Laura López: “La información fue la gran víctima en la Guerra Civil”
Realizado por Mª. Eugenia Gutiérrez Jiménez
Periodista, profesora de la Universidad de Málaga e investigadora del Proyecto HICPAN, Laura López Romero se percibe como una profesional comprometida con la labor hermenéutica que comprende tanto el ejercicio del periodismo como la enseñanza de Historia y modelos del Periodismo[1]; actividad común, a su vez, al desafío que supone, siguiendo a Reyes Mate en La herencia del olvido (2008), la construcción de la memoria histórica como proyecto político (Vázquez Liñán y Leetoy, 2016)[2] que fomenta el recuerdo de una parte selectiva del pasado desde la pertenencia a una colectividad.
Coordinadora en HICPAN de la iniciativa “Banco de la memoria”, López Romero desea “dar voz a los profesionales del periodismo que ya no están entre nosotros” como un modo de orientarnos en la interpretación del pasado para el reconocimiento del presente, un tiempo siempre conflictivo. Esta es una de las principales reivindicaciones que se asume en el artículo “La represión en la prensa malagueña conservadora al inicio de la guerra civil: el declive de La Unión Mercantil“, publicado en la revista científica Communication&Society, y con el que la investigadora malagueña (re)abre el estudio de la represión a los periodistas y los trabajadores del sector en Málaga durante la Guerra Civil española.
© Archivo Díaz de Escovar, Málaga. La Unión Mercantil. 10 de marzo de 1936.
Asimismo, su texto también (re)descubre la trayectoria y azarosa supervivencia del último director de La Unión Mercantil (1886-1936): Manuel García Santos (Jerez, 1895-México, 1980), quien fuera condenado a doce años y un día de reclusión en 1936 y con posterioridad indultado. En este periodo previo al 8 de febrero de 1937, fecha en la que la ciudad fue tomada por las tropas franquistas, se produce una dura represión contra los medios y los profesionales de ideología conservadora. El caso de García Santos, junto al de Eduardo León y Serralvo, director del diario liberal ElCronista (1895-1936) y asesinado en septiembre de 1936, serían los más representativos de esta realidad. También fueron fusilados Vicente Davó Casas, director de Diario de Málaga (1919-1936) y presidente de la Asociación de Prensa de Málaga, y Rafael Ramis Silva, redactor de La Unión Mercantil, entre otros periodistas. El arresto y la ejecución del periodista Rosendo Corripio Márquez, colaborador de La Unión Mercantil y de Julio, diario ugetista incautado en febrero de 1937, correspondería a la segunda “oleada” de represión, caracterizada por su institucionalización como medio para anular cualquier conato de insumisión entre los periodistas signados como republicanos, socialistas o anarquistas.
Este artículo, circunscrito a la ciudad de Málaga, junto al libro de Concha Langa Nuño[3] titulado: Periodismo y represión: los periodistas gaditanos y el Franquismo (1936-1945) (2009), configuran algunos de los antecedentes destinados a visibilizar la laguna historiográfica sobre
[1] Como recurso pedagógico creado en el marco de la asignatura Historia y modelos del Periodismo en el Grado en Periodismo de la UMA, puede consultarse el blog creado por López Romero sobre la Historia de la Prensa en Málaga: https://historia-de-la-prensa-en-malaga1.webnode.es/
[2] El artículo referido, escrito por Miguel Vázquez Liñán y Salvador Leetoy, se titula: “Memoria histórica y propaganda. Una aproximación teórica al estudio comunicacional de la memoria”, Comunicación y Sociedad, núm. 26, mayo-septiembre, 2016, pp. 71-94.
[3] En marzo de 2020, Langa Nuño presentaba en el marco del II Encuentro Internacional de Investigadores de la Prensa Andaluza, celebrado en Cádiz, una comunicación titulada: “Una propuesta metodología para el estudio de la represión de periodistas en la Guerra Civil”.