116. CORNELIA, la vestal

116. CORNELIA, la vestal

Vestal elegida en el año 62, hija de Coso Cornelio Léntulo Gaetúlico y nieta del cónsul Cneo Cornelio Léntulo Gaetúlico y por tanto perteneciente a una importante familia senatorial patricia. Fue acusada y encontrada inocente en su juventud. Es muy probable que ella sea la Vestal Máxima que treinta años más tarde, en 90-91, fue acusada de incesto, condenada por el emperador Domiciano y, siguiendo la tradición, enterrada viva en la Porta Collina. En cuanto a sus amantes, parece que dos de ellos fueron azotados con varas hasta la muerte en el Comicio, recibiendo el castigo a la antigua usanza.

Roma

En cambio, Cornelio Miniciano, de rango pretorio, fue desterrado. Según Suetonio, el emperador quería reprimir con severidad la ruptura de los votos de las vestales. En cambio, para Plinio, todos estos hechos supusieron un deshonor para Domiciano y mostraban su carácter tiránico, ya que Cornelia fue juzgada sin estar presente y sin ser oída por los pontífices, reunidos en Alba Longa bajo la presidencia del emperador y pontífice máximo. Cuando era llevada al castigo, la vestal gritaba que no había roto sus votos y que sus ritos habían propiciado las victorias militares y los triunfos del emperador.

José Carlos Saquete

Universidad de Sevilla

Grabado de línea por G. Mochetti después de B. Pinelli. La muerte de la vestal Cornelia.

Fuentes principales

CIL VI, 17170.

Dion Casio, Historia romana, 67.

Filóstrato, Vida de Apolonio de Tiana, 7.6.

Jerónimo, Crónica, 217.3.

Suetonio, Vida de los doce césares, Domiciano,8.3. 

Tácito, Anales, 15.22.2. 

Selección bibliográfica

Grelle, F., “La ‘correctio morum’ nella legislazione flavia”, ANRW, II.13 (1980) 340-365.

Rüpke, J., Fasti Sacerdotum: Die Mitglieder der Priesterschaften und das sakrale Funktionspersonal römischer, griechischer, orientalischer und jüdisch-christlicher Kulte in der Stadt Rom von 300 v. Chr. bis 499 n. Chr. (Stuttgart 2005).

Saquete, J.C., Las vírgenes vestales. Un sacerdocio femenino en la religión pública romana, Anejos de AEspA 21 (Madrid 2000).

115. VARRONILA

115. VARRONILA

Virgen vestal acusada y condenada por Domiciano en el año 83 junto a las hermanas Oculatas, probablemente hijas del cónsul Lucio Elio Oculato, también vestales, aunque el emperador les permitió escoger cómo morir y ellas se suicidaron. Sus amantes, en cambio, solo fueron exiliados.

Roma

José Carlos Saquete

Universidad de Sevilla

Heinrich Friedrich Füger (1790-1815). Ejecución de una virgen vestal. Eremitage. San Petersburgo.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 67.

Filóstrato, Vida de Apolonio de Tiana, 7.6.

Suetonio, Vida de los doce césares, Domiciano, 8.3. 

Selección bibliográfica

Rüpke, J., Fasti Sacerdotum: Die Mitglieder der Priesterschaften und das sakrale Funktionspersonal römischer, griechischer, orientalischer und jüdisch-christlicher Kulte in der Stadt Rom von 300 v. Chr. bis 499 n. Chr. (Stuttgart 2005).

Saquete, J.C., Las vírgenes vestales. Un sacerdocio femenino en la religión pública romana, Anejos de AEspA 21 (Madrid 2000).

114. FLAVIA DOMITILA

114. FLAVIA DOMITILA

Flavia Domitila era hija de Flavia Domitila la Menor, hija del emperador Vespasiano y hermana de los emperadores Tito y Domiciano. Flavia Domitila se casó con Tito Flavio Clemente, cónsul del año 95. Este era nieto de Tito Flavio Sabino, hermano del emperador Vespasiano, por tanto, era primo segundo de su esposa. Esta política endogámica de los Flavios se atestigua también en el matrimonio de la hija de Tito, Julia, con su primo segundo. Tito Flavio Sabino, homónimo de su padre y de su abuelo, hermano de Tito Flavio Clemente.

