236. TEÓDULA

236. TEÓDULA

Teódula fue una diaconisa que dirigió además un monasterio femenino en la Tebaida, una de las regiones egipcias donde floreció el movimiento cenobítico a lo largo de los siglos IV-V. Su liderazgo en la comunidad monástica queda reflejado en las denominaciones con las que se le menciona y que responden todas ellas a las distintas responsabilidades que ejercía en el seno de su cenobio: diaconisa, abadesa, superiora, entre otras.

Teódula es conocida, sobre todo, por acoger en su monasterio a Eufrasia, pariente de Teodosio el Grande, y cuyo padre fue senador en Constantinopla. Teódula anima a la todavía niña de siete años para que tome los hábitos, algo que Eufrasia se resiste a hacer inicialmente por no causar dolor a su madre.

Tebaida

En la labor de tutela que Teódula desarrolla, muestra buena parte de las responsabilidades que desempeña como madre superiora: selecciona y se encarga de la admisión de las hermanas, se convierte en su guía espiritual, les ofrece instrucciones precisas para formar parte de la comunidad: la correcta disciplina, la práctica de una vida ascética, la lectura del Salterio, el ayuno que también seguía el resto de las hermanas. Todo el monasterio le debe absoluta obediencia, y, en ocasiones, exige prueba de esa obediencia encomendando tareas difíciles. Teódula advierte a las ascetas de las tentaciones que les acecharían y les proporciona la oración y la guía adecuadas y necesarias para superarlas. Todas confían en la sabiduría de Teódula, fruto de la edad y la experiencia, pues, cuando ella era joven, también fue víctima de los mismos pensamientos impuros. 

Teódula predicó con el ejemplo y fue la primera que lleva con rigor prácticas ascéticas de gran severidad: ayunaba toda la semana y solo Eufrasia le solicitaba permiso para acompañarla y cumplía con el ayuno puntualmente ante el asombro de todas. Su carisma trasciendió los límites de la comunidad y prueba de ello fue que los habitantes de la zona llevaban a sus hijos enfermos, buscando remedio. Teódula rezaba en su nombre y sanaban inmediatamente. 

Tocada por la gracia divina, fue capaz de anunciar no solo la muerte de Eufrasia y su ascenso a los cielos sino también la suya propia un mes más tarde. Incluso en este último trance dio buena muestra de sus cualidades como abadesa y reunió a las hermanas para que designaran a su sucesora, y a la elegida le confió las tradiciones del monasterio y le proporcionó instrucciones precisas para la buena marcha de la comunidad: que evitara las preocupaciones inútiles, las riquezas, que despreciara todo lo terrenal, para que las hermanas pudieran concentrarse en la belleza celestial. Una vez arreglados todos los asuntos del monasterio, entró en la capilla, cerró las puertas, y anunció que nadie debía entrar hasta el amanecer. Al día siguiente, cuando entraron, la encontraron como dormida y su cuerpo fue enterrado en la tumba de Eufrasia. 

Clelia Martínez Maza

Universidad de Málaga

Ruinas del monasterio cristiano egipcio Tel Ganub Qasr Al-Agouz en el oasis de Bahariya. Siglo IV.

Fuentes principales

Hechos de los Santos, 8. 261.270.

Selección bibliográfica

Eisen, U., Women Officeholders in Early Christianity: Epigraphical and Literary Studies (Collegeville 2000).

Gryson, R., The Ministry of Women in the Early Church (Collegeville 1976).

Madigan, K., Osiek, C., Ordained Women in the Early Church. A Documentary History (Baltimore 2005) 111-112.

Torres, J., “Mulieres diaconissae. Ejemplos paradigmáticos en la Iglesia oriental de los ss. IV-V”, Diakonía, Diaconiae, Diaconato. Semantica e Storia nei Padri della Chiesa, Studia Ephemeridis Augustinianum 117 (Roma 2010) 625-638.

235. ELIA EUDOCIA

235. ELIA EUDOCIA

Nacida con el nombre de Atenais en el 401, era hija del filósofo sofista ateniense Leoncio, quien le había proporcionado una docta instrucción. Tenía dos hermanos mayores, Valerio y Gersio, quienes, a la muerte de su padre y en contra de la voluntad de este último, la repudiaron. Sola y sin tener a dónde ir, acudió a casa de unos familiares en Constantinopla. En ese momento, Pulqueria, hermana del emperador Teodosio II, buscaba una óptima candidata para casarlo. Esta debía cumplir con los deberes del matrimonio y, además, tenía que ser totalmente ajena al círculo de la corte para evitar posibles intereses políticos y religiosos. 

