250. TEODORA

250. TEODORA

Teodora fue, gracias a su matrimonio con el emperador Justiniano, emperatriz del Imperio romano de Oriente entre los años 527 y 548. Su pasado como animadora de la facción de los Verdes del Hipódromo de Constantinopla ha condicionado la imagen que se tiene de ella, especialmente a partir de la información proporcionada por Procopio de Cesarea. Durante el periodo en el que estuvo vinculada a esa facción, conoció a Justiniano, sobrino del emperador Justino I. Antes de ese momento, las fuentes discrepan: algunas consideran que fue prostituta; otras mencionan que tuvo varias parejas, alguno de ellos ocupando cargos de la administración. Parece cierto, que de alguna de esas relaciones tuvo descendencia, al menos una hija y un hijo.

Constantinopolis

El comienzo de la relación entre Teodora y Justiniano fue complicado, especialmente por la distinta procedencia social de ambos y por la oposición de Lupicina, esposa del emperador. El fallecimiento de esta permitió el enlace. En el 527, Justiniano accedió al trono de Constantinopla; en ese momento, el emperador también coronó a Teodora como emperatriz. Teodora tuvo un gran ascendente sobre su marido en materia política y religiosa. Es más, en algunas leyes, Justiniano I la menciona expresamente, elogiándola como su mejor consejera. En este sentido, es fundamental recordar el papel determinante de Teodora en la llamada Revolución Niká; provocada por un enfrentamiento entre las facciones del Hipódromo de la ciudad, que causó grandes destrozos e incendios en la misma, y que estuvo a punto de acabar con el gobierno de Justiniano. Según Procopio, fue Teodora quien, con su firme actitud, convenció al emperador de que debía aguantar e intentar recuperar el control de la ciudad. Es célebre la frase que Procopio pone en boca de Teodora, en la que afirmaba que prefería una mortaja imperial que vivir sin la púrpura.

            Teodora intervino activamente en la política religiosa de su esposo; apoyando abiertamente a los monofisitas, que, puntualmente, eran perseguidos por Justiniano. Es muy posible que la emperatriz siguiera esa corriente cristiana, puesto que los autores abiertamente monofisitas la presentan como una emperatriz piadosa, mientras que los calcedonenses dibujan un oscuro retrato de su personalidad. Fundó el convento “de las arrepentidas”, destinado a acoger a mujeres que había tenido una vida vinculada a la prostitución o a actividades moralmente indignas. Aparece representada en uno de los mosaicos de San Vital de Rávena y en un icono del Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí. Su monograma, junto con el de Justiniano, se representa en los capiteles de las columnas de Santa Sofía de Constantinopla. Por todo lo anterior, el gobierno de Justiniano no se puede entender sin su presencia.

Margarita Vallejo Girvés

Universidad de Alcalá de Henares

Representación de Teodora (Detalle del mosaico del emperador Justiniano I del ábside de la iglesia de San Vital) (ca. siglo VI) Rávena.

Fuentes principales

Evagrio, Historia eclesiástica, 4.5.

Juan de Éfeso, Historia eclesiástica, 3.

Procopio de Cesarea, Historia de las guerras, 1; Historia secreta.

Selección bibliográfica

Croke, B., “Justinian under Justin: Reconfiguring a Reing”, BZ 100, 1 (2007) 13-56.

Greatrex, G.,“The Nika Revolt: A Reappraisal” JHS 117 (1997) 60-86.

Harvey, S.A., “Theodora, ‘the Believing Queen’: A Study of Syriac Historiographical Tradition”, Hugoye. Journal of Syriac Studies 4, 2 (2001[2010]) 209-234.

Pazdernik, C., “‘Our Most Pious Consort Given Us by God’ 525-548. Dissident Reactions to the Partnership Justinian and Theodora, ” ClAnt 13 (1994) 267-268.

Potter, D., Theodora. Actress, Empress, Saint (Oxford 2015).

Ziche, H.G., “Abusing Theodora: Sexual and Political Discourse in Procopius”, Byzantiaka 30 (2012-2013) 311-323.

249. LUPICINA

249. LUPICINA

El nombre original de Eufemia, esposa del emperador Justino I, fue el de Lupicina. El primero solo lo asumió tras la llegada de su esposo al trono. Según algunos autores, el nombre de Lupicina, que podía tener connotaciones negativas, no era digno de la esposa de un emperador. En la ceremonia de coronación, Lupicina, ahora Eufemia, fue proclamada como una “Nueva Elena”, rememorando la dignidad de la cristiana madre del emperador Constantino. Los orígenes de Lupicina no están claros. Todo parece apuntar que había sido una esclava. Justino contrajo matrimonio con Lupicina cuando él ocupaba el cargo de jefe de la guardia del palacio imperial durante el reinado de Anastasio I.

