166. ACILIA PLECUSA

166. ACILIA PLECUSA

Acilia Plecusa vivió en la segunda mitad del siglo II, en Singilia Barba (Cortijo del Castillón, Antequera, Málaga). Representa uno de los mejores ejemplos de promoción social femenina en Hispania. Era esclava de Manio Acilio Frontón, de rango ecuestre y de una importante familia. Durante su esclavitud tuvo un hijo, Flegonte, cuya paternidad ha sido atribuida a su propietario. Este último otorgó la libertad a Acilia Plecusa, tomando ella el nomen de su patrono. Contrajeron matrimonio, fruto del cual nació una hija llamada Acilia Septumia, de condición libre, a diferencia de su hermano, habido antes de la unión legítima del matrimonio. 

Singilia Barba

La información disponible sobre la vida de Acilia Plecusa procede de una serie de inscripciones preservadas, la mayor parte pertenecientes a pedestales de esculturas, además del mausoleo en el que se habrían depositado sus restos junto con los de otros integrantes de su familia. Fue una liberta que gozó de un gran reconocimiento e influencia a pesar de su pasado servil. El matrimonio se convirtió en el punto de partida de su ascenso social. Como ejemplo de su importancia, señalamos las inscripciones en las que los nombres de sus nietos, Manio Acilio Frontón y Acilia Sedata, aparecen vinculados al suyo, señal de cómo este último era rango de prestigio. Además, costeó estatuas tanto a su marido como a sus hijos, lo que se traduce en una gran capacidad económica. No fueron estos los únicos monumentos que sufragó. También honró con otra estatua la figura de Publio Magnio Rufo Magoniano, procurador de la Bética y Lusitania; claro ejemplo de la posición relevante que alcanza Acilia Plecusa, así como de su amistad con personajes notables en el contexto hispano. De hecho, se ha propuesto que pudiese incluso haber actuado como intermediaria entre los propietarios del valle del Genil y la administración imperial.

La esposa de este magistrado, Carulia Censolina, también fue honrada con una estatua por Acilia Plecusa, como reza otra inscripción preservada en la que la recuerda como “excelente amiga”. La ausencia del marido en estos testimonios, así como la libertad con la que actuaba, ha dado lugar a que se plantee que era viuda. Acilia Plecusa, desde la posición más baja de la sociedad romana, consiguió convertirse en una mujer destacada, influyente y muy bien relacionada. Todo ello lo hizo ostensible con una participación pública activa, vinculando su nombre al de personas relevantes y a la memoria de los espacios que habitó. De esta manera, a la vez que se presentaba como un sujeto cívico, mantenía también la proyección de su familia.

Carla Rubiera Cancelas

Universidad de Oviedo

Epígrafe funerario de Acilia Plecusa. Siglo II.

Fuentes principales

CIL II2/5, 780-782; 784-785; 796; 802-803.

Selección bibliográfica

Martín Ruiz, J.A., Palomo Laburu, A., “Acilia Plecusa, una mujer de la Bética romana”, Albahri entre Oriente y Occidente 5 (2019) 5-25.

Medina Quintana, S., Mujeres y economía en la Hispania romana. Oficios, riqueza y promoción social (Oviedo 2014).

Mirón Pérez, M.ªD., “Matrimonio y promoción social de las esclavas de la Bética: el caso de Acilia Plecusa”, en Hernández Guerra. L. (coord.), Actas del II Congreso Internacional de Historia Antigua. La Hispania de los Antoninos (98-120) (Valladolid 2004).

165. MARCIA AURELIA CEYONIA DEMETRIAS

165. MARCIA AURELIA CEYONIA DEMETRIAS

Marcia fue la concubina más célebre del emperador Cómodo y su favorita. No tenemos retratos de esta mujer, pero contamos con numerosas referencias sobre ella en las fuentes escritas.

Marcia era una liberta de Lucio Vero, por lo que sus orígenes serviles impedían que pudiera contraer un matrimonio legítimo con el hombre más poderoso de Roma. Es por ello por lo que ambos mantuvieron un concubinato que comenzó tras la caída en desgracia de Brutia Crispina, la esposa de Cómodo. 

Roma

A pesar de no poder disfrutar del estatus de esposa legítima, Herodiano indica que ella era tratada como tal e, incluso, disfrutaba de algunos de los honores propios de las emperatrices y que Cómodo nunca se separaba de ella. Anteriormente, Marcia había estado unida al senador Cuadrado, otro personaje importante de la corte imperial y primo de Cómodo. Aunque participó en la conspiración capitaneada por Lucila y Cuadrado en el 182 para eliminar al emperador, tras ser descubierta, fue perdonada a diferencia del resto de los implicados que fueron ejecutados.