De la unión entre Flavia Domitila  y Tito Flavio Clemente nacieron dos hijos: Tito Flavio Vespasiano y Tito Flavio Domiciano. Ambos fueron adoptados por Domiciano antes del año 95. Sus respectivos nombres tenían una marcada intencionalidad dinástica.

Roma

En el año 95 Clemente fue procesado junto con su esposa por orden de Domiciano. Fueron acusados por impiedad y vinculaciones con la religión hebrea. Clemente fue ajusticiado y Domitila fue exiliada a una isla, según algunas fuentes a Pandataria, pero según otras a Ponza. También se le confiscaron sus bienes. Dion Casio narra que los dos cónyuges fueron acusados de ateísmo y de adopción de un estilo de vida judío. Algunos autores cristianos como Eusebio de Cesarea y Jerónimo mencionan, sin embargo, que Domitila fue víctima de la persecución de Domiciano contra los cristianos y que habría sido martirizada por haber abrazado la fe cristiana. Algunos estudiosos modernos aceptan esta versión de los acontecimientos.   

Francesca Cenirini

Università degli Studi di Bologna

Fresco de Flavia Domitila. Anónimo.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 47.14.

Eusebio de Cesarea, Historia eclesiástica, 3.16.

Jerónimo, Epístolas, 108.7.

Suetonio, Vida de los doce césares, Domiciano, 15.17.

Selección bibliográfica

Castritius, H., “Die flavische Familie: Frauen neben Vespasian, Titus und Domitian”, en Temporini-Gräfin, H. (ed.), Die Kaiserinnen Roms. Von Livia bis Theodora (München 2002) 164-186.

Cenerini, F., Dive e donne. Mogli, madri, figlie e sorelle degli imperatori romani da Augusto a Commodo (Bologna 2009) 83-87.

Kienast, D., Eck, W., Heil, M., Römische Kaisertabelle. Grundzüge einer römischen Kaiserchronologie (Darmstadt 2017).

Ramelli, I., “Cristiani e vita politica: il cripto-cristianesimi nelle classi dirigenti romane nel II secolo”, Aevum 77, 1 (2003) 35-51.

113. JULIA, hija de Tito

113. JULIA, hija de Tito

Julia era hija del emperador Tito y de una de sus dos esposas. Se desconoce la fecha de su nacimiento. No se sabe quién pudo ser su madre, si la primera esposa de Tito, Arrecia Tértula o la segunda, Marcia Furnila. Tampoco se conoce el nombre completo de Julia, aunque seguramente se llamaría Flavia Julia, pero las fuentes se refieren a ella exclusivamente como Julia. Este nombre gentilicio podría haber sido utilizado como cognomen para subrayar una ascendencia materna o también como una forma de evocar la memoria de los Julios por parte de los Flavios en homenaje a la diosa Venus progenitora de la familia. Domiciano habría mandado matar a su marido, Tito Flavio Sabino, nieto del hermano de Vespasiano, después del consulado conjunto del año 82.

Roma

Julia recibió el título honorífico de Augusta, hecho que pone de manifiesto su papel dentro de la política dinástica del abuelo y del padre. De hecho, debido a que la madre y la hermana de Tito estaban muertas en el momento en que llegó al poder y que su segunda esposa también había fallecido, Julia ocupó el papel público que normalmente le correspondía a la esposa del emperador. De ella se esperaba que engendrase un heredero destinado a la sucesión. También ocupó un lugar visible dentro de la política dinástica de su tío Domiciano, cuando este perdió al hijo que había tenido con Domicia Longina.

Las fuentes aluden a una relación sexual entre Julia y Domiciano, durante el tiempo en que su esposa fue apartada de la corte. Según algunas fuentes, Julia se quedó embarazada, pero falleció por aborto. Esta relación inmoral y la muerte de Julia podrían haber sido utilizadas por las fuentes para desacreditar al “tirano” Domiciano y a su política antisenatorial. Julia murió probablemente en los últimos meses del año 89 o, quizás, antes del 3 de enero del año 90, cuando desaparece de los comentarios de los Fratres Arvales. Fue divinizada y enterrada en el templum gentis Flaviae situado en el Quirinal. Es evidente que Domiciano pretendió recuperar las esperanzas de prolongar la dinastía Flavia uniéndose a su sobrina Julia, constituyendo un fuerte vínculo con su hermano y su padre. Esta unión recordaba la que mantuvieron Claudio y su sobrina Agripina la Menor. 

