Uno de los mapas más reproducidos e imitados a lo largo de los siglos XVII y XVIII fue sin duda el mapa de Jerusalén realizado por el Jesuita cordobés Juan Bautista de Villalpando. Este arquitecto, matemático, lingüista, escritor y teólogo nació en Córdoba en 1552 y murió en 1608 en Roma.  Estudió arquitectura y matemáticas junto a Juan de Herrera (1530-1597). En 1575 ingresa en la Compañía de Jesús y comienza a trabajar en la elaboración de un comentario sobre el libro de Ezequiel. A la vez, va realizando obras arquitectónicas en Andalucía como la Catedral de Baeza o la iglesia de San Hermenegildo de Sevilla. Tutelado por el baezano Jerónimo del Prado (1547-1595) van elaborando distintos capítulos de esta magna obra que estaba patrocinada por Felipe II. Aunque ambos se trasladan a Sevilla, solicitan ir a Roma y en 1592 se desplazan a esta ciudad para intentar culminar su trabajo. El objetivo principal es la reconstrucción del Templo de Jerusalén desde la perspectiva del profeta Ezequiel. La labor de Villalpando, en principio, y como arquitecto, fue la realización de los capítulos dedicados a la explicación arquitectónica del templo de Salomón, pero tres años después de su llegada a Roma muere Jerónimo del Prado cuando sólo se había terminado el primer volumen de los comentarios sobre Ezequiel, continuando el sólo los otros dos volúmenes. Los tres se imprimieron bajo el título de Hieranymi Pradi et Ioannis Baptistae Villalpandi e Societate Iesu in Ezechielem explanationes et Apparatus Urbis, ac Templi Hierosolymitani. Esta obra fue publicada por Zannetti y Vuglietto en Roma entre 1596 y 1605. Villalpando hace esta interpretación de Ezequiel trasladando su perspectiva mística a algo tangente como es un mapa y, sobre todo por la trascendencia posterior, a unos planos del Templo de Salomón.

Los mapas que se habían hecho sobre la ciudad de Jerusalén en los siglos XV y XVI, y por tanto anteriores a Villalpando, representaban a la ciudad en el interior de una gran muralla, más o menos circular, conformando un plano radial. El punto de difusión de las calles estaba en el Templo de Salomón. Así, participan de estas características, el primer mapa de la Tierra Santa de 1475 de Lübeck; la vista de Jerusalén de 1487 de Conrad Grünenberg o el grabado de Georg Braun y Franz Hogenberg denominado Hierosolyma urbs Sancta Iudea Totiusque Orientis de 1572.

En ese mismo año de 1572, el frexnense Benito Arias Montano (1527-1598) realiza un mapa de Jerusalén, prestándole especial importancia al Templo de Salomón. El diseño de este edificio fue muy diferente al que posteriormente Villalpando realizó, a pesar de que Arias Montano ya conocía el plano de Villalpando.  Su justificación se basaba en que en la época de Ezequiel el tempo aún no había sido construido. En realidad, el mapa de Jerusalén que acompaña al volumen 8 de “Nehemías”, obra de Arias Montano, está basado en un mapa, actualmente perdido, del cartógrafo alemán Peter Laickstein. Su idea fundamental y hasta cierto punto pionera, fue la de conciliar la arquitectura clásica y pagana con la mística, espiritual y revelada. Este objetivo lo persiguió también Villalpando diseñando un templo que trascendió durante varios siglos.

