150. CORNELIA TIQUÉ

150. CORNELIA TIQUÉ

Un gran altar funerario procedente de Roma guarda el recuerdo del trágico final de Cornelia Tiqué y su hija Julia Segunda. La pieza llegada a nosotros corresponde a la cara frontal del altar. En ella se muestran en relieve los retratos de una mujer y una niña, en tamaño natural, junto a las inscripciones latinas que las identifican. En el lateral izquierdo se encuentra el final de las líneas de otra inscripción, consistente en un carmen sepulcral. 

Julio Segundo dedicó el altar de mármol a su esposa Cornelia Tiqué y a su hija Julia Segunda. Su nombre podía leerse en sentido vertical, enlazando las letras iniciales de los catorce versos hexámetros que componen el epigrama.

Roma

Gracias a él sabemos que las dos mujeres fueron víctimas de un naufragio. Se ahogaron junto a la costa del noreste hispano. Madre e hija aparecen representadas con gran detalle y marcando la diferencia de edad entre ambas. La madre va vestida como una matrona, con túnica, estola y palla, y la hija solo con túnica y palla. Cornelia Tiqué lleva el pelo ondulado, con raya en medio, y trenzas enrolladas en la parte superior, al estilo de la emperatriz Faustina la Mayor. El peinado de Julia Segunda corresponde a su edad. Debajo de los retratos se encuentran las dedicatorias a las difuntas. De Cornelia Tiqué se recuerda su afecto y piedad como esposa y madre. El padre destaca la belleza y la buena educación de la niña que superaba a sus congéneres.

En el relieve del frontón dos sillas vacías simbolizan la doble pérdida. Un carcaj y un arco remiten a la joven difunta, pues son atributos de la diosa Diana/Artemisa, protectora de las jóvenes solteras. La madre es evocada con los símbolos de Fortuna/Tyche: una cornucopia, una antorcha, un timón y una rueda. Sin duda esta asimilación se debe a que su nombre coincidía con el de la diosa, al tiempo que evocaba su cruel destino.  Cornelia Tiqué podría ser una liberta, teniendo en cuenta que lleva un cognomen griego. Fue madre a una edad bastante tardía para la época, a los 27 años. Murió con 39 y su hija con 11. El cognomen latino de esta última coincide con el del padre, lo que sugiere que era de condición libre. A juzgar por la riqueza del monumento, el nivel económico de la familia debió de ser elevado.

Madre e hija realizaron un viaje en barco, probablemente en solitario, pues en la inscripción no se habla de la muerte de otros familiares. No se precisan los motivos del desplazamiento, pero sabemos que las mujeres en ocasiones viajaban solas para visitar a familiares. Teniendo en cuenta el lugar donde se hundió el barco, es posible que Cornelia Tiqué tuviera parientes en Hispania.

Alicia Ruiz-Gutiérrez

Universidad de Cantabria

Monumento funerario de Cornelia Tiqué y su hija Julia Segunda. ca. 151-200, Roma. Museo del Louvre, París.

Fuentes principales

AE 2013, 152; 2015, 94 y 604.

CIL VI, 20674.

Selección bibliográfica

Foubert, L., “The Spinning of the Wheels: Women’s Travel Stories in Latin Funerary Inscriptions”, Gerión 38, 1 (2020) 137-156.

Hemelrijk, E.A., Women and Society in the Roman World. A Sourcebook of Inscriptions from the Roman West (Cambridge 2021).

Huskinson, J., “Bad Deaths, Better Memories”, en Hope, V.H., Huskinson, J. (eds.), Memory and Mourning: Studies on Roman Death (Oxford 2011) 113-125.

149. LAMPAS

149 LAMPAS

Una joven, quizás llamada Lampas, vivió a mediados del siglo II en la capital de Lusitania, Augusta Emerita. Sabemos de su existencia únicamente a través de una placa de mármol hallada en una zona de necrópolis de Mérida. La pieza está fracturada y le falta buena parte de su esquina inferior derecha. En un principio, se pensó que la placa, al estar reaprovechada en una tumba, podría formar parte del monumento funerario de esta niña. Sin embargo, los avances de la investigación permitieron dar otra interpretación sobre el documento y la vida que llevaría Lampas. Una breve frase escrita en griego nos dice su nombre y la edad que tenía, trece años.