Si Julia hubiese sobrevivido, así como el hijo que esperaba, los problemas sucesorios de Domiciano se hubiesen resuelto puesto que el hijo habría tenido la sangre divina de sus familiares, tanto por parte de padre como por parte de madre y habría garantizado la completa legitimidad dinástica de la sucesión del último de los Flavios.

Francesca Cenirini

Università degli Studi di Bologna

Busto de Julia Flavia, hija de Tito. Siglo I. Getty Ville, Los Ángeles.

Fuentes principales

Marcial, Epigramas, 9.1.

Plinio el Menor, Epístolas, 5.

Suetonio, Vida de los doce césares, Domiciano, 22.

Selección bibliográfica

Castritius, H., “Die flavische Familie: Frauen neben Vespasian, Titus und Domitian”, en  Temporini-Gräfin, H. (ed.), Die Kaiserinnen Roms. Von Livia bis Theodora (München 2002) 184-186.

Cenerini, F., Dive e donne. Mogli, madri, figlie e sorelle degli imperatori romani da Augusto a Commodo (Bologna 2009).

Gregori, G.L., Rosso, E., “Giulia Augusta, figlia di Tito, nipote di Domiziano”, en Kolb, A. (ed.), Augustae: Machtbewusste Frauen am römischen Kaiserhof? Herrschaftsstrukturen und Herrschaftspraxis II (Akten der Tagung in Zürich 18.-20.9.2008) (Berlin 2010) 193-210.

Levick, B., “La dinastia flavia”, en Coarelli, F. (ed.), Divus Vespasianus. Il bimillenario dei Flavi (Milano 2009) 14-23.

112. DOMICIA LONGINA

112. DOMICIA LONGINA

Domicia Longina era hija del cónsul del año 39, Gneo Domicio Corbulón. Sabemos que se casó por primera vez con Lucio Elio Lamia Plaucio Silvano, cónsul del año 80, descendiente de una rica e ilustre familia. En torno al año 70, Domicia se divorció de su marido y se casó con Domiciano, hijo del emperador Vespasiano. La celebración de este matrimonio respondía a intereses políticos, ya con ello Domiciano conseguía nuevos y potentes aliados, y recolocaba a la familia de Domicia en los vértices del poder político de ese momento, ya que su madre era descendiente de Augusto.

 

Roma

En el año 73 el matrimonio entre Domiciano y Domicia Longina tuvo un hijo, descendiente de Augusto por parte de madre, pero murió antes del año 83. Ambos progenitores sufren un gran revés con esta pérdida, cuya repercusión pública fue descrita eficazmente por el poeta Marcial. Domicia recibió el título de Augusta cuando Domicio se convirtió en emperador en el año 81. El hijo difunto fue divinizado, recibiendo el título de César. Las series monetales del momento se refieren a Domicia como “madre del divino César, hijo del emperador Domiciano”. Este hecho contribuye a reforzar su posición en el interior de la casa divina de los Flavios a los ojos del gran público.

Hacia el año 82 Domicia fue alejada de la corte, a pesar de tener un gran apoyo popular, debido una supuesta relación adulterina con un actor llamado Paris. Según la narración poco verosímil de algunas fuentes, Domiciano quiso matarla, pero su entorno lo convenció para que se divorciara de ella. Sin embargo, mató a Paris en plena calle y ante los ojos de los que circulaban. Se trata, evidentemente, de un expediente retórico para desacreditar a Domiciano, descrito como tirano que no respeta la ley, pues según la legislación de Augusto sobre el matrimonio, el marido podía matar al amante de la esposa si los sorprendía en flagrante delito en el interior de la casa, pero no en medio de la calle.

