María Jesús González: “Cuando llegué a Sevilla en 1969, me dijeron que por qué trabajaba si era mujer”.
María Jesús González fue la primera periodista que ingresó en la Asociación de la Prensa de Sevilla, en 1970. Desde entonces, han pasado más de cincuenta años, buen momento para hacer memoria de sus inicios en la profesión.
Natural de Vitoria, ya desde pequeña le encantaba escribir. Esta pasión no quedó en una afición pasajera y, en 1965, con apenas diecisiete años, partió a Madrid, en plena dictadura, para estudiar en la Escuela Oficial de Periodismo. Para ella, el que hubiese mujeres trabajando en esa época no era ninguna novedad: “yo venía del norte y estaba acostumbrada a que la mujer tuviera mucho protagonismo en la vida personal y social“. No obstante, sí reconoce que el modelo dominante de mujer durante el régimen era el de ama de casa.
Uno de sus profesores en la Escuela fue el cura Javierre, nombrado director de El Correo de Andalucía en 1969. Ese mismo año, María Jesús terminó sus estudios y se mudó a la capital hispalense, donde sigue residiendo. El primer contacto que tuvo con la sociedad andaluza le impactó profundamente, porque en aquellos tiempos, afirma, existía un abismo entre el norte y el sur de España: “cuando llegué a Sevilla en el año 1969 me llegaron a decir que si tenía necesidad de trabajar, y yo flipaba, aquí las mujeres no estaban incorporadas al mercado laboral”.
Ya en El Correo de Andalucía, María Jesús se convertiría en una de las periodistas pioneras en Sevilla. Las secciones no estaban definidas, pero reconoce que los “bombones periodísticos” se los ofrecían a los hombres. A pesar de estar en un ambiente masculino, se integró sin problemas en una plantilla mayoritariamente formada por hombres y se casó con uno de sus compañeros. Sin embargo, sí tuvo que enfrentarse a algunas limitaciones impuestas por el machismo imperante: “a nosotras nos costaba mucho acceder a las fuentes y núcleos de poder por la profunda mentalidad machista”. Algo que también vivió en primera línea María Jesús fue la censura: “Si queríamos contar algo tenía que ser entre líneas”.