Pero, como también decíamos, en Antonia Díaz y en otras autoras de este grupo de las más conservadoras, como Carmen de Berróstegui, nos es posible observar un esbozo liberal plasmado en lo que podríamos llamar un feminismo conservador[25], que se irá abriendo camino en la prensa sevillana con la intención de reivindicar la importancia de la instrucción en la mujer y de su rol como autora, eso sí, aún dentro de una encorsetada visión del papel femenino en la sociedad. Muestra de ello son algunas composiciones de Antonia Díaz, desde la temprana “Mi ambicion”[26], en El Album de las Bellas (1849) o el texto en el que aborda la (para no pocas de las autoras de esta época) recurrente historia de Safo[27], también en El Album de las Bellas (1849), a “Las poetisas españolas”[28], en la Revista Sevillana Científica y Literaria (1863), pasando por la ya citada y hasta hace muy poco inédita “El silencio será nuestra poesía. Para el álbum de la señorita Dª Carmen de Berrostegui”, extraída de sus manuscritos originales que habían permanecido velados. El poema resulta de especial valor al plasmar, aún más allá de en otros textos como “Mi ambicion”, ese sentimiento habitual en las periodistas-escritoras del XIX, la “frustración y el desaliento por el rechazo y la burla de la sociedad hacia el ejercicio de la escritura femenina” (Palenque y Román, 2007, p. 134).
En el mismo sentido se expresa Carmen de Berróstegui, reflejando la tristeza de su inspiración en los entrelazados poemas “A mi lira” y “A la Vírgen”[29], en El Album de las Bellas (1849), en los que une la importancia del sentimiento religioso concebido desde su valor tradicional al leitmotiv de la querelle de femmes, también presente en “A la noche”[30], en la misma cabecera. Y muestra asimismo su ansia obstaculizada de ser escuchada en su “Ofrenda amistosa al Sr. D. Jose Benavides”, poema publicado en la primera entrega de La Aurora de 1851[31]. La composición[32] de la autora llama especialmente la atención porque va dirigida al autor del crítico artículo “La muger” en El Album de las Bellas al que ya nos hemos referido antes. Benavides, no solo es artífice de esta cabecera, sino también periodista responsable, junto con Serafín Adame y Muñoz, colaborador además de La Aurora, de El Regalo de Andalucía (1849-1850), que contará igualmente con la firma de Carmen de Berróstegui.
[25] En referencia a la expresión utilizada por Inmaculada Jiménez Morell (1992) en La prensa femenina en España (desde sus orígenes a 1868), pp. 19-20 o p. 52. [26] En las pp. 196-198, tomo 4º, Nº 40. [27] Publicado en las pp. 285-291 del Nº 40 de El Album de las Bellas, tomo 4º, 1849. [28] En las pp. 6-7 del número del 2 de agosto. [29] En las pp. 153-154 del Nº 40 de El Album de las Bellas, tomo 4º, 1849. [30] La composición también se recoge en el Nº 40 de El Album de las Bellas, tomo 4º, publicado en 1849, en concreto en las pp. 275-276. [31] La Aurora a la que ahora nos referimos, la surgida en 1851 y que encontramos en los fondos de prensa antigua del departamento de Archives & Special Collections del Thomas J. Dodd Research Center de la University of Connecticut, recoge textos de Carmen de Berróstegui no mencionados en las obras de catalogación y estudio consultadas. A partir del hallazgo de esos textos desconocidos de la autora, efectuamos una investigación al respecto en Escritoras en la prensa sevillana del XIX: Carmen de Berróstegui en La Aurora y otros nombres en el olvido (2017). [32] En las pp. 6-7 del primer número de la revista, fechado a 5 de enero de 1851.