228. FLAVIA SERENA

228. FLAVIA SERENA

La Catedral de Monza (Italia) conserva una de las pocas representaciones de Flavia Serena. Emperatriz de facto, pero no de iure, el bajorrelieve la muestra con la dignidad de un miembro de la familia imperial, con expresión hierática y absorta. La acompañan su hijo y su marido, el general vándalo Estilicón. La fascinación que pueda suscitar esta pieza no hace sino crecer más conforme se esclarecen los acontecimientos y hechos de su vida. La mayoría de todos estos son conocidos gracias al Elogio de Serena que escribió Claudiano. Nació hacia el año 370 en el seno de una familia aristócrata y cristiana hispana. Se conoce el nombre de su padre, Honorio; aunque de su madre no se tienen apenas datos. Este último era hermano del futuro emperador Teodosio, quien sentía un gran afecto por la pequeña Serena.

Constantinopolis

 Recibió una excelente educación, destacando en el ámbito de la poesía clásica. Cuando murió su padre sobre el 381, se trasladó a Constantinopla junto con su madre y sus hermanas a la corte de Teodosio, quien la convirtió en hija adoptiva, aunque no con todos los derechos que este título otorgaba. Antes de morir y, siguiendo la política de alianzas, la prometió en matrimonio con el general Estilicón. De esta forma, Teodosio aseguraba un buen marido para su sobrina, quien doblegaría cualquier intento de usurpación al trono por Estilicón, y un perfecto general que acompañara a los herederos. Este era hijo de un oficial vándalo que había servido al emperador Valente y de una aristócrata romana. Pertenecía al cuerpo de los protectores. Aunque poco antes del enlace, fue ascendido a comes sacri stabuli y, seguidamente, a comes domesticorum. Según los investigadores, le fueron concedidos estos dos ascensos para que Estilicón alcanzara el estatus de Serena. Tuvieron tres hijos, Euquerio, María y Termancia. Cuando Teodosio murió víctima de una enfermedad, Estilicón se proclamó parens de los dos herederos del Imperio, contando con el apoyo de Ambrosio, obispo de Milán. Juntos Serena y Estilicón se encargaron de la educación de Gala Placidia, a quien prometieron con su hijo Euquerio, aunque no se hizo efectivo para evitar posibles rumores en el Senado. Posteriormente prometieron a María con Honorio y, a la muerte de esta, con Termancia.

Serena, no sólo se encargó de legitimar la dinastía de su tío, también utilizó su posición e influencia para llevar a cabo acciones en beneficio de la Iglesia. Como motivo de una promesa donó los mármoles para el sacellum de las reliquias de la Basílica de San Názaro, además de financiar su decoración “al estilo romano”. Conoció a Melania la Menor, quien le mostró los principios del ascetismo. Motivada por aquella, Serena pidió a Honorio que decretase que en cada provincia fueran los magistrados y gobernadores los responsables de la venta de los bienes y que los beneficios de estos fueran para el tesoro público. En el 408, Honorio mandó ejecutar a Estilicón, acusado de querer situar a su hijo en el trono imperial y, por tanto, cometer crímenes contra el Estado. Euquerio también fue asesinado poco tiempo después. Por temor a que vengara la muerte de su hijo, Gala Placidia acusó de conspiración a Serena quien murió ejecutada sin miramientos. 

Patricia Téllez Francisco

Universidad de Sevilla

Díptico de marfil donde se representan a Flavia Serena, su hijo y su marido Estilicón. Siglo V. Catedral de Monza.

Fuentes principales

Claudio, Elogio de Serena.

Evagrio, Historia eclesiástica, 23.

Zósimo, Nueva historia, 4-59.

Selección bibliográfica

Blázquez, J.M.ª, “Relaciones de los grandes acetas de finales de la Antigüedad con las altas magistraturas del Estado”, Tempus implendi promissa. Homenaje al prof. Dr. Fomingo Ramos-Lissón 33 (Colección historia de la Iglesia) (2000) 69-85.

Hughs, I., Stilicho: The Vandal Who Saved Rome (Barnsley 2010).

Magnani, A., Serena, l’ultima romana (Milano 2002).

Seijo Ibáñez, E., “La barbarización del ejército y de la corte Oriental: el matrimonio de Serena y Estilicón”, Estudios bizantinos 7 (2019) 1-15.

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