Este, por su parte, había estado exiliado en París tras el Trienio, en el que fue redactor de El Cetro Constitucional (1820-1821), periódico del que sería uno de sus artífices el también gaditano ya citado José Joaquín de Mora. En El Eco del Comercio, el moderantismo de la publicación de Borrego, en la que Mendizábal también influyó en una breve etapa inicial, se tornaría en un marcado carácter progresista, claramente manifiesto además en El Nacional (1835-1836), que Mendizábal desarrollaría como órgano oficioso de esta tendencia liberal. Durante su exilio inglés, en el que combinó sus intereses políticos con los financieros, organizó la subida al trono portugués del liberalismo monárquico y planeó una revolución ibérica que condujera a una futura unión hispano-lusa, en la que también intervino un nuevo emigrado gaditano.
Se trataba del militar de la Marina Juan Van Halen[19] (San Fernando, 1788-Cádiz, 1864), de orígenes ítalo-flamencos y de hecho en aquellos momentos en Bélgica, aunque firmaría en otro de los más importantes títulos de la prensa londinense del exilio: El Español Constitucional (1818-1820 y 1824-1825), obra de los autores del no menos radical El Robespierre Español (1811-1812), que ya habían puesto en marcha en España durante la Guerra de la Independencia otros destacados nombres de la emigración inglesa, Pedro Pascasio Fernández Sardino y su mujer, María del Carmen Silva, portuguesa de nacimiento pero considerada gaditana de adopción. Ambos, además, habían destacado en la lucha contra los franceses y lo hacían también, especialmente por medio de la prensa, en la defensa de la causa liberal.
Van Halen había luchado en 1805 en Trafalgar y en la Guerra de la Independencia, aunque en cumplimiento de la capitulación de Ferrol reconoció a José I Bonaparte y le acompañó cuando este marchó de España. No obstante, a partir de 1813 comenzará un doble juego, perteneciendo al ejército francés pero actuando a favor del ejército español. Al retornar Fernando VII en 1814, fue hecho prisionero en 1817 por sus ideas liberales y su pertenencia a la masonería, siendo torturado por la Inquisición, aunque en 1818 logró huir a Londres y después a San Petersburgo, integrándose en el ejército ruso.
[19] A Pío Baroja debemos el peculiar semblante literario de su biografía Juan Van Halen, el oficial aventurero (1933).