240. ALIPA

240. ALIPA

Hija de Antemio y Elia Marcia Eufemia, emperadores del Imperio romano de Occidente entre 467 y 472 d.C. Fue también nieta de Marciano, emperador del Imperio romano de Oriente. Poco se sabe de su vida, excepto que fue un instrumento político en manos de su padre y de Flavio Ricimero. Este último era un general de origen germánico y realmente el hombre fuerte de los territorios itálicos, con quien el emperador Antemio se vio obligado a pactar para poder establecer su gobierno en las tierras que el Imperio aún conservaba en Occidente.  desaparición de Alipia, tanto de la escena política como de las fuentes literarias.

Roma

Entre los elementos del pacto establecido estaba el matrimonio entre Ricimero y Alipia, con el evidente objetivo de tener descendencia para que uno de ellos fuera el sucesor de Antemio. Sidonio Apolinar relata brevemente los fastos de este matrimonio, que tuvo lugar en Roma, aludiendo incluso a que ese matrimonio estaba destinado a proporcionar seguridad al Imperio. Sin embargo, nada de esto tuvo lugar. Un posterior enfrentamiento entre éste y Ricimero acabó con el asesinato del emperador en el año 472 y ladesaparición de Alipia, tanto de la escena política como de las fuentes literarias.

Margarita Vallejo Girvés

Universidad de Alcalá de Henares

Mosaico del techo del Baptisterio de Neon (detalle). Siglo VI, Rávena.

Fuentes principales

Enodio de Pavía, Vida de san Epifanio del Nórico, 67-71.

Juan de Antioquía, Historia. Fragmentos, 301.

Juan Malalas, Crónica, 368.

Sidonio Apolinar, Primer panegírico al emperador Avito, 484-486; Epístolas, 1.5.10; 9.1.

Selección bibliográfica

Girotti, B., “Antemio, genero del divo Marciano: su Jordanes, Romana 336-340”, RSA 38 (2008) 201-209.

Roberto, U., “Il terzo sacco di Roma e il destino dell’Occidente (Luglio 472)”, en Ebanista, C. et alii (eds.), La trasformazione del mondo romano e le grandi migrazioni. Nuovi popoli all’Europa settentrionale e centro-orientale alle coste del Mediterraneo (Cimitile 2012) 9-18.

239. ELIA MARCIA EUFEMIA

239. ELIA MARCIA EUFEMIA

Hija del emperador Marciano y de su primera esposa, Elia Marcia Eufemia contrajo matrimonio con Antemio, futuro emperador del Imperio romano de Occidente, en Constantinopla, en el 453, convirtiéndose en emperatriz consorte entre los años 467 y 472. Sin duda se trató de un matrimonio político o vinculado a intereses políticos del emperador Marciano y de la familia de Antemio. Es muy verosímil que Aelia Marcia Eufemia se trasladara a Roma y Rávena cuando Antemio fue, en el año 467, nombrado emperador de Occidente por el emperador León I, al haber quedado vacío el trono de Occidente. Fue allí donde tuvo que consentir en el matrimonio entre su hija Alipia y Ricimero, dirigente de origen bárbaro y con quien Antemio se vio obligado a coexistir. 

Roma

Se acuñaron varios tipos de monedas de Elia Marcia Eufemia, entre ellos, sólidos en los que la emperatriz aparece en el anverso, con el busto de perfil y con la diadema perlada, siendo este uno de los símbolos de la majestad imperial tardoantigua. Una moneda de Antemio, en cuyo reverso aparecen dos emperatrices, se ha relacionado con su ascenso al trono; de ahí que se piense que las dos mujeres fueran Elia Marcia Eufemia y Verina, la consorte de León I, emperador de Oriente.

Tras el asesinato de Antemio en el año 472, Elia Marcia Eufemia debió trasladarse a Constantinopla, donde se integró en los más altos círculos cortesanos. Así, sabemos que se relacionaba con la emperatriz Verina y que visitaba habitualmente, junto con otras mujeres de la aristocracia, a Matrona, fundadora de uno de los primeros monasterios femeninos de aquella ciudad y con fama de milagrosa. Aelia Marcia Eufemia y Antemio no sólo tuvieron una hija, Alipia, sino varios hijos, entre ellos Antemiolo, Marciano y Procopio Antemio. El segundo contrajo matrimonio con Leoncia, hija de Verina y León I, e intentó expulsar del trono a Zenón en el año 479. El tercero, más joven, participó con su hermano en esa maniobra política.

Margarita Vallejo Girvés

Universidad de Alcalá de Henares

Sólido de Elia Marcia Eufemia. Anverso: busto de Elia Marcia Eufemia. Leyenda: ELIA MARCIA EUFEMIA. CPF. AUG. Reverso: Representación de la diosa Victoria estante. Leyenda: VICTORIA AUG. GG. COMOB. Siglo IV. Roma-Rávena.

Fuentes principales

Evagrio, Historia eclesiástica, 2.16. Vida de Santa Matrona de Perge, 33-34.

