Con estos elementos, a los cuales se suman la reivindicación de la protección del patrimonio municipal y la reedición de obras convertidas en referentes culturales de la historia de Alcalá como las Memorias históricas de la Villa de Alcalá de Guadaira (1833-1834) del Padre Flores, La Voz de Alcalá se ha convertido en un medio próximo y útil, percepción en parte determinada por la proyección del talante de Sánchez Díaz en la escenificación del potencial democrático de todo periódico: dar voz a la ciudadanía.
"Mucha gente, al saber que yo llevaba un periódico, venía a verme para denunciar una tropelía. Tal y como salían del ayuntamiento, por proximidad, se acercaban al periódico, situado entonces en la calle Herrero, 8. Algunas denuncias estaban fundadas y otras no. Yo me preocupaba de comprobar todo lo que me decían. Conocían nuestro buen hacer. El periódico prácticamente funcionaba como el defensor del pueblo".
Además, no tiene suscriptores sino socios, “que pagan más dinero por el periódico que lo que vale el número suelto en el quiosco”, indica Sánchez Díaz y prosigue: “Eso indicaba que valoraban nuestro trabajo y por ello nos apoyaron para que el periódico fuese independiente y sobreviviera sin subvenciones de ningún tipo. Somos de los pocos periódicos impresos locales que se financian a través de las aportaciones de sus socios, quizás el único en España”.
Él sabe de los sinsabores que conlleva la razón económica en la supervivencia temporal de un periódico local. Y reconoce, además, la agilización del proceso de elaboración y/o edición que ha conllevado las nuevas tecnologías, sobre todo valora el paso del revelado fotográfico en papel a la fotografía digital y la facilidad en el envío del periódico para su impresión, un acto que antes suponía muchas horas. Sin embargo, estos cambios no le han hecho dudar sobre la pervivencia del periódico en papel.
Treinta años después de iniciar este proyecto periodístico, manifiesta estar igual de ilusionado que en el comienzo. Se siente, asimismo, estimulado porque el cambio estructural acontecido en el periódico en 2017 está implicando trabajar con gente joven, de quien valora positivamente su vitalidad y capacidad de lucha. Al final, “no pensamos tan distinto. Me animan mucho y me dan vida”. El testimonio de Enrique Sánchez Díaz pone en valor la utilidad social del periodismo local independiente en el ejercicio del deber ciudadano de vigilar a los poderes, sobre todo en la actualidad, dado que los representantes políticos “pisan poco la calle”. Por ello, la labor de mediación y de denuncia del periódico local no solo es necesaria sino también importante. Y Enrique conoce bien el coste ético y personal de esta convicción.