Los fullerenos son un conjunto de formas alotrópicas del carbono, diferentes del diamante y del grafito. Fueron descubiertos por primera vez en 1985 por los investigadores R. Curl, H. Kroto y R. Smalley, aunque su existencia ya fue predicha en 1965. Los fullerenos son moléculas con formas esferoidales que contienen desde 32 hasta 960 átomos de carbono sólidos moleculares, muy estables, ya que no poseen enlaces libres, y que dan lugar a sólidos moleculares blandos. El arquetipo de estas moléculas es la denominada buckminsterfullereno, buckybola o futboleno, de fórmula C60.
Otras moléculas esferoidales (pero no esferas perfectas) son la C32, la C40, C50, C58 y C70 y los fullerenos gigantes, C240, C540 y C960. El futboleno tiene 20 hexágonos y el C70 tiene 25, pero ambos tienen 12 pentágonos.
Mas la importancia de los fullerenos no reside exclusivamente en sus curiosas estructuras, sino en las propiedades de los materiales macroscópicos a que pueden dar lugar. En este sentido, el futboleno cristaliza según una red de Bravais CCC denominada fullerita.
Las fulleritas puras son aislantes; ahora bien, impurificadas con átomos de metales alcalinos se comportan como semiconductores y hasta como superconductores. Un ejemplo lo constituye el K3C60, que puede obtenerse disponiendo las moléculas de C60 en las posiciones propias de una red CCC y situando átomos de K en los intersticios tetraédricos como en los octaédricos. El potasio puede ser reemplazado por rubidio o talio. En cualquiera de estos casos, el material exhibe, a muy bajas temperaturas, propiedades superconductoras.