56. ESCRIBONIA
Escribonia, matrona romana del s. I a. C., era hija de Lucio Escribonio Libón y de Sencia y tenía un hermano llamado Lucio Escribonio Libón que fue cónsul en el 34 a. C. Son pocos los datos que existen de esta mujer que debió nacer alrededor del 68 a. C. Las fuentes sostienen que antes de contraer matrimonio con Octavio, Escribonia había estado ya casada en dos ocasiones con sendos cónsules, sin embargo, las identidades de ambos no están del todo claras. Los escasos testimonios epigráficos y documentales que existen parecen apuntar a Cneo Léntulo Marcelino, cónsul en el 56 a. C., y Publio Cornelio Escipión, cónsul en el 35 a. C., aunque este último ofrece más dudas. De estos matrimonios Escribonia tuvo, al menos, dos hijos con este último, Cornelio Marcelino y Cornelia. Es posible que también fuese la madre de Publio Cornelio Escipión, cónsul en el 16 a. C.
Roma
Debido a sus vínculos familiares, Escribonia se vio inmersa en la política de alianzas matrimoniales de la élite. Al ser hermana del suegro de Sexto Pompeyo, en el año 40 a. C. Octavio pidió en matrimonio a Escribonia para acercarse a aquel y evitar que se aliase con Marco Antonio. Los familiares accedieron inmediatamente al enlace que dio como fruto una niña, Julia, nacida en el 39 a. C. El mismo día en el que Escribonia daba a luz, Octavio se divorció de ella. El motivo alegado fue el carácter de ella, pero lo cierto es que Octavio tenía numerosos intereses políticos y había puesto su mirada en Livia.
No sabemos casi nada de Escribonia en los años posteriores a su divorcio, excepto que en el 16 a. C. perdió a su hija Cornelia, quien estaba casada con Paulo Emilio Lépido. Tras su fallecimiento, Propercio le dedicó a Cornelia una elegía llena de alabanzas hacia ella y su familia, incluida su madre. Escribonia, que no volvió a casarse tras su divorcio, reaparece en las fuentes a raíz del destierro de su hija Julia en el 2 a. C. decretado por su padre Augusto. En ese momento, Escribonia decidió no dejar sola a Julia y partió con ella de manera voluntaria al exilio en la isla Pandataria. Por amor a su hija, Escribonia abandonó su vida, su hogar y las comodidades de las que gozaba en Roma.
En el año 4 Augusto permitió a Julia continuar su exilio en la península, en la localidad de Regium (actual Regio de Calabria), donde estuvo hasta su muerte en el 14. Es posible que Escribonia también acompañase a su hija en este destierro peninsular. Desconocemos la fecha de la muerte de Escribonia, pero sabemos que seguía viva en el 16, ya que en ese año intentó convencer a su sobrino Druso, partícipe de una conspiración contra Tiberio, de que no se suicidase, algo que, finalmente, no consiguió.
Vanessa Puyadas
Universidad de Murcia
Fuentes principales
Apiano, Historia romana, 5.53.
Dion Casio, Historia romana, 48.16.2; 48.34.3; 55.10.14.
Propercio, Elegías, 4.11.
Suetonio, Vida de los doce césares, Vida del divino Augusto 2.62.2; 2.69.1.
Selección bibliográfica
Bauman, R.A., Women and Ppolitics in Ancient Rome (London-New York 2003).
Bravo Bosch, M.ªJ., “Escribonia. ¿Perfecta matrona romana?, en Rodríguez López, R., Bravo Bosch, M.ªJ. (coords.), Mujeres en tiempos de Augusto: realidad social e imposición legal (Valencia 2016) 287-306.
Domínguez Arranz, A., “La mujer y su papel en la continuidad del poder. Iulia Augusti, ¿Una mujer incómoda al régimen?”, en Domínguez Arranz, A. (ed.), Mujeres en la antigüedad clásica: género, poder y conflicto (Madrid 2010) 153-184.