110. FLAVIA DOMITILA LA MENOR

110. FLAVIA DOMITILA LA MENOR

Flavia Domitila la Menor fue la hija de Vespasiano y de Flavia Domitila la Mayor. Ambas mujeres, madre e hija,  estaban ya muertas en el momento en el que Vespasiano subió al poder, en el año 69. Muy probablemente, Flavia Domitila la Menor fue esposa de Quinto Petilio Cereal Cesio Rufo, notable senador de origen umbro, cónsul del año 70, y valeroso comandante militar que se puso del lado de Vespasiano en la guerra civil del año 69. La pareja tuvo una hija homónima de la madre y la abuela. Cuando Domiciano llegó al poder recurrió a la divinización de las mujeres de su familia, algunas de las cuales habían muerto antes del año 69, en el que inició la dinastía Flavia.

Roma

No existe unanimidad entre los investigadores sobre cuáles de las mujeres flavias fueron divinizadas: si la madre o la hermana de Domiciano, o ambas. En cualquier caso, se trataría de la voluntad de Domiciano por legitimar su propio reinado, durante los atormentados últimos años de su gobierno, con el reclamo a los parientes difuntos. El poeta Estacio menciona una estatua ecuestre monumental de Domiciano y refiere que los parientes divinizados del emperador habrían bajado del cielo para abrazarlo. Entre estas divinidades estarían su padre, Vespasiano, su hermano Tito y su hermana Flavia Domitila.

Francesca Cenirini

Università degli Studi di Bologna

Denario de Flavia Domitila la Menor. Anverso: busto de Flavia Domitila la Menor. LEYENDA: DIVA DOMITILLA AUGUSTA. Reverso: representación estante de la diosa Fortuna. Leyenda: FORTUNA AUGUST. Siglo I. Roma.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 57.10.

Suetonio, Vida de los doce césares, Domiciano, 15; Vespasiano, 3.

Tácito, Historias, 4.

Selección bibliográfica

Castritius, H., “Die flavische Familie: Frauen neben Vespasian, Titus und Domitian”, en H. Temporini-Gräfin (ed.), Die Kaiserinnen Roms. Von Livia bis Theodora (München 2002) 164-186.

Cenerini, F., Dive e donne. Mogli, madri, figlie e sorelle degli imperatori romani da Augusto a Commodo (Bologna 2009) 83-87.

Morelli, A., Filippini, E., “Divinizzazioni femminili nella prima età imperiale. Analisi della documentazione numismatica” en Gnoli, T.,  Muccioli, F., (cur.) Divinizzazione, culto del sovrano e apoteosi tra Antichità e Medioevo (Bologna 2014) 229-250.

Kienast, D., “Diva Domitilla”, ZPE 76 (1989) 141-147.

Wood, S., “Who was Diva Domitilla? Some Thoughts on the Public Images of the Flavian Women”, AJA 114 (2010) 45-57.

109. ANTONIA CENIS

109. ANTONIA CENIS

Antonia Cenis fue una liberta romana que vivió en el siglo I en Roma. Desconocemos el lugar o la fecha de su nacimiento, aunque podría ser una hija de esclavos, por lo que habría tenido un estatus servil. Ella fue la secretaria de Antonia la Menor, madre del emperador Claudio e hija de Marco Antonio y Octavia, por lo que estaríamos ante una mujer instruida para poder desempeñar ese cargo y gestionar los asuntos de su propietaria.

 Dion Casio escribió que Antonia Cenis participó en la caída de Sejano cuando entregó a Tiberio una carta de su señora, Antonia, en la que se le informaba de la conspiración que se estaba fraguando contra él. Durante su etapa servil entabló contactos con personajes destacados lo cual le beneficiaría en el futuro.