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Constantinopolis

Las fuentes literarias apenas hablan de ella si no es para comentar su oposición al matrimonio entre Justiniano I y Teodora. Entre las cuestiones que podemos encontrar referenciadas en ellas, Lupicina aparece como una convencida cristiana calcedonense, con un gran ascendente sobre su esposo. Esta circunstancia fue aprovechada por el papa Hormisdas, quien le solicitó que convenciera a Justino I para que pusiera fin al cisma Acaciano, que dividía a las iglesias de Oriente y Occidente desde hacía un par de décadas. Esa influencia también fue vista por los autores monofisitas que la acusaron de no saber comportarse como emperatriz.  El motivo era que se había negado a recibir la comunión de manos del patriarca de Constantinopla si este no aceptaba que el calcedonismo fuera la fe cristiana que se debía seguir, uniéndose en la fe con Roma. Sin embargo, Procopio de Cesarea, autor prácticamente contemporáneo, afirmaba que jamás se había involucrado en asuntos de Estado.

           El papel principal que la historia ha atribuido a Lupicina es el de la responsable de que el matrimonio entre Justiniano y Teodora no se pudiera materializar hasta su muerte. Según una ley de Justino I, el matrimonio entre miembros de la aristocracia senatorial y actrices no era ni posible ni legal. Con este precedente, si Justiniano quería suceder a su tío, no podía contraer matrimonio con Teodora, que, en el mejor de los casos, las fuentes consideran una actriz, mientras que otros una prostituta. Lo cierto es que tras el fallecimiento de Lupicina, el matrimonio se celebró. Algunos autores compararon la actuación política de Lupicina con la de Teodora, muy activa políticamente, mientras que la segunda no lo era tanto. Sin embargo, otros autores destacaron lo perjudicial que fue la intromisión de Lupicina en los asuntos del Imperio.

Justino I tuvo especialmente consideración hacia su esposa. Erigió una estatua de oro de pequeño tamaño, en el llamado “barrio de Olibrio” de Constantinopla, en el que se ubicaba el palacio de Anicia Juliana, la última descendiente de la dinastía teodosiana. Eufemia falleció entre el 524 y el 525, siendo enterrada en un sarcófago en el llamado “Monasterio de la Augusta”, unido a la iglesia dedicada al apóstol Santo Tomás. Dos años después le siguió Justino I, que también fue enterrado en el mismo lugar.

Margarita Vallejo Girvés

Universidad de Alcalá de Henares

Representación del antiguo Hipódromo de Constantinopla. XVI/XVII.

Fuentes principales

Procopio de Cesarea, Historia secreta, 5.17; 9.48-49.

Pseudo Dionisio de Tell-Mahrē, Crónica.

Suda, Epsilon 3796.

Teodoro Lector, Historia eclesiástica, 155.

Selección bibliográfica

Croke, B., “Justinian under Justin: Reconfiguring a Reing”, BZ 100, 1 (2007) 13-56.

Hillner, J., “Empresses, Queens, and Letters: Finding a ‘Female Voice’ in Late Antiquity”, Gender & History 31, 2 (2019) 358-382.

McClanan, A., Representations of Early Byzantine Empresses. Image and Empire (New York 2002).

Meier, M., ‘Der “Kaiser der Luppa”: Aspekte der Politischen Kommunikation im 6. Jahrhundert n. Chr.’, Hermes 129, 3 (2001) 401-430.

Vallejo Girvés, M., “The Image of Empress Lupicina (Euphemia) in the Patristic Sources”, Studia Patristica 103 (2022) 263-278.

248. ANICIA JULIANA

248. ANICIA JULIANA

Anicia Juliana era nieta de Licinia Eudoxia y del emperador Valentiniano III, hija de Placidia y de Olibrio, efímero emperador de Occidente. Nació en Constantinopla a mediados del siglo V, y ostentó el rango de Patricia por derecho propio. Ella permaneció en Constantinopla cuando sus padres se trasladaron a Italia para asumir la corona del Imperio romano de Occidente. Debía estar bien integrada en la corte de Zenón, pues en el año 478 la prometió al general ostrogodo Teodorico, aunque finalmente se casó con Flavio Areobindo, un general de origen bárbaro, cuya familia había servido a los emperadores teodosianos.

 

Constantinopolis

A partir del año 482, en el que se produce el cisma entre las iglesias cristianas de Oriente y Occidente, Anicia Juliana tomó un gran compromiso con el calcedonismo, corriente cristiana que defendía la Iglesia de Roma y que era contraria a la sustentada por los emperadores Zenón y Anastasio I. En la última década del reinado de Anastasio se distinguieron varias mujeres calcedonenes entre los círculos aristocráticos de Constantinopla. Todas ellas giraban en torno a la corte paralela de Anicia Juliana. Ella y su entorno mantuvieron una resistencia frente a los intentos de imposición del emperador Anastasio en materia religiosa en Constantinopla. El emperador y el patriarca de Constantinopla quisieron convencerla para que cambiara de opinión, sin éxito. Pudo haberse convertido en emperatriz si su esposo hubiera aceptado la corona imperial, honor que le propuso el pueblo de Constantinopla cuando se rebeló contra el emperador Anastasio en el contexto de los disturbios ocurridos en la ciudad en 512 y motivados por la rígida actitud anticalcedonense del emperador. Anicia Juliana y el papa Hormisdas mantuvieron correspondencia, escribiendo ella y recibiendo cartas de este, en relación con la defensa del calcedonismo así como de la unión de las iglesias de Roma y Constantinopla bajo esa misma fe.

