Tras el éxito de la primera edición del Theatrum Orbis Terrarum de Abraham Ortelius se elaboró, como complemento a este atlas, una serie de vistas de ciudades cuyo promotor fue Georg Braun (1541-1622), por aquel entonces canónigo de la catedral de Colonia. Pero no sólo impulsó dicha obra, sino que la coordinó, encargando a Georg Hoefnagel (1542-1600) muchos de los dibujos de estas vistas y a Franz Hogenberg (1535- 1590), que ya había trabajado para Ortelius, la grabación de las planchas. Pero además contó con otros muchos colaboradores sin cuya ayuda hubiese sido imposible la realización de esta magna obra como Philippe Galle, (1537-1612), Gottfried von Kempen (1576-1598), Simon Novellanus (c. 1560-1590), o Bertramum Bochholtz (c. 1572-1599) … Junto a cada una de estas panorámicas se redactaron, en latín, textos descriptivos de cada ciudad. En muchas ocasiones estos escritos lo llevaban a cabo el mismo Braun. Llegó a tener en su última edición seis volúmenes y contienen aproximadamente 500 planos y vistas de las ciudades más importantes del siglo XVI. Estas panorámicas se editaron en los siguientes años: 1572, 1575, 1581, 1588, 1598 y 1617. Se detallan a continuación las ciudades correspondientes a la provincia de Cádiz.
Cádiz
Con más de 3.000 años de antigüedad esta ciudad de origen púnico se sitúa sobre una pequeña península unida a tierra firme por un estrecho istmo. Esta situación enfocada hacia el mar hizo de ella una ciudad de carácter portuario, afianzado en la Baja Edad Media con el control dl comercio del Estrecho de Gibraltar. Tras su destrucción en 1596, por flotas holandesas e inglesas, se reconstruyó reforzando sus defensas con los castillos de San Sebastián, Santa Catalina y San Lorenzo.
Braun hace hincapié en su representación de la ciudad de Cádiz en ese carácter portuario y comercial de la ciudad. De hecho no sólo la escenografía general, bajo un enfoque bidimensional, sin dejar de utilizar ciertos recursos a la perspectiva, se centra en ello, sino que la mayor parte de los detalles gráficos aluden a ello: las localizaciones de las principales playas (la calta, cortadura…); los muros y los diferentes castillos, que constituyen un rosario defensivo muy potente y acentúan el carácter geoestratégico del lugar; el gran número de embarcaciones, tanto pesqueras (pequeños botes) como comerciales (naos); las labores de pesca de arrastre…
Muestra también un especial interés en reflejar la importancia de la Bahía, como lugar y emplazamiento idóneo para las diferentes actividades marítimas, y no sólo de la ciudad de Cádiz. Así aparecen reflejadas otras importantes localidades como Rota, el Puerto de Santa María y se deja entrever Sanlúcar de Barrameda.
La perspectiva es interesante, de manera que podemos ver como la ciudad se incrusta en el mar, es decir es una prolongación continental en el “Mar océano”, ya que este aparece en los dos márgenes, derecho e izquierdo respectivamente y al fondo de la misma. Es por tanto una recreación fiel de la posición geográfica de la ciudad de Cádiz. Y precisamente por destacar ésta no se centra en una perspectiva oblicua a vista de pájaro, sino más bien en un enfoque frontal, que no nos permite descubrir la estructura interna, el entramado de calles y plazas, ni podemos atisbar la singularidad de su caserío. De este destacan sobre el horizonte los grandes edificios civiles (la Iglesia Mayor) y militares (el Castillo), o algún elemento del tejido urbano, como la calle Nueva. Ciertamente si podemos vislumbrar la adaptación longitudinal del damero urbano a la forma alargada de la península.
Asimismo, aparecen como suele ser habitual algunas estampas de carácter folclórico, escenas de una pretendida cotidianeidad y de actividades tradicionales de la zona; tal es el caso del arriero que transporta a lomos de un borriquillo dos grandes atunes por el camino de la Isla, o la muy frecuentada escena de cantes y bailes que se encuentra en primer término.
