Tras su retorno a España del exilio en 1831 y la muerte del rey absolutista dos años después, Martínez de la Rosa se convertirá, al ser propuesto por la reina regente, María Cristina de Borbón, para presidir el Gobierno, en el eje central de la vida política española en la instauración y progresiva consolidación de la monarquía liberal, desde la perspectiva moderada, frente a las pretensiones de carlistas y presiones de los progresistas. Y en ello resultará vital el uso que continuará realizando de la prensa. En este sentido, su prosa política aparecería igualmente, junto con otros firmantes del Gobierno, en la enciclopédica El Instructor ó Repertorio de Historia, Bellas Letras y Artes (1834-1841), que poco tenía que ver en su concepto periodístico con El Español de Blanco White como abanderado de la prensa política. El Instructor, cuyos contenidos abarcarán desde las teorías malthusianas a las momias egipcias (número 16, de abril de 1835), se concibe, aunque también de forma pionera, como revista ilustrada publicada en lengua castellana y una de las publicaciones periódicas estelares editadas en la capital inglesa, dentro del proyecto empresarial de Rudolph Ackermann, por los exiliados peninsulares de Fernando VII y dirigidas, principalmente, a los americanos de las antiguas colonias españolas.
El éxito de este tipo de proyectos no impidió que algunos de estos americanos, residentes en Londres, también pusieran en marcha en la capital británica sus propias publicaciones como forma de consolidar el proceso cultural de la formación de las nuevas repúblicas. Entre ellos estaban el venezolano Andrés Bello y el colombiano Juan García del Río, artífices de La Biblioteca Americana, o Miscelánea de Literatura, Artes i Ciencias (1823) y de su continuadora, El Repertorio Americano (1826-1827), colaborando también el gaditano José Vicente García Granados (Puerto de Santa María, 1798-Aquisgrán, 1873), asentado desde su juventud tras la invasión francesa en Guatemala, donde intervendría en política activamente. Su hermano Miguel llegaría de hecho a ser presidente de esta nueva república americana. No es de extrañar pues que José Vicente, cuya compleja vida política le llevaría además por Estados Unidos, México y Alemania, publicara en El Repertorio su “Canto a la Independencia de Guatemala”, con el que abriría el número de abril de 1827[13].
Pero volvamos a El Instructor de Ackermann, que se convertirá en la más duradera publicación periodística de las impresas en español en Inglaterra durante la primera mitad del XIX y que difundirá además los textos del insigne autor sevillano Alberto (Rodríguez de) Lista (Sevilla, 1775-1848), cuya obra recogerá asimismo su continuadora, La Colmena (1842-1845). Lista había estado exiliado por afrancesado desde 1813 a 1817, y entre 1823 y 1833, nuevamente en Francia, pero también pasaría por Inglaterra. En 1831, por ejemplo, visitaría a Blanco White en Oxford. Y como ambos, otro sevillano, Jiménez de Alcalá (y como Blanco también de nombre José María e igualmente emigrado a Londres por motivos religiosos, en su caso entre 1804 y 1840), será el primer editor y redactor de El Instructor, dirigiendo esta miscelánea publicación divulgativa hasta un año antes de su finalización.
Ya en 1840 se hace cargo de la revista Ángel de Villalobos, como Jiménez de Alcalá, profesor del King’s College londinense y que también dirigirá después La Colmena. Pero, a pesar de su ilustrativo entretenimiento formativo, en El Instructor también habrá hueco para la política. La presencia ya referida de Martínez de la Rosa nos dejará la impronta de su pacífico pero decidido talante liberal, al publicar la revista el escrito sobre el “Estatuto Real para la convocacion de las Cortes Generales de España”[14]. El texto, dirigido a la reina regente con el fin de restaurar las “antiguas leyes fundamentales, cuyo desuso ha causado tantos males por el espacio de tres siglos” (1834, p. 154), está firmado además, entre otros hombres del Consejo de Ministros que el granadino preside, por otro liberal, granadino como él, y también de gran relevancia política en el XIX español, Javier de Burgos (Motril, 1778-Madrid, 1848).
[13] En el tomo III, pp. 1-6 (firmando G. G.). [14] Publicado, en su primera parte, en el número 5 (tomo I), correspondiente a mayo de 1834, pp. 154-159. Sigue en el número 6 (tomo I), de junio de 1834, pp. 178-180.