La actividad evergética fue muy desarrollada por Anicia Juliana. Restauró y embelleció iglesias de Constantinopla que habían sido construidas y mantenidas por su madre y su abuela. Destacan, entre ellas, la iglesia de Santa Eufemia y la de San Polieucto. De esta última se ha transmitido una larga inscripción métrica en la que Anicia Juliana alaba y honra no sólo a este santo sino al compromiso de las mujeres de su familia por la verdadera fe cristiana y por el futuro del Imperio romano. El códice ilustrado que recoge la obra Materia Médica de Dioscórides, conservado actualmente en Viena, le fue regalado a Anicia Juliana por la ciudad de Honoriatis, en Asia Menor, en agradecimiento a haber edificado en esa ciudad una iglesia con sus propios fondos. Una particularidad de este códice se encuentra en una de las primeras páginas; en ella se ve a Anicia Juliana sentada en una silla elevada, con diadema, ropas púrpuras, señal todo ello de su vinculación con la familia imperial teodosiana.

Margarita Vallejo Girvés

Universidad de Alcalá de Henares

Retrato Donor en el Viena Discorides. Siglo VI.

Fuentes principales

Antología Palatina, 1.10.

Collectio Avellana, 164; 179; 198.

Juan Malalas, Crónica, 368-370.

Teófanes Confesor, Cronografía, 6005.

Selección bibliográfica

Bardill, J., “A New Temple for Byzantium: Anicia Juliana, King Solomon, and The Gilded Ceiling of The Church of St. Polyeukt in Constantinople”, en Bowden, W. et alii (eds.), Social and Political Life in Late Antiquity (Leiden 2006) 339-370.

Capizzi, C., Giuliana. La Committente (c. 463- c. 528) (Milano 1996).

Nathan, G., “The Vienna Dioscorides’ dedicatio to Anicia Iuliana: A Usurpation of Imperial Patronage?”, Garland, L. et alii (eds.), Basileia. Essays on Imperium and Culture. In Honour of E. M. Jeffreys and M. J. Jeffreys (Brisbane 2011) 95-102.

Pizzone, A.M.V., “Da Melitene a Constantinopoli: S. Polieucto nella política dinástica di Giuliana Anicia. Alcune osservazione in margine ad A.P. 10”, Maia 55 (2003) 107-132.

247. LEONCIA

247. LEONCIA

Leoncia fue la segunda hija del emperador León I y Elia Verina, hermana de Ariadne. Debió nacer después del 457, año en el que su padre fue proclamado emperador, lo que le dio la condición de porfirogéneta, es decir, “nacida bajo la púrpura”. Ella y su hermana recibieron una excelente formación de manos del gramático Dioscoro, quien las introdujo en los conocimientos del saber clásico grecorromano. 

Su vida estuvo determinada por la política de alianzas de su padre. Así, se la prometió en matrimonio con Patricio, segundo hijo de Aspar, un poderoso general de Oriente y hombre fuerte del Imperio.

Constantinopolis

Este matrimonio iba a unir a un arriano con una niceno-calcedonense, hecho que provocó las protestas de toda la comunidad monástica de Constantinopla. Aunque no hay constancia cierta de si finalmente Leoncia contrajo matrimonio con Patricio, sabemos que en el 471 quedó libre del mismo cuando León I y su yerno Zenón sometieron a Aspar y a sus hijos a un encierro en palacio. A Leoncia le esperaba un nuevo matrimonio con Marciano, un romano hijo del emperador romano de Occidente Antemio y nieto del emperador de Oriente Marciano. Tras este matrimonio y la muerte de su padre, Leoncia se vio implicada en una conspiración contra el emperador Zenón y su hermana Ariadne. En 478, su madre, había sido entregada como rehén a Ilo, un general isaurio enfrentado a Zenón, y confinada en una remota fortaleza de Asia Menor. Ante estos hechos y argumentando su condición de porfirogéneta que le concedía la legitimidad para convertir a su esposo en emperador, Leoncia, su marido y un grupo de fieles a Verina se rebelaron contra Zenón.

Sin embargo, este consiguió recuperar el poder. Leoncia y Marciano solicitaron asilo eclesiástico, pero él fue capturado y exiliado a una fortaleza de Capadocia. Leoncia consiguió refugiarse en el monasterio de los Acemetas de Constantinopla. Todo parece indicar que, durante un tiempo, Zenón permitió que Leoncia permaneciera en ese monasterio. Parece ser que, posteriormente, se la envió al exilio junto con su esposo. Tras esos episodios, Leoncia desaparece de las fuentes literarias. De su matrimonio con Marciano nacieron dos hijas, de las que ninguna fuente proporciona el nombre. Varias leyendas hagiográficas en lengua copta mencionan que una de esas hijas se trasladó a Egipto donde, haciéndose pasar por un eunuco, entró en un monasterio masculino, del que no salió hasta que fue reclamada por su hermana, que se encontraba en Constantinopla aquejada de un problema de salud. Queda claro que la vida de Leoncia estuvo marcada por su condición de porfirogéneta, siendo la primera utilización política documentada en la historia bizantina. 