Constantinopolis

Así, supo que una joven educada y de belleza extraordinaria había llegado a la ciudad, por lo que decidió concederle una audiencia. Atenais sorprendió a Pulqueria por su apariencia, inteligencia y sofisticación. Teodosio quedó prendado y poco tiempo después se llevó a cabo el enlace. Atenais se convirtió al cristianismo y cambió su nombre a Elia Licinia Eudocia. De esta unión nacieron tres hijos: Licinia Eudoxia, Arcadio y Flacila. Al nacer su primogénita, fue proclamada Augusta y mandó llamar a sus hermanos a Constantinopla. Convenció a su esposo para que nombrara a Gersio prefecto del pretorio de la provincia de Illyricum y a Valerio magister oficiorum

Con la boda de su primogénita todo cambió. Prometida con el futuro Valentiniano III, desde el Imperio de Occidente enviaron al pagano Rufio Antonio Agripnio Volusiano para que organizara los preparativos de la boda en Constantinopla. Este era tío de la famosa cristiana ascética Melania la Menor, quien, ante la noticia, no dudó en viajar a Constantinopla para reencontrarse con él. De esta forma, Eudocia conoció a la joven Melania que le mostró los preceptos del ascetismo. Tras la boda de Licinia Eudoxia, sobre el año 438, Eudocia peregrinó hacia Jerusalén para ver a Melania, en su monasterio sobre el Monte de los Olivos y su comunidad de vírgenes. En dicho peregrinaje, también acudió a la iglesia de la Resurrección, oró en Antioquía haciendo gala de una increíble retórica y contribuyó al traslado de las reliquias de Juan Crisóstomo. Todo ello la confirmó como una piadosa mujer imperial que seguía la estela de Elena de Constantinopla.

Pese a sus esfuerzos, no conseguía igualar el poder y la popularidad de Pulqueria. Este hecho fue utilizado por Crisafio, eunuco de la corte que quería aprovechar la debilidad de Teodosio II para ostentar el poder. Utilizó a Eudocia para que alejara a aquella del emperador. Sin embargo, fue descubierto posteriormente. Eudocia cayó en desgracia poco después al ser acusada de adulterio con Paulino, magister oficiorum y amigo íntimo de Teodosio II. Si bien es verdad que les unía un gran afecto, no pudieron demostrar su inocencia. Paulino fue ejecutado y Eudocia se retiró en el año 440 a Jerusalén. Se reconcilió con Pulqueria no sin antes haber participado en la rebelión de los monofisitas de Siria y haber sido acusada de asesinato. Consagró sus últimos días al estudio y la literatura. Murió en el año 460 dejando un legado en la historia como emperatriz consorte cristiana de origen pagano y autora de numerosas obras, entre las que destacan las paráfrasis de los libros de Daniel y Zacarías o un poema sobre las victorias en Siria de su esposo. 

Patricia Téllez Francisco

Universidad de Sevilla

Sólido de Elia Eudocia. Anverso: busto de Elia Eudocia. Leyenda: AEL. Eudocia AUG. Reverso: Representación de la diosa Victoria estante. Leyenda: VOT XX MVLT XXX, CONOB. Siglo IV. Constantinopla.

Fuentes principales

Juan Malalas, Cronografía, r.14.353.7.

Zósimo, Nueva historia, 6.

Selección bibliográfica

Cañizar Palacios, J.L., “La figura imperial femenina en época tardorromana a través de Zósimo y el Cth”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, H.ª Antigua 15 (2004) 225-240.

Holum, G.K., Theodosian Empresses: Women and Imperial Dominion in Late Antiquity (Berkeley – Los Ángeles 1989).

Villarrubia Medina, A., “Notas generales sobre la poesía de Eudocia Augusta”, Habis 39 (2008) 335-361.

234. PULQUERIA

234. PULQUERIA

Hija del emperador Arcadio y Elia Eudoxia, hermana mayor a su vez del futuro Teodosio II, Pulqueria vivió en Constantinopla entre los años 399 y 453. Pasó a la historia como una figura muy controvertida del Imperio romano de Oriente, sirviendo como “protectora” de su hermano y siendo una mujer determinante en la Iglesia del momento. Su educación en palacio estuvo influenciada tanto por sus progenitores como por los preceptores, como Arcadio, encargados de dicha tarea. Pulqueria destacaría desde muy temprana edad en las materias de latín y griego. También resaltaría por su carácter fuerte y determinado, su piedad y rectitud. A la inesperada muerte de sus padres, su hermano Teodosio fue proclamado nuevo emperador con solo ocho años. 

Constantinopolis

La legislación del momento determinaba que un hombre alcanzaba su mayoría de edad con catorce años y las mujeres con doce. Pulqueria, al ser dos años mayor que él, se encargó de la formación del futuro emperador, quien la proclamó Augusta. Además, se consagró a la virginidad imponiendo lo mismo a sus hermanas. Durante los primeros años de gobierno de Teodosio II, ella se dejó la piel protegiendo a su hermano. Utilizando su influencia y posición llevó a cabo una serie de cambios en la administración interna del palacio. En primer lugar, convirtió la corte en un espacio seguro, expulsando a todos aquellos hombres que nada tuvieran que ver con la casa imperial. De esta forma también evitaba los posibles abusos sexuales contra ella y sus hermanas. En ese tiempo mandó construir hospitales, iglesias y monasterios. Cuando su hermano alcanzó la mayoría de edad, se encargó personalmente de buscarle una esposa. Así, escogió a una joven de extraordinaria belleza, ajena a todo interés político o religioso, hija de un intelectual griego pagano, de nombre Athenaís. Teodosio dio su aprobación y al casarse con el emperador y convertirse al cristianismo, cambió su nombre por Eudocia. 

