Durante los siglos XVI, XVII y casi todo el XVIII los planos de ciudades no solían mostrarse en proyección ortogonal sino en perspectivas caballeras. En estas vistas se perseguía representar tanto el diseño de los edificios más emblemáticos como la exactitud en su ubicación. El primer Atlas de vistas de ciudades fue el Civitates Orbis Terrarum que realizó Georg Braun (1541-1622) y grabó Franz Hogenberg (1535-1590). Esta obra acompañaba al Theatrum Orbis Terrarum de Ortelius y contiene 546 perspectivas de ciudades. Sevilla está representada en el volumen primero de 1572, en el volumen cuarto de 1588 y el volumen quinto de 1598.

En la primera de ellas, la imagen se imprime junto con otras dos urbes con puertos comerciales de primer orden, Cádiz y Málaga. Para resaltar aún más la importancia de Sevilla como puerto, Braun y Hogenberg centran la ilustración en el Guadalquivir. A partir de aquí, al fondo y en segundo plano, se detallan los edificios y monumentos de la ciudad. En primera línea, centrando la atención del observador, se dibujan personajes en escenas costumbristas: mujeres bailando, hombres en burros y dos personas paseando. Si en esta primera visión panorámica de Sevilla la perspectiva es horizontal, a nivel del suelo, la imagen de 1588 se realiza a vista de pájaro. Continúa el Guadalquivir como elemento esencial de la ciudad, aunque en esta ocasión se le da más protagonismo a la estructura urbana, identificándose todos los edificios a ambas márgenes del río. La vista oblicua también nos permite identificar los núcleos urbanos de los alrededores (Camas, La Algaba, Sevilla la Vieja –Itálica-, La Rinconada…). Los monumentos, plazas, conventos, etc. están dibujados con mucho más rigor y casi todos ellos son identificados con rótulos en la propia ilustración o en la leyenda, situándose ésta en la parte inferior. En la vista de Sevilla de 1598, al igual que ocurría en la imagen de 1572, la ciudad se aleja pasando a un segundo plano en beneficio de escenas cotidianas que ocupan la mitad inferior de la imagen. A su vez, el Guadalquivir casi desaparece por la parte superior izquierda, cobrando protagonismo el Tagarete, afluente de aquél. En la orilla del arroyo unas mujeres aparecen lavando y más a la derecha corren dos toros rodeados de varios perros y personas. En primer plano, en uno de los senderos de los arrabales de Sevilla, como escena principal de la vista, destaca un escarnio público simbolizado por un hombre montado en burro con cuernos adornados con banderines y campanillas. Le sigue su esposa adúltera que lleva una toca blanca que le cubre la cara. Delante de ellos, y sobre burro también, cabalga la alcahueta que permitió tal conducta reprensible, desnuda de cintura para arriba y rodeada de moscas por el lanzamiento de excrementos que tiran otras personas que flanquean la escena. Tras ellos, sobre corcel blanco, la autoridad municipal con sus dos asistentes a pie.

A partir del siglo XVII, en estas vistas de ciudades podemos distinguir dos periodos. Durante la primera mitad el estudio de la temática a representar, el uso de colores realistas y el naturalismo que caracterizaba el siglo de Oro se prolongó hasta bien entrado el nuevo siglo. Esta situación cambia durante la segunda mitad cuando la influencia del barroco empieza a plasmarse en las vistas de ciudades a través de un enriquecimiento decorativo como el uso de símbolos geométricos, rosas de los vientos, escudos ornamentados, orlas recargadas, tipos de letras excesivamente adornadas, … A su vez, comienza a generalizarse y difundirse vistas panorámicas de autores como Rombout van den Hoeÿe (1622-1671) o Pieter Hendricksz Schut (1618-1667) que son reproducidos e imitados por otros impresores que pretendían enriquecerlas, y en muchos casos lo conseguían, añadiendo algunos elementos secundarios. Por ejemplo, en las vistas de Sevilla se incorporan escenas cotidianas de la vida urbana en primer plano a semejanza de las de finales del XVI, aumentan del número y tipos de embarcaciones atracadas en el puerto o navegando por el Guadalquivir, o se incorporan escudos y emblemas que a su vez se ornamentan aún más.

La primera vista panorámica de Sevilla que destacamos en el siglo XVII es la de Simon Wynhoutsz de Vries (1580-1629), grabador y comerciante holandés, más conocido por Simon Frisius. El mapa está fechado en 1617 y editado por Johannes Janssonius (1588-1664) en Amsterdam (actualmente se conserva en The British Library en Londres). El formato de esta vista es de 292 x 842 mm y está dividido en cuatro planchas. Su título original es “Hispalis vulgo Sevilliae urbis toto orbe celeberrimae hispaniaeque primariae”. En la parte superior de la vista podemos leer: “Qui non ha Visto Sevillia no ha vista marra villa”, expresión que continuó usándose en otras vistas de la época. Este rótulo demuestra la influencia e importancia de esta ciudad en la Edad Moderna gracias al comercio con América. En la propia ciudad predominan múltiples torres y campanarios de iglesias y templos identificados por sus nombres en la parte superior de cada uno como San Salvador o San Pedro. En el margen del Guadalquivir destacan cuantiosas escenas cotidianas que se extienden más allá del Arenal, barrio de Sevilla sin construir debido a las numerosas inundaciones que sufría esta zona. Finalmente, es de resaltar las numerosas y diversas embarcaciones que se sitúan en el muelle de Sevilla, así como navegando por el Guadalquivir. Este hecho ratifica la importancia del Puerto de Sevilla, y por ende de la misma ciudad, durante esta a época.  