Marcia jugó un papel destacado en el panorama político romano de finales del siglo II. Por ejemplo, fue ella la que avisó a Cómodo del motín popular que estalló contra Cleandro. Ella siempre aparecía junto al emperador en las apariciones públicas de este e intentó frenar sus planes más polémicos, aunque no siempre pudo impedirlos. Algunos autores mencionaron los contactos entre Marcia y los cristianos. Hipólito escribió sobre la liberación de cristianos condenados a trabajos forzosos en las minas de la isla de Cerdeña gracias a la intervención de esta liberta. El futuro papa Calixto I se encontraba entre el grupo de los indultados. Tras varios años juntos, Marcia descubrió que Cómodo había incluido su nombre en una lista de personas que iban a ser condenadas por no cumplir los deseos del emperador. Por lo tanto, viendo peligrar su vida, ella y otros miembros de la corte imperial organizaron una conspiración para acabar con el emperador.

Después de un baño, Marcia ofreció vino mezclado con veneno a su compañero sentimental, pero pensando que esa no sería la solución más rápida, los conjurados decidieron que fuera el atleta Narciso el que terminara con la vida del emperador a cambio de una recompensa. De esa manera, Cómodo fue asesinado, aunque se difundió el rumor de que había muerto por otras causas. Posteriormente, Marcia contrajo matrimonio con Ecleto, uno de los conjurados en la muerte de Cómodo. Poco tiempo después, Marcia fue condenada a muerte en el 193 por Didio Juliano tras ser declarada culpable del asesinato.

Francisco Cidoncha Redondo

Escuela Universitaria “Francisco Maldonado” de Osuna (Sevilla)

Fernand Pelez Paris (1879). La muerte del emperador Cómodo. Musée des Beaux-Arts de la ville de Paris, París.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 73.4.6-7; 73.13.5.

Herodiano, Historia del Imperio romano después de Marco Aurelio,1.16.4; 1.17.1-12; 2.1.3.

Hipólito, Refutación a todas las herejías, 9.12.10-12. 

Historia Augusta, Cómodo, 8.6-7; 11.9; 17.1-2.

Selección bibliográfica

Cidoncha Redondo, F., El concubinato y el contubernio en la sociedad romana (siglos I a. C. – III d. C.) (Sevilla 2021). 

Flexsenhar, M., “Marcia, Commodus’s “Christian” Concubine and CIL X 5918” Tyche 31 (2016) 135-147. 

Strong, A.K., “A Christian Concubine in Commodus’ Court?”, Eugesta 4 (2014) 238-259.

164. CLAUDIA CRATEYA VERIANA

164. CLAUDIA CRATEYA VERIANA

Claudia Crateya Veriana nació en una familia ilustre. Se tiene constancia de su existencia a través de un epígrafe hallado en las termas de Éfeso, donde se indica que había sido prítane y gimnasiarca de todos los gimnasios de la ciudad, a título honorífico puesto que, como mujer, no podía desempeñar estos cargos que eran exclusivos de los varones.

Los prítanos se encargaban de hacer funcionar las instituciones locales, convocando las sesiones de las asambleas de la ciudad, redactando las propuestas a debatir, entre otras cuestiones. Por su parte, los gimnasiarcas, velaban por el mantenimiento y el abastecimiento de los gimnasios de la ciudad. 

Ephesus

Estos cargos honoríficos, por una parte, daban prestigio a mujeres ricas y a sus familias y, por otra, la ciudad se veía beneficiada por sus actos evergéticos. Buena prueba del carácter meramente nominal del cargo de gimnasiarca es que podía implicar la inspección de las instalaciones o la visita a los gimnasios donde los atletas entrenaban desnudos, lo que comprometía la honorabilidad de la mujer. En el ámbito religioso, Claudia Creteya Veriana también fue sacerdotisa y encargada de supervisar los vestidos y ajuares de Artemis, diosa principal de Éfeso. En otro epígrafe, aparece como prítane junto con su abuela Julia Damiana Pola, donando dinero a las asambleas municipales de la ciudad.