Augusta Emerita

La escena principal es una figura femenina desnuda en un momento íntimo. En ella se puede observar a una hermosa joven que está sedente, ricamente tocada, que exhibe su belleza física. En un primer análisis, tras revisar el contexto arqueológico de su hallazgo, la iconografía interpretativa de la obra y su texto en griego, el elemento definidor de su cronología es el peinado de época de Faustina la Mayor, esposa del emperador Antonino Pío. Los tres factores apoyan las hipótesis de que se tratara o bien de un relieve funerario reempleado, cosa poco probable, o que estuviera asociado a una joven meretriz extranjera, dado que su nombre simbólico aparecía en griego en la zona superior. 

Tras el estudio de su iconografía e indumentaria, la figura representada se trata sin duda de una prostituta sobre la base de sus evidentes caracteres, y tras cotejar paralelos se trata de una placa para colocar en la fachada de un lupanar. Si bien, Lampas, podría ser el nombre de esta niña que ejercía la prostitución, también cabría pensar que el texto en griego, escrito con posterioridad a la realización del relieve, no aluda específicamente a la representada, sino que sea un término genérico en nominativo alusivo a la prostitución y a la juventud de las profesionales que allí ejercían, donde el elemento extranjero era bastante usual. 

Trinidad Nogales Basarrate

Museo Nacional de Arte Romano de Mérida

Relieve de la prostituta Lampas. Siglo II. Museo Nacional de Arte Romano. Mérida.

Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida. (Inv. 2835/273/1), (Inv.DO2013/4/5), (fotos archivo MNAR. J. L. Sánchez).

Fuentes principales

HEp. 32753

Selección bibliográfica

Bejarano, A., Nogales, T, De Hoz, M.ªP., “Nueva placa-relieve femenina en Augusta Emerita: identidad e iconografía de LampasAnas, 23 (2010) 189-209.

Perea, S., “Consideraciones sobre el relieve erótico de la joven Lampas en Augusta Emerita”, en Cabrero, J., González Serrano, P. (eds.), Purpurea Aetas. Estudios sobre el Mundo Antiguo dedicados a la Profesora Pilar Fernández Uriel (Madrid 2019) 683-700.

Nogales Basarrate, T., “Mulieres emeritenses: presencia femenina en Augusta Emerita, entre la visibilidad y marginalidad”, Pavón, P. (ed.), Conditio feminae. Imágenes de la realidad femenina en el mundo romano (Roma 2021) 371-408.

148. GALERIA LISÍSTRATA

148. GALERIA LISÍSTRATA

Galeria Lisístrata fue una liberta imperial que vivió en el siglo II. Se hizo famosa por ser la concubina del emperador Antonino Pío una vez que este se quedó viudo de su esposa, Faustina, la Mayor. Lisístrata no pudo contraer un matrimonio legítimo con el emperador al tener orígenes serviles y estar prohibido el connubio entre ellos en el derecho romano. 

Por su onomástica, podemos afirmar que Galeria Lisístrata habría sido una esclava que pertenecería a la familia de la propia Faustina y, probablemente, fue manumitida por esta antes de su fallecimiento. A pesar de su pasado servil, según la Historia Augusta, tuvo un gran poder en la corte imperial.

Roma

Su influencia sobre las decisiones del emperador fue clave para el nombramiento de determinados cargos de la administración. Transcurrieron veintiún años desde que Antonino Pío se quedó viudo en el 140 hasta que falleció en el 161, por lo que sería a lo largo de ese tiempo cuando Lisístrata estuvo vinculada al poder. No obstante, desconocemos cuándo comenzó exactamente la relación sentimental entre ellos, aunque sabemos con certeza que se prolongó hasta la muerte del emperador. 