Juan Malalas, Crónica, 368.

Sidonio Apolinar, Primer panegírico al emperador Avito, 195-196; 216-219; 481-483.

Selección bibliográfica

Girotti, B., “Antemio, genero del divo Marciano: su Jordanes, Romana 336-340”, RSA 38 (2008) 201-209.

Mathise, R.W.., “Leo, Anthemius, Zeno and the Extraordinary Senatorial Status in the Late Fifth Century”, BF 17 (1991) 191-222. 

Roberto, U., “Politica, tradizione e strategie familiari: Antemio e l’ultima difesa dell’unitá dell’Imperio (467-472)”, en Roberto, U., Mecella, L. (dir.), Governare e riformare l’impero al momento della sua divisione: Oriente, Occidente, Illirico (Roma 2001) 1-27.

238. LICINA EUDOXIA

238. LICINIA EUDOXIA

Natural de Constantinopla, Licinia Eudoxia, hija del emperador Teodosio II y Elia Eudocia, nace en el año 422, una etapa de inestabilidad. El Imperio romano se encontraba dividido en dos y la dinastía teodosiana buscaba afianzar su presencia en Oriente. Su destino quedó marcado desde una temprana edad por su padre, que concretó el matrimonio de la joven con quien ascendería al poder como Valentiniano III en el año 437. Dos años después, coincidiendo con el nacimiento de su primogénita Eudocia, Valentiniano asciende al poder, otorgándole a su esposa el título de Augusta de Occidente. Posteriormente, la familia imperial se completaba con la llegada de su segunda hija Placidia.

Constantinopolis

Genserico, rey de los vándalos, deseaba instaurar una alianza con la dinastía teodosiana por lo que se acordó el matrimonio de Eudocia, primogénita de la emperatriz consorte, y Honorico, heredero de Genserico. Sin embargo, la vida del emperador se vio amenazada por el dos veces cónsul Petronio Máximo, que participó en el asesinato de Aecio, y posteriormente, en el año 455 del propio Valentiniano III. Consumada la alta traición al emperador y sumido el Imperio en el caos y los disturbios, obliga a Licinia Eudoxia a contraer matrimonio con él para proclamarse como el nuevo dirigente.  Además, quería afianzar su dinastía pretendiendo que su hijo Paladio se desposara con Eudocia, previamente comprometida con Honorico, hijo de Genserico. 

Peligrando la alianza diplomática con los vándalos y siendo consciente de la situación de desventaja en la que se encontraba, Licinia Eudoxia mandó llamar a Genserico para acabar con los planes de Petronio. Aunque existen distintas versiones de este acontecimiento, se sabe que las huestes de Genserico entraron en Roma, tomaron la ciudad, saquearon el palacio y acabaron con Petronio Máximo. El rey de los vándalos tomó como rehenes a Licinia Eudoxia, Eudocia, Placidia y al esposo de esta última.

Llevaron los rehenes a África, donde se hizo efectivo el matrimonio entre Eudocia y Honorico. Según las fuentes, Licinia y sus hijas pasaron un período de siete años en Cartago tratadas con grandes honores. Finalmente, el emperador romano León I, pagó el rescate de Licinia Eudoxia y su hija Placidia quienes regresaron a Constantinopla. Su primogénita Eudocia, reina consorte de los vándalos, se quedó al lado de su esposo en Cartago. Unos años más tarde daría a luz a Hilderico, rey de los vándalos entre el 523 y el 530. Licinia Eudoxia volvía así a su tierra natal tras veinticinco años de ausencia. Allí mismo acabaría sus días en el año 462, jugando un papel clave para la historia del Imperio romano de Occidente. 

Patricia Téllez Francisco

Universidad de Sevilla

Medallón con la representación de Licinia Eudoxia (siglo V) Département des Monnaies, Médailles et Antiques, Bibliothèque Nationale de France, París.

Fuentes principales

Cronicón Pascual, 4.3.; 421.4.455.

Hidacio, Cronicón, 30.31.; 43.1.

Procopio de Cesarea, Historia de las guerras, 3. Guerras Vándalas, 20-24.

Selección bibliográfica

Cecconi, G.A., Governo imperiale ed eliti dirigenti nell’Italia Tardoantica. Problemi di storia politico-amministrativa (270 – 476 d.) (Como 1994).

Serrano Madroñal, R., “Eudocia, hija de Valentiniano III”, Habis 49 (2018) 189-202.

Serrano Madroñal, R., “Licinia Eudoxia y el saqueo de Roma (455). Una revisión crítica” en Bravo G., Perea Yébenes, S., Fernández Palacios, F. (ed.), Mujer y poder en la Antigua Roma (Actas del XV Coloquio de la AIER) (Madrid – Salamanca 2018).

