Fray Luis de Granada (1504-1588) como maestro de conciencias e insigne escritor, fray Alberto Casaus, sevillano, que fue Maestro de la Orden entre 1542 y 1544, el lego ecijano Fray Pablo de Santa María (1538-1597), los carismáticos predicadores del Seiscientos y Setecientos Fray Pedro de Santa María Ulloa (1642-1690), apóstol del Rosario en Sevilla, aunque gallego de nacimiento, y el beato Fray Francisco Posadas (1644-1713) en Córdoba. Entre las religiosas se podrán mencionar a la beata dominica Madre Trinidad (1604- 1660), fundadora del convento de Jesús, María y José en Aracena o sor Francisca Dorotea (1558- 1623), primera priora del convento de Santa María de los Reyes de Sevilla, que concibió una comunidad de observancia.

El 1 de enero de 2016 la provincia Bética queda disuelta mediante decreto del maestro general Fray Bruno Cadoré y se integra en la nueva denominada de Hispania, junto a las también extintas de España y Aragón.

En la actualidad existen siete conventos o casas de frailes en el ámbito andaluz: Almería (Santo Domingo), Cádiz (Nuestra Señora del Rosario), Córdoba (San Pablo y Escalaceli), Granada (Santa Cruz), Jerez de la Frontera (Santo Domingo) y Sevilla (Santo Tomás).

Los cenobios femeninos se agrupan en la Federación de Nuestra Señora del Rosario: Alcalá la Real (Jaén), Antequera (Málaga), Baena (Córdoba), Baza (Granada), Bormujos (Sevilla), Córdoba, Écija (Sevilla), Granada (dos monasterios), Jaén, La Laguna (Tenerife), La Solana (Ciudad Real), Murcia, Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), Sevilla, Torredonjimeno (Jaén) y Villanueva del Arzobispo (Jaén).

Las fraternidades laicales (antigua Orden Tercera) se encuentran establecidas en Alcalá la Real (Jaén), Almería, Baena, Bormujos (Sevilla), Córdoba, Granada, Huéscar, Jaén, Jerez de la Frontera, Motril, Sevilla y Torredonjimeno.

Aunque propiamente no pertenecen a la Orden como frailes, monjas y fraternidades, tras el Concilio Vaticano II se acuñó el término “Familia Dominicana” a la que pertenecen diversas congregaciones religiosas femeninas de vida activa, la Fraternidad Sacerdotal Dominicana (los presbíteros seculares pertenecían anteriormente a la Orden Tercera junto a los laicos) y el Movimiento Juvenil Dominicano.

 

Autor: Carlos José Romero Mensaque


Fuentes

LOREA AMESCUA, Antonio de, Historia de la Provincia de Andalucía de la Orden de Predicadores, en Archivo Histórico de la Provincia Dominicana de Andalucía (con sede en el Convento de Santo Tomás de Sevilla), 10/1 y 2. Disponible en línea.

Bibliografía

Archivo Dominicano. Anuario del Instituto Histórico de la Provincia Hispania de la Orden de Predicadores, Salamanca, San Esteban, 1980-

Huerga Teruelo, Álvaro, Los dominicos en Andalucía, Sevilla, 1992.

LARIOS RAMOS, Antonio, Los Dominicos de Andalucía en la España contemporánea, Salamanca, San Esteban, 2004.

MIURA ANDRADE, José María, “La Provincia Bética de la Orden de Predicadores durante la Baja Edad Media. Los frailes”, en Revista de Humanidades, 27, 2016, pp. 17-42.

QUIRÓS, Paulino, Apuntes y documentos para la Historia de la Provincia dominicana de Andalucía. Reseña histórica de algunos varones ilustres de la provincia de Andalucía, de la Orden de Predicadores, Almagro, Santísimo Rosario, 1927.

Visual Portfolio, Posts & Image Gallery para WordPress