190. SABINA

190. SABINA

Sabina aparece como figura secundaria en el detallado y preciso relato del juicio y posterior martirio de Pionio, del que fue compañera de sufrimiento en Esmirna, a mediados del siglo III, durante las persecuciones contra los cristianos emprendidas por el emperador Decio (249-251). Todo parece indicar que Sabina era en realidad de extracción servil y que había sido desterrada por su antigua dueña debido a su profunda fe cristiana, antes de conseguir escapar y regresar a Esmirna donde vivió escondida hasta su arresto.

Smyrna

Sabina fue confesora y apresada por profesar el cristianismo junto con Pionio y su acólito Asclepiades. Tras su detención, llevaron a los tres reos al ágora de Esmirna para forzarles a realizar públicamente un sacrificio en honor al emperador. También se les interrogó con el fin de obligarles, sin éxito, a renegar de su fe cristiana. Por ese motivo, se les mandó de vuelta a la cárcel, en la que se encontraron con el sacerdote Limnos, con otra mujer llamada Macedonia, y con Eutiquianos, miembro de la secta cristiana montanista. Días más tarde, fueron interrogados de nuevo y forzados a realizar un sacrificio antes de ser devueltos a la prisión, tras lo cual Sabina desaparece de las fuentes.

Anthony Álvarez Melero

Universidad de Sevilla

San Policarpo y su martirio. HM Magazine; n.199 Noviembre-Diciembre 2017

Fuentes principales

Martirio de san Pionio, el presbítero y de sus compañeros.

Selección bibliográfica

Ameling, W., “Zwei epigraphische Bemerkungen zum Martyrium Pionii (c. 9, 1; c. 23)” ZPE 198 (2016) 68-74.

Pavón Torrejón, P., La cárcel y el encarcelamiento en el mundo romano (Madrid 2003).

Robert, L., Le martyre de Pionios, prêtre de Smyrne. Édité, traduit et commenté par Louis Robert, mis au point et complété par G.W. Bowersock et C.P. Jones, avec une préface de Jeanne Robert et une traduction du texte vieux-slave préparée par André Vaillant (Washington 1994).

189. ZENOBIA

189. ZENOBIA

En el año 240 nació una mujer destinada a ocupar el puesto más importante de Palmira, ciudad situada en un oasis en el desierto de Efca, punto de encuentro entre Oriente y Occidente y en medio de las dos potencias más importantes de la época: el Imperio romano y el Imperio parto-persa. Su nombre era Zenobia. Su vida estuvo unida a la historia de Palmira, la “perla del desierto”. Su nombre griego era Septimia Zenobia, pero sus conciudadanos la llamaban Bath-Zabbai en su lengua aramea. Zenobia se desposó con Odenato, rey-cliente de Roma, siendo muy joven, y llegó al poder como reina regente de su hijo Vabalato, al ser asesinado su esposo en un complot. 

Palmyra

Odenato, con grandes poderes, legitimados por los emperadores Galieno y Valeriano, se encargó de la defensa de Oriente con gran éxito, venciendo a los persas y manteniéndose fiel a Roma hasta su muerte. Su esposa actuó hábilmente para mantener su herencia política e incluso ir más allá. Aunque su mundo era Palmira, fue capaz de organizar un imperio oriental que se extendió desde el Éufrates hasta el Mediterráneo. Nombró a su hijo Vabalato Augustus y a sí misma Augusta, término con el que se honraba a la esposa imperial y a algunas mujeres de la familia del emperador, confirmando así la independencia de Palmira. Esto formaba parte de su estrategia para presentarse como una igual ante Aureliano y obligarle a aceptar una corregencia en la parte oriental. La reacción militar del emperador no tardó en producirse, pero Zenobia de forma altanera no dudó en enfrentarse a Roma con su famoso ejército de arqueros y caballeros con la ilusa idea de vencer y, detentando el poder, convertirse en emperatriz. Aureliano la venció, pero reconoció ante el Senado la valentía de esta mujer, a la que perdonó la vida y, después de exhibirla en Roma como trofeo de guerra, le permitió vivir en una villa en Tívoli.

