128. JUCUNDA

128. JUCUNDA

La esclava Jucunda nació a principios del siglo II en Segóbriga, municipio augusteo vinculado a la extracción y al comercio del lapis specularis. Los pocos datos biográficos sobre ella se conocen gracias a un epitafio que muestra una hornacina con una fémina tocando una cítara, razón por la que Jucunda se asocia a este instrumento, aunque se discute sobre si se trataba de una afición o de una dedicación profesional; en cualquier caso, refrenda que nos encontramos ante una mujer instruida. No es el único testimonio disponible de una esclava asociada a las artes musicales. De hecho, además de en los restos epigráficos, aparecen en la literatura deleitando con sus espectáculos a la élite en los banquetes o en otro tipo de ambientes más mundanos.

Segobriga

Resulta llamativo el caso de Jucunda por la riqueza del monumento en el que se incluye un largo epitafio en forma de poesía. Estos poemas se caracterizan por su emocionalidad, pues buscan expresar de forma explícita el dolor ante la muerte. La dedicante del epitafio fue su madre, que la recuerda como esclava de Manio Valerio Vítulo. A continuación, la propia difunta toma la palabra para explicar a la persona que se acerque a leer el epitafio los motivos de su muerte. Aunque pueda llamarnos la atención, estas interpelaciones eran habituales. En este caso, sabemos que falleció por enfermedad a los quince años. 

Precisamente, la epigrafía funeraria permite estudiar a mujeres esclavas, presentes en este tipo de documentos. En la estela se menciona no solo el motivo de su muerte y su edad, sino también la relación con su madre, Nigela. Se ha planteado que el padre de Jucunda fuera su propio dueño. Ella también se despide de su compañero sentimental a quien se refiere como cónyuge y con quien le uniría un contubernio. Los lazos personales adquieren una gran importancia teniendo en cuenta la ilegitimidad jurídica de los mismos para la población esclava. La difunta en las últimas líneas del epitafio expresa buenos deseos para sus familiares. La escasa información disponible sobre Jucunda ofrece datos sobre la vida servil, de una joven instruida en la música y la poesía cuya muerte prematura, disuelve los lazos familiares. Estos, desarrollados en la esclavitud, eran frágiles y vulnerables, pues su mantenimiento dependía de la decisión de los propietarios. 

Carla Rubiera Cancelas

Universidad de Oviedo

Estela funeraria de Jucunda (siglo II). Parque Arqueológico de Segóbriga, Segovia.

Fotografía de la autora Carla Rubiera.

Fuentes principales

AE 2007, 805.

Selección bibliográfica

Del Castillo Bargueño, I., “Iucunda: esclavas, libertas y mujeres humildes en las actividades laborales de las ciudades de Hispania”, en Valmaña Ochaíta, A., Bravo Bosh, M.ªJ., Rodríguez López, R. (eds.), Mujeres de la Hispania romana: una mirada al patrimonio (Madrid 2021) 79-98.

Fernández Martínez, C., Abascal, J.M., Gómez Pallarés, J., Cebrián, R., “Mors mala solvit. Nuevos CLE hallados en Segobriga (Hispania Citerior)”, ZPE 161 (2007) 47-60.

Rubiera Cancelas, C., La esclavitud femenina en la antigua Roma. Famulae, seruae, ancillae (Oviedo 2014).

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