En el Atlas sive cosmographicae meditationes de fabrica mundi et fabricati figura que los herederos del gran cartógrafo Gerardus Mercator (1512-1594) vendieron en 1604 a Jodocus Hondius, se añadió un nuevo mapa en 1606, denominado Andaluziae nova descript.[io]. Éste es el primer mapa impreso que se realiza cubriendo totalmente a Andalucía y a una escala razonable. Esta nueva edición se conoce como Atlas Mercator-Hondius y contiene 143 mapas. Se hicieron numerosas ediciones, incorporando progresivamente nuevos mapas, publicaciones que llevaron a cabo tanto él como, posteriormente, sus hijos. Por este motivo, también se conoce al autor, para diferenciarlo de sus herederos, como Jodocus Hondius “el viejo”. Pero fue en ese año de 1606, cuando se incluye por primera vez a España en su Atlas con la denominación de Hispania Nova Descriptio, y, como dijimos, a Andalucía con un mapa independiente. El alcance de este atlas se extendió tanto que, al año siguiente, en 1607, se publicó una versión reducida que se llamó Atlas Minor, para diferenciarla de ese otro más voluminoso que pasó a llamarse Atlas Major.

Joost de Hondt, cuyo nombre latinizado era Jodocus Hondius, nació 14 de octubre de 1563 en Wakken (Bélgica) y murió seis años más tarde de haber publicado el mapa de Andalucía, concretamente el 12 de febrero de 1612 en Ámsterdam. Fue grabador, geógrafo, cartógrafo y editor, y gracias a estos mapas, los Atlas Major y Minor, controló el mercado cartográfico de Amsterdam durante las primeras décadas del siglo XVII en detrimento de otro atlas que había sido el más difundido unas décadas antes: el Theatrum Orbis Terrarum de Abraham Ortelius.

Pero antes de todo esto, y para llegar a dominar el comercio de los mapas de Amsterdam, Hondius, se asentó en Londres realizando, previamente, algunos mapas como el de Inglaterra de 1590 o el de Francia al año siguiente. Trabajó como grabador, fabricando, entre otros trabajos, planchas para el «Mariners Mirrour» (1588) de Lucas Janszoon Waghenaer (1534-1606). Esta es la versión inglesa del Atlas Spieghel der Zeevaerdt van de nauigatie der Westersche Zee…, que se realizó entre los años 1583–84. Es de destacar que éste fue el primer atlas marítimo impreso de las costas europeas atlánticas. Entre sus mapas queremos recalcar la carta decimonovena que corresponde con el trazado del litoral andaluz, desde la desembocadura del Tinto y el Odiel hasta la ciudad de Tarifa. Posteriormente, en 1593, vuelve a Holanda y se instala en Ámsterdam, continuando como grabador. Inicia, en este momento su actividad como editor, empresa en la que trabajaría hasta su muerte.

La editorial cartográfica de Hondius se localizaba, como hemos señalado, en Ámsterdam, ciudad que estaba creciendo, en muchos sentidos, de forma exponencial. En 1602 se fundó, en esta misma urbe, la Compañía de las Indias Orientales, acrecentando el poder de Holanda y de su capacidad mercantil. Al mismo tiempo, en esta Compañía se formaron los más importantes cartógrafos de Europa, convirtiéndola, durante el siglo XVII, en el centro de producción de la cartografía europea. Todos estos hechos, llevó a la asociación comercial de grabadores/cartógrafos entre las que formaban parte la familia Van Langren, la familia Van Doetecum, Pieter van den Keere (1571-1646), Josua Van den Ende (1584-1634), Hessel Gerritsz (1581-1632), Claes Jansz. Visscher (1587-1652), y Abraham Goos (1589-1643), y famosos impresores como Cornelis Claesz. Van Wieringen (1577-1633), Willem Janszoon Blaeu (1571-1638) o el propio Jodocus Hondius. Tras su muerte, otros familiares como su hijo Jodocus 1593-1633), Hendrik el joven (1597-1651), o su yerno y cartógrafo Jan Janssonius (1588-1664), continuaron con la producción de mapas, incluyendo en cada nueva edición del Atlas mapas inéditos. Posteriormente y como no podría ser de otro modo, para incrementar su manufactura se llevaron a cabo traducciones en francés, holandés y alemán.

 Andaluziae nova descript.[io] es uno de los mapas regionales que comprende casi la totalidad de la región, desde el Oeste con el río Guadiana, cuyo topónimo queda enriquecido con su denominación latina “olim anas Fluv.”, hasta el Este con la ciudad de Almería, en el litoral, y Vélez Rubio, en el interior. Queda sin cubrir una reducida parte de la actual provincia de Almería. También ocupa una parte de Extremadura, el Algarve y La Mancha (Castiliae). El éxito de este mapa hizo que este grabado se convirtiese en arquetipo de la cartografía regional andaluza, siendo uno de los más divulgados y conocidos durante el XVII.