Domiciano fue eliminado en una conjura palaciega el 18 de septiembre del año 96 en la que, según Dion Casio, participó Domicia. Aunque la narración sobre la muerte de Domiciano está llena de lugares comunes, es posible que la eventual inclusión de Domicia en los hechos se debiera a que su posición en la corte no estuvo asegurada al no haber dado al emperador un heredero. Domicia se casó de nuevo con un potente personaje de la época: Domicio Tulo. Entre el 123 y 126 la actividad empresarial de Domicia fue muy activa, pues era poseedora de fábricas de ladrillos que tenían una gran producción y cuyas marcas podía leerse la siguiente frase: “Domicia, esposa de Domiciano”. Domicia murió en torno al año 130 cuando ya reinaba en Roma Adriano.

Francesca Cenirini

Università degli Studi di Bologna

Busto de Domicia Longina. Siglo I. Museo del Louvre, París.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 61.17.

Marcial, Epigramas, 8.

Suetonio, Vida de los doce césares, Domiciano, 13.3.

Selección bibliográfica

Cenerini, F., Dive e donne. Mogli, madri, figlie e sorelle degli imperatori romani da Augusto a Commodo (Bologna 2009).

Chausson, F., “Domitia Longina: reconsidération d’un destin impérial”, JS 1 (2003)101-129.

Di Vita-Évrard, G., La famiglia dell’imperatore. Per delle nuove “memorie di Adriano”, en Adriano. Architettura e progetto (Milano 2000) 31-39.

Kienast, D., Eck, W., Heil, M., Römische Kaisertabelle. Grundzüge einer römischen Kaiserchronologie (Darmstadt 2017).

Pastor, S., “Traiano L’ultimo dei Flavi? Nessi familiari e dinamiche gentilizie nelle successioni imperiali”, MEP 21-23 (2018) 127-146.

111. BERENICE

111. BERENICE

Julia Berenice, que vivió entre los años 28 y 81, fue una princesa judía perteneciente a la dinastía Herodiana, que gobernó bajo tutela romana la provincia de Judea desde su creación por Augusto, en el 6, hasta el año 92. Berenice era bisnieta del rey Herodes I el Grande, hija del rey Herodes Agripa I y hermana del rey Herodes Agripa II. 

De acuerdo con Flavio Josefo, Berenice tuvo tres matrimonios. El primero fue con el aristócrata judío Marco Julio Alejandro, y al quedar viuda, con su tío Herodes con quien tuvo dos hijos, Bereniciano e Hircano. Cuando Herodes falleció, Berenice permaneció durante una larga estancia junto a su hermano, Herodes Agripa II, lo que propició la expansión de rumores sobre una supuesta relación incestuosa entre ellos.

Iudaea

Para disiparlos, Berenice persuadió al rey del Ponto, Polemón de Cilicia, para que abrazara el judaísmo, se circuncidara y se casara con ella. Especialmente atraído por las riquezas de la princesa, Polemón II del Ponto accedió. Sin embargo, el matrimonio no duró demasiado. Berenice no tardaría en abandonar a su tercer esposo y volver junto a su hermano. 

Años más tarde, durante el reinado de Herodes Agripa II y el gobierno de Gesio Floro, procurador romano nombrado por Nerón enviado a Judea para hacerse cargo de la provincia, Berenice, ante una ausencia temporal de su hermano, solicitó a Floro que pusiera fin a la matanza indiscriminada de judíos por parte del ejército romano. No obstante, el procurador hizo oídos sordos a los ruegos de la princesa. Berenice no cejó en su empeño y, junto con otros magistrados de Jerusalén, escribió al superior directo de Floro, es decir, al gobernador de la provincia de Siria, Cestio Galo, para narrarle los ultrajes que Floro había cometido en la ciudad. Sin embargo, ya era demasiado tarde: el pueblo judío pedía venganza. A pesar de los intentos de Herodes Agripa II y de Berenice por tratar de evitar un conflicto directo con Roma, ese mismo año estallaría la Gran Revuelta judía como consecuencia de los actos de Gesio Floro.