Roma

No sabemos cuándo se produjo su manumisión, pero su nomen indica que fue su señora la que le otorgó la libertad. Por lo tanto, su liberación se pudo producir antes del fallecimiento de Antonia la Menor en el 37 o después en el testamento de esta. Su manumisión sería el premio por el trabajo realizado y la fidelidad a la familia a la que pertenecía. Se hizo famosa por ser la concubina de Vespasiano. A pesar de que anteriormente ya habían sido amantes, una relación más estable comenzó tras la muerte de Flavia Domitilia, esposa de Vespasiano y madre de sus hijos. Su pasado servil impidió que Cenis pudiera contraer un matrimonio legítimo con el emperador, por lo que ambos mantuvieron un concubinato, es decir, una unión sentimental sin efectos desde el punto de vista jurídico. Aunque no era una esposa legítima, Cenis recibió un trato similar y tuvo mucho poder e influencia en la corte imperial. No obstante, hubo una serie de privilegios que no pudo disfrutar, como, por ejemplo, portar el título de Augusta. 

Su proximidad a los círculos del poder le permitió amasar una importante fortuna. Su capacidad económica se manifiesta en los testimonios escritos conservados de sus esclavos y libertos. Esa posición en estrecho contacto con los círculos del poder hizo que ella tuviera un papel decisivo en el nombramiento de determinados puestos de la administración e, incluso, aceptó sobornos a cambio de favorecer a diversos individuos. Asimismo, Vespasiano se benefició de los contactos que ella tenía ya desde su etapa servil. En cuanto a sus relaciones con los hijos del emperador, Suetonio escribió sobre un episodio en el que Domiciano se negó a darle un beso cuando ella llegó a Roma tras un viaje, por lo que parece ser que no siempre fueron buenas. Las fuentes literarias indican que ella murió en torno al 75. En la actualidad se conserva el altar funerario que estaría colocado en su tumba y que fue costeado por sus libertos. Tras su fallecimiento, Vespasiano tuvo varias amantes, pero ninguna ocupó el lugar dejado por Cenis 

Francisco Cidoncha Redondo

Escuela Universitaria “Francisco Maldonado” de Osuna (Sevilla)

Denario de Domitila la Mayor. Anverso: busto de Domitila la Mayor. Leyenda: DIVA DOMITILLA AUGUSTA. Reverso: representación estante de la diosa Fortuna. Leyenda: FORTUNA AUGUST. Siglo I. Roma.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana

Suetonio, Vida de los doce césares. 

AE 1908, 231 = RPAA 1977/78-145.

Selección bibliográfica

Cidoncha Redondo, F., El concubinato y el contubernio en la sociedad romana (siglos I a. C. – III d. C.) (Sevilla 2021). 

Cristofani, M., “L’ara funeraria di Antonia Caenis concubina di Vespasiano”, Prospettiva 12 (1978) 2-7. 

Mustonen, P., “Influential Mistresses in the Imperial Dynasties of First-Century Rome: Claudia Acte and Antonia Caenis”, en Berg, R., Neudecker, R., (eds.), The Roman Courtesan. Archaeological Reflections of a Literary Topos (Rome 2018) 121-130. 

Wardle, D., “Suetonius on Vespasian’s Rise to Power under the Julio-Claudians”, AClass LIII (2010) 101-115. 

108. DOMITILA LA MAYOR

108. DOMITILA LA MAYOR

Flavia Domitila, a cuyo nombre añadimos el epíteto “la Mayor” para diferenciarla de las otras dos miembros de su familia con las que comparte el mismo nombre, fue la esposa del emperador Vespasiano, quien subió al poder en el año 69 a.C. El matrimonio debió de celebrarse antes del año 39, momento en el que nació su primogénito, Tito, por lo que podría datarse entre los años 38 y 39. La mujer habría fallecido antes de que su marido se convirtiera en emperador. La pareja tuvo tres hijos, dos varones, Tito y Domiciano, y una mujer llamada Flavia Domitila la Menor.