Presenta márgenes graduados, con diez subdivisiones por grado, tomando como meridiano de referencia la Isla de Hierro, al igual que muchos de los mapas de la época. Sobre ellos se señalan los principales puntos cardinales: Septentrio, Oriens, Meridies y Occidens. El mapa posee una extensión de 36 X 50 cm de huella sobre una hoja de 49 X 58 cm. En él aparecen tres cartelas distribuidas en diferentes espacios del mapa y que siguen un mismo patrón. Sobre un rectángulo o una elipse se desarrolla una serie de adornos escultóricos que lo separan de aquélla a través de un marco que a veces están limitados por una greca. Dichas cartelas están realizadas con tintas planas que recuerdan, como han sugerido algunos autores, los trabajos tradicionales de guarnecería. En la primera está el título del mapa, editor y fecha. En la parte superior izquierda se encuentra otra cartela donde está grabada una nota referente a los paralelos y meridianos utilizados en el mapa. En la última está escrita la escala, utilizando la Lecuae Hispan. [12 = 5,6 cm] y la Milliaria Germanica [10 = 5,3 cm] [ca. 1:1.360.000].

Pero este despliegue y lucimiento artístico, característicos de los cartógrafos holandeses no sólo queda reflejado en las propias cartelas sino también en la representación de los mares o, incluso, en la toponimia empleada. La superficie marina está simbolizada con dibujos en zigzag, de norte a sur, simulando olas. Como elementos decorativos destacan un pez fantástico saltando fuera del agua y una nave de época; ambos objetos situados sobre el Mediterráneo. La costa se resalta con líneas horizontales a modo de sombreado. Los ríos también están representados con rayados paralelos a sus orillas, tal como lo que hiciera anteriormente Jerónimo de Chaves en su Hispalensis conventus deliniatio o el propio Ortelius en muchos de los mapas de su Teatrum.

La toponimia utilizada es muy abundante, más cuantiosa en el oeste que en la zona oriental. Está escrito tanto en español como en latín. Utiliza una rotulación, en algunos nombres, con un exceso de ornamentación que dificulta la lectura, como el caso de Portugal: Liae Pars, hecho que ya se había repetido con anterioridad en los mapas de Mercator. Pero por regla general, salvando esta excepción, su lectura es fácil. Como en numerosos mapas de la época se suele recurrir a descripciones geográficas como, por ejemplo, “Anas fluvius hic subter terram se ab scondens postio miliaria denuo eruptit”, cuando hace referencia a los ojos o surgencias del Guadiana. Del mismo modo, en topónimos de cierta importancia utilizan tanto su nombre en español como su designación latina, como el del Guadiana que anteriormente señalábamos, pero también en Sierra Morena (Oropeda Mons), Guadalquivir (Baetis) o Genil (Singilis). Este hecho también se repite en las principales ciudades como Cadiz (Gades), Ronda (Arunda, Munda) o Sevilla (Hispalis). En general, para la categorización toponímica emplea diferentes variables tipográficas. El tamaño nos indica la extensión geográfica del fenómeno representado como el caso de las sierras y ríos. Pero también, el tamaño, determina una jerarquía visual en la rotulación de los núcleos urbanos que se concreta en una graduación de ciudades por orden de importancia. La forma de la tipografía aplicada también es diversa: las cursivas para las urbes medianas y pequeñas o para elementos físicos como sierras, ríos. En cambio, topónimos de mayor categoría como capitales, mares, diócesis… se rotulan en romanilla, enfatizando su valor con el uso de las mayúsculas.

Los símbolos utilizados para la representación de las ciudades, dibujados en alzado como en la mayoría de los mapas de esta época, también varían jerárquicamente: de los principales núcleos urbanos diseñados mediante una aglomeración de edificios (Sevilla, Córdoba, Écija, Andújar…) hasta aquéllos que se trazan simplemente con una o dos edificaciones. Del mismo modo, los símbolos utilizados para la representación de las montañas, también mediante perfiles abatidos sombreados, resaltan sobremanera; sobre todo en aquellas copias iluminadas que utilizando tonos amarronados hacen que destaquen aún más, son los casos concretos de Sierra Morena, Sierra Nevada y Sierra de Alcaraz.

Autor: José Carlos Posada Simeón


Fuentes

HONDIUS, Jodocus, Andaluziae nova descript.[io], 1606. En Instituto Geográfico Nacional. Disponible en línea.

MERCATOR, Gerardus Atlas Minor, 1610. En Hathi Trust digital Library. Disponible en línea. Consultar p. 191 para el mapa de Andalucía.

MERCATOR, Gerardus y HONDIUS, Hendrik, Atlas sive cosmographicae meditationes de fabrica mundi et fabricati figura, Ámsterdam, 1623. En Universidad Complutense de Madrid. Disponible en línea. Consultar p. 184 para el mapa de Andalucía.

 

Bibliografía

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POSADA SIMEÓN, José Carlos, “Representación cartográfica de los asentamientos humanos en los mapas de Andalucía de los siglos XVI-XVIII”, en Estudios Geográficos, 80/287, 2019.

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