50. EUFRÓSINE

50. EUFRÓSINE

Eufrósine fue una joven de la que tenemos conocimiento a través de una pequeña placa de mármol procedente de una necrópolis de Roma situada entre las Vías Salaria y Pinciana, y que vivió en algún momento entre finales del siglo I a. C. y principios del siglo I d. C. En ella se recoge su epitafio de carácter métrico, un texto muy simple en el que la difunta se describe como respetuosa con los dioses y las obligaciones morales y familiares, y que muere a los veinte años.

Aparentemente Eufrósine fue una esclava, a juzgar por la raigambre griega de su nombre, muy difundido en la ciudad de Roma, aunque también pudo ser una liberta, o incluso tener ascendencia extranjera.

Roma

Sin duda pertenecía a una familia que daba gran relevancia a la formación cultural y a las artes liberales. En el epitafio se destacan las cualidades intelectuales, la cultura y sabiduría que había adquirido en su formación, mediante la alusión a su instrucción en o por las Nueve Musas, esto es, las diferentes artes (astronomía, retórica, elocuencia, epopeya, lírica, tragedia, danza, comedia, música) que representaban, respectivamente, Urania, Polimnia, Calíope, Clío, Erato, Melpómene, Terpsícore, Talía y Euterpe. Con esta expresión, un tanto hiperbólica, se hace referencia a un conjunto de cualidades intelectuales y artísticas que en el mundo clásico no es corriente destacar, pues no forman parte del modelo arquetípico de la mujer. No obstante, hay que señalar también que se trata de un elemento de elogio especialmente valorado entre personas jóvenes o que no llegaron a alcanzar la madurez.  

Además de instruida en saberes varios, Eufrósine es calificada también como filósofa. En este sentido, y siendo la filosofía un arte mayoritariamente masculino, constituye un testimonio excepcional ya que se trata de la única mención epigráfica en femenino de esta dedicación en Roma. Las fuentes literarias nos han dejado algunas menciones de mujeres ligadas a este saber, como Cerelia, recordada por Cicerón por su “ardor sorprendente por la filosofía”, u otras, como Cornelia la esposa de Pompeyo, o las mismas Livia o Plotina, mencionadas por frecuentar a los filósofos. Solo en África, en una inscripción ya cristiana, tenemos otra mención con Concordia Exuperancia, señalada en latín como unica filosofa. El término, en combinación con docta y la referencia a las nueve musas, remite claramente a una educación intelectual en sentido amplio, mayor que el de otras jóvenes y mujeres con una orientación más musical, poética o literaria.

En el caso concreto de Eufrósine se ha señalado que el vocablo podría estar encubriendo el significado de “institutriz”, o podría tratarse de una alusión a su inteligencia o agudez de pensamiento. En cualquier caso, sea como expresión del orgullo de haber sido dueña de su saber, o bien por el respeto que suscitaba entre sus seres queridos, en su epitafio fue grabada esa condición excepcional de filósofa.

Salvador Ordóñez Agulla

Universidad de Sevilla

Fuentes principales

CIL VI, 33898 = CLE 1965 = ILS 7783 = AE 1888, 129

Selección bibliográfica

Choquet, M., L’accès des femmes romaines aux Arts Libéraux. Réalités, préjugés et representations. Ier siècle av. J.-C.-Ier siècle apr. J.-C. (Grenoble 2010).

Fernández Martínez, C., Gómez Pallarés, J., “Voces de mujer en las poesías épica y epigráfica en Roma”, Veleia 16 (1999) 259-283.

Hemelrijk, E. A., Women and Society in the Roman World. A Sourcebook of Inscriptions from the Roman West (Cambridge 2020).

Malaspina, E., “La terminologia latina delle professioni femminili nel mondo antico”, Mediterraneo Antico 6.1 (2003) 347-391.    

Segenni, S., “Donne e lavoro intellettuale”, en Buonopane, A., Cenerini, F. (eds.), Donna e lavoro nella documentaciones epigrafica (Faenza 2003) 154-161.

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