237. GENOVEVA

237. GENOVEVA

Fue una ferviente devota cristiana cuya vida conocemos gracias a la biografía que la reina merovingia Clotilde (475-545), esposa de Clodoveo y de confesión católica, encargó que se redactara pocos años después de su muerte. Como en todos relatos hagiográficos de la época, su retrato fue modelado según los tópicos habituales del género, destinados todos ellos a legitimar su carisma, sus cualidades sanadoras y, por ende, su condición de santa. Genoveva nació en el 420 en el seno de una familia cristina afincada en la localidad de Nanterre, en las proximidades de París y, ya desde niña, le interesaban tanto las vidas de los santos que le contaban sus padres, que a los siete años decidió dedicar su vida a Dios. 

Lutetia

A la edad de diez años, fue consagrada como virgen por el obispo Germán de Auxerre que, junto con Lupo, epíscopo de Troyes, habían hecho un alto en el camino hacia Bretaña en la localidad natal de Genoveva. El propio obispo fue testigo de las cualidades sobrenaturales de la niña que quedó iluminada por una luz inusual en pleno sermón. La niña le confío su deseo de dedicar su vida a Jesús y al día siguiente fue consagrada por Germán.

También siendo niña comenzó a manifestar unos poderes sobrenaturales. Exhibió por primera vez su don en el entorno estrictamente familiar cuando su madre se negó a que acompañara a su padre a las conmemoraciones de un santo local y tras propinarle una bofetada, quedó ciega al momento. Tras dos años de súplica y oraciones para que su madre sanara, un día, mientras sacaba agua del pozo, sus lágrimas cayeron al cántaro. Tras hacer la señal de la cruz le ofreció el agua a su madre, que recuperó la vista. No fue el único momento en el que manifestó sus dones. Su biografía recoge que era capaz de cambiar las condiciones atmosféricas, leer el pensamiento, descubrir los secretos de la gente, formular maldiciones y luego sanar a las víctimas de sus propios conjuros; abrir puertas a distancia o encender candiles. A los quince años decidió consagrarse a la vida monástica y, dada la falta de monasterios en París, cumplió con su compromiso vital en el hogar familiar hasta la muerte de sus padres. Entonces, siguió una práctica habitual entre las devotas adineradas, repartió su herencia a los pobres y dedicó su vida al ayuno y la oración.  

En una de sus intervenciones más destacadas, auguró que la ciudad lograría resistir a la invasión de los hunos en el año 451 y, a causa de este vaticinio, fue acusada inicialmente de bruja y falsa profeta. Si Genoveva no fue condenada a muerte bien por lapidación o ahogamiento, según establecía la ley, se debió al auxilio proporcionado por su padrino, el obispo Germán, que acudió de inmediato a defender su reputación y su augurio. La predicción, finalmente acertada, fue descrita como un milagro por Gregorio de Tours y revela la trascendencia del respaldo de la jerarquía cristiana, para que un acto susceptible de ser tachado de mágico fuera considerado una muestra de intervención divina más que resultado de una intervención diabólica. La propia dinastía real capitalizó el éxito de la predicción de Genoveva y los reyes Clodoveo y Clotilde promovieron su canonización y ordenaron su inhumación en la basílica consagrada a los Santos apóstoles donde los monarcas recibirían asimismo sepultura.

Clelia Martínez Maza

Universidad de Málaga

Pierre Puvis de Chavannes (1893-1898). Genoveva ante los obispos Germán y Lupo. Panteón, París.

Fuentes principales

Vida de Genoveva, virgen parisina. 

Selección bibliográfica

Hen, Y., Culture and Religion in Merovingian Gaul, A.D. 481-751 (Leiden – New York – Köln 1995).

Jones, A.E., “The Family of Genevieve of Paris: Prosopographical Considerations”, Medieval Prosopography 24 (2003) 73-80.

Murray, A., “Missionaries and Magic in Dark-Age Europe”, en Rosenwein, B. (ed.), Debating the Middle Ages: Issues and Readings (Malden – Oxford 1998) 92-104.

Van Dam, R., Saints and their Miracles in Late Antique Gaul (Princeton 1993).

236. TEÓDULA

236. TEÓDULA

Teódula fue una diaconisa que dirigió además un monasterio femenino en la Tebaida, una de las regiones egipcias donde floreció el movimiento cenobítico a lo largo de los siglos IV-V. Su liderazgo en la comunidad monástica queda reflejado en las denominaciones con las que se le menciona y que responden todas ellas a las distintas responsabilidades que ejercía en el seno de su cenobio: diaconisa, abadesa, superiora, entre otras.

Teódula es conocida, sobre todo, por acoger en su monasterio a Eufrasia, pariente de Teodosio el Grande, y cuyo padre fue senador en Constantinopla. Teódula anima a la todavía niña de siete años para que tome los hábitos, algo que Eufrasia se resiste a hacer inicialmente por no causar dolor a su madre.