Curiosamente una inscripción de Roma hace referencia a ella como “la concubina del divino Pío”, expresión que no se constata en la epigrafía con otras concubinas de los hombres más poderosos de la sociedad romana. Ese epígrafe se realizó una vez que Antonino Pío había fallecido, ya que aparece divinizado. Por lo tanto, gracias a este texto, sabemos que ella sobrevivió a su pareja sentimental, aunque desconocemos cuál fue su destino final y qué trato recibió por parte de los herederos de Antonino Pío. 

Francisco Cidoncha Redondo

Escuela Universitaria “Francisco Maldonado” de Osuna (Sevilla)

Fragmento del epígrafe conmemorativo dedicado a Galeria Lisístrata. Siglo II. Roma.

Fuentes principales

Historia Augusta, Antonino Pío, 8.8-10.  

CIL VI, 8972 = ILS 1836. 

Selección bibliográfica

Borragán, N., La mujer en la sociedad romana del Alto Imperio (siglo II d. C.) (Oviedo 2000). 

Cidoncha Redondo, F., El concubinato y el contubernio en la sociedad romana (siglos I a. C. – III d. C.) (Sevilla 2021). 

Posadas, J.L., Los emperadores romanos y el sexo (Madrid 2010). 

147. ANTONIA CLEMENTIANA

147. ANTONIA CLEMENTIANA

Antonia Clementiana fue una infeliz abuela, de familia senatorial, que vivió a mediados del siglo II en la ciudad de Pola (Pula, Croacia). Tuvo la desgraciada fortuna de sobrevivir a su queridísimo nieto Lucio Anio Domicio Próculo que murió en la tierna infancia. Aunque en los epígrafes funerarios se solía indicar la edad del difunto, en este caso, la abuela no vio la necesidad de señalarla. Sí mencionó la condición de infante de su nieto al igual que su pertenencia a una familia de la élite en la expresión puer clarissimus.

De igual forma y como familia pudiente de Pola, indicó, junto con el primer nombre del padre de su nieto, el de su propio padre y bisabuelo del fallecido, Antonio Félix. El epígrafe sencillo, pero no por ello menos elocuente, refleja una realidad vivida y frecuente hasta no hace mucho en la historia de la humanidad: la mortalidad infantil.

Pola

Sobrevivir al que debía hacerlo por ti era una gran desgracia porque significaba una vida truncada y, en muchos casos, la extinción de una familia. Sin embargo, la piedad obligada hacia los familiares difuntos hacía que, aunque efímeras, las vidas de los fallecidos fueran recordadas con el mayor de los afectos por sus seres queridos.

Pilar Pavón

Universidad de Sevilla

Epígrafe funerario dedicado a Antonia Clementiana. Siglo II. Pula.

Fuentes principales

CIL V, 34.

Selección bibliográfica

Laubenheimer, F., “La mort des touts petits dans l´Occident romain”, en Dasen, V., (ed.), Naissance et petite enfance dans l‘Antiquité.  Actes du Colloque de Fribourg, 28 novembre-1 decembre 2001 (Fribourg-Göttingen 2004) 293-316.

Montanini, L., “Nascita e morte del bambino”, en Critini, N. (cur.), Gli affanni del vivere e del moriré. Schiavi, soldati, donne, bambini nella Roma imperiale (Brescia 1991) 89-107.

Pavón, P., “Funciones de las aviae familiarum: sobrevivir, educar y transmitir”, en Cid López, R.M.ª (ed.), Familias, edades y género en el Mediterráneo antiguo. De la protohistoria a la Historia (Madrid 2023) (en prensa).

146. ANIA GALERIA FAUSTINA la Mayor

146. ANIA GALERIA FAUSTINA la Mayor

Ania Galeria Faustina la Mayor fue una mujer de la dinastía Ulpio-Elia. Hija del cónsul Marco Anio Vero y de Rupilia Faustina. Faustina la Mayor estaba emparentada con el emperador Trajano por vía materna, siendo bisnieta de Ulpia Marciana, la hermana de éste. Asimismo, era sobrina de Matidia la Menor y prima de Vibia Sabina, la esposa del emperador Adriano. Uno de sus hermanos fue Marco Anio Vero, padre del futuro emperador Marco Aurelio. Conociendo estas relaciones familiares con los emperadores Trajano y Adriano y el hecho de la ausencia de mujeres de su generación en la dinastía Antonina, Faustina la Mayor se presentaba como el principal personaje femenino dador de la legitimidad imperial. 