En la actualidad, para los pueblos del medio-este Zenobia permanece como un símbolo del poder, del valor y de la independencia árabe. Fue venerada, no por ser una mujer luchando en un mundo de hombres, o una reina guerrera empeñada en detentar los mayores poderes de su época, sino porque llegó a ser el símbolo del orgullo local, de la autodeterminación e identidad de su ciudad: Palmira. Zenobia fue una árabe que actuaba en los márgenes del poder tal como se expresaba en su época. 

María José Hidalgo de la Vega

Universidad de Salamanca

Herbert Gustave Schmalz (1856). La última mirada de la reina Zenobia sobre Palmira. Colección Privada.

Fuentes principales

Historia Augusta, Treinta tiranos, 30. 1-2; 24-27; Aurelianos, 26. 26-27; 27.2-5.

Selección bibliográfica

Andrade, N. J., Zenobia. Shooting Star of Palmyra  (Oxford 2018).

Hidalgo de la Vega, M.ªJ., “Zenobia, reina de Palmira: historia, mito y tradiciones”, Flor.Il 28 (2017) 79-105.

Hidalgo de la Vega, Mª.J., Zenobia, reina de Palmira (Barcelona 2019).

Hidalgo de la Vega, M.ªJ., “Zenobia de Palmira. Una reina en tiempos convulsos” en Pavón, P., Conditio Femminae. Imágenes de la realidad femenina en el mundo romano (Roma 2021) 799-830.

188. AURELIA DEMETRIA

188. AURELIA DEMETRIA

Aurelia Demetria y su hija Aurelia Apiana Diodora, alias Posidonia, aparecen en el llamado archivo de Heroninos, que contiene un gran volumen de cartas y de cuentas escritas sobre papiros. La cronología de los documentos se sitúa entre los años 247 y 270. Aurelia Demetria, hija de Lucio Septimio Aurelio Posidonio, magistrado en Alejandría, fue la esposa de Aurelio Apiano, caballero romano, miembro de la elite imperial romana, y también magistrado en Alejandría. En el archivo de Heroninos se hace referencia a la gran propiedad privada que tenía Apiano en la región del Fayum.

Cocodrinopolis

Demetria heredó de su padre unas tierras que acabaron formando parte de los bienes de su marido. Juntos tuvieron a dos hijos, Primo y Aurelia Apiana Diodora alias Posidonia. Esta última heredó la mayoría de las propiedades de su padre, ubicadas en la provincia egipcia de Arsinoé, que acabarían más tarde en manos del emperador, quizás tras ser confiscadas. Aurelia Apiana Diodora alias Posidonia estuvo casada con Antonio Filoxeno, miembro del orden ecuestre. Además de ser dueñas de tierras, madre e hija se les califica con títulos honoríficos tales como matrona stolata, entre otros, que confirman su posición como mujeres de alta alcurnia, emparentadas con miembros de la élite, como lo eran sus maridos.

Anthony Álvarez Melero

Universidad de Sevilla

Borrador de la cuenta mensual de Heroninos. Biblioteca Nacional de Austria, Viena.

Fuentes principales

P.Prag. III, 236.

Selección bibliográfica

Álvarez Melero, A., “Matronae stolatae : titulature officielle ou prédicat honorifique?”, CCG 28 (2017) 61-93.

Rathbone, D., Economic Rationalism and Rural Society in Third-Century A.D. Egypt. The Heroninos Archive and the Appianus (Cambridge 1991).

Schwartz, J., “Une famille de chepteliers au IIIe s. p.C.” Recherches de Papyrologie 3 (1964) 49-96.

187. FULVIA PRÓCULA

187. FULVIA PRÓCULA

Fulvia Prócula fue recordada por su madre Celsia Flavina en la Tarraco (actual Tarragona), mediante un homenaje estatuario póstumo datado en el siglo III.  Se sabe que perteneció a una familia de orden senatorial, grupo social más elevado y de mayor prestigio. Prócula era hija de Lucio Fulvio Numisiano, senador bajo el emperador Cómodo; y quizá esposa de Lucio Septimio Mano, perteneciente también al orden senatorial y homenajeado con una estatua por la asamblea provincial de la Hispania Citerior, que se colocaría en el foro de la colonia. Lucio Septimio tendría un origen foráneo, pero se casaría en Tarraco con Prócula. Lucio sobrevivió a su esposa, de la que se desconoce la edad de su fallecimiento. 