La figura de Claudia Crateya Veriana es reseñable también por su árbol genealógico del que resalta el carácter ilustre de sus antepasados. Descendía de varias generaciones de sacerdotisas, prítanas y encargadas de los ajuares de la diosa Ártemis. Su madre, Ulpia Democrateya, había ostentado este último cargo y, al enviudar, se volvió a casar con un notable de la isla vecina de Samos. Por parte de padre era nieta de los sacerdotes del culto imperial Claudio Metrobio y Claudia Crateya. Claudia Crateya Veriana, gracias a su matrimonio con un senador del que no se conoce su nombre, formó parte del más selecto grupo de la élite romana. Debido al cargo de senador de su marido que tenía que estar cerca del emperador y participar en las sesiones del Senado, se trasladó de su Éfeso natal a Roma donde vivió hasta el final de sus días.

Anthony Álvarez Melero

Universidad de Sevilla

Baños de Skolastikia en Éfeso. Siglo II. Selçuk.

Fuentes principales

Engelmann, H., Knibbe, D., Merkelbach, R., Die Inschriften von Ephesos III. Nr. 600-1000 (Bonn 1980) n. 980.

Merkelbach, R., Nollé, J., Addenda et corrigenda zu den Inschriften von Ephesos I-VII (Bonn 1981).

Wankel, H., Die Inschriften von Ephesos I. Nr. 1-47 (Bonn 1979).

Selección bibliográfica

Kirbihler, F., “Les prêtresses d’Artémis à Éphèse (Ier siècle av. J.-C. IIIe siècle apr. J.-C.) ou comment faire du neuf en prétendant restaurer un état ancien” en Lalanne, S. (ed.), Femmes grecques de l’Orient romain (Besançon 2019).

Raepsaet-Charlier, M.-Th., Prosopographie des femmes de l’ordre sénatorial (Ier-IIe siècle) (Lovaina 1987).

Siekierka, P., Stebnicka, K., Wolicki, A., Women and the Polis. Public Inscriptions for Women in the Greek Cities from the Late Classical to the Roman Period, I-II, (Berlin-Boston 2021).

Van Bremen, R., The Limits of Participation. Women and Civic Life in the Greek East in the Hellenistic and Roman Periods (Amsterdam 1996).

163. BRUTIA CRISPINA

163. BRUTIA CRISPINA

La información disponible de Brutia Crispina es poco precisa. Nació en el siglo II en el seno de una de las familias de la élite de la región de Lucania, los Brutti, quienes servían estrechamente a la familia imperial desde tiempos de Adriano.

Su padre, el senador y dos veces cónsul Cayo Brutio Presente, había acompañado a Marco Aurelio y a Cómodo en las Guerras Marcomanas, y su hermano Lucio Brutio Quinto Crispino también había conseguido el consulado. Fue precisamente durante las campañas militares donde Marco Aurelio y Cayo Brutio acordaron el matrimonio entre sus hijos. 

Roma

Aunque la ceremonia fue algo modesta, el enlace resultó ser todo un evento. Se repartieron dádivas entre los asistentes, se acuñó un medallón en bronce con la representación de los contrayentes e incluso se compuso un epitalamio – un canto de bodas de tradición griega – para la ocasión. Dos años más tarde fallecía el emperador Marco Aurelio en Vindobona (actual Viena) y Cómodo ascendería al poder, convirtiéndose Brutia Crispina en la nueva Augusta. También recibiría el título de mater castrorum siguiendo la estela de su predecesora Faustina la Menor. Si bien no conseguía concebir un sucesor, contaba con la lealtad de sus súbditos y del Senado que colmaban de elogios a la nueva emperatriz, pues representaba las virtudes de mujer recatada y defensora de las tradiciones. Brutia Crispina vivió en una marea de confabulaciones e inestabilidad, tanto por los distintos acontecimientos que vivía el Imperio como por el carácter azaroso de su esposo. En esta época, difamar a la esposa imperial servía de pretexto para desprestigiar a la figura del emperador.

Su aparente infertilidad fue aprovechada por Marcia, la concubina favorita de Cómodo, y por su cuñada Ania Aurelia Galeria Lucila, que la señalaban de mujer descuidada y emperatriz ausente. Aun así, en el año 192 quedó embarazada. La tan esperada noticia no fue motivo de dicha, ya que fue acusada de adulterio y Cómodo la desterró a Capri. Brutia Crispina fue ejecutada durante su destierro tras el asesinato de Cómodo a manos de Narciso incitado por Marcia, Electo y Emilio Leto. A pesar de la damnatio memoriae a la que condenaron a su esposo, se conservan noticias sobre ella en las fuentes literarias, epigráficas y numismáticas. Brutia Crispina fue una noble mujer y esposa imperial cuya vida quedaría truncada por la conspiración y la envidia. 