Margarita Vallejo Girvés

Universidad de Alcalá de Henares

Ruinas del monasterio de Studion en Constantinopla, construido en el siglo V sobre los restos del monasterio acemeta.

Fuentes principales

Evagrio, Historia eclesiástica, 3.26.

Juan de Antioquía, Historia. Fragmentos, 303.

Juan Malalas, Crónica, 375. 46.

Teodoro Lector, Epítome de su Historia eclesiástica, 81.

Selección bibliográfica

Croke, B., “Dinasty and Ethnicity: Emperor Leo I and The Eclipse of Aspar”, Chiron 25 (2005) 147-203.

Vallejo Girvés, M., “Ad ecclesian confugere, tonsuras y exilios en la familia de León y Verina”, en Vallejo Girvés, M. et alii (eds.), Movilidad forzada entre la Antigüedad Clásica y Tardía (Alcalá de Henares 2015) 137-160.

246. HERAIS

246. HERAIS

La patricia Herais era esposa de Antemio, prefecto del pretorio bajo Anastasio I en el año 496. De este matrimonio nació Zenón, quien estuvo prometido con Longina, la sobrina del emperador Zenón (474-491). Aunque finalmente no se tradujo en una ceremonia de casamiento, de ese compromiso se deduce la cercanía de Herais y su esposo al grupo familiar más directo del emperador. La forma onomástica Herais es habitual en la Antigüedad grecorromana, especialmente en el ámbito egipcio, pero no podemos establecer ninguna relación familiar entre alguna de las mujeres mencionadas con ese nombre en la documentación y la patricia homónima. 

Constantinopolis

Aunque no conocemos el origen familiar de Herais, la Vida de Daniel el Estilita la presenta como patricia y mujer ilustre. Sabemos que Herais deseaba fervientemente tener un hijo, de ahí que se acercara a la columna de Daniel el Estilita para pedirle ayuda divina para concebirlo. Según el autor de la hagiografía, esta petición le fue concedida, dando a luz a su hijo Zenón. Debido a esa concesión de Daniel el Estilita, Herais se convirtió en una ferviente seguidora y benefactora de éste, hasta el punto de preocuparse por su salud, de ordenar construir, pagándolo con sus propias riquezas, una escalera de caracol que rodeaba la columna del Estilita, así como un sarcófago de plomo para recibir los restos mortales de este. Queda claro de estos testimonios que Herais fue una mujer que disponía de patrimonio propio o, al menos, que tenía libertad para utilizar el patrimonio familiar en cuestiones que consideraba importantes, como esta de apoyar la vida ascética de un santo subido a la columna. Un dato fundamental es que fue la única mujer que tenía acceso directo al Estilita.

Margarita Vallejo Girvés

Universidad de Alcalá de Henares

Restauración de las murallas de Constantinopla. Actual Estambul.

Fuentes principales

Juan de Antioquía, Historia. Fragmento, 308.

Vida de Daniel el Estilita, 82.94.100.

Selección bibliográfica

Grigoryan, S., “La imagen de las mujeres leónidas en la Vida de Daniel el Estilita: benefactoras y beneficiarias”, en Guzmán, P. et alii (eds.), Mulier, quid ploras? Imágenes y lecturas de lo femenino en los Padres de la Iglesia (Buenos Aires 2023) (en prensa).

Kosińsky, R., Holiness and Power. Constantinopolitan Holy Men and Authority in the 5th Century (Berlin – Boston 2016).

Laniado, A., “Anthémios et Euphémios: deux préfets du prétoire sous Anastase Ier (491-519)”, Latomus 62, 3 (2003) 664-671.

245. ELIA ARIADNE

245. ELIA ARIADNE

Elia Ariadne era hija de los emperadores León I y Verina. Nació hacia el 450 y falleció en 515. Era la mayor de tres hermanos, aunque el varón murió pronto. Durante su niñez Ariadne y su hermana fueron educadas en palacio por el gramático Dioscoro, posiblemente pagano. En el año 467, se casó con el general Zenón, en quien León I se apoyaba para acabar con el poder que ejercía Aspar. Tras el asesinato de éste y su descendencia, el sucesor al trono imperial sería el hijo de Ariadne y Zenón, coronado por su madre como León II muerte de su abuelo. Pero la muerte temprana de León II, elevó al trono a Zenón en virtud de su matrimonio con Ariadne.