El emperador Nerón nombró en el 67 a Vespasiano para que redujera la rebelión. Fue en este contexto cuando Berenice se enamoró de Tito, hijo mayor de Vespasiano, y comenzó una relación sentimental. De hecho, cuenta Tácito que Berenice apoyó económicamente a Vespasiano para conseguir el trono imperial. Tito aplastó definitivamente a los judíos que se habían rebelado en el año 70 y volvió triunfante a Roma. Cinco años más tarde, en el 75, Berenice y Herodes Agripa II viajaron a la Urbe, donde la princesa judía retomó abiertamente su relación con Tito, viviendo con él en palacio y actuando, en la práctica, como su esposa. No obstante, el pueblo romano recelaba de esta princesa oriental, por lo que Tito cedió a la presión popular y Berenice tuvo que abandonar la capital del Imperio. Según Suetonio, cuando Tito alcanzó el trono imperial en el año 79, Berenice regresó a Roma, pero de nuevo fue expulsada. A partir de ese momento, las fuentes literarias no ofrecen más información sobre esta influyente princesa judía.

Daniel León Ardoy

Universidad de Sevilla

Nikolai Bodarevsky (1875). Juicio al apóstol Pablo. Transcarpathian Regional Art Museum, Zakarpattia Oblast.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 65.15.

Flavio Josefo, Antigüedades judías, 19.5.1; 9.1; 20.5.2; 7.3; La Guerra de los Judíos, 2.309-313; 333.  

Suetonio, Vida de los doce césares, Tito, 7.

Tácito, Historias, 2.2; 81.

Selección bibliográfica

Braund, D., “Berenice in Rome”, Historia 33 (1984) 120-123. 

Crook, J.A., “Titus and Berenice”, AJPh 72, 2 (1951) 162-175.

Macurdy, G.H., “Julia Berenice”, AJPh 56, 3 (1935) 246-253.

Perea, S., Berenice: Reina y concubina (Madrid 2000).

Rogers, P.M., “Titus, Berenice and Mucianus”, Historia 29 (1980) 86-95.

110. FLAVIA DOMITILA LA MENOR

110. FLAVIA DOMITILA LA MENOR

Flavia Domitila la Menor fue la hija de Vespasiano y de Flavia Domitila la Mayor. Ambas mujeres, madre e hija,  estaban ya muertas en el momento en el que Vespasiano subió al poder, en el año 69. Muy probablemente, Flavia Domitila la Menor fue esposa de Quinto Petilio Cereal Cesio Rufo, notable senador de origen umbro, cónsul del año 70, y valeroso comandante militar que se puso del lado de Vespasiano en la guerra civil del año 69. La pareja tuvo una hija homónima de la madre y la abuela. Cuando Domiciano llegó al poder recurrió a la divinización de las mujeres de su familia, algunas de las cuales habían muerto antes del año 69, en el que inició la dinastía Flavia.

Roma

No existe unanimidad entre los investigadores sobre cuáles de las mujeres flavias fueron divinizadas: si la madre o la hermana de Domiciano, o ambas. En cualquier caso, se trataría de la voluntad de Domiciano por legitimar su propio reinado, durante los atormentados últimos años de su gobierno, con el reclamo a los parientes difuntos. El poeta Estacio menciona una estatua ecuestre monumental de Domiciano y refiere que los parientes divinizados del emperador habrían bajado del cielo para abrazarlo. Entre estas divinidades estarían su padre, Vespasiano, su hermano Tito y su hermana Flavia Domitila.

Francesca Cenirini

Università degli Studi di Bologna

Denario de Flavia Domitila la Menor. Anverso: busto de Flavia Domitila la Menor. LEYENDA: DIVA DOMITILLA AUGUSTA. Reverso: representación estante de la diosa Fortuna. Leyenda: FORTUNA AUGUST. Siglo I. Roma.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 57.10.

Suetonio, Vida de los doce césares, Domiciano, 15; Vespasiano, 3.

Tácito, Historias, 4.

Selección bibliográfica

Castritius, H., “Die flavische Familie: Frauen neben Vespasian, Titus und Domitian”, en H. Temporini-Gräfin (ed.), Die Kaiserinnen Roms. Von Livia bis Theodora (München 2002) 164-186.

Cenerini, F., Dive e donne. Mogli, madri, figlie e sorelle degli imperatori romani da Augusto a Commodo (Bologna 2009) 83-87.