Patricia Téllez Francisco

Universidad de Sevilla

Sestercio de Brutia Crispina. Siglo II. Anverso: busto de Crispina. Leyenda: CRISPINA AUGUSTA. Reverso: representación estante de la diosa Venus. Leyenda: VENUS.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 9.4-79; 72 -117.

Herodiano, Historia del Imperio romano después de Marco Aurelio, 1.8- 4.

AE 1987, 470.

Selección bibliográfica

Hekster, O., Commodus: An Emperor at the Crossroads (Gieben 2002).

Hidalgo de la Vega, M.ªJ., Las emperatrices romanas: sueños de púrpura y poder oculto (Salamanca 2012).

Royo Martínez, M.M., “La celebración de los votos imperiales y su reflejo en las emisiones romanas de los siglos I y II d. C.”, en de Santiago Fernández, J., de Francisco Olmos, J.M., (eds.) Homenaje a María Ruiz Trapero (Madrid 2017) 149-186.

162. ANIA AURELIA GALERIA LUCILA

162. ANIA AURELIA GALERIA LUCILA

Ania Aurelia Galeria Lucila conocida como Lucila, fue una mujer perteneciente a la dinastía Ulpio-Elia. Lucila fue la segunda de los doce hijos del emperador Marco Aurelio y de Faustina la Menor. Nació en el 148 y vivió en la residencia imperial del Palatino. Entre los hermanos de Lucila que también superaron la infancia y sobrevivieron a sus padres estaban el futuro emperador Cómodo y tres mujeres: Aurelia Fadila, Ania Cornificia Faustina y Vibia Aurelia Sabina.

Su padre la prometió en matrimonio con Lucio Vero poco después de su subida al trono. Lucila recibió el título de Augusta y se convirtió en la esposa de un emperador, disfrutando del mismo estatus de su madre, Faustina la Menor, desde el año 161.

Roma

Fruto de esta unión nacería una hija, Aurelia. Sin embargo, el emperador Lucio Vero fallecería a comienzos del año 169, víctima de la epidemia que sus tropas habrían supuestamente difundido por el Imperio romano tras la invasión de Mesopotamia. Sospechas infundadas la acusarían de haber asesinado a Lucio Vero por favorecer a su hermana. Esta muerte provocaría que Lucila perdiese su estatus de consorte imperial y que su padre la casara con Tiberio Claudio Pompeyano, a pesar de las reticencias mostradas por la propia Lucila y por Faustina la Menor debido a la diferencia de grupo social y de edad entre ambos. 

Del nuevo matrimonio de Lucila nacerían dos hijos: Lucio Aurelio Cómodo Pompeyano y Claudio Pompeyano. No obstante, Lucila no se acostumbraría a la vida de ciudadana privada y, según Herodiano, tras la muerte de su padre y el advenimiento en solitario al trono imperial de su hermano Cómodo, sentiría una gran envidia hacia la preeminente posición de la esposa de éste, su cuñada la Augusta Brutia Crispina. Posiblemente, su ambición por recuperar el estatus perdido la llevase a diseñar una conjura de corte senatorial en el año 182 destinada a asesinar al emperador Cómodo.

Según Dion Casio, Lucila persuadió a Claudio Pompeyo Quintiano para que apuñalase a Cómodo en la entrada del anfiteatro. Aquel era el amante de ella, yerno y sobrino político. En esta conjura colaboraría con seguridad el senador Marco Umidio Cuadrato Aniano, cónsul y primo de Cómodo. Asimismo, probablemente participasen también, Aurelia, el hijo adoptivo de Marco Umidio Cuadrato Aniano y la hermana de este último, Umidia Cornificia Faustina. Sin embargo, la conjura no tuvo éxito y fue descubierta por Cómodo quien supo de la implicación de Lucila. Fue desterrada a la isla de Capri y ejecutada inmediatamente. Sobre la iconografía y el nombre de Lucila se aplicó una damnatio memoriae.

Daniel León Ardoy

Universidad de Sevilla

Sestercio de Ania Valeria Galeria Lucila. Siglo II. Anverso: busto de Lucilla. Leyenda: LUCILLA AUG. ANTONINIA AUG. Reverso: representación estante de la diosa Vesta. Leyenda: VESTA.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 71.1.3; 72.4.1-7.

Eutropio, Breviario, 8.10.1.

Herodiano, Historia del Imperio romano después de Marco Aurelio, 1.8.3-8.

Historia Augusta, Vero 7.7; 10.1-5.