Constantinopolis

La vida de Ariadne durante el gobierno de Zenón no estuvo exenta de sobresaltos, hasta el punto de que se vio obligada a tomar la dura decisión de oponerse a su madre, Verina, quien maniobraba siempre en contra de Zenón. Así, en 474, debido al éxito de la rebelión de Basilisco y Verina, Ariadne acompañó a su esposo al exilio, de donde regresaron dos años después para recuperar el trono. En 478, tras varias intrigas cortesanas, vio como su madre era entregada como rehén por Zenón al general Illo y alejada de la corte. En 479, se enfrentó a la rebelión orquestada contra Zenón por su hermana Leoncia y Marciano, esposo de ésta. Ambos esgrimían que la primogenitura de Ariadne no le otorgaba ninguna legitimidad, defendiendo que quien la tenía era Leoncia en virtud de su condición de porfirogéneta. Ariadne intentó sin éxito que su esposo permitiera el regreso de Verina, que había pedido perdón. Cuando aquella falleció en el exilio, Ariadne logró que el cuerpo de su madre fuera trasladado a Constantinopla con todos los honores, consiguiendo que sus padres y su hijo fueran enterrados en el mismo sarcófago.

Tras la muerte de Zenón, Ariadne era, de nuevo, la depositaria de la legitimidad imperial, y como tal actuó. El pueblo de Constantinopla le solicitó que proclamara como emperador a un hombre romano y ortodoxo. La emperatriz asumió tal mandato y eligió a Anastasio, un alto funcionario de la corte, con quien contrajo matrimonio para legitimar su subida al trono. Desde el 491 y hasta el año del fallecimiento de Ariadne, en 515, su presencia en las fuentes literarias es escasa, si bien sí se la menciona en varias ocasiones apoyando a Anastasio en contra del patriarca Macedonio, quienes mantenían un enfrentamiento con respecto al tipo de relación que debía mantener con la 

Iglesia de Roma. La representación gráfica de Ariadne es significativa en un soporte: los dípticos de marfil. Se piensa que es la representada en los depositados en el Museo del Bargello de Florencia y en el Kunsthistorisches Museum de Viena. Sin embargo, no hay duda de que es ella la emperatriz que aparece en los clípeos superiores de los dípticos consulares del gobierno de Anastasio I.

Margarita Vallejo Girvés

Universidad de Alcalá de Henares

Retrato femenino atribuido, posiblemente, a Ariadne. Ss. V-VI. Museo del Louvre, París.

Fuentes principales

Cirilo de Escitópolis, Vida de San Sabas, 145. 

Constantino VII Porfirogéneta, Libro de las Ceremonias, 91.

Evagrio, Historia eclesiástica, 2.15-17; 3.13.

Selección bibliográfica

Angelova, D., “The Ivories of Ariadna and Ideas about Female Imperial Authority in Rome and Early Byzantium”, Gesta 68, 1 (2004) 1-15.

Croke, B., “Ariadne Augusta: Shaping the Identity of the Early Byzantine Empress”, en Dunn, G.D. et alii (eds.), Christians Shaping Identity from the Roman Empire to Byzantium (Leiden – Boston 2015) 293-320.

Vallejo Girvés, M., “El patriarca Macedonio II y la aristocracia femenina de Constantinopla”, en Vespignani, G. (ed.), Polidoro. Studi offerti ad Antonio Carile (Spoleto 2013) 79-104.

Vallejo Girvés, M., “Portraits of a Dynasty: Graphic Representations of the Families of the Empresses Verina and Ariadne (457-491)”, en Chiriatti, M.C., et alii (eds.), Mujeres imperiales, mujeres reales. Representaciones públicas y representaciones de poder en la Antigüedad Tardía y Bizancio (Paderborn 2021) 132-154.

244. LALIS

244. LALIS

Lalis vivió en la segunda mitad del siglo V, entre Isauria y Constantinopla. Fue esposa del general isáurico Kodisas, madre del emperador Zenón y del pretendiente al trono Longino, y ejerció activamente como tal, preocupándose del éxito político de sus hijos.  La primera noticia que tenemos sobre Lalis se centra en el momento en que el emperador Zenón y su esposa, Ariadne, abandonaron Constantinopla tras la usurpación de Basilisco en el año 474. Acompañados por Lalis, se refugiaron en Isauria, desde donde intentaron recuperar el trono perdido, lo que Zenón logró dos años después. Es interesante el cuidado que Zenón tuvo por su madre, pues dejarla en Constantinopla le hubiese supuesto una vida llena de dificultades.

Constantinopolis

Isaura

La preocupación de Zenón por su madre y su hermano quedó reflejada en las negociaciones que mantuvo con el general isaurico Ilo para que los liberara de la fortaleza donde los tenía retenidos. Con este episodio queda clara la unión de la familia de Zenón, así como la comprensión de sus enemigos de que el punto débil del emperador eran su hermano y, especialmente, su madre. El emperador Zenón falleció en el año 491, sin hijos que le sobrevivieran. Su viuda, Ariadne, en quien recaía la legitimidad imperial, tenía que decidir quién le sucedería en el trono imperial. Había dos opciones: nombrar a Longino, hermano de Zenón, como nuevo emperador; o elegir a una persona ajena a los clanes isáuricos. Ésta última fue la decisión de Ariadne, del Senado y del pueblo de Constantinopla, pues elevaron al trono a Anastasio, un alto miembro de la corte.