Pulqueria también jugó un papel destacado en los conflictos eclesiásticos. El monofisismo proclamaba la completa naturaleza divina de Cristo, mientras que las posturas más ortodoxas defendían la parte humana del mismo. Pulqueria, que compartía estos preceptos ortodoxos, asistió al obispo Cirilo de Alejandría y al Papa Celestino en Roma para convocar en Éfeso el tercer concilio ecuménico del 431. En él, Nestorio fue depuesto de sus cargos y exiliado por Teodosio al Oasis de Egipto al haber atentado contra la imagen de Pulqueria. En el año 450 murió su hermano sin haber nombrado ningún heredero. Dada la situación en la que se encontraba el Imperio de Oriente y lo repentino de los acontecimientos, Pulqueria tomó el poder y se desposó con el senador ortodoxo y militar Marciano. Así su imagen se vio reforzada al ser una virgen Augusta convertida en emperatriz. Juntos llevaron a cabo el cuarto concilio ecuménico de Calcedonia en el 451, donde se restauró la ortodoxia en Oriente. Murió en el año 453 siendo todo un modelo para sus sucesores. Una mujer fuerte, determinada y consciente de su poder que no dudó en proteger a los suyos, mantener la estabilidad en el Imperio y restablecer la Iglesia oriental. 

Patricia Téllez Francisco

Universidad de Sevilla

Solido de Pulqueria. Anverso: busto de Pulqueria. Leyenda: AEL. PULCHERIA AUG. Reverso: Christograma dentro de una corona. Leyenda: CONSB. Siglo IV. Constantinopla.

Fuentes principales

Actas del tercer Concilio de Éfeso, Intervención del Papa S. León Magno.

Evagrio, Historia eclesiástica, X.

Juan Malalas, Cronografía.

Zósimo, Nueva historia.

Selección bibliográfica

Cañizar Palacios, J.L. “La figura imperial femenina en época tardorromana a través de Zósimo y el Cth” en Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, H.ª Antigua 15 (2004) 225-240.

Chew, K., “Virgins and Eunuchs: Pulcheria, Politics and the Death of Emperor Theodosius II”, Historia 55, 2 (2006) 207-227.

Holum, G.K. Theodosian Empresses: Women and Imperial Dominion in Late Antiquity (Berkeley – Los Ángeles 1989).

233. ELIA EUDOXIA

233. ELIA EUDOXIA

Elia Eudoxia fue esposa del emperador Arcadio, Augusto de Oriente tras la muerte de su padre Teodosio I. Hija de madre romana y del cónsul de origen franco, el general Flavio Bauto, que había servido en Occidente bajo Graciano. Se trasladó después de la muerte de su padre a Constantinopla, donde fue acogida en la poderosa familia de Promoto, magister militum de Teodosio I, y recibió una esmerada educación bajo la tutela de Pansofio, futuro obispo de Nicomedia. Se casó con Arcadio con quien contribuyó a asegurar la continuidad dinástica de la casa teodosiana, teniendo cinco hijos: Flacila, Pulqueria, Arcadia, Teodosio II y Marina.  

Thagaste

Constantinopolis

El título de Augusta no comportaba un poder específico, pero sí la mayor eminencia social detrás del Augusto y el derecho a usar el manto de púrpura y la diadema imperial en sus apariciones públicas. Su imagen fue difundida por medio de monedas en las que se representaba la mano divina coronándola y estatuas que circularon por las provincias y motivaron la censura de Honorio. Precisamente la dedicación de una estatua de plata de la Augusta portando los atributos imperiales, erigida sobre una columna de pórfido en el Augusteon de Constantinopla por el prefecto urbano Simplicio, pudo ser objeto de imprudentes comentarios por parte el obispo de Constantinopla Juan Crisóstomo e influir en el segundo y definitivo exilio de este. 

En el ámbito religioso actuó como protectora de la fe nicena. Patrocinó las procesiones nocturnas antiarrianas promovidas por el obispo de Constantinopla; asumió el papel de penitente en el traslado de reliquias; actuó como intermediaria entre las instancias eclesiásticas y el emperador; en fin, obligó a Juan Crisóstomo a compartir popularidad y audiencia con Severiano de Gabala en Constantinopla. 

Su origen semi bárbaro, la visibilidad de sus intervenciones en los asuntos eclesiásticos, la discordancia, en ocasiones, entre sus elecciones personales y los intereses de los obispos determinaron la representación de Eudoxia como una intrigante Jezabel, ambiciosa y dominada por sus bárbaras pasiones en las fuentes antiguas, que sobredimensionan su influencia política a la vez que menoscaban el liderazgo de su esposo Arcadio. Sin embargo, la manera de conducirse de Eudoxia respondió a una estrategia concertada y compartida con Arcadio al servicio de un liderazgo basado más en la función religiosa y ceremonial del emperador que en los méritos militares. Murió el 6 de octubre de 404 y fue enterrada en la iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla. 

María Victoria Escribano Paño

Universidad de Zaragoza

Sólido de Elia Eudoxia. Anverso: Busto diademado de Elia Eudoxia. Leyenda: AEL. EUDOXIA AUG. Reverso: Representación de la diosa Victoria sedene. Leyenda: SALVS REIPUBLICAE CONOB. Siglo IV. Constantinopla.

Fuentes principales

Sócrates, Historia eclesiástica, 6.7-6.19.

Sozomeno, Historia eclesiástica, 8.8-8.27.

Zósimo, Nueva historia, 5. 3.2.