Morelli, A., Filippini, E., “Divinizzazioni femminili nella prima età imperiale. Analisi della documentazione numismatica” en Gnoli, T.,  Muccioli, F., (cur.) Divinizzazione, culto del sovrano e apoteosi tra Antichità e Medioevo (Bologna 2014) 229-250.

Kienast, D., “Diva Domitilla”, ZPE 76 (1989) 141-147.

Wood, S., “Who was Diva Domitilla? Some Thoughts on the Public Images of the Flavian Women”, AJA 114 (2010) 45-57.

109. ANTONIA CENIS

109. ANTONIA CENIS

Antonia Cenis fue una liberta romana que vivió en el siglo I en Roma. Desconocemos el lugar o la fecha de su nacimiento, aunque podría ser una hija de esclavos, por lo que habría tenido un estatus servil. Ella fue la secretaria de Antonia la Menor, madre del emperador Claudio e hija de Marco Antonio y Octavia, por lo que estaríamos ante una mujer instruida para poder desempeñar ese cargo y gestionar los asuntos de su propietaria.

 Dion Casio escribió que Antonia Cenis participó en la caída de Sejano cuando entregó a Tiberio una carta de su señora, Antonia, en la que se le informaba de la conspiración que se estaba fraguando contra él. Durante su etapa servil entabló contactos con personajes destacados lo cual le beneficiaría en el futuro.

Roma

No sabemos cuándo se produjo su manumisión, pero su nomen indica que fue su señora la que le otorgó la libertad. Por lo tanto, su liberación se pudo producir antes del fallecimiento de Antonia la Menor en el 37 o después en el testamento de esta. Su manumisión sería el premio por el trabajo realizado y la fidelidad a la familia a la que pertenecía. Se hizo famosa por ser la concubina de Vespasiano. A pesar de que anteriormente ya habían sido amantes, una relación más estable comenzó tras la muerte de Flavia Domitilia, esposa de Vespasiano y madre de sus hijos. Su pasado servil impidió que Cenis pudiera contraer un matrimonio legítimo con el emperador, por lo que ambos mantuvieron un concubinato, es decir, una unión sentimental sin efectos desde el punto de vista jurídico. Aunque no era una esposa legítima, Cenis recibió un trato similar y tuvo mucho poder e influencia en la corte imperial. No obstante, hubo una serie de privilegios que no pudo disfrutar, como, por ejemplo, portar el título de Augusta. 

Su proximidad a los círculos del poder le permitió amasar una importante fortuna. Su capacidad económica se manifiesta en los testimonios escritos conservados de sus esclavos y libertos. Esa posición en estrecho contacto con los círculos del poder hizo que ella tuviera un papel decisivo en el nombramiento de determinados puestos de la administración e, incluso, aceptó sobornos a cambio de favorecer a diversos individuos. Asimismo, Vespasiano se benefició de los contactos que ella tenía ya desde su etapa servil. En cuanto a sus relaciones con los hijos del emperador, Suetonio escribió sobre un episodio en el que Domiciano se negó a darle un beso cuando ella llegó a Roma tras un viaje, por lo que parece ser que no siempre fueron buenas. Las fuentes literarias indican que ella murió en torno al 75. En la actualidad se conserva el altar funerario que estaría colocado en su tumba y que fue costeado por sus libertos. Tras su fallecimiento, Vespasiano tuvo varias amantes, pero ninguna ocupó el lugar dejado por Cenis 

Francisco Cidoncha Redondo

Escuela Universitaria “Francisco Maldonado” de Osuna (Sevilla)

Denario de Domitila la Mayor. Anverso: busto de Domitila la Mayor. Leyenda: DIVA DOMITILLA AUGUSTA. Reverso: representación estante de la diosa Fortuna. Leyenda: FORTUNA AUGUST. Siglo I. Roma.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana

Suetonio, Vida de los doce césares. 

AE 1908, 231 = RPAA 1977/78-145.

Selección bibliográfica

Cidoncha Redondo, F., El concubinato y el contubernio en la sociedad romana (siglos I a. C. – III d. C.) (Sevilla 2021). 