            El nuevo emperador tomó represalias contra la familia de Zenón, pues mandó tonsurar y exiliar a la Tebaida a Longino, quien murió de hambre varios años después. Aunque las mujeres de su familia no le acompañaron en el exilio, su madre Lalis, su esposa Valeria y su hija Longina, conscientes del peligro, buscaron asilo en un ámbito eclesiástico de Brochthi, en la región de Bitinia, cercana a Constantinopla. Las tres sobrevivieron allí largo tiempo gracias a las limosnas y ayudas que recibían. Como la gran matriarca que pensamos que fue, acompañó a su nuera y su nieta, desempeñando de nuevo el papel de directora del grupo familiar femenino del clan isaurio de Zenón y Longino. La preocupación manifiesta por Zenón con respecto a su madre nos permite presentar a Lalis como una mulier fortis, una madre en el rol de matriarca con dos hijos que habían logrado alcanzar las más altas cotas de poder en el Imperio romano de Oriente.

Margarita Vallejo Girvés

Universidad de Alcalá de Henares

Ruinas del Monasterio de Alahan en las montañas de Isauria. Siglo V.

Fuentes principales

Cándido Isáurico, Fragmentos, 1.

Juan de Antioquía, Historia. Fragmentos, 302; 308.

Teófanes Confesor, Cronografía,  a. m. 5975, ad. a. 482-483.

Selección bibliográfica

Beaucamp, J., Le statut de la Femme à Byzance (4e.-7e. siècle). II. Les pratiques sociales (Paris 1992).

Kosiṅsky, R., The Emperor Zeno. Religion and Politics (Krakow 2010).

Vallejo Girvés, M., “La mujer como víctima de la práctica política: los exilios familiares en la Antigüedad Tardía”, en Bravo, G., et alii (eds.), Toga y Daga. Teoría y praxis de la política en Roma (Madrid 2010) 229-245.

Vallejo Girvés, M., “Roles femeninos, clanes isáuricos y la política del Imperio Romano de Oriente en siglo d. n. e.”, en Noria, B. (ed.), Dinámicas sociales y roles entre mujeres: percepciones en grupos de parentesco y espacios domésticos en Mesopotamia y Egipto, Archeopress (en prensa 2023).

243. ELIA ZENONIS

243. ELIA ZENONIS

Elia Zenonis fue emperatriz consorte del Imperio romano de Oriente entre los años 474 y 476. Su encumbramiento fue debido a su matrimonio con Basilisco, quien usurpó el trono al emperador Zenón y a su sobrina Ariadne. En ese acto de coronación, Zenonis fue proclamada Augusta, epíteto que con el paso del tiempo se concedía en la zona oriental del Imperio a las consortes imperiales que daban a luz a un varón, que, presumiblemente se convertía en heredero. 

El nombre de Zenonis comienza a tener cierta presencia en las fuentes literarias, con la subida al poder de su marido. Así, los autores cuya fe cristiana era la calcedonense la acusan de ser responsable del cambio de la política religiosa de Basilisco hacia el monofisismo y la presentan como adúltera y herética. 

 

Constantinopolis

 Se refieren a ella como “la esposa de” o “la herética”, sin mencionar su nombre. Algunos de esos autores mencionan que Zenonis había tenido una relación adúltera con el sobrino de su marido, Armacio. Esas mismas fuentes relatan la gran influencia que tenía sobre su esposo, puesto que consiguió que Armacio fuera nombrado para un importante cargo en la administración imperial. Sin embargo, gracias a otras fuentes sabemos que Armacio estaba absolutamente integrado en la corte y en la administración imperial por sus propios medios.

En las acuñaciones de Zenonis se observa una particularidad en las monedas de bronce, ya que se representa en el reverso un monograma de su nombre, en vez de la imagen del emperador o de algún signo cristiano, siendo la primera emperatriz en cuyas monedas aparece esta forma. El gobierno de Basilisco y Zenonis apenas duró dos años. En el año 476, Zenón y Ariadne, recuperaron el trono. Basilisco, Zenonis y su familia, solicitaron asilo eclesiástico en Santa Sofía. El patriarca Acacio consiguió del emperador que ninguno fuera ejecutado sino exiliados. Fueron confinados en una fortaleza en Capadocia, pero sufrieron malos tratos que les condujeron a una larga agonía. A consecuencia de ello fallecieron todos de hambre y sed. Según sea la tendencia de los autores que relatan este episodio, el último destino de la familia se califica de merecido o de tragedia.

           Zenonis fue, por lo tanto, una mujer que se convirtió en emperatriz por estar casada con un usurpador. Sin embargo, debe resaltarse que de ella muchos autores escribieron igual de mal que de su esposo. Como sucedió en varias ocasiones durante el siglo V, Zenonis fue considerada una “nueva Jezabel”, capaz de hacer cambiar de opinión a su esposo. Esto refleja un tópico bien conocido: un mal emperador tenía a su lado una esposa que lo igualaba en maldad.  

