CONGRESO INTERNACIONAL PERMANENTE NUEVA ESCUELA DE POLÍTICA ECONÓMICA

Modelo ECS-MEC

Descubriendo el Modelo ECS-MEC: entendiendo la propuesta y las aplicaciones

Como se recoge de la petición de la, por entonces, Vicepresidenta Económica del Gobierno de España recogida en el ¿por qué de esta iniciativa?, a la que se unen diversas iniciativas de debate y estudio, desarrolladas en el seno de instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional a través de lo que se ha llamado “repensar la  economía”, para acceder a propuestas de cambio en la intervención en política económica.  La Reserva Federal Estadounidense y el Banco Central Europeo han hablado de resetear la moneda. Todo ello conduce a la aceptación de que los paradigmas existentes no son útiles para intervenir desde las instituciones nacionales e internacionales en el siglo XXI. Se requiere un nuevo paradigma de Intervención.

Por su parte, la ciudadanía, los agentes económicos y sociales reivindican una adaptación de la intervención al futuro, y no encuentran una respuesta apropiada, de forma que el proceso de despolarización de la economía y la política dejan a muchas personas descontentas, reivindicando y provocando cambios en la forma de actuar.

Todo ello provoca una deriva sin dirección ni metas claras, lo que acaba provocando planteamientos radicales, en respuesta contra un momento en que la globalización y la integración genera tantos beneficios para una sociedad menos polarizada. Es por ello que se requiere de un nuevo paradigma de Política Económica que sirva, como se dice en química, de ANFÓTERO. En la naturaleza hay elementos que tienen la capacidad de servir como tampón, evitando que haya extremos, y tiende a centrar el pH tanto para el alcalino como para el ácido: el agua es un anfótero por excelencia, el más natural. Hay productos químicos que contribuyen a elevar el pH como el caso de cualquier alcalino, y otros como cualquier ácido que rebajan el pH, como el ácido clorhídrico o el sulfúrico.

El planteamiento que se hace para acabar con las crisis económicas nacionales se convierte así en una Política Económica que pretende actuar como el agua, en forma de anfótero, equilibrando de forma clara cómo actuar en cada momento, y permitiendo que cada gobierno pueda mantener la defensa ideológica, siempre que no actúe ni como alcalino ni como ácido; debe cumplir un pacto que defina una acción clara, con posibles matices, según el momento en cada territorio.

El modelo ECS-MEC, en construcción, se basa en principios económicos fundamentales con flexibilidad para perfeccionar su paradigma. Su objetivo es crear un sistema comprensible y accesible tanto para la ciudadanía como para las personas responsables de política económica, minimizando fricciones y generando confianza. Este modelo promueve una «pedagogía política» que va más allá de las ideologías para lograr un enfoque económico unificado que, respetando las diferencias territoriales, permita afrontar retos comunes. Con esto, busca reducir las recesiones y mejorar la calidad de vida, el bienestar social, la libertad, la igualdad y la justicia, sin que las diferencias ideológicas interfieran en estos objetivos.

En el esquema que se adjunta a continuación se explica la acción de política estabilizadora, una vez aceptado que en un sistema económico, dado el comportamiento humano y sus impactos económicos, hay un quebranto continuo de capacidad generadora de mayor renta, dada la pérdida de poder adquisitivo de la renta como efecto del comportamiento de los precios; la salida de la moneda nacional cuando es admitida como medio de pagos internacional o fuga de liquidez y los cambios en la preferencia por la liquidez de la población (S). A ello hay que sumarle la necesidad de potenciar que la renta crezca al nivel deseado y adecuado. Es esencial que un BC tenga como principal intervención inyectar liquidez suficiente y necesaria para cubrir TODOS esos efectos señalados, con el único límite de la estabilidad de precios a medio plazo (2%, ni por encima ni por debajo): 

Este modelo parte de una perspectiva diferente sobre la teoría del dinero y está centrado en la necesidad de inyectar liquidez continuada en un sistema económico, por ejemplo el Eurosistema, y que esta debe producirse en términos  necesarios y suficientes por parte del banco central (1ª función). Hasta este momento la forma de hacerlo consiste en que el Banco Central Europeo (BCE) promueve un endeudamiento creciente del tejido productivo, las familias y las administraciones a través de operaciones principales de financiación, de forma que mientras que el endeudamiento crezca en el sistema de forma precisa el proceso de crecimiento económico estará garantizado.

Lo que se pretende es buscar una alternativa de inyección de diferente a esta, evitando provocar endeudamiento continuo de los agentes económicos y sociales, puesto que esto es lo que acaba provocando el inicio de una recesión económica, y ello en situación de asfixia económica de los mismos. Mientras este nivel de endeudamiento crece a largo plazo, garantizando la estabilidad de precios, el crecimiento económico sigue avanzando, pero es cierto que a partir de un punto la desconfianza de familias y empresas crece dado el nivel tan alto de deuda, de manera que cualquier suceso puede convertirse en detonante del freno en el proceso, renunciando a solicitar más préstamos, dejando pues de llegar liquidez creciente necesaria y es entonces cuando se frena a demanda agregada y el crecimiento económico.

El nuevo planteamiento cambia la forma de inyectar liquidez a una fórmula estable; consistente en hacerlo a través de una transferencia de renta mensual a los jubilados mayores de 71 años, por ejemplo, a los que ya no se les puede exigir esfuerzo laboral alguno, ni presente ni futuro, representando un colectivo prudente en precios y con alto componente de gasto local. Esta nueva liquidez adicional llegaría al sistema financiero a través de una competencia más elevada y de proximidad al cliente, lo que favorecería una atomización de empresas financieras frente al proceso de fusiones actual que parece no tener límites para cumplir con las garantías que el Banco Central pone sobre ellas para formar parte del sistema monetario existente.