Tarraco

Ante la ausencia de descendientes, su madre Celsia Flavina pudo ser la responsable de encargarse tanto de su funeral como de la dedicación de su homenaje póstumo. Conmemorando a su hija, Flavina se autorrepresentó ante la comunidad tarraconense, especialmente si fue colocado en el espacio público. La madre como último gesto de cariño le dirigió el epíteto de “queridísima” a su difunta hija. 

Mª Carmen Delia Gregorio Navarro

Universidad de Zaragoza

Pedestal dedicado a Fulvia Prócula. CIL II2/14 980. (MR 3110)

RIT 136

Fuentes principales

CIL II2/14 980.

HEp. 9831.

Selección bibliográfica

Alföldy, G., “Sociedad y epigrafía en Tarraco”, en Stylow, A. U. et al. (coords.), Epigrafía y sociedad en Hispania durante el Alto Imperio: estructuras y relaciones sociales (Madrid – Alcalá de Henares 2003) 159-176.

Gregorio Navarro, M.ªC.D., “In honorem mulierum: conociendo a las mujeres de Tárraco a través de sus epitafios”, Salduie. Estudios de Prehistoria y Arqueología 16 (2016) 123-135.

Raepsaet-Charlier, M.-Th., Prosopographie des femmes de l’ordre senatorial (Ier-IIe s.) (Louvain 1987).

186. VALERIA BERECUNDA

186. VALERIA BERECUNDA

Valeria Berecunda murió en Roma en el siglo III a la edad de 34 años. Todo lo que podemos decir sobre ella nos lo transmite el epitafio que está grabado en su lápida funeraria, el cual, a pesar de los límites que impone el soporte, nos aporta interesantísimos detalles acerca de su vida. La inscripción destaca el nombre de la mujer y su actividad profesional. Valeria fue iatromea, un curioso término que ostentaron pocas mujeres durante la Antigüedad romana. La palabra iatromea es un grecismo latinizado surgido de la unión de las palabras griegas para denominar al médico y a la comadrona. 

Roma

Por tanto, era una profesional a medio camino entre el médico y la comadrona, con capacidad para asistir partos y problemas obstétricos y ginecológicos, y con conocimientos médicos generales. Además, el epitafio indica que Valeria fue la primera iatromea de su barrio. Es muy relevante el hecho de que la profesión se relacione con su distrito, ya que indica que la mujer revistió una posición de carácter oficial o pública encargándose de velar por la salud de sus vecinos. Conocemos algunos detalles de la vida personal de Berecunda. Era una madre dulcísima y una esposa santísima, y así lo quisieron expresar en el epitafio su marido, Publio Gelio Bitalio, y su hija, Valeria Bitalis. Curiosamente, la hija lleva el gentilicio de la madre y no del padre, lo que podría indicar que la pareja no estaba formalmente unida cuando la hija nació. En el círculo más cercano de la mujer también se encontraban los hermanos de su esposo, Gelio Crésimo, Julia Creste y los hijos de éstos, a quienes se reservó un espacio en el mismo sepulcro familiar.

Podemos imaginar que la familia disfrutaba de un nivel económico no desdeñable porque, además de contar con un grupo de libertos y libertas, costearon un sepulcro de gran tamaño para descansar tras la muerte. En el exterior de ese gran sepulcro estuvo fijado el epitafio de Valeria Berecunda, recordando a quienes tuvieran ocasión de leerlo que ella, una madre y esposa querida por los suyos, había dedicado su vida a la profesión sanitaria.

María de los Ángeles Alonso

Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fragmento del epígrafe funerario del sarcófago dedicad a Valeria Berecunda. Siglo III. Museos Vaticanos, Roma.

Fuentes principales

CIL VI, 9477.

Selección bibliográfica

Alonso Alonso, M.ªA., Los médicos en las inscripciones de Italia (siglos II a.C. – III d.C.). aspectos sociales y profesionales (Santander 2018).

Buonopane, A., Soldovieri, U., “Medica, obstetrix, iatromea. Note in margine a un’iscrizione inédita da Puteoli”, en Lavoro, lavoratori e dinamiche social a Roma antica. Atti delle giornate di studio (Roma Tre, 25-26 maggio 2017) (Roma 2018) 272-283.

Parker, H.N., “Women doctors in Greece, Rome, and the Byzantine Empire” en Furst, L.R. (ed.), Women Physicians and Healers: Climbing a Long Hill (Lexington 1997) 131-150.

