Aportaciones periodísticas de los liberales exiliados en la capital británica en la primera mitad del siglo
ENSAYO
FINALIZADA LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA CONTRA FRANCIA Y RESTAURADA LA DINASTÍA BORBÓNICA EN LA PERSONA DE FERNANDO VII, EL ABSOLUTISMO IMPUESTO POR EL MONARCA PROVOCÓ EL EXILIO DE LOS LIBERALES ESPAÑOLES, HUIDOS DE LA REPRESIÓN POLÍTICA Y RELIGIOSA. ENTRE ELLOS SE HALLABAN NO POCOS ANDALUCES (Y ANDALUZAS), INTELECTUALES QUE PRESTARON UN INESTIMABLE SERVICIO AL APERTURISMO DE SU PATRIA A TRAVÉS DE UNA NOTABLE OBRA PERIODÍSTICA QUE SE FRAGUÓ DESDE EL LONDRES DECIMONÓNICO.
Realizado por Elena María Benítez Alonso
CONTINUACIÓN DE LA ENTREGA I
Pero además, en El Español, Blanco tratará otros de los acontecimientos más relevantes del momento, desde el devenir de la guerra con Francia y la lucha contra las invasiones napoleónicas en el resto del continente europeo, hasta las sublevaciones de las colonias españolas en América (que comprendió en solidario sentimiento liberal frente a la tiranía del absolutismo, apoyando una cierta autonomía de las mismas, pero no su independencia), pasando por su denuncia contra la esclavitud y la Inquisición, cuyo daño al catolicismo español criticó con contundencia, así como el de otros males referentes, entre otras cuestiones, a la corrupción de las órdenes religiosas.
El artículo “Respuesta á la Antecedente”, publicado en el número de 30 de abril de 1811, revive la ejecución de la última víctima que murió, a garrote vil y después quemada, condenada por la Inquisición en Sevilla (1781), hecho que el autor presenció cuando apenas tenía seis años. Es la historia de una mujer religiosa, con un hermano sacerdote, de las que el pueblo conoce como “Beatas” y de cuya muerte Blanco culpa directamente a la Iglesia. Y no solo por la condena inquisitorial, sino también por el daño que el fanatismo y la superstición hacen en una mal entendida devoción provocada por la actitud de confesores (“la persona que con talentos, y viveza se entrega á un director místico, debe infaliblemente acabar en visionaria, ó delirante”) y frailes “deseosos de hallar casos extraordinarios de los que han leido en su libros” (pp. 38-39), sentenciando: “Dios mismo no fuerza á la salvacion ¡vendrá un hombre miserable á amenazarme porque no la busco á su manera!” (p. 49).
No menos llamativa es su respuesta, según expone en sus comentarios al “Extracto de una Carta del Procurador General de Barbada, al Gobernador de la Isla” (en el número de noviembre de 1811), a quienes justifican la esclavitud al alegar que “los Negros son de un caracter perverso” y que “solo el temor puede contenerlos”, asegurando Blanco que más bien “deben ser naturalmente buenos, quando el trato que les han dado los Europeos no los ha convertido uno por uno en monstruos” (p. 123).
Pero la labor periodística de Blanco en Inglaterra fue más allá de su cabecera pionera. Colaboraría también con numerosas publicaciones de lengua inglesa, entre ellas New Monthly Magazine, de su amigo Thomas Campbell, donde publicaría, además de otros textos hasta 1833, sus “Letters from Spain” (bajo el seudónimo de Leocadio Doblado, entre 1821 y 1822), especialmente críticas con el fanatismo de la ortodoxia clerical católica. Asimismo, dejaría su impronta en The Times (1811), Quaterly Review (entre 1812 y 1825), The Bijou (1828), The London Review (1829), The Quaterly Journal of Education (1831), Quartely Magazine (1833), Dublin University Review (entre 1833 y 1834), London Review (entre 1835 y 1836), London and Westminster Review (1836) o The Christian Teacher (entre 1835 y 1839). Y “el único proyecto importante que emprende en su idioma materno tras el cierre de El Español” (Durán López, 2011, p. 125) vendría entre 1823 y 1825, al redactar Variedades; ó Mensagero de Londres. Se trata de una revista concebida dentro de la visión empresarial de Ackermann para ilustrar a las antiguas colonias españolas en América, con variados contenidos destinados a un público no tan instruido como el europeo.