Esta nueva liquidez en manos del sistema financiero generará dinero bancario a través de préstamos a familias y empresas, endeudamiento sobre el cual el BCE (2ª función) debe ejercer un control en términos de calidad y cantidad como regulador financiero.

Con la nueva liquidez en el mercado y los cambios en la velocidad de circulación del dinero se puede producir momentos en los que haya excesos de liquidez, para el cual el BCE no tendría capacidad de intervención, a pesar de su capacidad de éxito en tales situaciones. Este objetivo de retirada de liquidez le correspondería a la política fiscal y presupuestaria estabilizadora, a través de un Pacto de Estabilidad diseñado de la siguiente manera: conforme el crecimiento económico esté en dirección y próximo a su nivel sostenido, en situación de estabilidad de precios, el sector público debería proceder a retirar tanto la recaudación adicional generada por este, como el menor gasto público necesario dado que la situación económica es óptima y adaptada a los dinamismos económicos existentes (limito excesos de liquidez), provocando superávits públicos primarios crecientes conforme se superen ciertos niveles próximos al de crecimiento sostenido, a ingresar en una cuenta nacional en el BCE. A más tensiones inflacionistas puedan producirse, mayor deberá ser la retirada de liquidez, en términos de recaudación fiscal o de menos gasto público, según preferencias ideológicas. Esto permitiría afrontar, dentro del Eurosistema, una situación diferente según el país, pudiendo hacer frente a los shocks asimétricos.

Si en otro momento, el nivel de crecimiento sostenido en un país miembro muestra síntomas de debilidad, se procede a utilizar prudentemente la parte necesaria de su depósito en el BC para un mayor gasto público o una promoción del gasto privado (transferencias o bajada de impuestos) según las causas de la desaceleración, y según las preferencias ideológicas gubernamentales, si bien es cierto que la eficacia y eficiencia pueden ser dispares.

Ventajas del nuevo modelo si se aplicara en el Eurosistema

  1. Eliminación de un modelo de inyección de liquidez presionando en favor de un mayor endeudamiento.
  2. Se garantiza una inyección de dinero continuada de forma estable, mes a mes, suficiente y necesaria.
  3. Contribuye a resolver un problema de pago de pensiones creciente en los países de la UE.
  4. Evitar que se realicen prácticas electoralistas peligrosas por inflacionistas cuando hay un nivel de crecimiento sostenido:
    • bajando impuestos para ganar votos y contribuir así a un mayor gasto privado cuando este ya es suficiente;
    • incrementar el gasto público para atender reivindicaciones ciudadanas y así ganar votos cuando el nivel de demanda agregada ya es suficiente y necesario o
    • bajar deuda pública y dejar liquidez excesiva en el mercado a cambio de dichos títulos, lo que puede provocar tensiones inflacionistas.
  5. La política fiscal y presupuestaria será la encargada de regular los excesos de liquidez posibles retirándolos de forma creciente, evitando así tanto gasto público como privado excesivo.
  6. Cuando la tasa de crecimiento sostenido muestra síntoma de cansancio y la demanda privada empieza a retroceder, el sector público puede incrementar sus niveles de gasto público que compensen la caída del privado, hasta logar la recuperación del nivel.
  7. Se evitan, por control del nuevo Pacto de Estabilidad y Crecimiento (o disciplina constitucional), las recesiones económicas.
  8. El Banco Central ejerce activamente de regulador financiero controlando la cantidad y calidad del endeudamiento en el mercado privado (dinero bancario), evitando niveles excesivos.
  9. Este modelo permite actuar frente a los Shock asimétricos.
  10. La UE se haría cargo de mantener en parte importante a sus jubilados, a la población que ya ha trabajado por su construcción, lo que supondría un lavado de imagen extraordinario.
  11. El sistema financiero deja de ser instrumento del BC, dejando de garantizar beneficios continuados o estar a merced de la colaboración del mismo para el logro de objetivos.
  12. El sistema financiero sigue siendo institución esencial en el funcionamiento de la economía, dándole movilidad máxima a la liquidez existente, pero en términos de libre competencia, como empresas que han de competir en el mercado por conseguir clientes: depositantes retribuidos a un tipo de interés de depósito y prestatarios que pagarían un tipo de interés por el endeudamiento, ambos tipos fruto de la libre competencia. Esta libre competencia, sin sometimiento a una política monetaria agresiva sino al propio mercado, haría que este sistema estuviese más atomizado, por no ser esencial el tamaño elevado de las entidades financieras, frenando un proceso de fusiones continuadas que parece no tener límites.
  13. El tipo de interés de la economía no resulta tanto de una decisión, acertada o no, del BCE, sino del libre funcionamiento del mercado financiero, en base a la competencia, quedando influenciada por la liquidez generada en cada momento y un comportamiento ciudadano variable que debe someterse a una acción estabilizadora presupuestaria y fiscal.
  14. La disciplina presupuestaria, gasto publico mayor o menor e impuestos mayores o menores, está sometida a una norma que evita los caprichos ideológicos más allá de la lógica del crecimiento económico sostenido (ESTABILIDAD DE PRECIOS) y de los comportamientos electoralistas que afectan al presupuesto público.