Roma

Las mujeres de la familia imperial Flavia tuvieron, en general, un peso político
muy limitado. Su papel fue principalmente dinástico (sobre todo durante el principado de Domiciano) y fueron poco mencionadas por la historiografía antigua. No tuvieron mucha visibilidad en la propaganda política del emperador Vespasiano. El hecho de que la sucesión de la dinastía Flavia estuviese organizada desde el principio del reinado de Vespasiano en favor de sus dos hijos, eclipsó la personalidad de las tres mujeres de la dinastía que llevan el mismo nombre y sobre ellas la historiografía habla de mujeres invisibles. La política de Domiciano fue muy diferente en lo que respecta a las mujeres de su familia, pues utilizó los “fantasmas” de su madre y de su hermana, ambas divinizadas, para aumentar, por así decirlo, el potencial divino de las mujeres de la casa de los Flavios y, por tanto, de su familia.

Suetonio menciona una noticia que ha hecho discutir mucho a los investigadores modernos. Según este autor, la esposa de Vespasiano habría sido la esclava preferida de un caballero romano del África Proconsular, llamado Estatilio Capela. Flavia Domitila habría sido una esclava, hija Flavio Liberal, un esclavo de un miembro de la familia Flavia de Farento, en la región de Etruria. Flavia Domitila fue vendida a Estatilio Capela. Con toda probabilidad, Flavio Liberal obtuvo la libertad poco antes de que su hija la obtuviera. Desde su nueva condición como liberto, titular de los derechos que corresponden al pater familias, se esforzó por obtener la libertad y la ciudadanía latina para la hija. El recurso al juicio de una comisión especial (recuperatores) y la restitutio natalium habrían sido necesarios en el momento del matrimonio del senador Vespasiano con la liberta Flavia Domitilla. Es también posible que Flavia Domitila fuese, en realidad, de condición libre, pero ilegítima y por lo tanto, perteneceria a la categoría jurídica de los Latini Iuniani.

Se discute entre los investigadores cuándo las Flavias Domitilas habrían sido divinizadas. Es evidente, más allá de las discusiones, que Domiciano utilizó la consagración de su madra y su hermana principalmente en clave dinástica. La identificación de la Divina Domitila, según aparece en la documentación, es difícil, pudiendo ser tanto la madre como la hermana de Domiciano. En cualquier caso, la función de la legitimación “retroactiva”, es similar, ya que constituye un reforzamiento de la domus divina flavia.

Francesca Cenerini

Università degli Studi di Bologna

Denario de Domitila la Mayor. Anverso: busto de Domitila la Mayor. Leyenda: DIVA DOMITILLA AUGUSTA. Reverso: representación estante de la diosa Fortuna. Leyenda: FORTUNA AUGUST. Siglo I. Roma.

Fuentes principales

Suetonio, Vida de los doce césares, Vespasiano, 3.

Ps. Aurelio Víctor, Epítome sobre los césares, 10.10.

Selección bibliográfica

Cenerini, F., Dive e donne. Mogli, madri, figlie e sorelle degli imperatori romani da Augusto a Commodo (Bologna 2009).

Charles, M.B., Anagnostou-Laoutides, E., “Suetonius Vespasianus 3: the Status of Flavia Domitilla”, Acta Classica 53 (2010) 125-143.

Hidalgo de la Vega, M.ªJ., Las Emperatrices romanas. Sueños de púrpura y poder oculto (Salamanca 2012) 86-90.

Wood, S., “Public Images of Flavian Dynasty: Sculpture and Coinage”, en Zissos, A. (ed.), A Companion to the Flavian Age of Imperial Rome (Chichester-Malden 2016) 129-147.

107. UMIDIA CUADRATILA

107. UMIDIA CUADRATILA

Umidia Cuadratila fue una rica matrona, originaria de la ciudad de Casino, al sur de Roma, miembro de la familia senatorial de los Ummidii. Su padre, Gayo Umidio Dumio Cuadrado, fue gobernador de Siria durante los reinados de Claudio y Nerón. Cuadratila falleció, ya viuda y octogenaria, durante el reinado de Trajano, dato que conocemos por una carta del senador e historiador Plinio el Menor, amigo íntimo de su nieto, Umidio Cuadrado. Este último y su hermana fueron los herederos de su inmensa fortuna. 

