Cintado fue una de las primeras mujeres en cubrir información política: “Por aquel entonces, los señores que estaban allí trabajando, tenían otra mentalidad que venía del franquismo. Yo me quedé trabajando a la pieza y me puse a hacer información política; mi jefe era machista, pero no tonto”. Pese a que eran pocas mujeres las que llegaron a la profesión durante los años setenta, Lola considera que estas consiguieron darle cierta frescura al periodismo: “Los hombres estaban acomodados, nosotras acabábamos de llegar y teníamos una visión completamente diferente; y yo creo que los periodistas más brillantes de mi etapa fueron mujeres, éramos más prácticas”. Esa cualidad, que compartía con otras mujeres de su generación, hizo que se convirtiera en la primera jefa de prensa del primer presidente preautonómico, Plácido Fernández Viagas.
Lola Cintado: “Mi jefe era machista, pero no tonto”.
También tuvo la oportunidad de ser la jefa de Cultura de EFE en Madrid en los años 90, porque el director nacional visitó la delegación de Sevilla y le gustó su forma de trabajar. Para Lola, había un gran contraste entre la capital de España y la andaluza en lo que respecta a la inserción de la mujer en el periodismo profesional: “Hace treinta años había muchas mujeres periodistas en Madrid y, en Sevilla, que era más pequeña, no había ninguna. No es lo mismo estar en una redacción con más mujeres; aunque también exista la lucha entre las mujeres, yo prefería ese respaldo”.
Esto fueron los inicios de Lola Cintado. Ahora, reflexiona con orgullo sobre su generación: “yo creo que he nacido en una generación, no solo de periodistas, sino de mujeres con mucha suerte porque hemos nacido en el momento justo en el que empezamos a ocupar los primeros puestos de trabajo. Es una generación irrepetible, donde se abrió el feminismo y donde hemos abierto el camino al resto de mujeres”. Aunque ha habido un gran avance, reconoce Cintado, “hace falta llegar a la cúspide”.