Margarita Vallejo Girvés

Universidad de Alcalá de Henares

Moneda de bronce de Elia Zenonis. Anverso: busto de Elia Zenonis. Leyenda: [-]ONIS. Reverso: monograma de Zenonis. Siglo V, Constantinopla.

Fuentes principales

Cándido Isáurico, Fragmentos, 1.

Teodoro Lector, Epítome a su Historia eclesiástica, 66 [402]. 76 [412], 78 [414].

Suda, alpha 3970.

Selección bibliográfica

Leszka, M.L., “Armatus: a Story of Byzantine General from the 5th Century”, EOS 87 (2000) 335-343.

Leszka, M. L., “The role of Empress Verina in the Events of 475/476 –Revisited”, ByzSlav 75, 1-2 (2017) 30-42.

Osequeda, J., “The Name of Ill-omen. Basiliscus and the Church of Constantinople”, en Fournier, E. et alii, Heirs of Roman Persecution. Studies on Christian and Para-Christian Discourse in Late Antiquity (London 2019) 255-276.

Redies, M., “Die Usurpation des Basiliskos (475-476) im Kontext der Aufsteigenden Monophysitischen Kirche”, AntTard 5 (1997) 211-221.

Vallejo Girvés, M., “Ad ecclesian confugere, tonsuras y exilios en la familia de León y Verina”, en Vallejo Girvés, M. et alii (eds.), Movilidad forzada entre la Antigüedad Clásica y Tardía (Alcalá de Henares 2015) 137-160.

242. ELIA VERINA

242. ELIA VERINA

Elia Verina fue esposa del emperador León I. Sin embargo, su actividad política se extiende más allá del reinado de su esposo. Nada conocemos a ciencia cierta de los orígenes de Verina; sí sabemos, sin embargo, que ya estaba casada con León I cuando ocuparon el trono del Imperio romano de Oriente. Ambos fueron padres de tres hijos: Ariadne, Leoncia, y un hijo varón, de nombre desconocido, que falleció prematuramente. Verina tenía una amplia familia, cuyos integrantes varones ocuparon altos cargos en la administración del reinado de León I; ello fue debido, sin duda, a la influencia que ésta tenía sobre su esposo. 

Constantinopolis

Fue proclamada Augusta, posiblemente en el momento en el que dio a luz al hijo, finalmente malogrado. Fue una de las primeras emperatrices consortes en cuyas monedas se la representó portando el cetro, símbolo del poder y ascendencia del que disfrutaba. Elia Verina realizó actividades evergéticas, como la construcción de iglesias. Tras el fallecimiento de su esposo, quien había nombrado sucesor a su nieto León II de cuatro años, hijo de Ariadne y de Zenón, Verina desarrolló una gran actividad política. Así, participó en la coronación de su nieto, pero tras el fallecimiento de este, y la proclamación de Zenón como emperador, algunas fuentes literarias mencionan que Verina, posiblemente queriendo que su hermano, Basilisco, fuera emperador, organizó un complot para derrocar a su yerno; otras fuentes, sin embargo, mencionan que se vio obligada a participar en él. En cualquier caso, después del éxito de la rebelión, las tensiones entre los dos hermanos llegaron a tal extremo que Verina se vio obligada a refugiarse en el monasterio de las Blaquernas en Constantinopla, pues temía por su vida. 

           Quedó liberada una vez que Zenón y Ariadne recuperaron el trono imperial y quiso mantener su influencia en el gobierno. Esto le reportó la enemistad de su hija Ariadne, por lo que, Zenón la entregó al general Ilo en calidad de rehén, quien la retuvo hasta el 484 en una fortaleza.  Ilo, conocer de la utilidad de la Augusta y emperatriz viuda, hizo que Verina coronase a Leoncio, hombre títere de Ilo. La usurpación de Leoncio duró escasos meses; el grupo rebelde, en el que estaba Verina, se refugió en una fortaleza de Isauria. La emperatriz viuda falleció poco tiempo después. Cuando Zenón acabó con la rebelión de Ilo y Leoncio, en 488, Ariadne consiguió que el cuerpo de su madre regresara a Constantinopla. Allí recibida con todos los honores, enterrada en la Iglesia de los Santos Apóstoles, en el mismo sarcófago que León I, y se le devolvió, post mortem, el título de Augusta que había llevado durante largos decenios y que le debió ser revocado cuando proclamó a Leoncio.

 

Margarita Vallejo Girvés

Universidad de Alcalá de Henares

Tremis de Elia Verina. Anverso: busto diademado de Elia Verina. Leyenda: AEL. VERINA AUG. Reverso: cruz dentro de corona de laurel. Leyenda: CONOB. Siglo V. Constantinopla.

Fuentes principales

Cándido Isáurico, Fragmentos, 1.

Juan de Antioquía, Historia. Fragmentos, 303; 306.

Juan Malalas, Crónica, 372; 387-388.

Teodoro Lector, Epítome de su Historia eclesiástica, 96.