Selección bibliográfica

Escribano Paño, M.ªV., “Aelia Eudoxia y Arcadio en Constantinopla: la piedad imperial concertada en la ciudad más cristiana del imperio, en Chiriatti, M., Villegas, R. (eds.), Mujeres imperiales, mujeres reales, Representaciones públicas y representaciones del poder en la Antigüedad Tardía y Bizancio (Leiden 2021) 64-95.

Escribano Paño, M.ªV., “La visibilidad política de Aelia Eudoxia en la Constantinopla de Arcadio: estatuas, ofensas y exilios” en Pavón, P., Conditio Femminae: imágenes de la realidad femenina en el mundo romano (Roma 2021) 651-663. 

McEvoy, M., “An Imperial Jellyfish? The Emperor Arcadius and Imperial Leadership in the Late Fourth Century AD”, en Manders, E., Slootjes, D.  (eds.), Leadership. Ideology and Crowds in the Roman Empire of the Fourth Century AD (Stuttgart 2020) 181-197.

Stebnicka, Kr., “Jezebel and Eudoxia: Reflections of the History of the First Conflict Between John Chrysostom and Empress Eudoxia”, Polamedes, A Journal of Ancient History 7 (2012) 143-154.

232. MELANIA LA MENOR

232. MELANIA LA MENOR

Melania era una noble romana que nació hacia el 383. Su abuela homónima era conocida por su renuncia al mundo, a su fortuna y a su familia cuando enviudó muy pronto. Se sabe que sus padres la casaron con Piniano, hijo de un ex prefecto de Roma, para asegurar la transmisión de un inmenso patrimonio. Con 14 años ella y 17 él, Melania intentó persuadir a su esposo de la conveniencia de convivir en castidad, pero él le pidió que esperara a tener dos hijos que heredaran sus bienes; después accedería a sus deseos. Trajeron al mundo un niño y una niña, que murieron siendo muy pequeños, y esas desgraciadas circunstancias indujeron a Piniano a comprometerse definitivamente con la castidad cuando Melania contaba con 20 años. 

Thagaste

Constantinopolis

Roma

Pero ella aspiraba además a renunciar al mundo con todas sus comodidades, a deshacerse absolutamente de cualquier lazo con la vida material, arrastrando con ella a su esposo. Esa decisión supuso un desafío para el grupo senatorial, casi una amenaza debido a la incipiente dilapidación de su fortuna. Su familia se opuso, los esclavos se sublevaron y la piadosa emperatriz Serena les prometió protección para que llevaran a cabo sus deseos. A continuación, se inició la venta de sus propiedades, dispersas por las provincias del Imperio, a cargo de los gobernadores y magistrados que les entregaban las sumas obtenidas. 

Tras la toma de la ciudad por Alarico, Piniano, Melania y Albina, su madre, viajaron a África, estableciéndose en Tagaste junto al obispo Alipio, amigo de Agustín de Hipona. Durante ese tiempo vivió entregada al estudio de la Biblia y de la literatura monástica, así como a su transcripción. Posteriormente peregrinaron a los Santos Lugares. Deseaban que este destino se convirtiera en su meta final, pero antes se desplazaron a Egipto para visitar a los eremitas del desierto. A su vuelta se establecieron definitivamente en Jerusalén, donde Melania se encerró en una celda ubicada en el Monte de los Olivos, saliendo sólo cuando falleció su madre. Albina fue enterrada en ese lugar y allí hizo construir un monasterio femenino. Piniano vivió en compañía de treinta monjes hasta el final de sus días. Fue enterrado en la capilla que había hecho construir Melania, dedicada a los apóstoles. 

 En el 436 viajó a Constantinopla y, gracias a su intervención, convirtió al cristianismo su tío Volusiano en el lecho de muerte. Durante esa estancia actuó en favor de la ortodoxia y del ascetismo, tanto en la capital como en la corte, en estrecha relación con la emperatriz Eudocia, la mujer de Teodosio II, y con su hija Eudoxia, futura esposa del emperador Valentiniano III. A su vuelta de Constantinopla completó sus fundaciones monásticas en Jerusalén, al menos dos femeninas y una masculina, e hizo construir un martyrion en honor de los mártires. Melania falleció a finales del 439.

Juana Torres

Universidad de Cantabria

Fresco de Santa Melania la Menor. Miniatura del Menologion de Basilio II. Siglo X. Biblioteca Apostólica Vaticana, Roma.

Fuentes principales

Agustín de Hipona, Epístolas.

Geroncio, Vida de Melania la joven, 15.

Jerónimo, Epístolas.

Paladio, Historia lausiaca, 61.

Selección bibliográfica

Consolino, F.E., “Supporters of Faith, Influential through Charity. Religious Concern and Social Visibility of Saintly Noblewomen in Later Roman Empire”, en Børresen, K.E., Cabibbo, S., Specht, E. (eds.), Gender and Religion. Genre et Religion (Roma 2001) 175-199. 

Giannarelli, E., “Il pellegrinagio al femminile nel cristianesimo antico: fra polemica e esemplarità”, en Silvestre, M.L., Valerio, A., Donne in viaggio. Viaggio religioso, politico, metaforico (Roma – Bari 1999) 50-63.