Tebaida

En la labor de tutela que Teódula desarrolla, muestra buena parte de las responsabilidades que desempeña como madre superiora: selecciona y se encarga de la admisión de las hermanas, se convierte en su guía espiritual, les ofrece instrucciones precisas para formar parte de la comunidad: la correcta disciplina, la práctica de una vida ascética, la lectura del Salterio, el ayuno que también seguía el resto de las hermanas. Todo el monasterio le debe absoluta obediencia, y, en ocasiones, exige prueba de esa obediencia encomendando tareas difíciles. Teódula advierte a las ascetas de las tentaciones que les acecharían y les proporciona la oración y la guía adecuadas y necesarias para superarlas. Todas confían en la sabiduría de Teódula, fruto de la edad y la experiencia, pues, cuando ella era joven, también fue víctima de los mismos pensamientos impuros. 

Teódula predicó con el ejemplo y fue la primera que lleva con rigor prácticas ascéticas de gran severidad: ayunaba toda la semana y solo Eufrasia le solicitaba permiso para acompañarla y cumplía con el ayuno puntualmente ante el asombro de todas. Su carisma trasciendió los límites de la comunidad y prueba de ello fue que los habitantes de la zona llevaban a sus hijos enfermos, buscando remedio. Teódula rezaba en su nombre y sanaban inmediatamente. 

Tocada por la gracia divina, fue capaz de anunciar no solo la muerte de Eufrasia y su ascenso a los cielos sino también la suya propia un mes más tarde. Incluso en este último trance dio buena muestra de sus cualidades como abadesa y reunió a las hermanas para que designaran a su sucesora, y a la elegida le confió las tradiciones del monasterio y le proporcionó instrucciones precisas para la buena marcha de la comunidad: que evitara las preocupaciones inútiles, las riquezas, que despreciara todo lo terrenal, para que las hermanas pudieran concentrarse en la belleza celestial. Una vez arreglados todos los asuntos del monasterio, entró en la capilla, cerró las puertas, y anunció que nadie debía entrar hasta el amanecer. Al día siguiente, cuando entraron, la encontraron como dormida y su cuerpo fue enterrado en la tumba de Eufrasia. 

Clelia Martínez Maza

Universidad de Málaga

Ruinas del monasterio cristiano egipcio Tel Ganub Qasr Al-Agouz en el oasis de Bahariya. Siglo IV.

Fuentes principales

Hechos de los Santos, 8. 261.270.

Selección bibliográfica

Eisen, U., Women Officeholders in Early Christianity: Epigraphical and Literary Studies (Collegeville 2000).

Gryson, R., The Ministry of Women in the Early Church (Collegeville 1976).

Madigan, K., Osiek, C., Ordained Women in the Early Church. A Documentary History (Baltimore 2005) 111-112.

Torres, J., “Mulieres diaconissae. Ejemplos paradigmáticos en la Iglesia oriental de los ss. IV-V”, Diakonía, Diaconiae, Diaconato. Semantica e Storia nei Padri della Chiesa, Studia Ephemeridis Augustinianum 117 (Roma 2010) 625-638.

235. ELIA EUDOCIA

235. ELIA EUDOCIA

Nacida con el nombre de Atenais en el 401, era hija del filósofo sofista ateniense Leoncio, quien le había proporcionado una docta instrucción. Tenía dos hermanos mayores, Valerio y Gersio, quienes, a la muerte de su padre y en contra de la voluntad de este último, la repudiaron. Sola y sin tener a dónde ir, acudió a casa de unos familiares en Constantinopla. En ese momento, Pulqueria, hermana del emperador Teodosio II, buscaba una óptima candidata para casarlo. Esta debía cumplir con los deberes del matrimonio y, además, tenía que ser totalmente ajena al círculo de la corte para evitar posibles intereses políticos y religiosos. 

Constantinopolis

Así, supo que una joven educada y de belleza extraordinaria había llegado a la ciudad, por lo que decidió concederle una audiencia. Atenais sorprendió a Pulqueria por su apariencia, inteligencia y sofisticación. Teodosio quedó prendado y poco tiempo después se llevó a cabo el enlace. Atenais se convirtió al cristianismo y cambió su nombre a Elia Licinia Eudocia. De esta unión nacieron tres hijos: Licinia Eudoxia, Arcadio y Flacila. Al nacer su primogénita, fue proclamada Augusta y mandó llamar a sus hermanos a Constantinopla. Convenció a su esposo para que nombrara a Gersio prefecto del pretorio de la provincia de Illyricum y a Valerio magister oficiorum

Con la boda de su primogénita todo cambió. Prometida con el futuro Valentiniano III, desde el Imperio de Occidente enviaron al pagano Rufio Antonio Agripnio Volusiano para que organizara los preparativos de la boda en Constantinopla. Este era tío de la famosa cristiana ascética Melania la Menor, quien, ante la noticia, no dudó en viajar a Constantinopla para reencontrarse con él. De esta forma, Eudocia conoció a la joven Melania que le mostró los preceptos del ascetismo. Tras la boda de Licinia Eudoxia, sobre el año 438, Eudocia peregrinó hacia Jerusalén para ver a Melania, en su monasterio sobre el Monte de los Olivos y su comunidad de vírgenes. En dicho peregrinaje, también acudió a la iglesia de la Resurrección, oró en Antioquía haciendo gala de una increíble retórica y contribuyó al traslado de las reliquias de Juan Crisóstomo. Todo ello la confirmó como una piadosa mujer imperial que seguía la estela de Elena de Constantinopla.