Cristofani, M., “L’ara funeraria di Antonia Caenis concubina di Vespasiano”, Prospettiva 12 (1978) 2-7. 

Mustonen, P., “Influential Mistresses in the Imperial Dynasties of First-Century Rome: Claudia Acte and Antonia Caenis”, en Berg, R., Neudecker, R., (eds.), The Roman Courtesan. Archaeological Reflections of a Literary Topos (Rome 2018) 121-130. 

Wardle, D., “Suetonius on Vespasian’s Rise to Power under the Julio-Claudians”, AClass LIII (2010) 101-115. 

108. DOMITILA LA MAYOR

108. DOMITILA LA MAYOR

Flavia Domitila, a cuyo nombre añadimos el epíteto “la Mayor” para diferenciarla de las otras dos miembros de su familia con las que comparte el mismo nombre, fue la esposa del emperador Vespasiano, quien subió al poder en el año 69 a.C. El matrimonio debió de celebrarse antes del año 39, momento en el que nació su primogénito, Tito, por lo que podría datarse entre los años 38 y 39. La mujer habría fallecido antes de que su marido se convirtiera en emperador. La pareja tuvo tres hijos, dos varones, Tito y Domiciano, y una mujer llamada Flavia Domitila la Menor.

Roma

Las mujeres de la familia imperial Flavia tuvieron, en general, un peso político
muy limitado. Su papel fue principalmente dinástico (sobre todo durante el principado de Domiciano) y fueron poco mencionadas por la historiografía antigua. No tuvieron mucha visibilidad en la propaganda política del emperador Vespasiano. El hecho de que la sucesión de la dinastía Flavia estuviese organizada desde el principio del reinado de Vespasiano en favor de sus dos hijos, eclipsó la personalidad de las tres mujeres de la dinastía que llevan el mismo nombre y sobre ellas la historiografía habla de mujeres invisibles. La política de Domiciano fue muy diferente en lo que respecta a las mujeres de su familia, pues utilizó los “fantasmas” de su madre y de su hermana, ambas divinizadas, para aumentar, por así decirlo, el potencial divino de las mujeres de la casa de los Flavios y, por tanto, de su familia.

Suetonio menciona una noticia que ha hecho discutir mucho a los investigadores modernos. Según este autor, la esposa de Vespasiano habría sido la esclava preferida de un caballero romano del África Proconsular, llamado Estatilio Capela. Flavia Domitila habría sido una esclava, hija Flavio Liberal, un esclavo de un miembro de la familia Flavia de Farento, en la región de Etruria. Flavia Domitila fue vendida a Estatilio Capela. Con toda probabilidad, Flavio Liberal obtuvo la libertad poco antes de que su hija la obtuviera. Desde su nueva condición como liberto, titular de los derechos que corresponden al pater familias, se esforzó por obtener la libertad y la ciudadanía latina para la hija. El recurso al juicio de una comisión especial (recuperatores) y la restitutio natalium habrían sido necesarios en el momento del matrimonio del senador Vespasiano con la liberta Flavia Domitilla. Es también posible que Flavia Domitila fuese, en realidad, de condición libre, pero ilegítima y por lo tanto, perteneceria a la categoría jurídica de los Latini Iuniani.

Se discute entre los investigadores cuándo las Flavias Domitilas habrían sido divinizadas. Es evidente, más allá de las discusiones, que Domiciano utilizó la consagración de su madra y su hermana principalmente en clave dinástica. La identificación de la Divina Domitila, según aparece en la documentación, es difícil, pudiendo ser tanto la madre como la hermana de Domiciano. En cualquier caso, la función de la legitimación “retroactiva”, es similar, ya que constituye un reforzamiento de la domus divina flavia.

Francesca Cenerini

Università degli Studi di Bologna

Denario de Domitila la Mayor. Anverso: busto de Domitila la Mayor. Leyenda: DIVA DOMITILLA AUGUSTA. Reverso: representación estante de la diosa Fortuna. Leyenda: FORTUNA AUGUST. Siglo I. Roma.

Fuentes principales

Suetonio, Vida de los doce césares, Vespasiano, 3.

Ps. Aurelio Víctor, Epítome sobre los césares, 10.10.

