Los periódicos que se publicaron en los puertos estadounidenses durante el periodo colonial y después de la Independencia exhiben en sus páginas una gran variedad de anuncios de ventas de todo tipo de productos, entre los que también aparecen vinos. La publicidad de la venta de vinos es diversa; en todos los anuncios aparece el nombre del vendedor, la variedad de géneros o los vinos objeto de venta, las cantidades disponibles, el tipo de envases (botellas, hodheads, quartercask…), a veces también advierten a los posibles clientes sobre cómo deben hacerse los pagos (al contado o mediante letras) e informan sobre la dirección del almacén o muelle donde se pueden adquirir los productos. En algunos casos, la venta de vino se visibiliza a través del acrónimo de West Indies & New England (W.I.N.E.), figurando a continuación la lista de licores y vinos que se ofrecen al público interesado. Además, en estas noticias es posible individualizar diferentes formas de ofrecer el producto a los consumidores. Lo más frecuente es que un mayorista de vinos o un mercader anuncie de manera más o menos relevante la venta de los vinos o las mercancías en sus almacenes. Pero, también sucedía que a la vuelta de un viaje venturoso un maestre que hubiera adquirido el vino de su cuenta lo negociase a bordo de su barco, emplazando a los clientes potenciales en el muelle correspondiente. Otra opción eran las subastas, convocándose al público interesado en un lugar y a una hora señalada. En este último caso los anuncios eran mucho más rotundos en los calificativos sobre la excelencia y calidad de los vinos.
La disponibilidad de determinados vinos en el mercado quedaba reflejada en la reiteración e insistencia de las noticias sobre su venta en sucesivos días y semanas. En las gacetas impresas de algunas ciudades como Nueva York, Filadelfia, Salem o Providence pueden rastrearse a través de estos anuncios los vinos más apreciados por los consumidores. En general, los distribuidores anunciantes son generosos con el madeira y los vinos portugueses durante la mayor parte del siglo XVIII. Los anuncios de estos vinos son abundantes y en todos ellos aparece el madeira, precediendo a cualquier otro tipo de vino y con tipografía visible y fácilmente reconocible. El sherry, cuando aparece, suele quedar relegado tras los vinos portugueses. A partir de los años sesenta del siglo XVIII, el vino de Jerez figura en muchos de los anuncios asociado a mercancías como las pasas de Málaga, el vino de Málaga, la sal de Cádiz y otros productos típicamente mediterráneos. En las décadas siguientes, el sherry, sin embargo, comienzará a visualizarse en los anuncios de la prensa estadounidense como un vino de calidad, con personalidad propia y a veces como único reclamo para los clientes en los anuncios. Joshua Blanchard distribuidor de vinos en Boston, wine cellar, se anunció repetidamente durante varios años en The Boston Gazette. En el número del 27 de marzo de 1769 ofrecía vinos a precios competitivos, principalmente madeira en sus diversas calidades y otros vinos portugueses junto al sherry. Cinco años después, el mismo Blanchard´s Wine Cellar anuncia con grandes letras mayúsculas únicamente sherry wine.
El vino de Jerez y los vinos de Málaga que llegaban en estos años al mercado de las Trece Colonias no lo hacían directamente desde puertos españoles sino que formaba parte de las reexportaciones desde los puertos británicos metropolitanos, y así se hace constar en algunos de los anuncios. En The Worcester Gazette, Daniel Waldo & Son anuncian la venta de sherry wine importado desde Londres (Worcester Gazette, July 14, 1785, p. 3) y de la misma procedencia son las mercancías y el sherry que Samuel Hughes procuraba vender en The Boston Gazette (March 26, 1759, p. 2).
Un análisis de los anuncios aparecidos en la prensa de algunas ciudades portuarias estadounidenses durante las dos últimas décadas del siglo XVIII demuestran como el sherry y otros vinos andaluces fueron conquistando gradualmente el mercado estadounidense pero a ritmos distintos según las ciudades. En los grandes centros económicos como Nueva York o Boston la oferta de sherry es más abundante y frecuente, tanto en el número de anuncios como en el protagonismo del vino de Jerez en esos anuncios. El tráfico de estos puertos con Cádiz, Algeciras, Málaga o Gibraltar, en la década de los noventa y primeros años del siglo XIX, facilitaba el abastecimiento del sherry y eso se percibe en la presencia del vino de Jerez en muchos más anuncios y con tipografía cada vez más relevante. También se evidencia este tráfico en los numerosos anuncios de venta directa a bordo de los barcos arribados desde Cádiz. El 11 de abril de 1799 el Commercial Advertiser, de Nueva York advierte de la llegada del brig Nymph procedente de Cádiz con 100 cuartercask de old sherry wine. En diciembre de 1801 se anunciaba en la Boston Gazette la subasta del cargamento completo del Hawk consistente en 40 botas de excellent old sherry wine equal to the best wine shipped for the London market , en 1803 se vende el cargamento del General Montgomery en el mismo muelle, en 1804 el sherry que llegó en el brig Dolphin se vendió a bordo del mismo y en 1806, en el schooner Ruth se pusieron a la venta 195 cuarter casks real sherry wine branded D.G. [1].
Este tipo de anuncios también reflejan cual era la naturaleza del comercio entre los puertos estadounidenses y Cádiz. Los retornos que se hacían desde Cádiz se componían no solo de vino de Jerez sino de sal y en menor medida de brandy, pasas, higos, limones y naranjas. La sal de Cádiz igual que el vino de Jerez se constituyó en un reclamo para los clientes, sobre todo en puertos de Nueva Inglaterra como Salem, o Newport donde la industria del pescado salado era una de las principales. Por eso en muchos de los anuncios aparece la sal y el sherry resaltados de manera especial.
Autora: Guadalupe Carrasco González
Bibliografía
CARRASCO GONZÁLEZ, Guadalupe, “Importaciones y comercialización de los vinos del Marco de Jerez en Estados Unidos (1791-1824), en Investigaciones de Historia Económica: Revista de la Asociación Española de Historia Económica, 14/3, 2018, pp. 154-164.
CARRASCO GONZÁLEZ, Guadalupe, “Vino, sal y pasas por harina pescado y duelas: El tráfico marítimo comercial estadounidense con España a finales del siglo XVIII (1780-1800). Una primera aproximación”, en Studia Historica Historia Moderna, 42/1, 2020, pp. 165-193.
HANCOCK, David, Oceans of wine. Madeira and the Emergence of American Trade and Taste, New Haven and London, Yale University Press, 2009.
LYDON, James G., Fish and Flour for Gold, 1600-1800: Southern Europe in the colonial balance of payments, Philadelphia,Library Company, 2008.
[1] Las siglas D.G. corresponden a la compañía gaditana Duff & Gordon