Pese a sus esfuerzos, no conseguía igualar el poder y la popularidad de Pulqueria. Este hecho fue utilizado por Crisafio, eunuco de la corte que quería aprovechar la debilidad de Teodosio II para ostentar el poder. Utilizó a Eudocia para que alejara a aquella del emperador. Sin embargo, fue descubierto posteriormente. Eudocia cayó en desgracia poco después al ser acusada de adulterio con Paulino, magister oficiorum y amigo íntimo de Teodosio II. Si bien es verdad que les unía un gran afecto, no pudieron demostrar su inocencia. Paulino fue ejecutado y Eudocia se retiró en el año 440 a Jerusalén. Se reconcilió con Pulqueria no sin antes haber participado en la rebelión de los monofisitas de Siria y haber sido acusada de asesinato. Consagró sus últimos días al estudio y la literatura. Murió en el año 460 dejando un legado en la historia como emperatriz consorte cristiana de origen pagano y autora de numerosas obras, entre las que destacan las paráfrasis de los libros de Daniel y Zacarías o un poema sobre las victorias en Siria de su esposo. 

Patricia Téllez Francisco

Universidad de Sevilla

Sólido de Elia Eudocia. Anverso: busto de Elia Eudocia. Leyenda: AEL. Eudocia AUG. Reverso: Representación de la diosa Victoria estante. Leyenda: VOT XX MVLT XXX, CONOB. Siglo IV. Constantinopla.

Fuentes principales

Juan Malalas, Cronografía, r.14.353.7.

Zósimo, Nueva historia, 6.

Selección bibliográfica

Cañizar Palacios, J.L., “La figura imperial femenina en época tardorromana a través de Zósimo y el Cth”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, H.ª Antigua 15 (2004) 225-240.

Holum, G.K., Theodosian Empresses: Women and Imperial Dominion in Late Antiquity (Berkeley – Los Ángeles 1989).

Villarrubia Medina, A., “Notas generales sobre la poesía de Eudocia Augusta”, Habis 39 (2008) 335-361.

234. PULQUERIA

234. PULQUERIA

Hija del emperador Arcadio y Elia Eudoxia, hermana mayor a su vez del futuro Teodosio II, Pulqueria vivió en Constantinopla entre los años 399 y 453. Pasó a la historia como una figura muy controvertida del Imperio romano de Oriente, sirviendo como “protectora” de su hermano y siendo una mujer determinante en la Iglesia del momento. Su educación en palacio estuvo influenciada tanto por sus progenitores como por los preceptores, como Arcadio, encargados de dicha tarea. Pulqueria destacaría desde muy temprana edad en las materias de latín y griego. También resaltaría por su carácter fuerte y determinado, su piedad y rectitud. A la inesperada muerte de sus padres, su hermano Teodosio fue proclamado nuevo emperador con solo ocho años. 

Constantinopolis

La legislación del momento determinaba que un hombre alcanzaba su mayoría de edad con catorce años y las mujeres con doce. Pulqueria, al ser dos años mayor que él, se encargó de la formación del futuro emperador, quien la proclamó Augusta. Además, se consagró a la virginidad imponiendo lo mismo a sus hermanas. Durante los primeros años de gobierno de Teodosio II, ella se dejó la piel protegiendo a su hermano. Utilizando su influencia y posición llevó a cabo una serie de cambios en la administración interna del palacio. En primer lugar, convirtió la corte en un espacio seguro, expulsando a todos aquellos hombres que nada tuvieran que ver con la casa imperial. De esta forma también evitaba los posibles abusos sexuales contra ella y sus hermanas. En ese tiempo mandó construir hospitales, iglesias y monasterios. Cuando su hermano alcanzó la mayoría de edad, se encargó personalmente de buscarle una esposa. Así, escogió a una joven de extraordinaria belleza, ajena a todo interés político o religioso, hija de un intelectual griego pagano, de nombre Athenaís. Teodosio dio su aprobación y al casarse con el emperador y convertirse al cristianismo, cambió su nombre por Eudocia. 