Giannarelli, E., “Women and Travelling in early Christian texts: Some aspects of a problem”, en Børresen, K.E., Cabibbo, S., Specht, E. (eds.), Gender and Religio. Genre et Religion (Roma 2001) 155-174. 

Giardina, A., “Carità eversiva. Le donazioni di Melania la giovane e gli  equilibri della società tardoromana”, Studi Storici 29 (1988) 127-142.

231. ELIA FLAVIA FLACILA

231. ELIA FLAVIA FLACILA

Elia Flavia Flacila fue esposa del emperador Teodosio I y Augusta de Oriente entre 379-386. Nació en Hispania en una familia descendiente de la gens Aelia, quizás emparentada con el emperador Trajano. Hacia el 377 se casó con Teodosio y cuando este fue nombrado emperador tenían ya dos hijos, Arcadio y Pulqueria. La familia, junto con otros parientes, se trasladó a Oriente, instalándose a partir del 380 en Constantinopla. Allí Flacila tuvo una residencia propia cercana a la iglesia de los Santos Apóstoles.

          

Hispania

Constantinopolis

 En el 383 fue elevada al rango de Augusta al mismo tiempo que su hijo Arcadio, futuro emperador del Oriente, y fue honrada con estatuas y monedas, cuyos reversos muestran símbolos cristianos y la leyenda Salus Reipublicae, alusiva a la función de la emperatriz como protectora y salvadora del estado. Se realizaron también retratos suyos, que se colocaron en Constantinopla y en otras ciudades de Oriente formando parte del conjunto de la familia imperial.

El 9 de septiembre del 384 nació su tercer hijo, Honorio, futuro emperador de Occidente. En agosto del 385 murió Pulqueria, a quien el obispo Gregorio de Nisa dedicó una oración fúnebre. Un año más tarde, en el 386, murió Flacila en Escotumis, una estación termal en Tracia, a donde había acudido para tratarse de una enfermedad. Gregorio de Nisa escribió su elogio fúnebre, donde describe su funeral y alaba sus virtudes personales y cívicas. Dice de ella que compartió con Teodosio el poder imperial en términos de igualdad y compitiendo con él en virtudes. Flacila fue también alabada por el rétor Temistio, quien la comparaba con Hera, la esposa de Zeus, y pone de relieve su colaboración en el gobierno con Teodosio.

            Destacó por su labor de beneficencia entre los pobres de Constantinopla, su odio al paganismo y su celo en la defensa de la fe nicena frente a los arrianos, que eran mayoría entonces en Oriente. Durante las conversaciones que Teodosio llevó a cabo en Constantinopla para alcanzar un acuerdo con los distintos grupos de cristianos, Flacila le disuadió de que se reuniera con el arriano Eunomio de Cícico, temiendo que éste pudiera convencer al emperador debido a sus grandes cualidades retóricas. Ella recordaba siempre a Teodosio las leyes divinas. Las fuentes cristianas ensalzan su humildad en el cuidado de enfermos y pobres, sus visitas a los monasterios, los asilos y los hospicios de las iglesias, así como su solicitud para servir ella misma la comida y lavar la vajilla, como si se tratara de una sirvienta. Flacila se convirtió en la historiografía eclesiástica en el prototipo de la emperatriz piadosa, que inspiró, al igual que su iconografía, a las sucesivas emperatrices bizantinas.

Mar Marcos

Universidad de Cantabria

AE2 de Elia Flavia Flacila. Anverso: busto diademado de Elia Flavia Flacila. Leyenda: AEL. FLACCILLA AUG. Reverso: representación sedente de la diosa Victoria. Leyenda: SALVS REIPVBLICAE. Siglo IV. Constantinopla.

Fuentes principales

Claudiano, Elogio de Serena, 2.

Gregorio de Nisa, Oración fúnebre de Flacila, 9.

Sozomeno, Historia eclesiástica, 7.6. 

Teodoreto de Ciro, Historia eclesiástica, 5.18.

Selección bibliográfica

Holum, K.G., Theodosian Empresses. Women and Imperial Dominion in Late Antiquity (Berkeley 1982).

Marcos, M., “Política dinástica en la corte de Teodosio I: las imágenes de Aelia Flavia Flaccilla”, en Teja, R., Pérez, C. (eds.), La Hispania de Teodosio 1 (Segovia 1997) 155-164.

Marcos, M., “Aelia Flavia Flaccilla, primera emperatriz de Bizancio (379-386 d.C.)”, en Pérez Martín, I., Bádenas de la Peña, P. (eds.), Bizancio y la Península Ibérica. De la Antigüedad tardía a la edad Moderna (Madrid 2004) 1-36.

McClanan, A., Representations of Early Byzantine Empresses: Image and Empire (New York 2002).

230. JUSTA GRATA HONORIA

230. JUSTA GRATA HONORIA

Justa Grata Honoria, nació hacia el 418 y murió en torno al 450. Fue una mujer romana perteneciente a la dinastía teodosiana. Honoria era la hija mayor de Gala Placidia y Constancio III, por lo que su abuelo materno era el emperador Teodosio I. Asimismo, era hermana de Valentiniano III, emperador romano de Occidente desde el 425 al 455. Tras la muerte de Constancio III, su madre, Gala Placidia y el hermano de ésta, el emperador Honorio, mantuvieron unas difíciles relaciones que desembocó en el exilio de Gala Placidia y sus hijos en el 423. Tuvieron que dejar la corte de Rávena y dirigirse a Constantinopla, donde gobernaba el primo de Grata Honoria, Teodosio II. 

