186. VALERIA BERECUNDA

186. VALERIA BERECUNDA

Valeria Berecunda murió en Roma en el siglo III a la edad de 34 años. Todo lo que podemos decir sobre ella nos lo transmite el epitafio que está grabado en su lápida funeraria, el cual, a pesar de los límites que impone el soporte, nos aporta interesantísimos detalles acerca de su vida. La inscripción destaca el nombre de la mujer y su actividad profesional. Valeria fue iatromea, un curioso término que ostentaron pocas mujeres durante la Antigüedad romana. La palabra iatromea es un grecismo latinizado surgido de la unión de las palabras griegas para denominar al médico y a la comadrona. 

Roma

Por tanto, era una profesional a medio camino entre el médico y la comadrona, con capacidad para asistir partos y problemas obstétricos y ginecológicos, y con conocimientos médicos generales. Además, el epitafio indica que Valeria fue la primera iatromea de su barrio. Es muy relevante el hecho de que la profesión se relacione con su distrito, ya que indica que la mujer revistió una posición de carácter oficial o pública encargándose de velar por la salud de sus vecinos. Conocemos algunos detalles de la vida personal de Berecunda. Era una madre dulcísima y una esposa santísima, y así lo quisieron expresar en el epitafio su marido, Publio Gelio Bitalio, y su hija, Valeria Bitalis. Curiosamente, la hija lleva el gentilicio de la madre y no del padre, lo que podría indicar que la pareja no estaba formalmente unida cuando la hija nació. En el círculo más cercano de la mujer también se encontraban los hermanos de su esposo, Gelio Crésimo, Julia Creste y los hijos de éstos, a quienes se reservó un espacio en el mismo sepulcro familiar.

Podemos imaginar que la familia disfrutaba de un nivel económico no desdeñable porque, además de contar con un grupo de libertos y libertas, costearon un sepulcro de gran tamaño para descansar tras la muerte. En el exterior de ese gran sepulcro estuvo fijado el epitafio de Valeria Berecunda, recordando a quienes tuvieran ocasión de leerlo que ella, una madre y esposa querida por los suyos, había dedicado su vida a la profesión sanitaria.

María de los Ángeles Alonso

Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fragmento del epígrafe funerario del sarcófago dedicad a Valeria Berecunda. Siglo III. Museos Vaticanos, Roma.

Fuentes principales

CIL VI, 9477.

Selección bibliográfica

Alonso Alonso, M.ªA., Los médicos en las inscripciones de Italia (siglos II a.C. – III d.C.). aspectos sociales y profesionales (Santander 2018).

Buonopane, A., Soldovieri, U., “Medica, obstetrix, iatromea. Note in margine a un’iscrizione inédita da Puteoli”, en Lavoro, lavoratori e dinamiche social a Roma antica. Atti delle giornate di studio (Roma Tre, 25-26 maggio 2017) (Roma 2018) 272-283.

Parker, H.N., “Women doctors in Greece, Rome, and the Byzantine Empire” en Furst, L.R. (ed.), Women Physicians and Healers: Climbing a Long Hill (Lexington 1997) 131-150.

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