Roma

Su matrimonio con el rico ciudadano Tito Aurelio Fulvo Boyonio Arrio Antonino, futuro Antonino Pío, fue uno de los factores que ayudarían a su marido a ser nombrado heredero al trono por Adriano en el año 138. Fruto de esta unión nacieron cuatro hijos, entre los que debemos destacar a Ania Galeria Faustina la Menor, futura esposa del emperador Marco Aurelio. Ciertamente, Faustina la Mayor conferiría dicha legitimidad en el poder a su cónyuge, pues, aunque éste había sido adoptado por Adriano, a través de su esposa establecía “lazos de sangre” con la familia imperial. De esta forma, cuando Adriano falleció Faustina la Mayor se convirtió en la esposa del nuevo emperador de Roma. Fue entonces cuando el Senado, con el permiso de Antonino Pío, le concedió el título de Augusta. Sin embargo, esta nueva condición sería muy breve, pues moriría apenas dos años después de la subida al trono imperial de su marido. Según las fuentes, la relación entre ambos alternaría momentos de tensión con otros de amor devoto. Además, parece que Faustina la Mayor jugaría un importante papel en la elección de su sobrino Marco Aurelio como prometido de su hija, Faustina la Menor.

A pesar de la poca información que nos ha llegado sobre ella a través de las fuentes literarias se conservan una abundante cantidad de elementos propagandísticos como acuñaciones monetales, estatuas, erección de un templo en el Foro, entre otras. Una de las acciones propagandísticas, así como evergéticas, más destacables fue la creación de las llamadas puellae Faustinianae, fundación caritativa creada por Antonino Pío, en honor de su difunta esposa, destinada a la manutención de niñas sin recursos económicos. Faustina la Mayor sería enterrada en el Mausoleo de Adriano. 

Daniel León Ardoy

Universidad de Sevilla

Aureo dedicado a Ania Galeria Faustina la Mayor. Anverso: busto de Ania Galeria Faustina. LEYENDA: DIVA FAUSTINA. Reverso: representación estante de la diosa Fortuna. Leyenda: AUGUSTA. Siglo II, Roma.

Fuentes principales

Frontón, Epistolario, 1.126-128.

ILS 348, 349.

Historia Augusta, Antonino Pío, 1.7; 3.7; 4.8; 5.2; 6.7; 8.1;  Marco Antonino, 6.2.

Selección bibliográfica

Beckmann, M., Diva Faustina: Coinage and cult in Rome and the provinces (New York 2012). 

Levick, B., Faustina I and II: Imperial Women of the Golden Age (Oxford-New York 2014).

Temporini-Gräfin, H. (ed.), Die Kaiserinnen Roms: Von Livia bis Theodora (München 2002). 

145. AVITA

145. AVITA

Avita era originaria de la colonia Norba Caesarina (Cáceres). Vivió en el siglo II y formaba parte del grupo de notables de esta ciudad, como muestra que recibiera homenaje público de su res publica, del que es testimonio una inscripción hallada en Alcántara, hoy perdida. La ciudad se dirige a ella como sua (querida), lo que denota el arraigo de Avita en Norba así como el aprecio que se le tenía. Un tal Avito Moderato ejecutó la iniciativa y corrió con los gastos, agradeciendo así el gesto que Norba había tenido con ella. Hemos de pensar que se trata de su padre puesto que ambos comparten nombre y en el epígrafe objeto de atención aquí Avita es identificada como hija de Moderado. 