Selección bibliográfica

Bianchi, A.G., “Lucilla Augusta: una rilettura delle fonti”, en Petraccia, M.F. (cur.), Miscellanea Greca e Romana XIII (Roma 1988) 129-144.

Direz, J., “Le complot de Lucilla. Ingérence sénatoriale ou conjuration dynastique?”, Athenaeum 96 (2008) 383-396. 

Molinier-Arbo, A., “À qui profitait la conjuration de Lucilla? Réflexions sur un passage des Caesares de Julien”, AC 76 (2007) 119-132.

161. SENODONA

161. SENODONA

Senodona, nombre galo que significa “venerable anciana”, fue el que paradójicamente recibió una niña que murió en su tierna infancia en la ciudad de Burdigala durante el inicio del reinado del emperador Marco Aurelio. La prueba de su muerte es al mismo tiempo el testimonio de una tragedia familiar. Sin que podamos precisar el orden, fallecieron sus padres, Lucio Secundio Cintucnato y Claudia Matua, ambos ciudadanos romanos, aunque sus cognomina galos, Cintucnato y Matua, demuestren su origen local. Probablemente Senodona fue la última en morir. La emoción suscitada por la extinción total de esta familia explica el enorme tamaño de la estela que recordaba su vida y sobre todo su muerte. 

Burdigala

Su tía, la hermana de su padre y heredera, Secundia Urbana, se encargó de recordarlos para siempre con una estela. Los tres miembros fueron representados de pie, con las vestimentas cortas típicas de la Galia: túnica que llegaba a mitad de la pantorilla y mangas tres cuartos, recubierta por un abrigo enrollado en los hombros. Los padres unen sus manos derechas, gesto que recuerda su unión matrimonial. El hombre lleva el cofre que representa probablemente la economía familiar. La niña está en el centro, entre sus padres. Desgraciadamente, su rostro ha desaparecido. Vemos en sus manos símbolos femeninos e infantiles como son dos frutas. 

Senodona, como su madre, Claudia Matua, y su tía, Secundia Urbana, fueron mujeres burdigalenses del siglo II, pertenecientes a la pequeña burguesía trabajadora, con fuertes raíces locales a pesar de poseer la ciudadanía romana. Su monumento pone de manifiesto la imagen para la eternidad de una niña que también mereció el recuerdo en la capital de la provincia de Aquitania. 

Milagros Navarro Caballero

Centre National de la Recherche Scientifique de l’Université Bordeaux-Montaigne

Estela funeraria de Senodona. Siglo II. Musée d’Aquitaine, Burdeos.

Musée d’Aquitaine

Fuentes principales

CIL XIII, 884.

Selección bibliográfica

Maurin, L., Navarro Caballero, M., Inscriptions Latines d’Aquitaine: Bordeaux (Bordeaux 2010) n. 199, 417-418.

Navarro Caballero, M., “Muerte y duelo entre las mujeres de Burdigala”, en Pavón, P. (ed.), Conditio feminae. Imágenes de la realidad femenina en el mundo romano (Roma 2021).

Navarro Caballero, M., Maurin, L., “Onomástica y sociedad en la ciuitas de los Bitúriges Viviscos” en Ruiz de Urbina, E., Vallejo, J.M. (eds.), Métodos y técnicas en Ciencias de la Antigüedad. Estudios sobre investigación y docencia, Anejos de Veleia 16 (Vitoria 2018) 133-144.

160. BLANDINA

160. BLANDINA

Blandina fue una esclava cristiana martirizada en el año 177, bajo el gobierno de Marco Aurelio. Estas noticias ilustran la existencia de una temprana comunidad cristiana en Occidente en localidades de la Galia. Ella es una de las escasas cristianas que cobran cierto protagonismo en los relatos martiriales, circunstancia particularmente destacada por su condición de esclava. Su pasión recoge de principio a fin todos los estereotipos que conforman el género. Blandina fue apresada tras un tumulto popular y junto con otros hermanos fue procesada en público en el foro. 

Lugdunum

El efecto aleccionador del proceso público servía al tiempo de aliciente para reforzar en su fe a los ya devotos y convertir a los espectadores, asombrados de la firmeza de los cristianos, más aún de una mujer a la que se suponía de espíritu frágil. El interrogatorio estuvo dirigido por los duunviros de la ciudad y, tras confesar firmemente su fe, Blandina fue devuelta a la cárcel en espera de la llegada del gobernador. Este se mostró con la crueldad característica del perseguidor. Blandina, junto con sus compañeros Maturo, Átalo y el diácono Santo, sufrió varios tormentos en los que la esclava trasciende la debilidad que se le consideraba connatural por su condición femenina. Sus verdugos quedaron extenuados, admirando su fortaleza, pues uno solo de los suplicios que le infligían habría bastado para quitarle la vida y ella los soporta con ligereza, confortada por su confesión de fe. 