Casinum

Plinio el Menor se hizo eco del lujoso estilo de vida de Umidia Cuadratila, y su amor por los placeres de la ciudad, pero también elogió la exquisita educación intelectual que le proporcionó a su nieto, óptima para una exitosa carrera pública. Ello nos indica que Umidia Cuadratila fue una mujer con una sólida formación intelectual, concordando con los actos evergéticos que realizó en su ciudad de origen. Dos inscripciones halladas en la zona informan que, en la segunda mitad del siglo I, financió de su dinero, y para los casinenses, la construcción de un anfiteatro con un templo, aunque los restos arqueológicos indican que posiblemente se trató más bien de una remodelación, y que restauró igualmente el teatro. En este último caso, la dedicación del edificio remodelado fue realizada por parte de Cuadratila con el ofrecimiento de un banquete público para los decuriones, el pueblo y las mujeres, lo que da a entender la consideración diferenciada de estas como colectivo ciudadano.

Por Plinio el Menor sabemos que Umidia Cuadratila tenía una compañía de pantomimos, formada por sus libertos, e incluso ofrece una estampa de ella presidiendo los juegos sacerdotales en el teatro de Casinum, encantada al presenciar la representación de su propia compañía y rodeada de aduladores que daban grandes muestras de entusiasmo. Seguramente el hecho de que fuera promotora de este tipo de espectáculos escénicos influyó en el tipo de arquitectura cívica que eligió financiar, un teatro y un anfiteatro. No obstante, los proyectos arquitectónicos de Cuadratila responden principalmente a la necesidad obsesiva de las élites romanas, de demostrar la excelencia de su rango social, lo extraordinario de su riqueza y confirmar su sobresaliente prestigio público y virtudes ciudadanas. Obviamente, de tal demostración de riqueza, prestigio y generosidad se beneficiaría también la carrera pública de su nieto, Umidio Cuadrado.

Henar Gallego

Universidad de Valladolid

Teatro romano de Casinum. Siglo I. Casino, Roma.

Fuentes principales

CIL X, 5183.

AE 1946, 174.

Plinio el Menor, Cartas, 29.186.

Selección bibliográfica

Fora, M., “Ummidia Quadratilla ed il restauro del teatro di Cassino (per una nuova lettura di AE 1946, 174)”, ZPE 94 (1992) 269-273.

Sick, D.H., “Ummidia Quadratilla: Cage Businesswoman or Lazy Pantomime Watcher?”, ClAnt 18, 2 (1999) 330-348.

Martínez López, C., Gallego Franco, H., Mirón Pérez, M.ªD., Oria Segura, M., Constructoras de ciudad. Mujeres y arquitectura en el occidente romano (Colección Mujeres, Historia y Feminismos 4) (Granada 2019).

106. FANIA

106. FANIA

Fania ha pasado a la historia como una de las mujeres estoicas que describió Plinio el Menor en sus Cartas. Pertenecía a la élite del siglo I al ser hija del senador Publio Clodio Tráseo Peto y Arria la Menor. En el año 55 se casó con Helvidio Prisco, un político y filósofo profusamente republicano, con quien compartió hasta dos veces el exilio. 

Debido a los constantes ataques hacia los emperadores, Prisco fue desterrado primero en el año 68 y, más tarde, tras oponerse al gobierno de Vespasiano en el año 73, fue desterrado de nuevo y ejecutado. Fania, quien presenció la muerte de su marido, había guardado todos los diarios que este había escrito.

 

Roma

Con ellos mandó a Herenio Senecio publicar un libro que recogiera la memoria de su esposo. Esta acción provocó que sus bienes fueran incautados y ella desterrada. Plinio la retrató como una mujer digna de su linaje. Como su abuela y su madre, representó los valores estoicos de la gravitas, la constantia y la castitas.

Patricia Téllez Francisco

Universidad de Sevilla

Fyodor Bronnikov (1873). Lectura de la sentencia de muerte de Trásea Peto. Radishchev Art Museum, Saratov.