Norba Caesarina

Igualmente fue honrada en el municipio de Capera (Cáparra), en esta ocasión por su nieta, la también norbense Coceya Severa, hija de Celso. No obstante, fue la propia Avita, hija de Moderado, la responsable de ejecutar la iniciativa y correr con los gastos generados. El homenaje en Capera consistió en una estatua de Avita con un bello pedestal decorado con una ancha moldura de hojas y ovas en su cara frontal. Coceya Severa grabó expresamente el motivo de su iniciativa que Avita había recibido la ciudadanía caperense, lo que fue percibido por su nieta como un honor digno de ser conmemorado con la estatua sita en el foro de la ciudad.  Coceya Severa rindió homenaje a su madre y a su tía materna erigiendo sendas estatuas, cuyos pedestales, de dimensiones similares al que sostenía la de Avita, se han perdido.

¿Qué relación unía a Avita con Capera antes de que el municipio la hiciera su ciudadana? Pudo ser que residiera en la ciudad o que estuviera emparentada con alguna familia caperense. En todo caso, Capera puso sus ojos en alguien con un patrimonio que, de un modo u otro, podía reportarle beneficios. Y así aconteció cuando su nieta construyó una galería honorífica familiar con la que embelleció su foro. Resulta llamativo el empeño por parte de Coceya Severa en ensalzar y dar visibilidad pública a las mujeres de la familia, y no a sus parientes masculinos. Sin embargo, a pesar de que el protagonismo de los hombres brilla por su ausencia en este dossier epigráfico, la concesión de la ciudadanía a Avita se ha justificado por la notabilidad de la figura de su esposo, un perfecto desconocido para nosotros, eclipsando así la proyección pública de esta mujer.

Marta González Herrero

Universidad de Oviedo

Pedestal de la estatua en honor de Avita, hija de Moderatus. Siglo II. Museo Arqueológico Nacional, Madrid.

Museo Arqueológico Nacional

Fuentes principales

HEpOl, 19015; 26266.

Esteban Ortega, J., Corpus de inscripciones latinas de Cáceres III: Cápara (Cáceres 2013) n. 1005.

Selección bibliográfica

Armani, S., “Origo et liens familiaux dans la Péninsule Ibérique”, en Iglesias Gil, J.M., Ruiz Gutiérrez, A. (eds.), Viajes y cambios de residencia en el mundo romano (Santander 2011) 67-92.

González Herrero, M., “Mujeres agregadas en el Occidente romano a comunidades cívicas a las que no pertenecían por origo natural” en Pavón, P. (ed.), Conditio feminae. Imágenes de la realidad femenina en el mundo romano (Roma 2021) 553-573.

González-Conde Puente, M.ª P., “Cocceia Severa y los Coccei hispanos”, HAnt 24 (2000) 165-173.

144. APONIA MONTANA

144. APONIA MONTANA

Aponia Montana fue una importante matrona y evergeta de la Colonia Augusta Firma Astigi (Écija), ubicada en la provincia de la Bética a orillas del río Genil. Montana vivió a principios del siglo II según las inscripciones que se han conservado de ella, así como por la evidencia indirecta de la participación de miembros de su familia en la comercialización del aceite de la provincia. Montana pertenecía a la familia de los Aponii, un gentilicio poco frecuente, asociado al fenómeno de la emigración itálica a la provincia. Sabemos que fue esposa de un tal Cesio, quizás Cesio Cesiano, y madre de Cesio Montano.

Colonia Augusta Firma Astigi

Disponemos únicamente de dos testimonios epigráficos excepcionales que muestran su prestigio y gran poder adquisitivo. El primero, conocido solo en su transmisión manuscrita, es un pedestal para una estatua de ciento cincuenta libras de plata erigido en honor al Bonus Eventus, “El Buen Suceso”, abstracción divinizada vinculada a la agricultura, la prosperidad y la buena fortuna. Montana dedicó esta estatua al finalizar su función como sacerdotisa de las divinas Augustas de la colonia, conmemorando este hecho con la edición de unos juegos de circo, y cerrando así su cargo como sacerdotisa de la misma manera que lo había iniciado. Una segunda inscripción, también un pedestal de similares características al anterior recoge la dedicación de una estatua de cien libras de plata que hizo a alguna divinidad cuyo nombre no aparece en el texto, aunque debió tratarse de una deidad asociada al culto imperial en la localidad.

