Los acontecimientos y la diáspora que produjo el levantamiento de los rebeldes capitaneados por Franco nutrieron de elementos narrativos al periodista; los que conoció en la redacción del periódico, que fue frente de batalla; los que le acompañaron en la marcha hacia la frontera tras pasar -y parar- por Valencia y Barcelona; los republicanos que como él acudían a los arrabales de París en busca de refugio, de trabajo, de reencuentro; los que frecuentaban su casa y su ambiente… Con ligeros disfraces en nombres de personas y lugares, los hechos narrados están sacados de la pura realidad y retratados en toda su esencia humana: el bien y el mal conviven, como conviven en la vida. Allí, en la más completa penuria vital, cercado por el dolor y los problemas nacionales, sociales y familiares, empujado por la necesidad del exilio, compuso Chaves estos relatos. Recién concluidos, los sacaba de la máquina de escribir y les buscaba acomodo en alguna redacción, inmerso él también en las riadas de solidaridad que el lado bueno de los seres humanos pone en marcha casi al mismo tiempo que pone en marcha el desacuerdo.
Los relatos fueron escritos, según propia confesión del autor, entre enero y mayo de 1937, es decir, en el primer año de la guerra, y concluidos en Montrouge, un barrio de París donde la familia consiguió un más digno acomodo tras pasar por pensiones y alojamientos de emergencia. Estos relatos tuvieron la fortuna de ser rápidamente publicados en prensa y en libro: en La Nación de Buenos Aires, periódico con el que el periodista colaboraba de antiguo; en el semanario francés Candide; en la revista mexicana Sucesos para todos y la cubana Bohemia; en el diario inglés Evening Standard y el neozelandés Weekly News, entre 1937 y 1938, con traducciones de urgencia realizadas por Luis de Baeza, amigo y corresponsal de Ahora en Londres, y su compañera Dolores Harding; ediciones inmediatas en libro fueron las de Ercilla, en Chile, y las de Nueva York, Londres y Toronto, en inglés (ésta última con el título And in the Distance a Ligth).
Chaves Nogales concibió el periodismo como trabajo de amplio campo geográfico, nunca restringido al medio nacional, ya que para él los acontecimientos iban imbricados entre sí y sus relaciones superaban las fronteras. Como pocos periodistas de su tiempo abordó los acontecimientos europeos, los proyectó en América Latina y llevó la noticia de la guerra civil española hasta Nueva Zelanda, en un sentimiento de universalidad que escasos periodistas de su momento alcanzaron a realizar.