Fuentes principales

Plinio el Menor, Cartas, 7.19.

Suetonio, Vida de los doce césares, Domiciano, 10.

Tácito, Anales, 34.4.

Selección bibliográfica

González, J., “La mujer romana a través de la mirada de Plinio el Joven”, en Pavón, P. (ed.), Marginación y mujer en el Imperio Romano (Roma 2018) 277-292.

Mosquera Souto, M.ªE., El concepto de mujer ideal y de matrimonio en Plinio el Joven (2000).

Shelton, J.A., The Women of Pliny’s Letters (London – New York 2013).

105. ARRIA LA MENOR

105. ARRIA LA MENOR

Cecinia Arria, más conocida como Arria la Menor, vivió entre los años 25 y 107. Fue una distinguida matrona romana, hija de Aulo Cecina Peto, cónsul sufecto a finales del 37, y de Arria la Mayor. Tuvo, al menos, dos hermanos varones: uno de ellos falleció durante su infancia y el otro, Gayo Lecanio Baso Cecina Peto, fue cónsul sufecto en el 70. Hacia el año 42, Arria se casó con Publio Clodio Trásea Peto, cónsul sufecto a finales del 56. Sabemos que el matrimonio tendría lugar antes de esa fecha debido a que, según atestigua Plinio el Menor en sus Cartas, Trásea Peto trató, inútilmente, de convencer a su suegra, Arria la Mayor de que, ante la condena a muerte de Cecina Peto por haber conspirado contra el emperador Claudio, no se suicidara junto a su marido.

 

Roma

Fruto del matrimonio entre Arria la Menor y Trásea Peto nació una hija llamada Clodia Fania, a la que se la casaría con el estoico Gayo Helvidio Prisco, pretor en el 70. Ciertamente, estas tres mujeres y sus respectivos maridos se movieron en un círculo aristocrático estoico y de abierta oposición a los gobiernos de Claudio, Nerón, Vespasiano y Domiciano. De hecho, tras varios años de desencuentros con el emperador Nerón, Trásea Peto, acusado de sedición, fue condenado a muerte por un tribunal senatorial. Asimismo, su yerno Helvidio Prisco fue condenado al exilio, seguido voluntariamente por su esposa, Fannia. Tras el funesto veredicto senatorial contra su marido, Arria la Menor intentó suicidarse junto a él como veinticuatro años atrás había hecho su madre. Sin embargo, Trásea Peto logró convencerla para que conservase la vida y apoyase a su hija Fania. Desconocemos si Arria la Menor acompañó a su hija y a su yerno al destierro. Tras la muerte de Nerón, el efímero emperador Galba permitió el regreso a Roma de Helvidio Prisco. No obstante, hacia el año 70 o 71, este fue desterrado de nuevo por orden de Vespasiano quien mandó ejecutarlo probablemente en el 76. 

Unos años más tarde, Arria y su hija fueron desterradas por Domiciano al estar implicadas en la creación y difusión de obras biográficas destinadas a ensalzar la memoria de sus maridos. Junto a ellas fueron acusados otros miembros de la llamada “oposición estoica”: los escritores de ambas obras, Junio Aruleno Rústico, junto con su esposa y Herenio Seneción, Helvidio Prisco (hijastro de Fania) y Junio Máurico. Este último y las tres mujeres fueron condenados al destierro. Los restantes fueron condenados a muerte bajo el cargo de maiestas. Arria y su hija permanecieron en el exilio hasta la llegada al trono imperial de Nerva, momento en el que regresaron a Roma. Plinio el Menor las convenció para denunciar a uno de los acusadores causantes de la muerte de Helvidio Prisco hijo. Según Plinio sobre el 107 falleció Arria. Esta mujer habría mantenido viva en su familia la llama de oposición política a las arbitrariedades imperiales. 

Daniel León Ardoy

Universidad de Sevilla

Fyodor Bronnikov (1873). Lectura de la sentencia de muerte de Trásea Peto. Radishchev Art Museum, Saratov.