Con un título muy parecido a la vista panorámica de Simon Frisius, Matthäus Merian (1593-1650) traza “Sevillia: Hispalis vulgo Sevilliae urbis Toto orbe celeberrimaes primariae efigies Hispaniaeque” en 1638. Igual que la mayoría de las vistas de Sevilla, ésta se realiza desde el arrabal de Triana, y abarca desde el muelle de las Mulas o Muelas hasta el edificio de la Santa Inquisición en el ángulo inferior izquierdo.  A continuación, el río Guadalquivir se impone con la presencia de distintas embarcaciones, atracadas o navegando, hasta la altura del Puente de las Barcas, mostrando una ciudad en plena efervescencia donde la actividad portuaria domina la imagen. Seguidamente, despuntan los monumentos más característicos de Sevilla, civiles y religiosos, como la Torre del Oro o la Catedral junto a otras iglesias y conventos que se enumeran y detallan en la leyenda de la parte inferior. En la sección superior, en el interior de una cinta a modo de orla, está escrito el nombre de Sevilla. Flaqueando la inscripción aparecen dos escudos, el de los Austrias, a la izquierda, y el de la ciudad de Sevilla, a la derecha.

Rombout van den Hoeÿe en 1670 también elabora su vista panorámica de Sevilla desde la margen derecha del Guadalquivir, como la mayoría de las vistas. Mantiene además el doble escudo de los Austrias y el de Sevilla, el lema de “Qui non havists [Sevilla] no havista marravilla” y el nombre de Sevilla en la cinta orlada. Incluso las edificaciones y embarcaciones siguen siendo las mismas.

En 1690 Frederick de Wit (1630-1706), que trabajó en sus comienzos con Willem Blaeu (1571-1638), realiza “Sivillia”, vista panorámica de la ciudad con ciertas connotaciones barrocas como el marco que bordea la imagen, la guirnalda donde se ubica el título o los borlones que adornan los escudos. En la parte inferior se encuentra la leyenda que está escrito en holandés, francés, alemán e inglés. Es una imagen hasta cierto punto idílica de la ciudad de Sevilla donde el arrabal de Triana desaparece, salvo el edificio de la inquisición, para dar paso a una estampa costumbrista de la época. A pesar de la rareza de esta imagen, difundiéndose en muy pocos atlas de la época, continúa la imitación de otras vistas anteriores como el Puente de Trajano, denominación que ya mostrara Frisius en su vista panorámica de 1617 y del que imita otros elementos de la imagen como los edificios, monumentos y las embarcaciones.

Las vistas de ciudades, que se plasmaban en base a imágenes oblicuas normalmente utilizando la perspectiva caballera comenzaron a decaer a lo largo del siglo siguiente a favor del plano como fuente gráfica principal para la representación de la ciudad. A pesar de este relevo, las vistas de ciudades continuaron representándose en menor medida hasta mediados del XIX.

Autor: José Carlos Posada Simeón


Fuentes

BODENEHR, Gabriel, Sevillia die Koniglich-Hispanishce Haput-Statt in Andalusien, 1700. En Barry Lawrence Ruderman. Disponible en línea.

BRAUN, George y HOGENBERG, Franz, Sevilla, 1572 (reproducción de 1593). En Biblioteca Nacional de España, GM/1174, f. 2. Disponible en línea.

BRAUN, George y HOGENBERG, Franz, Sevilla, 1588. En Instituto Geográfico Nacional. Disponible en línea.

BRAUN, George y HOGENBERG, Franz, Sevilla, 1598. En Historic Cities Research Project. Disponible en línea.

FRISIUS, Simon, Hispalis vulgo Sevilliae urbis toto orbe celeberrimae hispaniaeque primariae, 1617. En British Library. Disponible en línea.

HOEYE, Rombout van den, Hispalis vulgo Sevilliae urbis toto orbe celeberrimae primariae efigies Hispaniaeque, 1650-1671. En Biblioteca Nacional de España, MA00063162. Disponible en línea (Inspirada en la vista de Sevilla realizada por Matthäus Merian en 1638).

WIT, Frederick, Sivillia, 1690. En Instituto Geográfico Nacional. Disponible en línea.

Bibliografía

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CABRA LOREDO, María Dolores y SANTIAGO PÁEZ, Elena María, Iconografía de Sevilla, 1400-1650, Madrid, Ediciones El Viso, 1988.

DÍAZ ZAMUDIO, Tomás y GÁMIZ GORDO, Antonio, “Vistas de Sevilla extramuros del XVI al XVIII”, en XVII Congreso Internacional de Expresión Gráfica Arquitectónica (1021-1029), Alicante, Universidad de Alicante, 2018.

NAVARRO LUNA, Javier, GARCÍA GÓMEZ, Antonio y CANTO RUIZ, Juan Ramón, “Vistas de ciudades. una imagen geográfica de las ciudades andaluzas en el siglo XVI”, en POSADA SIMEÓN, José Carlos y PEÑALVER GÓMEZ, Patricio, Cartografía Histórica en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2010, pp. 64-81.

POSADA SIMEÓN, José Carlos, “De la cartografía española a las vistas de la ciudad de Sevilla en el siglo XVII”, en Murillo y Sevilla (1618-2018): conferencias en la Facultad de Geografía e Historia, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2018, pp. 23-40.

SANCHO CORBACHO, Antonio, Iconografía de Sevilla, Sevilla, Editorial Graficas del sur, 1975.

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