Selección bibliográfica

Cenerini, F., Dive e donne. Mogli, madri, figlie e sorelle degli imperatori romani da Augusto a Commodo (Bologna 2009).

Charles, M.B., Anagnostou-Laoutides, E., “Suetonius Vespasianus 3: the Status of Flavia Domitilla”, Acta Classica 53 (2010) 125-143.

Hidalgo de la Vega, M.ªJ., Las Emperatrices romanas. Sueños de púrpura y poder oculto (Salamanca 2012) 86-90.

Wood, S., “Public Images of Flavian Dynasty: Sculpture and Coinage”, en Zissos, A. (ed.), A Companion to the Flavian Age of Imperial Rome (Chichester-Malden 2016) 129-147.

107. UMIDIA CUADRATILA

107. UMIDIA CUADRATILA

Umidia Cuadratila fue una rica matrona, originaria de la ciudad de Casino, al sur de Roma, miembro de la familia senatorial de los Ummidii. Su padre, Gayo Umidio Dumio Cuadrado, fue gobernador de Siria durante los reinados de Claudio y Nerón. Cuadratila falleció, ya viuda y octogenaria, durante el reinado de Trajano, dato que conocemos por una carta del senador e historiador Plinio el Menor, amigo íntimo de su nieto, Umidio Cuadrado. Este último y su hermana fueron los herederos de su inmensa fortuna. 

Casinum

Plinio el Menor se hizo eco del lujoso estilo de vida de Umidia Cuadratila, y su amor por los placeres de la ciudad, pero también elogió la exquisita educación intelectual que le proporcionó a su nieto, óptima para una exitosa carrera pública. Ello nos indica que Umidia Cuadratila fue una mujer con una sólida formación intelectual, concordando con los actos evergéticos que realizó en su ciudad de origen. Dos inscripciones halladas en la zona informan que, en la segunda mitad del siglo I, financió de su dinero, y para los casinenses, la construcción de un anfiteatro con un templo, aunque los restos arqueológicos indican que posiblemente se trató más bien de una remodelación, y que restauró igualmente el teatro. En este último caso, la dedicación del edificio remodelado fue realizada por parte de Cuadratila con el ofrecimiento de un banquete público para los decuriones, el pueblo y las mujeres, lo que da a entender la consideración diferenciada de estas como colectivo ciudadano.

Por Plinio el Menor sabemos que Umidia Cuadratila tenía una compañía de pantomimos, formada por sus libertos, e incluso ofrece una estampa de ella presidiendo los juegos sacerdotales en el teatro de Casinum, encantada al presenciar la representación de su propia compañía y rodeada de aduladores que daban grandes muestras de entusiasmo. Seguramente el hecho de que fuera promotora de este tipo de espectáculos escénicos influyó en el tipo de arquitectura cívica que eligió financiar, un teatro y un anfiteatro. No obstante, los proyectos arquitectónicos de Cuadratila responden principalmente a la necesidad obsesiva de las élites romanas, de demostrar la excelencia de su rango social, lo extraordinario de su riqueza y confirmar su sobresaliente prestigio público y virtudes ciudadanas. Obviamente, de tal demostración de riqueza, prestigio y generosidad se beneficiaría también la carrera pública de su nieto, Umidio Cuadrado.

Henar Gallego

Universidad de Valladolid

Teatro romano de Casinum. Siglo I. Casino, Roma.

Fuentes principales

CIL X, 5183.

AE 1946, 174.

Plinio el Menor, Cartas, 29.186.

Selección bibliográfica

Fora, M., “Ummidia Quadratilla ed il restauro del teatro di Cassino (per una nuova lettura di AE 1946, 174)”, ZPE 94 (1992) 269-273.

Sick, D.H., “Ummidia Quadratilla: Cage Businesswoman or Lazy Pantomime Watcher?”, ClAnt 18, 2 (1999) 330-348.

Martínez López, C., Gallego Franco, H., Mirón Pérez, M.ªD., Oria Segura, M., Constructoras de ciudad. Mujeres y arquitectura en el occidente romano (Colección Mujeres, Historia y Feminismos 4) (Granada 2019).