Esta segunda donación se hizo por mandato testamentario de Montana para que se realizara en su nombre y en el de su hijo, probablemente ya, con la indicación a los herederos de no deducir la tasa de la vicesima hereditatium a la que tenían derecho.  Ambas dedicaciones se ubicaron en el templo principal de Astigi, dentro de un programa decorativo orientado al culto imperial en el que también participaron otras ricas mujeres. Este acto evergético puede ser comparable al gran santuario conocido como Traianeum de Itálica. Una concentración de estatuas de plata como la constatada en estas dos ciudades béticas no encuentra paralelo en el Occidente romano.

El origen de la fortuna de Aponia Montana procedía del cultivo del olivar y de la exportación del aceite de Astigi. Disponemos de evidencias en este sentido tanto para miembros de los Aponii como de los Caesii, sea en el ámbito de la fabricación de contenedores olearios en los alfares del Valle del Guadalquivir como en el de la distribución y transporte del aceite envasado hasta Roma. La importancia de la donación queda marcada en estos epígrafes por la precisa cuantificación de la plata empleada en ambas dedicaciones.

Salvador Ordóñez Agulla

Universidad de Sevilla

Fragmento de la inscripción dedicada a Aponia Montana. Siglo II. Écija.

Foto de Sergio García-Dils de la Vega.

Fuentes principales

CIL II²/5, 1162 = CIL II, 1471 = CILA Se, 687 = AE 2017, 59a = AE 2017, 559; CIL II²/5, 1166 = CILA Se, 696 = HEp 1993, 344 = AE 1988, 724.

Selección bibliográfica

Delgado Delgado, J.A., Elites y organización de la religión en las provincias romanas de la Bética y las Mauritanias. Sacerdotes y sacerdocios (Oxford 1998).

Melchor Gil, E., “Evergetismo y élites municipales en la Colonia Augusta Firma Astigi”, Actas del VII Congreso de Historia. Écija, economía y sociedad, I (Écija 2006) 123-137.

Navarro Caballero, M., Perfectissima femina. Femmes de l’élite dans l’Hispanie romaine (Bordeaux 2017) nº 35.

Ordóñez Agulla, S., “Inscripciones inéditas de Astigi”, Actas del I Congreso de Historia de Écija (Écija 1989) 201-230.

143. SEMPRONIA FUSCA VIBIA ANICILA

143. SEMPRONIA FUSCA VIBIA ANICILA

Sempronia Fusca Vibia Anicila nació a mediados del siglo II en un próspero municipio de derecho latino de la Bética denominado Aurgi, (actual Jaén). Era la única hija de Cayo Sempronio Semproniano, quizás viudo, inscrito en la tribu Galeria, era un notable de la administración local, perteneciente a una honorable familia romanizada desde antiguo. Esta mención indica que sus antepasados recibieron la ciudadanía romana con anterioridad a la época flavia, momento en el que la ciudad percibió el derecho latino. 

Cayo Sempronio desempeñó el cargo de duumviro en su ciudad y fue elegido sacerdote perpetuo por el consejo municipal.

Aurgi

 Esta distinción indica el enorme prestigio que gozaba en Aurgi, ciudad que recibió importantes actos evergéticos debido a la fortuna de aquel. Entre otras cosas Cayo Sempronio Semproniano regaló a los habitantes de Aurgi un edificio de baños públicos con canalizaciones y 36.000 pies cuadrados de bosque en sus alrededores. Esta generosa donación fue detallada en una inscripción del mismo edificio, donde el mecenas mencionaba también a su hija para vincularla al acto evergético.  El nombre completo de Sempronia Fusca Vibia Anicila permite suponer que, al gentilicio heredado de su padre, Sempronia, completado por el sobrenombre Fusca, fueron añadidos el gentilicio y el cognomen de su difunta madre, Vibia Anicila. Esta práctica, frecuente en las familias de gran distinción y muy romanizadas, estaba destinada a poner de manifiesto, conservar y transmitir el prestigio local de la familia materna. 