Tras el interrogatorio, Blandina fue colgada en un madero en forma de cruz y expuesta ante las fieras. Es el momento culmen de su pasión, pues vemos a una mujer, esclava, pequeña, débil y despreciable, convertida en la viva imagen de Cristo y así la vieron el resto de sus hermanos. Las bestias no se atrevieron a tocarla y tuvo que ser devuelta a prisión donde permaneció hasta que el gobernador sentenció una nueva ejecución de fieles. Obligada a asistir todos los días al anfiteatro para contemplar los suplicios aplicados a sus hermanos y convencerla así de que abjurara, finalmente llegó su turno el último día y recibió varios castigos: azotes, el ataque de las fieras, la silla de hierro candente, atrapada en una red lanzada ante un toro bravo que la arrojó al aire en varias ocasiones, y todos ellos los recibió exultante, con esa alegría característica de los mártires que muestran su deseo de morir por Dios y alcanzar la felicidad eterna. 

Finalmente fue decapitada. Por la fortaleza de espíritu con la que se enfrentó a la muerte recibió el apelativo de “generosa matrona”, aun siendo tan solo una esclava, logrando infundir esperanzas a sus hermanos de fe. Los verdugos reconocieron que ninguna otra mujer había soportado tantos y tales suplicios. Su cuerpo, junto con los restos de sus compañeros, permaneció seis días a la intemperie antes de ser incinerado. Sus cenizas fueron arrojadas al Ródano para impedir así la resurrección y cualquier tipo de devoción popular. 

Clelia Martínez Maza

Universidad de Málaga

Jan van Haelbeck (1600-1620). Grabado representando el martirio de Blandina en su obra "Ecclesiae Militantis Triumphi". British Museum, Londres.

Fuentes principales

Eusebio, Historia Eclesiástica, 5.1; 3-63. 

Selección bibliográfica

Castelli, E.A., Martyrdom and Memory. Early Christian Culture Making (New York 2004).

Cobb, L.S., Dying to Be Men. Gender and Language in Early Christian Martyr Texts (New York 2008).

Marjanen, A., “Male Women Martyrs: The Function of Gender-Transformation Language in Early Christian Martyrdom Accounts”, en Seim, T.K., Økland, J. (eds.), Metamorphoses. Resurrection, Body and Transformative Practices in Early Christianity (Berlin-New York 2009) 231-247.

Potter, D.,“Martyrdom as Spectacle”, en Scodel, R. (ed.), Theater and Society in the Classical World (Ann Arbor 1993).

159. ANIA GALERIA FAUSTINA la Menor

159. ANIA GALERIA FAUSTINA la Menor

Ania Galeria Faustina la Menor perteneció a la dinastía Ulpio-Elia. Hija del emperador Antonino Pío, cuando éste era aún un ciudadano privado, y de Faustina la Mayor. Faustina la Menor entroncaba por vía materna con los emperadores Trajano y Adriano. En un primer momento, Faustina la Menor sería prometida por Adriano a Lucio Vero. Sin embargo, cuando el Princeps falleció unos meses después, el emperador Antonino Pío y su esposa, Faustina la Mayor, decidieron romper el compromiso matrimonial de su hija con Lucio Vero y la prometieron al hermano adoptivo de éste, Marco Aurelio. 

Roma

De este matrimonio nacieron doce hijos, de los cuales la mayoría fallecieron durante la infancia. A finales de 147, tras el nacimiento de su primer hijo, recibió el título de Augusta. De los hijos que sobrevivieron destacan a Cómodo y a Lucila, quien se casó con el emperador Lucio Vero en 164. La fertilidad de Faustina la Menor fue utilizada en la propaganda imperial. Según la Historia Augusta, tras la muerte de Lucio Vero corrieron los rumores infundados de que Faustina la Menor, su suegra y supuesta amante, lo había envenenado con ostras porque éste habría relevado a Lucila esta relación adúltera. Varias fuentes desprestigian a esta mujer imperial, seguramente por los desvaríos de su hijo, el emperador Cómodo. A las acusaciones de envenenamiento se añaden las de adulterina, no sólo con su yerno, sino con marineros y gladiadores. Incluso se llegó a plantear que su hijo Cómodo fue fruto de una relación extramatrimonial con un gladiador. Sin embargo, tal como se deja ver de la correspondencia entre Frontón y Marco Aurelio, la relación entre los cónyuges habría sido muy cercana y bien avenida. Faustina la Menor acompañaría a su marido a la guerra contra los marcomanos y cuados. 