En particular, el mapa del jesuita cordobés está orientado al oeste, indicando en cada uno de los márgenes los puntos cardinales en latín: septentrio, oriens, merilies y occidens. Representa a Jerusalén mediante manzanas de viviendas más o menos regulares simbolizadas a través del estarcido profuso de pequeños puntos. Estos bloques están adaptados al terreno, percibiéndose las distintas altitudes a base de perspectivas y sombreados. Entre estos bloques destacan cuatro plazas o foros repartidos por la ciudad: Pecuarium, Superius, Materias y Piscarium. Destacan, además, una serie de edificios singulares, dibujados en perspectiva y con cierto nivel de detalle. Éstos son de distintas índoles: civiles (Hippodromus, Theatrum), militares (D. Fortium), religiosos (Templo de Herodes) … Pero entre todos destaca el Templo de Salomón (Templum Salomonis), cuya repercusión arquitectónica ha sido el argumento principal de numerosos artículos. Rodea a toda la ciudad una gran muralla con diferentes puertas: Gregis, Beniamin Inferior, Piscium, Vetus, Ephraim, Anguli, Vallis, Sterceris, Fontis, Fictilis, Aquarum y Equorum. Aparece otra muralla dividiendo a la ciudad en dos de oeste a este. Fuera de ellas, al sur, se encuentran los montes Eroge y Acheldema. Al oeste están los montes Gion y Calvariae, el cerro Goreb (Collis Coreb), el acueducto real y los campamentos de Pompeya y Tili. Al norte se encuentra el cementerio real (Ager Regaliu Sepulcrorum), el estanque de las serpientes (Stagnun Serprentum) y el Monum Herodis, al oriente de este monumento se encuentra el campamento de los asirios (Castra Assyriorum). Al este, se expande la zona más importante desde el punto de vista religioso, justo frente al Templo de Salomón. En esta zona Villalpando cartografía los montes Offensionis y Olivarum (en cuyo centro se encuentra Locus Ascensionis, al noroeste de la aldea de Bethania), los monumentos a Absalón y Josafat y el jardín real (Hortus Regis). Presenta además la escala en cuatro medidas diferentes: cubitos sacros, stadia antiqua, recentiori stadia y milliari italicum (400 cubiti sacri=1 Stadia antiqua; 250 cubiti sacri= 1 recentiori stadia; 2000 cubiti sacri=1 milliari italicum).

La importancia de Villalpando se extendió mucho más allá de su generación, siendo admirado y estudiado por otros muchos como el filósofo madrileño Juan Caramuel (1606-1682), el arquitecto inglés Íñigo Jones (1573-1625) o el propio Isaac Newton (1642-1727). Su mapa, particularmente, se copió y sirvió de base para otros muchos cartógrafos posteriores. El título con el que casi todos anunciaban en sus mapas era “Jerusalén después de Villalpando”. Entre ellos destacan: el abad de Senones y notorio exégeta francés Dom Antoine Agustín Calmet (1672-1757), el teólogo francés Johannes Piscator (1546-1625), el famoso cartógrafo y grabador Matthäus Seutter (1678-1757) o el también cartógrafo Richard Blome (1635-1705) (El enlace a cada uno de estos mapas se encuentra en el pie de imagen adjunto al texto). También se llevaron a cabo vistas panorámicas de la ciudad de Jerusalen basadas en el propio mapa de Villalpando como el Hierusalem Veteris Imago Vera (1660) de Wenceslaus Hollar (1607-1677) o Hierusalem veteris imago vera… accuratissima precipue Iohannis Baptistae Villalpandi (1728) por el reconocido cartógrafo holandés Pieter van der Aa (1659-1733).

 

Autor: José Carlos Posada Simeón


Fuentes

Acceso a los tres volúmenes Hieronymi Pradi et Ioannis Baptistae Villalpandi e Societate Iesu in Ezechielem explanationes et Apparatus Urbis, ac Templi Hierosolymitani:

Mapa del monje jesuita belga Jacobi Tirini (Jacobus Tirinus) (1580 – 1636): Chorographia Terrae Sanctae in Angustiorem Formam Redacta, et ex Variis Auctoribus a Multis Erroribus Expurgata

Mapa de la antigua Jerusalén, Lacksteyn. En Biblioteca Nacional de Francia

Bibliografía

FERNANDES, Eduardo y CABELEIRA, João, “A geometria da cidade ideal, de Filarete a Villalpando”, en A Produção do Território: Formas, Processos, Desígnios, Faculdade de Arquitectura da Universidade do Porto, 2020, pp. 1954-1968.

MORRISON, Tessa (ed.), Juan Bautista Villalpando’s Ezechielem Explanationes: A Sixteenth-century Architectural Text, Edwin Mellen Press, 2009.

RAMÍREZ DOMÍNGUEZ, Juan Antonio, “Evocar, reconstruir, tal vez soñar (sobre el Templo de Jerusalén en la historia de la arquitectura)”, en Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte (U.A.M.), 11. 1990, pp. 131-150.

TAYLOR, René C., et al., El Padre Villalpando (1552-1608) y sus ideas estéticas: (Homenaje en su cuarto centenario), 1952, pp. 3-65.

TOUBER, Jetze, “Applying the right measure: architecture and philology in biblical scholarship in the Dutch early Enlightenment”, en The Historical Journal, 58/4, 2015, pp. 959-985.

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