Ravenna

Constantinopolis

Al poco tiempo de llegar, se enteraron de que Honorio había fallecido y de que un hombre llamado Juan había usurpado el poder. Teodosio II consiguió acabar con este y designó emperador romano de Occidente a su sobrino, Valentiniano III con tan solo seis años de edad. A partir de aquí, las fuentes recogen breves menciones sobre la vida de Honoria. Siguiendo la información aportada por la Crónica del Conde Marcelino, hacia el año 434, Honoria se quedó embarazada de su administrador personal, Eugenio. Valentiniano III la expulsaría temporalmente de la corte de Rávena y la enviaría de nuevo a Constantinopla, donde Honoria daría a luz. A su vuelta a Rávena, el emperador la prometería al senador Flavio Baso Herculano. Sin embargo, siguiendo los escritos de Jordanes y de Juan Antioqueno, algunos investigadores consideran que este supuesto exilio de Honoria del año 434 realmente ocurriría en el 450, por el siguiente motivo: obligada a hacer un voto perpetuo de virginidad, Honoria fue descubierta en el año 449 manteniendo relaciones sexuales con su administrador Eugenio. El escándalo resultante obligó a Valentiniano III a despojarla de su dignidad real y a prometerla con un hombre de alto rango pero que no representara una amenaza para su gobierno, eligiendo a Flavio Baso Herculano para ello.

Honoria, en la primavera del 450, buscó la ayuda de Atila, rey de los hunos, enviándole desde Rávena una petición de auxilio y un anillo. Atila entendió tal misiva como una propuesta de matrimonio y solicitó a Valentiniano III la mitad del Imperio romano de Occidente como dote. El sorprendido Valentiniano III rechazó la solicitud de Atila y solo la influencia de Gala Placidia sobre su hijo lo convencería para que exiliase a su hermana, presumiblemente a Constantinopla, en lugar de condenarla a muerte. Ante la negativa de Valentiniano III a concederle la mano de Honoria y la mitad del Imperio romano de Occidente como dote, Atila y su ejército trataron, sin éxito, de invadir las Galias en el año 451. En este punto se pierde el rastro de Honoria en las fuentes tardoantiguas.

 

Daniel León Ardoy

Universidad de Sevilla

Una pintura en miniatura sobre un medallón de cristal dorado que representa a Gala Placidia con sus hijos. Siglo IV. Santa Giulia Museum, Brescia.

Fuentes principales

Conde Marcelino, Crónica, 434.

Jordanes, Origen y gestas de los godos, 42.222-224.

Juan de Antioquía, Historia crónica. Fragmentos, 223.2.

Olimpiodoro, Historia. Fragmentos, 33.1-2; 37-38; 43.1-2.

Selección bibliográfica

Blockley, R.C., “The dynasty of Theodosius”, en Cameron A. (ed.), The Cambridge Ancient History: The Late Empire, A.D. 337-425 (Cambridge 1997) 111-137.

Holum, K.G., Theodosian Empresses: Women and Imperial Dominion in Late Antiquity (Berkeley – Los Angeles 1982).

Sivan, H., Galla Placidia: The Last Roman Empress (Oxford – New York 2011). 

229. GALA PLACIDIA

229. GALA PLACIDIA

Elia Gala Placidia fue la esposa del emperador Constancio III y, anteriormente, reina consorte de los visigodos por su matrimonio con Ataúlfo. Hija de Teodosio I el Grande y de su segunda esposa Flavia Gala, nació en Constantinopla entre los años 388 y 393. Sus hermanastros, Arcadio y Honorio, no tuvieron buenas relaciones con la madre de Gala Placidia, debido a las acciones de esta para favorecer a su propia descendencia. Aquella murió al dar a luz a su último hijo cuando Gala era aún una niña y, tras el fallecimiento de su padre fue educada en Roma y en Milán por Serena, la esposa de Estilicón.

Constantinopolis

Roma

Con tan solo veinte años fue hecha prisionera por Alarico cuando los visigodos atacaron y saquearon la ciudad de Roma en el 410. El sucesor de Alarico, Ataúlfo, mantuvo a Gala como prisionera y se la llevó a la Galia cuando trasladó su ejército a ese lugar. Contrajo matrimonio en Narbona con Ataúlfo, vinculándose este con la familia imperial. En el 415 tuvieron un hijo, Teodosio, que murió a los pocos días de nacer. Ese mismo Ataúlfo fue asesinado por un siervo, aunque antes de fallecer comunicó a su hermano, y sucesor, Sigerico, su deseo de que Gala fuera devuelta a los romanos tras su muerte. Sin embargo, el sucesor mandó a azotar a Gala. El siguiente líder visigodo, Valia, llegó a un acuerdo con Roma de entregar a Gala Placidia a cambio de un cargamento de varias toneladas de trigo y pactando el apoyo visigodo para luchar a favor de los romanos contra los bárbaros que invadieron la península ibérica. 