185. JULIA CASIANA

185. JULIA CASIANA

En algún momento del siglo III Julia Casiana, mujer perteneciente a la élite, murió en el municipio lusitano de Olisipo (Lisboa), donde sus dos hijas, Florica Sabina y Julia Casiana, hicieron grabar un epitafio en su memoria. Gracias a este epígrafe se conoce su rango social como clarissima femina. De acuerdo con el senadoconsulto de Larino, el dignitas de un senador (vir clarissimus) se transmitía a sus hijos e hijas, así como a los descendientes de ambos sexos por vía agnática, hasta tres generaciones. Las esposas de los senadores también recibían la dignitas de estos, puesto que la mujer romana perdía el rango heredado de su padre cuando contraía matrimonio, pasando entonces a adquirir el de su marido. 

Olisipo

Por ello, Julia Casiana tuvo que ser la hija o estar casada con un senador vinculado de alguna forma con Olisipo. Sobre el marido de Julia Casiana nada se sabe, más allá de que tuvieron dos hijas, pero el nombre gentilicio Iulius y la filiación (hija de un Decimus) de esta mujer apuntan a que descendía de un hombre llamado Décimo Julio. Conocemos a un senador llamado Décimo Julio Casiano, quien vivió en tiempos de los Severos y es mencionado en un rescripto de Septimio Severo y Caracala a propósito de un asunto judicial, por lo que se supone que fue pretor o gobernador provincial. Julia Casiana no era originaria de Olisipo, lugar donde fue enterrada y su familia estaba arraigada, como se deduce del hecho de que sus hijas le dieran sepultura en la ciudad. En el epitafio hicieron constar expresamente el origen de su madre: era castrensis, es decir, originaria de Castra Caecilia. Según Plinio el Mayor, Castra Caecilia era un territorio administrado por la colonia Norba Caesarina (Cáceres).

Marta González Herrero

Universidad de Oviedo

Arco medieval conocido como "Arco del Cristo" con elementos constructivos romanos, Norba Caesarina, actual Cáceres.

Fuentes principales

CIL II, 4994.

EOlissipo, 69.

Selección bibliográfica

Caballos Rufino, A., Los senadores hispanorromanos y la romanización de Hispania (siglos I-III) I: Prosopografía (Écija 1990).

González Herrero, M., “The Possibilities for Financial Gain in Lusitania during Late Antiquity”, en Hernández de la Fuente, D. (ed.), New Perspectives on Late Antiquity (Newcastle upon Tyne 2011) 136-149.

Navarro Caballero, M., Perfectissima femina. Femmes de l’élite dans l’Hispanie romaine 2 (Bordeaux 2017).

184. CLAUDIA ISIDORA

184. CLAUDIA ISIDORA

Claudia Isidora, alias Apia, fue la hija de Claudio Apiano, que había desempeñado funciones como magistrado local en Alejandría (Egipto). Se sabe de su existencia por varios papiros datados a principios del siglo III. Estos valiosos documentos informan de que su familia poseía tierras y bienes inmuebles en la ciudad de Oxirrinco y en otras zonas cercanas. Gestionaba sus tierras y propiedades a través de sus subordinados que la mantenían al tanto de cualquier novedad.

Su elevado nivel social queda confirmado también por el uso de los adjetivos en grado superlativo con los que aparece descrita en los distintos papiros.

Alexandria

De ella se dice que era “la más memorable”, “la más noble” y “la más ilustre”. Estos calificativos se encuentran relacionados eran atribuidos habitualmente a mujeres emparentadas con senadores y caballeros romanos, e incluso con miembros de las élites locales, como su padre. Los bienes que Claudia Isidora heredó de su padre pasaron a manos del emperador Alejandro Severo, en el verano del año 225. No se sabe el motivo de este hecho, aunque se han barajado dos hipótesis. La primera y, al mismo tiempo, la más probable, sostiene que el emperador ordenó embargar y confiscar sus propiedades, quizás tras haber tomado parte en una conjura. La segunda hipótesis propone que, al morir sin descendencia, sus propiedades fueron legadas al emperador.

Anthony Álvarez Melero

Universidad de Sevilla

Fragmento de uno del papiro POxy.v0041 que recoge la fortuna de la familia de Claudia Isidora. Siglo III. British Library, Londres.

Fuentes principales

P.Oxy XLI, 2997.