De hecho, tras la victoria romana sobre los cuados, sería honrada con el título de mater castrorum. Nuevamente las fuentes vuelven a cargar contra Faustina la Menor acusándola de idear un matrimonio con fines políticos con el gobernador de Siria, Avidio Casio, en caso de que Marco Aurelio muriera. No obstante, Avidio Casio se rebeló sin éxito cuando Marco Aurelio aún seguía con vida. Faustina la Menor moriría en el invierno del 175 al 176 en Capadocia. Dion Casio deja entrever que posiblemente Faustina, ignorando que su marido había destruido todos los documentos que podrían implicarla en la conjura, se suicidase para evitar ser condenada por su pacto con el rebelde. Sea como fuere, Faustina la Menor fue divinizada. Marco Aurelio, al igual que hiciera Antonino Pío con su esposa, instituyó una fundación de caridad en su memoria, las novae puellae Faustinianae. La diva Faustina la Menor fue enterrada en el Mausoleo de Adriano.

Daniel León Ardoy

Universidad de Sevilla

Áureo de Faustina la Menor. Anverso: Busto de Ania Galeria Faustina la Menor. Leyenda: FAUSTINAE AUG PII AUG FIL. Reverso: figura de Venus estante. Leyenda: VENUS. Siglo II, Roma.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 71.22-31; 72.7.4.

Frontón, Epistolario, 2.308, 314, 316-318. 

Historia Augusta, Antonino Pío, 1.7; 10.2; Marco Antonino, 1.8; 6.2, 6; 19.2; 20.7; 24.6; 26.4-7; Vero, 10.1-5.

Selección bibliográfica

Baharal, D., “Public Image and Women at Court in the Era of the Adoptive Emperors (A. D. 98 – 180). The case of Faustina the Younger”, en Deroux, C. (ed.), Studies in Latin Literature and Roman History X (Brussels 2000) 328-350.

Levick, B., Faustina I and II: Imperial Women of the Golden Age (Oxford-New York 2014).

Temporini-Gräfin, H. (ed.), Die Kaiserinnen Roms: Von Livia bis Theodora (München 2002). 

158. PASIA

158. PASIA

La información disponible sobre la niña Pasia de seis años, se encuentra en una tabula cerata donde se menciona su venta el 17 de marzo del año 139 en un distrito minero de la provincia de la Dacia (actual Rumanía).  Por esta razón se ha pensado que trabajaría en la extracción minera. No obstante, no es posible confirmar esta hipótesis. En cualquier caso, la edad no era un impedimento para desempeñar trabajo alguno. Niños de los grupos humildes y pobres, incluido el esclavo, se veían obligados a faenar desde edades muy tempranas, incluso en ambientes laborales como podía ser el de una mina.

 

Dacia

El contrato de compraventa es un magnífico ejemplo de la mercantilización de los esclavos de la sociedad como la romana. En él, Dasio vende a la niña a Máximo por un total de doscientos cinco denarios. El vendedor indica su nombre, aunque no descarta que pudiese responder a otros nombres. Con respecto al origen, se la define como empta sportellaria, expresión que se ha interpretado como que había sido recogida. De ser así, se trataría de una niña abandonada, expuesta, de la que se hicieron cargo para posteriormente venderla a un buen precio. La exposición de recien nacidos era una de las formas de conseguir esclavos, al que sumamos los que nacían de madre servil, la esclavitud de guerra y la compraventa. Como en otros documentos similares, el texto incluye las garantías del vendedor que insisten en el buen comportamiento de la niña. Por ejemplo, se señala que no tenía tendencia a vagabundear ni a escaparse; también se indica que gozaba de buena salud y que no había sido robada u obtenida de forma ilegal.

Apenas unas líneas nos introducen en la vida de Passia: un contrato en el que se la trata como un objeto que se entrega a cambio de una cantidad preestablecida. Sin embargo, y a pesar de la parquedad del testimonio, es más que suficiente para que podamos imaginar la infancia en la esclavitud. La niña aparece sola en el documento legal, desvinculada de cualquier familiar o persona adulta, lo que redunda en la fragilidad de los lazos personales en el contexto servil. Desconocemos, por lo tanto, cualquier información sobre su familia o lugar de origen. A pesar de su oscuro pasado, el futuro se torna más evidente: al servicio de un nuevo propietario, quien esperaba de ella sumisión, obediencia y salud para poder llevar a cabo el trabajo que le asignase.

