© Impreso sin guillotinar que incluye diferentes eslóganes electorales a favor de Egocheaga. Fuente: documento cedido por la familia Chaparro.
Y llegó el 9 de marzo, el día de las elecciones. El candidato monárquico, el político conservador Manuel Rebollo Orta, se impuso claramente al candidato obrero, Eladio Fernández Egocheaga, por una considerable diferencia de varios miles de votos que, medida porcentualmente, equivalía a un 65-35. No obstante, el resultado de los comicios había que matizarlo. Egocheaga había triunfado claramente en los municipios de Minas de Riotinto y Nerva, lo que demostraba su popularidad entre los trabajadores de la Compañía; había perdido por menos de cien votos de diferencia en Valverde del Camino y había obtenido la mitad de los votos que su adversario político en Zalamea la Real (incluyendo El Campillo). Sin embargo, el distrito de Valverde del Camino era bastante más extenso que la cuenca minera. Fue precisamente en esos pueblos en los que no estaba implantado el Sindicato donde se produjo el descalabro de la candidatura obrera y donde arrasó Manuel Rebollo Orta. Allí, Egocheaga apenas era conocido y, en consecuencia, no consiguió ni un solo voto en dos municipios como Almonaster la Real y Alosno, donde estaban en juego más de mil electores; y registró un número insignificante, en comparación con su contrincante, en Calañas y El Cerro.
Ahí estribaba la diferencia y la derrota de Egocheaga: primero, en su escasa notoriedad fuera de las fronteras de la cuenca minera de Riotinto, en feudos donde las prácticas caciquiles aún estaban vigentes, donde su nombre no era tan conocido y donde la propaganda impresa del Sindicato no pudo llegar; y segundo, en el caciquismo y la intervención directa de la Compañía británica en todas las elecciones, ya fueran de ámbito local o nacional, para garantizar el triunfo de candidatos afines a sus intereses. No obstante, la victoria moral de Egocheaga en los municipios de la cuenca minera fue un presagio de lo que iba a pasar poco después, en noviembre de 1915: el triunfo electoral de la candidatura socialista en varios ayuntamientos de la comarca, como en Nerva, donde José Díaz del Real se convirtió en uno de los primeros alcaldes socialistas de España. Pese a que Egocheaga había fracasado en 1914, el candidato republicano Eduardo Barriobero, presentado también por el Sindicato, sí consiguió ganar repetidamente las elecciones a Cortes por el distrito de Valverde en 1918 y 1919[12]. Se erigía así en el «diputado batallador» que tanto ansiaban los obreros de Riotinto. El éxito de esta candidatura rupturista sólo podía entenderse gracias al precedente de Egocheaga y a la capacidad propagandística que el Sindicato había demostrado para agitar y movilizar al electorado.
[12] Republicano federal y próximo al anarcosindicalismo de la CNT, Eduardo Barriobero puso su nombre y su voz al servicio del Sindicato de Riotinto. Como diputado, su pelea se desarrolló en las Cortes, enfrentándose dialécticamente a los representantes afines a la Compañía, aunque también frecuentó la cuenca minera para conocer la situación de primera mano y dar mítines.