Jerez de la Frontera
En el paso natural entre la bahía de Cádiz y las tierras interiores del valle Bético, se localiza la ciudad de Jerez de la Frontera, a unos 50 Km de la costa, en un paisaje dominado por suaves lomas de campiñas de albarizas, suelos procedentes de margas sedimentadas en aguas poco profundas a finales del Terciario.
Este entorno natural, cuyas características básicas se extienden por otras localidades próximas como Sanlúcar de Barrameda o el Puerto de Santa María, es el lugar idóneo para el cultivo de la vid, base económica y símbolo de esta ciudad, que con las ciudades anteriores forma el territorio de la denominación de origen Jerez- Xérès-Sherry.
La producción y comercialización de vino data de muy antiguo, probablemente de tiempos fenicios, y es la principal imagen que trata de transmitir el grabado de Hoefnagel, donde con gran minuciosidad se dibuja un paisaje de suaves lomas cubiertas de viñedos, en ordenadas parcelas.
La imagen presenta dos grandes planos. El primero recoge escenas y personajes costumbristas, a un lado dos caballeros luchando, símbolo quizás de su posición fronteriza –de ahí su nombre- durante muchos años entre los reinos cristiano y nazarí, seguidos de dos personajes cuyos ropajes los identifican como los dos grandes poderes de la ciudad; el uno eclesiástico y el otro nobiliario. Por último, aparece el pueblo llano en las figuras de trabajadores que dirigen una recua de mulas hacia la ciudad, y otro que carga un saco a sus espaldas y los sigue.
Al fondo aparece la ciudad rodeada de un imponente lienzo de murallas, dado su carácter fronterizo. A lo largo del perfil urbano, que ocupa todo el frontal del fondo, se nos muestra un caserío muy concentrado, entre los que destacan las siluetas de los grandes edificios religiosos –Iglesia de San Salvador- y civiles –casas-palacio y bodegas-. Aunque apenas se vislumbra por la perspectiva adoptada, indicar que el paso de la ciudad islámica a la cristiana no supuso una transformación radical ni en las viviendas, ni en la morfología urbana.
Conil de la Frontera
Situada en el litoral suroccidental gaditano, entre los cabos Roche-señalado en el dibujo- y Trafalgar, y entre las bahías de Cádiz y Algeciras, junto a la desembocadura del río Salado. Aparece el dibujo junto al de Jerez de la Frontera, siendo la imagen que transmite del mismo interés; el de mostrar la principal actividad económica de la zona, pero con un tratamiento muy diferente.
Efectivamente todo el dibujo se centra en la pesca del atún. Actividad que se realiza mediante la técnica de la almadraba y que permite su captura cuando cruza el estrecho cada año, mediante redes que se colocan entre barcos y cierran su paso a esa migración. Su importancia fue tal que los orígenes de la ciudad están ligados a ello, así en el siglo XIV pequeños asentamientos se construyen alrededor de la Torre de Guzmán y su Castillo, conjunto defensivo inspirado en la defensa de la costa, y sobre todo de las ricas almadrabas. En el dibujo se aprecia su localización y en un primer término la casa del Duque de Medina Sidonia.
La imagen dispone de izquierda a derecha una serie de escenas que comprenden las diferentes fases de elaboración y preparación del atún; un trabajador extrae sal de un gran montículo, que es utilizado para salar el pescado una vez que este previamente se ha troceado y preparado, y su posterior envase en toneles para su comercialización y venta. A estas escenas le sucede en un segundo plano el curso del río Salado y en sus orillas pescadores que están recogiendo las redes.
Vejer de la Frontera
Al sur de Conil, en el centro de la comarca de La Janda, se asienta sobre un cerro elevado sobre los 200 metros, que domina las feraces tierras regadas por el río Guadalete camino de su desembocadura en Barbate.