Pulqueria también jugó un papel destacado en los conflictos eclesiásticos. El monofisismo proclamaba la completa naturaleza divina de Cristo, mientras que las posturas más ortodoxas defendían la parte humana del mismo. Pulqueria, que compartía estos preceptos ortodoxos, asistió al obispo Cirilo de Alejandría y al Papa Celestino en Roma para convocar en Éfeso el tercer concilio ecuménico del 431. En él, Nestorio fue depuesto de sus cargos y exiliado por Teodosio al Oasis de Egipto al haber atentado contra la imagen de Pulqueria. En el año 450 murió su hermano sin haber nombrado ningún heredero. Dada la situación en la que se encontraba el Imperio de Oriente y lo repentino de los acontecimientos, Pulqueria tomó el poder y se desposó con el senador ortodoxo y militar Marciano. Así su imagen se vio reforzada al ser una virgen Augusta convertida en emperatriz. Juntos llevaron a cabo el cuarto concilio ecuménico de Calcedonia en el 451, donde se restauró la ortodoxia en Oriente. Murió en el año 453 siendo todo un modelo para sus sucesores. Una mujer fuerte, determinada y consciente de su poder que no dudó en proteger a los suyos, mantener la estabilidad en el Imperio y restablecer la Iglesia oriental. 

Patricia Téllez Francisco

Universidad de Sevilla

Solido de Pulqueria. Anverso: busto de Pulqueria. Leyenda: AEL. PULCHERIA AUG. Reverso: Christograma dentro de una corona. Leyenda: CONSB. Siglo IV. Constantinopla.

Fuentes principales

Actas del tercer Concilio de Éfeso, Intervención del Papa S. León Magno.

Evagrio, Historia eclesiástica, X.

Juan Malalas, Cronografía.

Zósimo, Nueva historia.

Selección bibliográfica

Cañizar Palacios, J.L. “La figura imperial femenina en época tardorromana a través de Zósimo y el Cth” en Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, H.ª Antigua 15 (2004) 225-240.

Chew, K., “Virgins and Eunuchs: Pulcheria, Politics and the Death of Emperor Theodosius II”, Historia 55, 2 (2006) 207-227.

Holum, G.K. Theodosian Empresses: Women and Imperial Dominion in Late Antiquity (Berkeley – Los Ángeles 1989).

233. ELIA EUDOXIA

233. ELIA EUDOXIA

Elia Eudoxia fue esposa del emperador Arcadio, Augusto de Oriente tras la muerte de su padre Teodosio I. Hija de madre romana y del cónsul de origen franco, el general Flavio Bauto, que había servido en Occidente bajo Graciano. Se trasladó después de la muerte de su padre a Constantinopla, donde fue acogida en la poderosa familia de Promoto, magister militum de Teodosio I, y recibió una esmerada educación bajo la tutela de Pansofio, futuro obispo de Nicomedia. Se casó con Arcadio con quien contribuyó a asegurar la continuidad dinástica de la casa teodosiana, teniendo cinco hijos: Flacila, Pulqueria, Arcadia, Teodosio II y Marina.  

Thagaste

Constantinopolis

El título de Augusta no comportaba un poder específico, pero sí la mayor eminencia social detrás del Augusto y el derecho a usar el manto de púrpura y la diadema imperial en sus apariciones públicas. Su imagen fue difundida por medio de monedas en las que se representaba la mano divina coronándola y estatuas que circularon por las provincias y motivaron la censura de Honorio. Precisamente la dedicación de una estatua de plata de la Augusta portando los atributos imperiales, erigida sobre una columna de pórfido en el Augusteon de Constantinopla por el prefecto urbano Simplicio, pudo ser objeto de imprudentes comentarios por parte el obispo de Constantinopla Juan Crisóstomo e influir en el segundo y definitivo exilio de este. 

En el ámbito religioso actuó como protectora de la fe nicena. Patrocinó las procesiones nocturnas antiarrianas promovidas por el obispo de Constantinopla; asumió el papel de penitente en el traslado de reliquias; actuó como intermediaria entre las instancias eclesiásticas y el emperador; en fin, obligó a Juan Crisóstomo a compartir popularidad y audiencia con Severiano de Gabala en Constantinopla. 

Su origen semi bárbaro, la visibilidad de sus intervenciones en los asuntos eclesiásticos, la discordancia, en ocasiones, entre sus elecciones personales y los intereses de los obispos determinaron la representación de Eudoxia como una intrigante Jezabel, ambiciosa y dominada por sus bárbaras pasiones en las fuentes antiguas, que sobredimensionan su influencia política a la vez que menoscaban el liderazgo de su esposo Arcadio. Sin embargo, la manera de conducirse de Eudoxia respondió a una estrategia concertada y compartida con Arcadio al servicio de un liderazgo basado más en la función religiosa y ceremonial del emperador que en los méritos militares. Murió el 6 de octubre de 404 y fue enterrada en la iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla. 

María Victoria Escribano Paño

Universidad de Zaragoza

Sólido de Elia Eudoxia. Anverso: Busto diademado de Elia Eudoxia. Leyenda: AEL. EUDOXIA AUG. Reverso: Representación de la diosa Victoria sedene. Leyenda: SALVS REIPUBLICAE CONOB. Siglo IV. Constantinopla.

Fuentes principales

Sócrates, Historia eclesiástica, 6.7-6.19.

Sozomeno, Historia eclesiástica, 8.8-8.27.

Zósimo, Nueva historia, 5. 3.2.

