51. DERCETO

51. DERCETO

Derceto fue una esclava lectora que vivió en Roma a finales del siglo I a. C. e inicios del siguiente y falleció a los veinte años. El único testimonio que nos ha llegado de ella es una placa de mármol, procedente de un columbario de Roma ubicado entre la Vía Salaria y la Vía Pinciana, que recoge su epitafio en verso redactado en primera persona. Se ha señalado que éste bien pudiera haber sido compuesto por la sacerdotisa a quien Derceto servía.

Derceto, un nombre asociado a la diosa siria homónima, se declara lectrix de Aurelia, su señora. Ésta se ha identificado con una de las componentes del selecto y aristocrático cuerpo de las vírgenes vestales, honrada con una estatua en la Acrópolis de Atenas, la hija de Marco Aurelio Cota Máximo Mesalino, cónsul en el 20 y gobernador de la provincia de Asia.

Roma

Es posible que Derceto tuviera el privilegio de residir junto a su señora en el Atrio de Vesta. Se baraja la posibilidad también de que esta esclava no lo fuera de una virgen vestal, apuntándose que la denominación correcta de la difunta fuera Derceto Aurelia. En este caso, el término virgo estaría referido a ella y no a una sacerdotisa de Vesta.

La lectura pública en Roma era una actividad frecuente y bien difundida en lugares abiertos, donde se recitaban obras famosas y conocidas e, incluso, los propios autores lo hacían con las suyas. También estaba extendida la lectura en el seno de las grandes casas aristocráticas mediante lectores, esclavos y libertos especializados, que lo hacían en alta voz empleando el latín y el griego, tanto en ambientes de convivialidad como en otros más íntimos -en el baño, o durante las comidas-. Las fuentes literarias informan de ello en el ámbito masculino, pero no en el femenino, pues no se han conservado testimonios de lectrices. Afortunadamente, la documentación epigráfica sí permite visualizar la actividad de ciertas mujeres -también esclavas y libertas- en este campo de la expresión intelectual. Tal acción implicaba el aprendizaje y formación de las lectoras, la adecuada instrucción en la dicción y una educación especializada que no estaba al alcance de toda la población en tanto actividad de alto nivel, cultura y refinamiento. Igualmente ocurría con sus compañeros masculinos, creándose así espacios para actividades de tipo intelectual abiertos a la participación femenina.

Las lectrices se encontraban en las casas de gentes ricas o pertenecientes a los círculos culturales más altos y de claras tendencias filohelenas. Solían ser de origen griego, elegidas como compañía personal, con quienes se establecían lazos de confianza y cercanía que se reflejan en los epitafios que las recuerdan. 

Salvador Ordóñez Agulla

Universidad de Sevilla

Epígrafe funerario de Derceto. Siglo I a. C., Roma.

Fuentes principales

CIL VI, 33473 = ILS 7771 = CLE 1882 = EDR 152970. 

Selección bibliográfica

Bradley, J., The hypogeum of the Aurelii. A New Interpretation as the collegiate Tomb of Professional scribae (Oxford 2018).

Hemelrijk, E.A., Women and Society in the Roman World. A Sourcebook of Inscriptions from the Roman West (Cambridge 2020).

Rüpke, J., Fasti sacerdotum. Die Mitglieder der Priesterschaften und das sakrale Funktionspersonal römischer, griechischer, orientalischer und jüdisch-christlicher Kulte in der Stadt Rom von 300 v. Chr. bis 499 n. Chr. (Stuttgart 2005).

Segenni, S., “Donne e lavoro intellettuale”, en Buonopane, A., Cenerini, F. (eds.), Donna e lavoro nella documentaciones epigrafica (Faenza 2003) 154-161.

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