Selección bibliográfica

Leszka, M., “The role of Empress Verina in the events of 475/476 – revisited”, ByzSlav 75, 1-2 (2017) 30-42.

Twardowska, K., “Empress Verina and the Events of 475-476”, ByzSlav 72 (2014) 9-22.

Vallejo Girvés, M., “Empress Verina among the Pagans”, en Sághy, M. et alii (eds.), Pagans and Christians in the Late Roman Empire. New Evidence, New Approaches (4th-8th. Centuries) (Budapest 2017) 43-58.

Vallejo Girvés, M., “Portraits of a Dynasty: Graphic Representations of the Families of the Empresses Verina and Ariadne (457-491)”, en Chiriatti, M.C. et alii (eds.), Mujeres imperiales, mujeres reales. Representaciones públicas y representaciones de poder en la Antigüedad Tardía y Bizancio (Paderborn 2021) 132-154.

241. MATRONA

241. MATRONA

Matrona de Perge fue una figura destacada del monacato femenino en Constantinopla durante la segunda mitad del siglo V y las primeras décadas del siglo VI. Antes de abrazar la vida monástica, Matrona contrajo matrimonio con Domeciano; de esa unión nació una hija. Su vida se conoce gracias, principalmente, a las notas tomadas por Eulogia, una de sus discípulas, claramente elogiosa hacia su persona.

En esta hagiografía indica que, en ese momento de su vida, Matrona era ya una mujer piadosa y caritativa, siendo una asidua asistente a ceremonias litúrgicas, hecho que levantó las sospechas de su marido, hasta el punto de acusarla de infidelidad.

Perge

Varias fuentes indican que poco después abandonó a su esposo y sus riquezas para dedicarse a la vida monástica; así, haciéndose pasar por un eunuco, entró en un monasterio masculino de Constantinopla dirigido por Basiano. Esta forma de lo que podemos llamar “travestismo” no fue extraña en los primeros siglos de desarrollo del monacato, tanto desde el ámbito masculino como desde el femenino; las motivaciones son diversas, pero fundamentalmente obedecía a un intento de demostrar la renuncia a la propia identidad para abrazar el ascetismo cristiano. 

Su identidad femenina fue descubierta al cabo de tres años; aunque no fue expulsada del monasterio de Basiano, sino derivada a una comunidad monástica femenina situada en Siria. Allí fue localizada por su marido, quien intentó, por la fuerza física y jurídica, que retornara a la vida marital. Matrona consiguió huir, dirigiéndose primero a Jerusalén y, después de ser nuevamente localizada por su marido, a Beirut, donde se instaló en los restos de un templo pagano. 

           En ese templo de Beirut, Matrona fue acogiendo a varias mujeres que querían llevar una vida ascética y comunitaria similar a la suya. Con ellas finalmente se dirigió a Constantinopla, donde fundó un monasterio femenino que llegó a tener gran predicamento. Además, alcanzó también fama de realizar numerosos y destacados milagros, entre ellos la curación de enfermedades. Todo esto atrajo la atención de las damas aristocráticas de la ciudad, hasta el punto de recibir la visita de las emperatrices Verina y Elia Marcia Eufemia, así como de varias mujeres pertenecientes a poderosas familias aristocráticas de los reinados de León I y Zenón. 

Matrona destacó también por su firme oposición a la política promonofisita del emperador Anastasio I. Fue la única abadesa que se erigió en defensa del calcedonismo entre un numeroso grupo de abades que hicieron lo mismo, recibiendo el mismo trato amenazador. La comunidad de Matrona de Perge destacó por renunciar a llevar el hábito monástico femenino, para adoptar el masculino, mucho más sencillo. Aunque anómalo, recibió la autorización del patriarca de Constantinopla, lo que indica la fuerza de convicción que tenía Matrona y sus seguidoras, muchas de ellas pertenecían a los más elevados círculos aristocráticos e imperiales de la ciudad.

Margarita Vallejo Girvés

Universidad de Alcalá de Henares

Representación de Matrona de Perge en el Menologio de Basilio II. Siglo X. Biblioteca del Vaticano, Roma.

Fuentes principales

Teodoro Lector, Epítome de su Historia eclesiástica, 51.

Teófanes Confesor, Cronografía, a. m. 5991, ad a. 498-499.

Vida de Santa Matrona de Perge, 50; 52.

Selección bibliográfica

Featherstone, J., Mango, C., “Life of Matrona of Perge, introduction, traduction and notes”, en Talbot, A.M. (ed.), Holy Women of Byzantium. Ten Saints’ Lives in English Translation (Washington 1996).

Janin, R., La géographie ecclésiastique de l’Empire Byzantin. Première partie. Le siège de Constantinople et le patriarcat eocuménique. 4. Les églises et les monastères (Paris 1969).

Narro, A., “Domestic violence against women as a reason to sanctification in Byzantine hagiography”, Studia Philologica Valentina 20 (2018) 111-140.

Patlagean, E., “L’histoire de la femme deguisée en moine et l’évolution de la sainteté féminine à Byzance”, StudMed 17 (1976) 610-614.