28. CLODIA
Clodia pertenecía a la gens Claudia, una de las familias patricias más prestigiosas de Roma. Nacida en el 94 a. C, era hija de Apio Claudio Pulcro, cónsul en el 79 a. C. y de Claudia Metela. Tenía tres hermanos, Apio, Cayo y Publio, y dos hermanas del mismo nombre. Decidió cambiar el suyo, al igual que Publio y otra de sus hermanas, de Claudia a Clodia, de tinte más plebeyo.
El temprano fallecimiento del padre dejó a la familia en una situación económica complicada, por lo que la búsqueda de alianzas matrimoniales fue un objetivo prioritario. Clodia se casó con Quinto Cecilio Metelo Céler, primo suyo de gran riqueza y elevada posición social, que llegó a ser cónsul en el 60 a. C.
Roma
Metelo murió en el 59 a. C., dejando a Clodia en una inmejorable situación económica que ella supo aprovechar en beneficio propio. Clodia no se limitó a seguir el papel que la sociedad romana le había otorgado, sino que decidió ejercer su libertad en muchos ámbitos, incluido el sexual. Y, además, lo hizo sin ocultarse. Este hecho, unido al vínculo con su hermano Clodio, uno de los políticos más polémicos de la época, le pasó una fuerte factura social. Clodia fue censurada por muchos de sus contemporáneos debido a sus relaciones adúlteras. Quienes dieron forma definitiva a su funesta fama fueron Cicerón y Catulo. Ambos mezclaron verdades, exageraciones e invenciones en la descripción que dejaron por escrito sobre ella.
Cicerón, uno de los mayores enemigos de Clodio, pronunció en el 56 a. C. un discurso en defensa de Marco Celio Rufo, un joven amigo suyo, acusado de intentar envenenar a Clodia. Para defenderlo, Cicerón puso el foco en ella y en destruir su reputación aprovechando que, según él, no cumplía con lo que la sociedad esperaba de una matrona. En este discurso, Cicerón la llama la ‘Medea del Palatino’, la equipara con una meretriz, y la acusa, entre otras muchas cosas, de corromper a los jóvenes. Por su parte, Catulo, movido por el despecho tras ser abandonado por Clodia o Lesbia, como él la llama en sus poemas, la ataca sin piedad incidiendo en esta misma visión más cercana a la de una prostituta que a la de una matrona. Habla de su interminable lista de amantes, de su falta de moralidad y de sus reprobables prácticas sexuales que, según él, incluían el incesto con su hermano Clodio, acusación que en su momento fue aprovechada por los enemigos políticos de éste. No hay prácticamente información sobre Clodia en los años siguientes, ni sabemos la fecha de su muerte.
Vanessa Puyadas
Universidad de Murcia
Edward Poynter (1907). Lesbia con su gorrión. London Royal Academy, Londres.
Fuentes principales
Catulo, Poemas, 2; 3; 5; 7; 11; 13; 37; 43; 51; 58; 70; 72; 73; 79; 83; 86.
Cicerón, Discurso en defensa de Celio, 34 y ss.; Cartas a los familiares, 5.1; 5.2.; Cartas a Ático, 2.1; 2.9; 2.12; 12.38a; 12.42; 12.47.
Plutarco, Vidas paralelas, Vida de Cicerón, 29.1-2.
Selección bibliográfica
Álvarez Espinoza, N., “Clodia, la nueva domina romana”, Kañina 24, 1 (2010) 11-24.
Berjano Rodríguez, B., “Clodia Metela en el discurso ‘pro Caelio’ de Cicerón: un arquetipo subversivo de mujer, Journal of Fenimist, Gender and Women Studies 8 (2020) 3-11.
Cid López, R.M.ª, “Clodia imaginada por Cicerón: la construcción de la biografía de una libertina”, en M. González, M.A. Pedregal (coord.), Venus sin espejo: imágenes de mujeres en la Antigüedad Clásica (Oviedo 2005) 161-184.
Marsilio, M.S., “Catullus 37: Lesbia, Egnatius, and Roman Mime”, ACLASS 59 (2016) 203-214.
Skinner, M.B., Clodia Metelli: The Tribune’s Sister (Oxford 2011).