P.Oxy LXX, 4772-4778.

P.Oxy LXXXII, 5320.

Selección bibliográfica

Rowlandson, J., Landowners and Tenants in Roman Egypt. The Social Relations of Agriculture in the Oxyrhynchite Nome (Oxford 1996).

Thomas, J.D., “Notes on Papyri Relating to Claudia Isidora also called Apia” BASP 41 (2004) 139-154.

183. JULIA MAMEA

183. JULIA MAMEA

Julia Avita Mamea era hija de Julia Mesa y Julio Avito. Se casó dos veces. La primera vez con un hombre de rango senatorial cuyo nombre no se ha conservado. La segunda vez con Marco Julio Gesio Marciano con quien tuvo a Avito Alexiano, conocido más tarde como Severo Alejandro. Además, pese a que se desconocen sus nombres, se sabe que también dio a luz a dos hijas.

Según los autores clásicos, Alejandro Severo recibió una excelente educación gracias a su madre, quien le inculcó la atención por la filosofía y la música, proporcionándole los mejores profesores. Probablemente esto se debiera a que ella y su hermana Soemias, recibieron también una buena formación intelectual. Mamea y su madre instaron a Heliogábalo a que adoptase a su primo, Severo Alejandro, como César.

Roma

También se afanaron en apartarle de los malos hábitos del entonces emperador, lo que dio como resultado que Alejandro fuese designado como emperador tras la muerte de Heliogábalo en el 222. Una vez que Severo Alejandro obtuvo el título de Augusto, tanto Mamea como Mesa fueron quienes llevaron las riendas del Imperio junto con el prefecto del pretorio, Ulpiano, y un consejo senatorial. Sin embargo, poco después de que esto ocurriera, Mesa murió, dejando a Mamea como la figura dominante dentro del principado de su hijo. Según autores como Herodiano, Alejandro estaba completamente bajo influencia de su madre, a quien se culpó de los problemas ocurridos en sus años de reinado. Tal era la influencia que Mamea ejercía en Alejandro que llegó a escoger incluso a su esposa.  

Recibió el título de Augusta en el momento en el que su hijo accedió al poder y, probablemente, se le concedió el título de Mater Castrorum, así como el de Mater Senatus et Patriae. En el 227 se le designó con el título Mater Universi Generis Humanis, tal y como se constata por la epigrafía, siguiendo un programa propagandístico. De la misma manera que su tía, Mamea acompañó al príncipe en sus actividades bélicas. Encontró la muerte en el año 235 en la frontera del Rin, durante el desarrollo de una campaña militar. Debido a que Alejandro trató de buscar la paz con las tribus romanas mediante el pago de tributos, tal circunstancia provocó un enorme descontento en el seno del ejército que finalizó con el asesinato del emperador y su madre a manos de tribunos y centuriones al mando de Maximino el Tracio, quien se convertiría en el posterior emperador.

Adrián Gordón Zan

Universidad de Zaragoza

Busto de Julia Mamea. Siglo III. The British Museum, Londres.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 80 (fragmento).

Herodiano, Historia del Imperio romano después de Marco Aurelio, 5.3.3; 6.9.8.

Historia Augusta, Alejandro Severo, 3.1; 5.1.; 20.1.; 26.7.

Selección bibliográfica

Benario, H.W., “The Titulature of Julia Soaemias and Julia Mamaea: Two Notes”, TAPhA 90 (1959) 9-14.

Burns, J., Great Women of Imperial Rome. Mothers and Wives of the Caesars (London – New York 2007).

Cleve, R.L., Severus Alexander and the Severan Women (Los Ángeles 1982).

Kosmetatou, E., “The Public Image of Julia Mamaea. An Epigraphic and Numismatic Inquiry” Latomus 61, 2 (2002) 398-414.

182. JULIA AQUILIA SEVERA

182. JULIA AQUILIA SEVERA

Vestal violada por Heliogábalo y, posteriormente esposada por este, rompiendo así las normas sagradas. Según Dion Casio, el emperador se vanagloriaba diciendo que lo había hecho para que naciesen hijos divinos de la unión de un sumo sacerdote y una suma sacerdotisa. La dejó poco tiempo después y tuvo otras esposas, para volver luego con Severa.

Roma

José Carlos Saquete

Universidad de Sevilla

Sir Lawrence Alma-Tadema (1888). Las rosas de Heliogábalo. Colección privada.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 80.9.3.