Carla Rubiera Cancelas

Universidad de Oviedo

Transcripción del contrato de compraventa de Pasia. Siglo II. Dacia.

Fuentes principales

CIL III, 936, n. VI.

FIRA III 87.

Selección bibliográfica

Giardina, A., Bambini in Mineria: Quartulus e gli altri, en Paci, G. (ed.), EPIGRAFAI, Miscellanea epigrafica in honore di Lidio Gasperini (Roma 2000) 407-416.

Laes, C., Vuolanto, V. (eds.), Children and Everyday Life in the Roman and Late Antique World (New York 2017). 

Rubiera Cancelas, C., “Pequeñas voces: la infancia esclava en la sociedad romana antigua”, en Rubiera Cancelas, C. (coord.), Las edades vulnerables: infancia y vejez en la Antigüedad (Gijón 2018) 139-162.

157. SEMPRONIA MATERNA

157. SEMPRONIA MATERNA

Sempronia Materna fue una ciudadana romana, homenajeada en dos epígrafes funerarios, en dos localidades distintas, uno en Tarraco (Tarragona) y otro en Bracara Augusta (Braga, Portugal) en el siglo II. El primero, no conservado, lo realizó su hijo, Gayo Cecilio Jubato Sempronio Materno, a quien la colmó de elogios haciendo referencia a su moralidad y castidad. Estas alabanzas, que dotan al homenaje de una potente carga de moralidad y pureza en referencia a la receptora, son más propias de un marido que de un hijo. Es posible que el hijo fuera el responsable de expresar públicamente la dignidad de su madre, ante la ausencia del padre y marido, quizás ya fallecido. Esta insistencia en la castidad de Materna tuvo que aludir a alguna situación particular, más aún siendo una ciudadana y matrona de respetabilidad incuestionable. 

Tarraco

Bracara Augusta

El epígrafe de Bracara Augusta (Braga, Portugal) está dirigido también a Sempronia Materna, hija de Marco y fue realizado por Gayo Cecilio Sempiterno a su óptima, queridísima madre e incomparable devoción. La similitud de ambas dedicatorias y la onomástica de la mujer del segundo epígrafe es lo que ha sugerido la identificación con Sempronia Materna. Ambos dedicantes presentan el mismo praenomen, Gayo, y nomen, Cecilio, de lo que puede inferirse un padre común, probablemente el primer esposo de Materna. Ella estuvo casada quizás posteriormente con Lucio Pomponio Avito, a quien dirige un epitafio.

Existen varias hipótesis sobre la filiación de los dedicantes de ambos epígrafes. Uno y otro comparten nomen y cognomen, pudiendo ser hijos de un mismo padre. En el caso del dedicante de Tarraco se incluye el nomen y cognomen de la madre, hecho que pudo responder a la relevancia familiar de su progenitora, con el deseo expreso de conservar la onomástica materna, como se observa en familias senatoriales. Otra explicación podría ser que el padre de ambos fuera un varón diferente a su esposo, ya que, la gran mayoría de las ocasiones en las que los hijos reciben el nombre de su madre es porque proceden de un matrimonio ilegítimo. No obstante, resulta difícil averiguar los motivos de la transmisión del nomen y cognomen de la madre en cada caso concreto. En cualquier caso, los epítetos dirigidos a ella revelan la necesidad de ensalzar su honorabilidad y moralidad como esposa y madre. 

María del Carmen Delia Gregorio Navarro

Universidad de Zaragoza

Sir Lawrence Alma-Tadema (1898). Héroe. Colección privada.

Fuentes principales

CIL II2/14 1346.

CIL II 2436

HEp. 8264.

Selección bibliográfica

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Harrod, S.G., Latin Terms of Endearment and of Family Relationships (Princeton 1909).

Navarro Caballero, M., “Mujer de notable: representación y poder en las ciudades de la Hispania imperial”, en Stylow, A. U. et alii (coord), Epigrafía y sociedad en Hispania durante el Alto Imperio: estructuras y relaciones sociales (Madrid – Alcalá de Henares 2003) 119-127. 

Riess, W., “Rari exempli femina: Female Virtues on Roman Funerary Inscriptions”, en James, S. L. et alii (eds.), A Companion to Women in the Ancient World (Oxford 2012) 491-501.