La figura de Sempronia Fusca Vibia Anicila es un ejemplo significativo del papel de las mujeres en el fenómeno evergético cívico, ya que fueron numerosas las que utilizaron su dinero para ofrecer edificios, banquetes o espectáculos a sus ciudades. Se trataba generalmente de madres que pretendían favorecer la carrera de sus hijos. En este proceso, era frecuente que estuvieran asociadas a los miembros masculinos de sus familias, como fue el caso de esta aurgitana. Sin embargo, el ejemplo de Sempronia Fusca Vibia Anicila muestra que, a falta de herederos masculinos, los padres asociaban a sus hijas en las donaciones evergéticas para convertirlas en receptoras de su fortuna y prestigio. Eran ricas depositarias de los bienes de una familia y debían a su vez transmitirlos a sus hijos, de ahí que la rama materna fuera también muy importante. De hecho, el legado materno se comprueba en la figura de la propia Sempronia Fusca Vibia Anicila, quien heredó los bienes y el reconocimiento de su madre.

Milagros Navarro Caballero

Centre National de la Recherche Scientifique de l’Université Bordeaux-Montaigne

Epígrafe funerario dedicado a Sempronia. Siglo II. Jaén.

Archivos fotográficos Centro CIL II. Cl. G. Kutz.

Fuentes principales

CIL II, 3361 (D. 5688; ILER, 2040); CILA Ja, 21; CIL II2/5, 30.

Selección bibliográfica

Navarro Caballero, M., Perfectissima femina. Femmes de l’élite dans l’Hispanie romaine (Bordeaux 2017).

142. FIRMIA PRISCILA

142. FIRMIA PRISCILA

Durante el reinado de Adriano vivió una joven en Burdigala (actual Burdeos), que fue capital de la provincia romana de Aquitania. Se llamaba Firmia Priscila y era hija de Perpetuo, quien probablemente llevara el nomen de Firmio. Se casó muy joven, tal vez ya a los 12 años como autorizaba la ley. Sea como fuere, al morir con solo 16 años ya estaba casada. Su esposo, Calvilino hijo de Serdo, para conservar su recuerdo, le erigió una magnífica estela.

Burdigala

El retrato de cuerpo entero elaborado de la difunta aparece en el centro de la estela. Firmia Priscila aparece vestida con una larga túnica de manga corta, una indumentaria romana, rara en esta zona, donde las mujeres se vestían a la moda local con una túnica corta. Un abrigo cubre todo su cuerpo. Como suele ser frecuente en las representaciones femeninas, la dama se mira en un espejo que sostiene con la mano izquierda, mientras coge el peine con la derecha. El brazo izquierdo, toscamente labrado, contrasta con los pliegues de la ropa, gráciles y ligeros.

Firmia Priscila hija de Perpetuo era una ciudadana romana, mientras que su esposo, Calvilino hijo de Serdo, no poseía dicho privilegio y seguía siendo peregrino. Esta unión fue posible ya que Burdigala poseía el derecho latino. Dentro de esta pareja mixta, el esposo quiso destacar la condición de ciudadana romana de su esposa a través de una imagen que la diferenciaba del resto. La tristeza y decepción del marido debieron ser grandes, ya que su honorable matrimonio se vio interrumpido poquísimo tiempo después de su inicio, dada la corta edad de la esposa.

Milagros Navarro Caballero

Centre National de la Recherche Scientifique de l’Université Bordeaux-Montaigne

Estela funeraria dedicada a Firmia Priscila. Siglo II. Musée d’Aquitaine, Burdeos.

Musée d’Aquitaine.

Fuentes principales

CIL XIII, 869.

Selección bibliográfica

Maurin, L., Navarro Caballero, M., Inscriptions Latines d’Aquitaine: Bordeaux (Bordeaux 2010) 317-318.

Navarro Caballero, M., “Muerte y duelo entre las mujeres de Burdigala”, en Pavón, P. (ed.), Conditio feminae. Imágenes de la realidad femenina en el mundo romano (Roma 2021) 441-472.

Navarro Caballero, M., Maurin, L., “Onomástica y sociedad en la ciuitas de los Bitúriges Viviscos” en Ruiz de Urbina, E., Vallejo, J. M. (eds.), Métodos y técnicas en Ciencias de la Antigüedad. Estudios sobre investigación y docencia, Anejos de Veleia 16 (Vitoria 2018) 133-144.