Este enclave estratégico es lo que pretende resalta el dibujo de Hoefnagel desde una perspectiva aérea, donde el foco central lo constituye el amplio espacio que domina la ciudad, y centrándose los detalles en ésta, descuidando o no atendiendo a la propia ciudad en si -de la que tan sólo se atisban una pequeña parte de la muralla y algunas edificaciones, en su frente norte-. De tal manera que se recoge en detalle el amplio arco que traza el estrecho de Gibraltar, desde la Roca de Gibraltar hasta el cabo Espartel, trazando todo el norte de Marruecos (denominado Barberia).
Las dos figuras que ocupan el primer plano; un soldado y un pastor, señalan hacia el estrecho, ¡tal vez indicando ese valor estratégico tanto en lo militar como en lo económico! Pudiera ser, lo cierto es que en este entorno se produjeron dos de las batallas más importantes de nuestra historia; la batalla de La Janda (en el 711) que abrió paso a la conquista musulmana, y la batalla de Trafalgar (1805), que supuso entre otras la perdida de nuestro poderío colonial.
Setenil
Situada más hacia el noreste, supone la prolongación de las campiñas hacia la serranía de Ronda. Se caracteriza por suelos calcáreos y relieves de mediana altura, para una agricultura de cereal. El autor nos presenta con gran detalle, a pesar de su pequeño tamaño y corta historia, un pueblo singular que se configura en época almohade, alrededor del castillo amurallado, en una ladera empinada, a diferentes niveles, adaptándose al irregular terreno que ha ido labrando el curso del río Guadalporcún, en cuyos tajos los habitantes construyeron sus casas, adosadas a la pared rocosa y cubiertas por una cornisa de roca –denominados abrigos bajo rocas- tal como se puede observar en el dibujo. En la margen derecha del río se observan también casas excavadas sobre terrazas fluviales, con chimeneas humeantes. Este trogloditismo es hoy un fuerte atractivo turístico de este pueblo.
Bornos y Zahara
Localizadas en la sierra noroccidental de Cádiz es un territorio de transición entre las campiñas jerezanas y las estribaciones de la subbética malagueña. El primero de ellos situado en las tierras más bajas, de terrenos ondulados, y suaves pendientes, y muy fértiles, en el valle regado por el río Guadalete, tal como se refleja en el dibujo. La atención también se centra en la posición del pueblo en el camino entre Málaga y Jerez. Por otro lado, unas imágenes costumbristas muestran un cazador, llamando a sus perros, y a la derecha figuras de viajeros que llegan desde Málaga- y otras que discurren hacia Jerez-, y lugareños transportando mercancías a pie o a lomos de burros.
Zahara se localiza también en ese camino, pero en terrenos más elevados, al pie de relieves más abruptos y de pendientes más acusadas, sobre la falda de la sierra del Jaral y con asentamientos desde la cultura neolítica hasta nuestros días. Hoefnagel nos muestra dos vistas de la ciudad; una desde el norte –Jerez, donde aparece la figura del dibujante tomando apuntes desde su caballería, y otra desde el sur- Málaga-. En ambas destacan las construcciones defensivas en la peña calcárea que domina el terreno, un castillo y su lienzo de murallas con torres defensivas y almenado. En la imagen de la derecha el pueblo se extiende en una empinada ladera, al pie del castillo, adaptándose en diferentes niveles a las irregularidades del terreno. Las diferentes culturas asentadas y la configuración del terreno permitieron la construcción de un entramado urbano singular, de calles estrechas y casas encaladas, que fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1983.
Autor: Javier Navarro Luna
Fuentes
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BRAUN, Georg, HOGENBERG, Franz, NOVELLANUS, Simon y GALLE, Philippe, De Praecipuis, Totius Universi Urbibus, Liber Secundus, 1582. En Biblioteca Nacional de España, GMG/755, GMG/48(2) y RI/2. Disponible en línea.
BRAUN, Georg, Urbium praecipuarum totius mundi liber tertius 1581. En Internet Archive. Disponible en línea. Disponibles otras ediciones de 1588 y 1596.
BRAUN, Georg, HOGENBERG, Abrahamus, ANTON, Hierat, Theatri praecipuarum totius mundi urbium liber sextus, 1617. En Internet Archive. Disponible en línea.
Bibliografía
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