Fuentes principales

Plinio el Menor, Cartas, 3.16; 7.19; 9.13.

Suetonio, Vida de los doce césares, Nerón, 37.1; Domiciano, 10.3.

Tácito, Anales, 16.26.34.

Selección bibliográfica

Brunt, P.A., “Stoicism and the Principate”, PBSR 43 (1975) 7-35. 

Carlon, J.M., Pliny’s Women: Constructing Virtue and Creating Identity in the Roman World (Cambridge 2009). 

González, J., “La mujer romana a través de la mirada de Plinio el Joven”, en Pavón, P. (ed.), Marginación y mujer en el Imperio Romano (Roma 2018) 277-292.

Rudich, V., Political Dissidence under Nero: The Price of Dissimulation (London – New York 1993). 

Shelton, J.A., The Women of Pliny’s Letters (London – New York 2013). 

104. SERVILIA, hija de Lucio

104. SERVILIA, hija de Lucio

Una inscripción honorífica procedente de Lisboa, que formaba parte de un conjunto escultórico no conservado, homenajea a Servilia, sacerdotisa de culto imperial de la provincia romana de Lusitania. Era hija de Lucio y estaba casada con Quinto Luceyo Albino.

El homenaje fue realizado por el senado local de Olisipo y en él también se honraba a su hija, Luceya Albina, casada con Terentiano. En el conjunto escultórico sus imágenes aparecerían flanqueadas por sus propios maridos, constituyendo así un monumento familiar inspirado en un modelo tomado del entorno de la domus Augusta. 

 

Olisipo

Sin duda, la obtención del sacerdocio provincial supuso para Servilia un gran prestigio y una proyección pública más allá del ámbito cívico. Se puede afirmar que vivió con posterioridad al año 48 porque entonces todavía no se elegían sacerdotisas del culto imperial para actuar en nombre de Lusitania.

Poco se conoce sobre las tareas religiosas que Servilia desarrollaría; entre estas estaría la ejecución de sacrificios en honor a las mujeres divinizadas de la familia de los emperadores y el mantenimiento de los bustos de estas que eran porteados en las fiestas de culto imperial. Cuando actuaba como flaminica luciría la corona y la banda para recoger el pelo (vitta), insignias tomadas de las representaciones de las emperatrices divinizadas. Se desconocen más datos sobre su vida y final. 

Marta González Herrero

Universidad de Oviedo

Ruinas del teatro romano de Olisipo. Siglo I. Lisboa.

Fuentes principales

CIL II, 195.

HEp. 21284.

Selección bibliográfica

González Herrero, M., “El abogado olisiponense Lucceius Albinus y familia”, Revista Portuguesa de Arqueologia 8, 1 (2005) 243-255.

González Herrero, M., La implantación del culto imperial de la provincia en Hispania (Oxford 2015).

Mirón Pérez, M.ªD., Mujeres, religión y poder: el culto imperial en el Occidente mediterráneo (Granada 1996).

Stylow, A. U., Ventura, Á., “Doppelstatuenpostamente und virtuelle Statuen. Neues zu Lukans Vorfahren mütterlicherseits und zu CIL II 195 aus Olisipo”, Chiron 35 (2005) 23-48.

103. CORNELIA ONÉSIMA

103. CORNELIA ONÉSIMA

A Cornelia Onésima la conocemos gracias a su monumento funerario, donde fue descrita como esclava nacida en la casa de Servilio Cornelio Diadumeno. Habría vivido a finales del siglo I. Compartía enterramiento con la esposa de este, Cornelia Servanda, muerta a los sesenta años. Es posible que la niña, fallecida a con nueve años, habría dejado atrás la esclavitud y sería liberta de Cornelio, el dedicante de la inscripción. El dolor por la pérdida de Cornelia evidencia la estrecha relación que mantenían con ella y los vínculos afectivos que les ligaban. Esta circunstancia sería la causa por la que la niña tomara el nomen familiar y fuera manumitida, aun siendo hija de esclava.