Tras volver a Roma, su hermanastro Honorio concertó las segundas nupcias de Gala en el 417 con el general Flavio Constancio, futuro Constancio III. Dos hijos nacieron de este matrimonio: Valentiniano III, que sería gobernante del Imperio romano de Occidente, y Honoria. El marido de Gala falleció poco tiempo después en el 421. Una serie de rumores y acusaciones de que ella había conspirado contra Honorio con la ayuda de los visigodos hicieron que tanto Gala como sus hijos fueran expulsados de Rávena y exiliados a Roma y después en Constantinopla. A la muerte de Honorio, actuó como regente hasta que su hijo alcanzó la mayoría de edad. 

Gala Placidia fue una figura decisiva para la historia de Roma, siendo esposa, madre, hija y hermana de emperadores. Ya en su infancia ostentó el título de nobilissima puella, que le permitía transmitir la dignidad imperial. Al mismo tiempo, le fue concedido el título de Augusta. Como cristiana devota que era, Gala mandó edificar varias iglesias. Murió en Roma en el año 450 durante el gobierno de su hijo. No se sabe con certeza si fue sepultada en el Mausoleo que lleva su nombre en Rávena. 

Francisco Cidoncha Redondo

Escuela Universitaria “Francisco Maldonado” de Osuna (Sevilla)

Sólido de Gala Placidia como Augusta. Anverso: busto coronado de Gala Placidia. Leyenda: DII. GALLA PLACIDIA P.F. AUG. Reverso: representación de victoria alada estante sujetando una cruz ricamente decorada. Leyenda: VOT XX MVLT XXX, COMOB. RIC X.

Fuentes principales

Crónica Gálicaa. 452. 77; 103.

Hidacio, Crónica35; 49. 

Orosio, Historia contra los paganos7.40.2; 7.43.3-8; 7.43.12-13.

Zósimo, Nueva historia, 4.57.3; 5.38.1; 6.12.3.

Selección bibliográfica

Caffin, P., Galla Placidia: La dernière impératrice de Roma (Paris 1977). 

Salisbury, J.E., Rome’s Christian Empress: Galla Placidia Rules at the Twilight of the Empire (Baltimore 2015). 

Sirago, V.A., Galla Placidia: la nobilissima (Milano 1996). 

Sivan, H., Galla Placidia: The Last Roman Empress (Oxford 2011) 35; 49.

228. FLAVIA SERENA

228. FLAVIA SERENA

La Catedral de Monza (Italia) conserva una de las pocas representaciones de Flavia Serena. Emperatriz de facto, pero no de iure, el bajorrelieve la muestra con la dignidad de un miembro de la familia imperial, con expresión hierática y absorta. La acompañan su hijo y su marido, el general vándalo Estilicón. La fascinación que pueda suscitar esta pieza no hace sino crecer más conforme se esclarecen los acontecimientos y hechos de su vida. La mayoría de todos estos son conocidos gracias al Elogio de Serena que escribió Claudiano. Nació hacia el año 370 en el seno de una familia aristócrata y cristiana hispana. Se conoce el nombre de su padre, Honorio; aunque de su madre no se tienen apenas datos. Este último era hermano del futuro emperador Teodosio, quien sentía un gran afecto por la pequeña Serena.

Constantinopolis

 Recibió una excelente educación, destacando en el ámbito de la poesía clásica. Cuando murió su padre sobre el 381, se trasladó a Constantinopla junto con su madre y sus hermanas a la corte de Teodosio, quien la convirtió en hija adoptiva, aunque no con todos los derechos que este título otorgaba. Antes de morir y, siguiendo la política de alianzas, la prometió en matrimonio con el general Estilicón. De esta forma, Teodosio aseguraba un buen marido para su sobrina, quien doblegaría cualquier intento de usurpación al trono por Estilicón, y un perfecto general que acompañara a los herederos. Este era hijo de un oficial vándalo que había servido al emperador Valente y de una aristócrata romana. Pertenecía al cuerpo de los protectores. Aunque poco antes del enlace, fue ascendido a comes sacri stabuli y, seguidamente, a comes domesticorum. Según los investigadores, le fueron concedidos estos dos ascensos para que Estilicón alcanzara el estatus de Serena. Tuvieron tres hijos, Euquerio, María y Termancia. Cuando Teodosio murió víctima de una enfermedad, Estilicón se proclamó parens de los dos herederos del Imperio, contando con el apoyo de Ambrosio, obispo de Milán. Juntos Serena y Estilicón se encargaron de la educación de Gala Placidia, a quien prometieron con su hijo Euquerio, aunque no se hizo efectivo para evitar posibles rumores en el Senado. Posteriormente prometieron a María con Honorio y, a la muerte de esta, con Termancia.

Serena, no sólo se encargó de legitimar la dinastía de su tío, también utilizó su posición e influencia para llevar a cabo acciones en beneficio de la Iglesia. Como motivo de una promesa donó los mármoles para el sacellum de las reliquias de la Basílica de San Názaro, además de financiar su decoración “al estilo romano”. Conoció a Melania la Menor, quien le mostró los principios del ascetismo. Motivada por aquella, Serena pidió a Honorio que decretase que en cada provincia fueran los magistrados y gobernadores los responsables de la venta de los bienes y que los beneficios de estos fueran para el tesoro público. En el 408, Honorio mandó ejecutar a Estilicón, acusado de querer situar a su hijo en el trono imperial y, por tanto, cometer crímenes contra el Estado. Euquerio también fue asesinado poco tiempo después. Por temor a que vengara la muerte de su hijo, Gala Placidia acusó de conspiración a Serena quien murió ejecutada sin miramientos. 