Herodiano, Historia del Imperio romano después de Marco Aurelio, 5.6.2 (sin nombrarla).

Historia AugustaHeliogábalo, 6.5.

Selección bibliográfica

Barbieri, G., L’albo senatorio da Settimio Severo a Carino (193-285) (Roma 1952).

Saquete, J.C., Las vírgenes vestales. Un sacerdocio femenino en la religión pública romana, Anejos de AEspA 21 (Madrid 2000).

Rüpke, J., Fasti Sacerdotum: Die Mitglieder der Priesterschaften und das sakrale Funktionspersonal römischer, griechischer, orientalischer und jüdisch-christlicher Kulte in der Stadt Rom von 300 v. Chr. bis 499 n. Chr. (Stuttgart 2005).

181. JULIA SOEMIAS

181. JULIA SOEMIAS

Julia Soemias Basiana fue hija de Julia Mesa y Avito Alexiano. Se casó con Sexto Vario Marcelo, de rango ecuestre y procedente de Apamea, con quien tuvo a su hijo Vario Avito Basiano, comúnmente conocido como Heliogábalo. Este fue emperador tras el corto reinado de Macrino y antes de Severo Alejandro. 

Después de la muerte del emperador Caracalla y del gobierno del usurpador Macrino, Soemnias, junto con Julia Mesa, Julia Mamea y un grupo de caballeros y senadores de Emesa, lideraron una revuelta que devolvió el poder imperial a la dinastía Severa. Para ello, se sirvieron de la influencia, dinero y poder de Julia Mesa.

Roma

Además, difundieron un rumor, infundado pero efectivo, que señalaba a Heliogábalo como hijo ilegítimo de Caracalla. Esto provocó el derrocamiento de Macrino. Heliogábalo fue designado emperador a los catorce años y Soemias tuvo un lugar destacado durante el gobierno de su hijo.  Según la Historia Augusta, Soemias creó un pequeño senado femenino en el palatino en el que se regulaban aspectos relacionados con la vestimenta y vida de las mujeres pudientes de la época. Estas medidas establecían quién podía ataviarse con determinados lujos o cómo debían desplazarse en función de su estatus. Mientras que algunos investigadores han tomado esta referencia como cierta, otros han visto en ella una especie de burla del autor de la obra con el objeto de denostar al príncipe. Aunque todo parece indicar que se trató de una invención del autor, sí es cierto que se llevaron a cabo medidas de legislación acerca de la vestimenta. 

Sin embargo, Soemias nunca estuvo tan cerca del poder como su madre, Mesa, quien realmente ejercía labores de asesoramiento a su nieto Heliogábalo. Recibió otros títulos, además de Augusta, como Mater Augusti y Mater Castrorum. Su vida finalizó en marzo del año 222, cuatro años después de haber ayudado a que su hijo alcanzase el poder. Heliogábalo, cuyas costumbres orientales no eran del agrado de ninguno de los sectores políticos de Roma, fue asesinado junto a Soemias en el campamento pretoriano después de haber instado a las tropas a atacar a Alejandro, su primo. La respuesta de estas fue la contraria, se amotinaron y asesinaron al joven príncipe y a su madre.

Adrián Gordón Zan

Universidad de Zaragoza

Denario de Julia Soemnias. Siglo III. Anverso: busto de Julia Soemnias. Leyenda: IULIA SOAEMIAS AUGUSTA. Reverso: figura estante de Junio Regina. Leyenda: IUNIO REGINA. RSC 3.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 79.24.3; 80.17.2.

Herodiano, Historia del Imperio romano después de Marco Aurelio, 5.3.1; 6.1.4.

Historia Augusta, Heliogábalo, 9.1.

Selección bibliográfica

Benario, H.W., “The Titulature of Julia Soaemias and Julia Mamaea: Two Notes”, TAPhA 90 (1959) 9-14.

Conesa Navarro, P.D., “Julia Maesa y Julia Soemias en la corte de Heliogábalo: el poder femenino de la domus Severiana”, SHHA 37 (2019) 185-223.

Icks, M., The Crimes of Elagabalus. The Life and Legacy of Rome’s Decadent Boy Emperor (London 2011).

Rowan, C., “The Public Image of the Severian Women”, PBSR 79 (2011) 241-273.