Roma

Es muy común observar este fenómeno en otros epitafios dedicados a niñas que habían nacido bajo un régimen de esclavitud en la casa de sus amos. La estrecha relación que unía a estas menores esclavas con sus dueños podría responder, incluso, a que se trataban de sus propias hijas. Así pues, a pesar de que desde el punto de vista jurídico eran sus esclavas, también eran sus hijas naturales y, por consiguiente, queridas, apreciadas y dignas de un epitafio que las honrara. En este caso, y teniendo en consideración la edad de Cornelia Servanda, no se puede confirmar que la niña mantuviera algún vínculo de sangre con ellos. Con todo, el aprecio y la estima a Cornelia Onésima es evidente cuando observamos el monumento funerario, en el que aparece figurada sobre una cama, quizás el lecho de su muerte. Dos figuras adultas, posiblemente la pareja aludida en el epitafio, toman un rol que recuerda al de los padres que despiden a sus hijos muertos prematuramente. 

Marta Álvaro Bernal

Universidad de Sevilla

Estela funeraria dedicada a Cornelia Onésima. Siglo I. Roma.

Epigraphic Databank Rome.

Fuentes principales

CIL VI, 16188.

Selección bibliográfica

Bradley, K. R., “Wet-nursing at Rome: A Study in Social Relations” en Bradley, K. R., (ed.), The Family in Ancient Rome: New Perspectives (London – Sydney 1986) 201-229.

Bruun, C., “Slaves and Freed Slaves”, en Bruun, C., Edmonson, J., (eds.), The Oxford Handbook of Roman Epigraphy (Oxford – New York 2015) 605-626.

 Rawson, B., “Degrees of Freedom. Vernae and Junian Latins in the Roman familia”, en Dasen, V., Spath, T., (eds.), Children, Memory and Family in Roman Culture (Oxford 2010) 195-222.

102. DEMETRIA

102. DEMETRIA

Demetria fue una esclava perteneciente a una conocida liberta imperial, concubina de Nerón, llamada Claudia Acte, que en su momento se encargaría de la cremación del cadáver de este emperador y de depositar sus cenizas en la tumba familiar. Demetria, que vivió bajo los reinados de Claudio y Nerón, falleció con treinta y cinco años y fue recordada en un epitafio procedente de las inmediaciones de la localidad de Forum Sempronii, en Fossombrone (Pesaro-Urbino), ubicado en un columbario por su compañero de servidumbre Trófimo, quien, como cubicularius -ayuda de cámara a cargo del dormitorio de sus señores- estaba adscrito a las tareas de la casa imperial

Roma

Demetria, que portaba un nombre griego asociado a su estatus servil, formaba parte de los numerosos esclavos y libertos que componían la familia de Claudia Acte, y que muestran la importancia y la influencia de esta mujer en el ámbito de la servidumbre imperial. Conocemos a varios de sus libertos y esclavos ligados igualmente al entorno privado del emperador como escribas y encargados adscritos a sus aposentos. El conjunto de profesiones relacionadas con el mundo del espectáculo y las artes escénicas comprendía un amplio catálogo de oficios que abarcaban desde la interpretación musical, la mímica y la expresión corporal, a diferentes modalidades de actuaciones en el escenario -actores, cantantes solistas, pantomimos, protagonistas y actores de reparto; espectáculos combinados de música, danza y canto- incluyéndose también las actividades realizadas tras la tramoya -vestuario, peluquería, etc.-, tanto en ámbito doméstico y privado como público, a veces organizados en compañías itinerantes. En todas estas actividades se pueden encontrar mujeres, con preferencia en el mimo y la pantomima, casi siempre de condición servil y liberta, acorde al escaso aprecio social de la profesión escénica.