Patricia Téllez Francisco

Universidad de Sevilla

Díptico de marfil donde se representan a Flavia Serena, su hijo y su marido Estilicón. Siglo V. Catedral de Monza.

Fuentes principales

Claudio, Elogio de Serena.

Evagrio, Historia eclesiástica, 23.

Zósimo, Nueva historia, 4-59.

Selección bibliográfica

Blázquez, J.M.ª, “Relaciones de los grandes acetas de finales de la Antigüedad con las altas magistraturas del Estado”, Tempus implendi promissa. Homenaje al prof. Dr. Fomingo Ramos-Lissón 33 (Colección historia de la Iglesia) (2000) 69-85.

Hughs, I., Stilicho: The Vandal Who Saved Rome (Barnsley 2010).

Magnani, A., Serena, l’ultima romana (Milano 2002).

Seijo Ibáñez, E., “La barbarización del ejército y de la corte Oriental: el matrimonio de Serena y Estilicón”, Estudios bizantinos 7 (2019) 1-15.

227. ASCLEPIGENIA

227. ASCLEPIGENIA

Asclepigenia fue una filósofa neoplatónica perteneciente al círculo de la célebre Academia ateniense que vivió a finales del s. IV. Los exiguos datos biográficos que se conocen de ella la relacionan con los miembros más afamados de la escuela ateniense. Era hija de Plutarco, el gran impulsor de ese platonismo triunfante en el mundo tardoantiguo que consideraba igualmente necesarias las enseñanzas de Aristóteles. Al igual que el resto de sus compañeras filósofas, recibió una formación tan especializada como la filosofía en el seno familiar, impartida por su padre y fue él quien le inició en las artes teúrgicas consideradas uno de los instrumentos más característicos del neoplatonismo ateniense.

Athenae

Asclepigenia es un fiel exponente del importante papel que tiene, en la preservación y desarrollo del neoplatonismo, la transmisión familiar, convertida en pieza clave que aseguraba la línea sucesoria de la escuela. Su padre fue quien instruyó tanto a ella como a su hermano Hierio en la teúrgia, transmitiéndoles la tradición ritual que él aprendió de su padre, Nestorio, hierofante en Eleusis, afamado por formular oráculos muy certeros. A su vez, Asclepigenia instruyó en la teúrgia y en la tradición caldea a Proclo.

Siguiendo los usos habituales que circunscribían la esfera de acción femenina al ámbito doméstico, Asclepigenia ejerció ese magisterio teúrgico en el seno del hogar familiar, pero solo en ocasiones especiales y no como parte de un currículum normalizado. Teniendo en cuenta este tipo de enseñanza, que no era pública y a la que solo accedían algunos estudiantes tras haber sido formados en la Academia, puede entenderse que Asclepigenia, al igual que su homóloga Sosípatra, no tuviera pupilos que dejaran testimonio del conocimiento transmitido por esas mujeres. Ellas dependían de los alumnos redirigidos por los filósofos que encabezaban la escuela y no controlaban ni el proceso educativo ni el acceso a esa formación. 

Llama la atención que, de Asclepigenia, no se conserve ninguna noticia negativa en las fuentes cristianas a pesar de ser maestra en prácticas tan delicadas como las teúrgicas que contravenían los dictámenes de un Estado ya cristiano. Quizás ese magisterio no fue objeto de atención al no ser percibido como una amenaza. Su inclinación intelectual no comportaba el abandono de sus tradicionales papeles como esposa y madre. Además, su formación servía de acicate y refuerzo para la educación intelectual de sus hijos y de los de las élites. 

El magisterio de las filósofas siempre quedó circunscrito a la esfera doméstica, el entorno que en principio les correspondía, por lo que su presencia en la vida pública nunca pudo considerarse una amenaza. Solo cuando ese magisterio trascendía a los espacios de proyección pública para alcanzar una repercusión social mayor, incluso política, su presencia era percibida como amenazadora y el retrato que se hace de ellas en las fuentes es negativo, como así sucede con la más conocida filósofa del momento, Hipacia.

Clelia Martínez Maza

Universidad de Málaga

Ettore Forti (1800 aprox.). Las músicos. Colección privada.

Fuentes principales

Marino de Nápoles, Proclo o sobre la felicidad. 

Selección bibliográfica

Baltzly, D., “Proclus and Theodore of Asine on Female Philosopher-rulers: Patriarchy, Metempsychosis, and Women in the Neoplatonic Commentary Tradition”, AncPhil 33 (2013) 403-24.

Clark, G., “Do Try this at Home: The Domestic Philosopher in Late Antiquity”, en Amirav, H., Romeny, B.(eds.), From Rome to Constantinople: Studies in Honour of Averil Cameron (Leuven 2007) 153-72.

Denzey Lewis, N., “Living Images of the Divine: Female Theurgists in Late Antiquity”, en Stratton, K.B., Kalleres, D.S. (eds.), Daughters of Hecate: Women and Magic in the Ancient World (Oxford 2014) 274-97.