141. MINDIA MATIDIA

141. MINDIA MATIDIA

Mindia Matidia, que vivió entre los años 80 y 162. Era miembro de la casa imperial de Trajano. Era hija de la Augusta Salonina Matidia y nieta de la también Augusta Ulpia Marciana. Su hermana fue la Augusta Vibia Sabina, la esposa del emperador Adriano. En las fuentes aparece como una mujer soltera o quizá una viuda temprana, y sin hijos. Era dueña de grandes propiedades en Campania (Italia) por herencia materna y paterna. Buscó en las comunidades cívicas itálicas la estima y el prestigio públicos a los que no podía aspirar en la propia Roma.

Suesa Aurunca

Así, Matidia, conocida también como la Menor, financió en la ciudad de Suessa Aurunca, en Campania, un excepcional programa de construcción pública dirigido al abastecimiento de agua, con posible restauración del acueducto, al cuidado de las vías públicas, y que incluyó también la restauración del teatro, una amplia intervención en el foro y la construcción de la llamada Biblioteca Matidiana. También financió la arquitectura en otras ciudades próximas y un puente en la localidad de Portus, en Ostia. Algunos especialistas se han referido a su situación delicada en la dinastía, por la animadversión que Adriano le guardaba, como el motivo que le llevó a hacer de Suessa Aurunca su pequeña Roma, convirtiéndola en el escenario preferente del desarrollo de un gran programa edilicio, al estilo de los grandes benefactores imperiales, y también de su imagen pública de poder y prestigio.

Es posible que en su comportamiento pesara el hecho de no tener descendencia, de manera que eligió el matronazgo arquitectónico como forma de proyectar su memoria en el tiempo. El teatro había sido construido en época Julio–Claudia, pero posteriormente un terremoto lo había dañado. Matidia lo reconstruyó, junto con el pórtico adyacente, lo que supuso también importantes ampliaciones y remodelaciones, como la elevación de dos basílicas a ambos lados de la escena. Pero sobre todo destaca el frente escénico, ricamente decorado con mármol y estatuas de la familia imperial, que rodeaban una original estatua de Matidia representada de forma etérea, en mármol negro y blanco, colocada en el centro sobre la valva regia.

El testimonio de su intervención en la red viaria lo constituye un miliario, que fue reutilizado en la parte medieval de la ciudad, en el que no se menciona el nombre del emperador de turno responsable de la obra, como es habitual, sino el de Matidia. Llaman la atención los parentescos que acompañan su nombre, indicadores de rango y de prestigio que, imitando las filiaciones imperiales, la vinculan con el emperador del momento, Antonino Pío, a través de sus parientes femeninos en la dinastía Antonina. De esta manera Matidia la Menor subraya en su miliario la continuidad de las mujeres de la casa imperial, incluida ella misma, como garantes de la transmisión dinástica.

Henar Gallego

Universidad de Valladolid

Busto de Mindia Matidia. Siglo II. Museo Archeologico di Fiesole, Florencia.

Fuentes principales

CIL X, 4760.

AE, 1975, 137; 1991, 492; 2006, 317.

EDCS, 64800405; 64900991.

Selección bibliográfica

Cascella, S., “Matidia Minor and Suessa Aurunca”, en Thorsten Opper (ed.), Hadrian: Art, Politics and Economy (London 2013) 73-88.

Cascella, S., “Matidia Minore, la Biblioteca Matidiana e il Foro di Suessa (Sessa Aurunca–Ce): considerazioni preliminari sullo scavo del cosiddetto Aerarium”, Oebalus 8 (2013) 148-217. 

Martínez López, C., Gallego Franco, H., Mirón Pérez, M.ªD., Oria Segura, M., “Suessa Aurunca (Italia). La concreción espacial del poder y prestigio de Matidia Minor”, en Constructoras de ciudad. Mujeres y arquitectura en el occidente romano (Colección Mujeres, Historia y Feminismos 4) (Granada 2019) 340-349.