Entre estas funciones tenemos la que ocupó a Demetria como acroamatica. Este término designa a la persona que entretiene a los asistentes a banquetes y comidas en los acroamata, un tipo de espectáculo con actuaciones musicales y el recitado de textos. Se celebraban en ambientes privados y públicos, gozando de general aprobación. Una mayor precisión de su significación genera posturas diversas en la investigación. El caso de Demetria se ha asociado con espectáculos bufonescos, interpretaciones musicales, recitado de textos en griego, o el tañido de la lira. Tiene además una especial relevancia, ya que se trata del único testimonio epigráfico conservado de una fémina desempeñando esta función. Aparte de su más que posible presencia en los espectáculos celebrados ante el emperador, su singularidad queda resaltada aún más porque este oficio – masculino o femenino – no aparece mencionado en las fuentes literarias.

Salvador Ordóñez Agulla

Universidad de Sevilla

Ettore Forti (1870 aprox.). Una nana pompeyana. Colección privada.

Fuentes principales

CIL VI 8693 = EDR 158294.

Selección bibliográfica

Gregori, G.L., “I protagonisti della scena teatrale nella documentazione epigrafica di Roma”, Scienze dell’Antichità 12 (2004-2005) 575-590.

Hemelrijk, E.A., Women and Society in the Roman World. A Sourcebook of Inscriptions from the Roman West (Cambridge 2020).

Lorenzo Ferragut, L., “Mujeres en la escena romana a través de la epigrafía”, Tycho. Revista de iniciación en la investigación del teatro clásico grecolatino y su tradición 6 (2018) 39-74.

Mastino, A., Ruggeri, P., “Claudia Augusti liberta Acte, la liberta amata da Nerone ad Olbia”, Latomus 54, 3 (1995) 513–544.

Wellebrouck, G., “Claudia Acte: le destin d’une affranchie”, Bulletin de l’association Guillaume Budé (2017) 97-122.

101. CLAUDIA ACTE

101. CLAUDIA ACTE

Acte fue amante de Nerón entre los años 55 y 58. Se considera que era una liberta procedente de Bitinia. Algunos miembros del círculo cercano al emperador vieron en esta relación una oportunidad de alejarlo del influjo nocivo de su madre, Agripina la Menor, como por ejemplo Séneca.

La joven debía seducir al emperador y mantener una relación con él. Los amantes, según el relato de Tácito, se excedieron en el ejercicio de sus pasiones, algo que habría provocado, según el historiador, el rechazo de Nerón hacia su esposa Octavia. 

Roma

Sin embargo, nadie quiso distraer al emperador de sus amores con Acte, temiendo que volviera su mirada hacia alguna de las mujeres de mayor alcurnia. La llegada de Popea puso fin a estos lances de Nerón, lo que no evitó que, una vez muerto el emperador, fuera Acte quien llevara sus cenizas y realizara los ritos fúnebres. De este modo, demostró fidelidad al que había sido su amante y emperador, sobreponiéndose así al final de la relación con el mismo. 

Acte recibió de Nerón un latifundio en el que habría un número nada desdeñable de libertos que llevarían el nombre de ésta. De ahí que algunos historiadores consideren que aquella no se habría visto afectada por la damnatio memoriae que se impuso sobre Nerón. Acte fue una joven que pasó de la esclavitud a una posición de privilegio que ella misma fue capaz de mantener e incrementar, de ahí la gran cantidad de manumitidos que aparecen con su nombre en la documentación epigráfica. 

Marta Moreno

Universidad de Sevilla

Fragmento de la inscripción dedicada a Claudia Acte. Siglo I. Roma.

Fuentes principales

Suetonio, Vida de los doce césares, Nerón, 50.

Tácito, Anales, 13.12-13.

Selección bibliográfica

Cantarella, E., Pasado próximo. Mujeres romanas de Tácita a Sulpicia (Madrid 1997. 1ª ed. en italiano, 1996).

Cenerini, F., La donna romana. Modelli e realtà (Bologna 20132).  

Hidalgo de la Vega, M.ªJ., Las emperatrices romanas. Sueños de púrpura y poder oculto (Salamanca 2012).

Mastino, A., Ruggeri, P., “Claudia Augusti liberta Acte, la liberta amata da Nerone ad Olbia”, Latomus 54 (1995) 513-549.