Selección bibliográfica

Escribano Paño, M.ªV., “Aelia Eudoxia y Arcadio en Constantinopla: la piedad imperial concertada en la ciudad más cristiana del imperio, en Chiriatti, M., Villegas, R. (eds.), Mujeres imperiales, mujeres reales, Representaciones públicas y representaciones del poder en la Antigüedad Tardía y Bizancio (Leiden 2021) 64-95.

Escribano Paño, M.ªV., “La visibilidad política de Aelia Eudoxia en la Constantinopla de Arcadio: estatuas, ofensas y exilios” en Pavón, P., Conditio Femminae: imágenes de la realidad femenina en el mundo romano (Roma 2021) 651-663. 

McEvoy, M., “An Imperial Jellyfish? The Emperor Arcadius and Imperial Leadership in the Late Fourth Century AD”, en Manders, E., Slootjes, D.  (eds.), Leadership. Ideology and Crowds in the Roman Empire of the Fourth Century AD (Stuttgart 2020) 181-197.

Stebnicka, Kr., “Jezebel and Eudoxia: Reflections of the History of the First Conflict Between John Chrysostom and Empress Eudoxia”, Polamedes, A Journal of Ancient History 7 (2012) 143-154.

232. MELANIA LA MENOR

232. MELANIA LA MENOR

Melania era una noble romana que nació hacia el 383. Su abuela homónima era conocida por su renuncia al mundo, a su fortuna y a su familia cuando enviudó muy pronto. Se sabe que sus padres la casaron con Piniano, hijo de un ex prefecto de Roma, para asegurar la transmisión de un inmenso patrimonio. Con 14 años ella y 17 él, Melania intentó persuadir a su esposo de la conveniencia de convivir en castidad, pero él le pidió que esperara a tener dos hijos que heredaran sus bienes; después accedería a sus deseos. Trajeron al mundo un niño y una niña, que murieron siendo muy pequeños, y esas desgraciadas circunstancias indujeron a Piniano a comprometerse definitivamente con la castidad cuando Melania contaba con 20 años. 

Thagaste

Constantinopolis

Roma

Pero ella aspiraba además a renunciar al mundo con todas sus comodidades, a deshacerse absolutamente de cualquier lazo con la vida material, arrastrando con ella a su esposo. Esa decisión supuso un desafío para el grupo senatorial, casi una amenaza debido a la incipiente dilapidación de su fortuna. Su familia se opuso, los esclavos se sublevaron y la piadosa emperatriz Serena les prometió protección para que llevaran a cabo sus deseos. A continuación, se inició la venta de sus propiedades, dispersas por las provincias del Imperio, a cargo de los gobernadores y magistrados que les entregaban las sumas obtenidas. 

Tras la toma de la ciudad por Alarico, Piniano, Melania y Albina, su madre, viajaron a África, estableciéndose en Tagaste junto al obispo Alipio, amigo de Agustín de Hipona. Durante ese tiempo vivió entregada al estudio de la Biblia y de la literatura monástica, así como a su transcripción. Posteriormente peregrinaron a los Santos Lugares. Deseaban que este destino se convirtiera en su meta final, pero antes se desplazaron a Egipto para visitar a los eremitas del desierto. A su vuelta se establecieron definitivamente en Jerusalén, donde Melania se encerró en una celda ubicada en el Monte de los Olivos, saliendo sólo cuando falleció su madre. Albina fue enterrada en ese lugar y allí hizo construir un monasterio femenino. Piniano vivió en compañía de treinta monjes hasta el final de sus días. Fue enterrado en la capilla que había hecho construir Melania, dedicada a los apóstoles. 

 En el 436 viajó a Constantinopla y, gracias a su intervención, convirtió al cristianismo su tío Volusiano en el lecho de muerte. Durante esa estancia actuó en favor de la ortodoxia y del ascetismo, tanto en la capital como en la corte, en estrecha relación con la emperatriz Eudocia, la mujer de Teodosio II, y con su hija Eudoxia, futura esposa del emperador Valentiniano III. A su vuelta de Constantinopla completó sus fundaciones monásticas en Jerusalén, al menos dos femeninas y una masculina, e hizo construir un martyrion en honor de los mártires. Melania falleció a finales del 439.

Juana Torres

Universidad de Cantabria

Fresco de Santa Melania la Menor. Miniatura del Menologion de Basilio II. Siglo X. Biblioteca Apostólica Vaticana, Roma.

Fuentes principales

Agustín de Hipona, Epístolas.

Geroncio, Vida de Melania la joven, 15.

Jerónimo, Epístolas.

Paladio, Historia lausiaca, 61.

Selección bibliográfica

Consolino, F.E., “Supporters of Faith, Influential through Charity. Religious Concern and Social Visibility of Saintly Noblewomen in Later Roman Empire”, en Børresen, K.E., Cabibbo, S., Specht, E. (eds.), Gender and Religion. Genre et Religion (Roma 2001) 175-199. 

Giannarelli, E., “Il pellegrinagio al femminile nel cristianesimo antico: fra polemica e esemplarità”, en Silvestre, M.L., Valerio, A., Donne in viaggio. Viaggio religioso, politico, metaforico (Roma – Bari 1999) 50-63.

Giannarelli, E., “Women and Travelling in early Christian texts: Some aspects of a problem”, en Børresen, K.E., Cabibbo, S., Specht, E. (eds.), Gender and Religio. Genre et Religion (Roma 2001) 155-174. 

Giardina, A., “Carità eversiva. Le donazioni di Melania la giovane e gli  equilibri della società tardoromana”, Studi Storici 29 (1988) 127-142.

231. ELIA FLAVIA FLACILA

231. ELIA FLAVIA FLACILA

Elia Flavia Flacila fue esposa del emperador Teodosio I y Augusta de Oriente entre 379-386. Nació en Hispania en una familia descendiente de la gens Aelia, quizás emparentada con el emperador Trajano. Hacia el 377 se casó con Teodosio y cuando este fue nombrado emperador tenían ya dos hijos, Arcadio y Pulqueria. La familia, junto con otros parientes, se trasladó a Oriente, instalándose a partir del 380 en Constantinopla. Allí Flacila tuvo una residencia propia cercana a la iglesia de los Santos Apóstoles.

          

Hispania

Constantinopolis

 En el 383 fue elevada al rango de Augusta al mismo tiempo que su hijo Arcadio, futuro emperador del Oriente, y fue honrada con estatuas y monedas, cuyos reversos muestran símbolos cristianos y la leyenda Salus Reipublicae, alusiva a la función de la emperatriz como protectora y salvadora del estado. Se realizaron también retratos suyos, que se colocaron en Constantinopla y en otras ciudades de Oriente formando parte del conjunto de la familia imperial.

El 9 de septiembre del 384 nació su tercer hijo, Honorio, futuro emperador de Occidente. En agosto del 385 murió Pulqueria, a quien el obispo Gregorio de Nisa dedicó una oración fúnebre. Un año más tarde, en el 386, murió Flacila en Escotumis, una estación termal en Tracia, a donde había acudido para tratarse de una enfermedad. Gregorio de Nisa escribió su elogio fúnebre, donde describe su funeral y alaba sus virtudes personales y cívicas. Dice de ella que compartió con Teodosio el poder imperial en términos de igualdad y compitiendo con él en virtudes. Flacila fue también alabada por el rétor Temistio, quien la comparaba con Hera, la esposa de Zeus, y pone de relieve su colaboración en el gobierno con Teodosio.

            Destacó por su labor de beneficencia entre los pobres de Constantinopla, su odio al paganismo y su celo en la defensa de la fe nicena frente a los arrianos, que eran mayoría entonces en Oriente. Durante las conversaciones que Teodosio llevó a cabo en Constantinopla para alcanzar un acuerdo con los distintos grupos de cristianos, Flacila le disuadió de que se reuniera con el arriano Eunomio de Cícico, temiendo que éste pudiera convencer al emperador debido a sus grandes cualidades retóricas. Ella recordaba siempre a Teodosio las leyes divinas. Las fuentes cristianas ensalzan su humildad en el cuidado de enfermos y pobres, sus visitas a los monasterios, los asilos y los hospicios de las iglesias, así como su solicitud para servir ella misma la comida y lavar la vajilla, como si se tratara de una sirvienta. Flacila se convirtió en la historiografía eclesiástica en el prototipo de la emperatriz piadosa, que inspiró, al igual que su iconografía, a las sucesivas emperatrices bizantinas.

Mar Marcos

Universidad de Cantabria

AE2 de Elia Flavia Flacila. Anverso: busto diademado de Elia Flavia Flacila. Leyenda: AEL. FLACCILLA AUG. Reverso: representación sedente de la diosa Victoria. Leyenda: SALVS REIPVBLICAE. Siglo IV. Constantinopla.

Fuentes principales

Claudiano, Elogio de Serena, 2.

Gregorio de Nisa, Oración fúnebre de Flacila, 9.

Sozomeno, Historia eclesiástica, 7.6. 

Teodoreto de Ciro, Historia eclesiástica, 5.18.

Selección bibliográfica

Holum, K.G., Theodosian Empresses. Women and Imperial Dominion in Late Antiquity (Berkeley 1982).

Marcos, M., “Política dinástica en la corte de Teodosio I: las imágenes de Aelia Flavia Flaccilla”, en Teja, R., Pérez, C. (eds.), La Hispania de Teodosio 1 (Segovia 1997) 155-164.

Marcos, M., “Aelia Flavia Flaccilla, primera emperatriz de Bizancio (379-386 d.C.)”, en Pérez Martín, I., Bádenas de la Peña, P. (eds.), Bizancio y la Península Ibérica. De la Antigüedad tardía a la edad Moderna (Madrid 2004) 1-36.

McClanan, A., Representations of Early Byzantine Empresses: Image and Empire (New York 2002).