227. ASCLEPIGENIA

227. ASCLEPIGENIA

Asclepigenia fue una filósofa neoplatónica perteneciente al círculo de la célebre Academia ateniense que vivió a finales del s. IV. Los exiguos datos biográficos que se conocen de ella la relacionan con los miembros más afamados de la escuela ateniense. Era hija de Plutarco, el gran impulsor de ese platonismo triunfante en el mundo tardoantiguo que consideraba igualmente necesarias las enseñanzas de Aristóteles. Al igual que el resto de sus compañeras filósofas, recibió una formación tan especializada como la filosofía en el seno familiar, impartida por su padre y fue él quien le inició en las artes teúrgicas consideradas uno de los instrumentos más característicos del neoplatonismo ateniense.

Athenae

Asclepigenia es un fiel exponente del importante papel que tiene, en la preservación y desarrollo del neoplatonismo, la transmisión familiar, convertida en pieza clave que aseguraba la línea sucesoria de la escuela. Su padre fue quien instruyó tanto a ella como a su hermano Hierio en la teúrgia, transmitiéndoles la tradición ritual que él aprendió de su padre, Nestorio, hierofante en Eleusis, afamado por formular oráculos muy certeros. A su vez, Asclepigenia instruyó en la teúrgia y en la tradición caldea a Proclo.

Siguiendo los usos habituales que circunscribían la esfera de acción femenina al ámbito doméstico, Asclepigenia ejerció ese magisterio teúrgico en el seno del hogar familiar, pero solo en ocasiones especiales y no como parte de un currículum normalizado. Teniendo en cuenta este tipo de enseñanza, que no era pública y a la que solo accedían algunos estudiantes tras haber sido formados en la Academia, puede entenderse que Asclepigenia, al igual que su homóloga Sosípatra, no tuviera pupilos que dejaran testimonio del conocimiento transmitido por esas mujeres. Ellas dependían de los alumnos redirigidos por los filósofos que encabezaban la escuela y no controlaban ni el proceso educativo ni el acceso a esa formación. 

Llama la atención que, de Asclepigenia, no se conserve ninguna noticia negativa en las fuentes cristianas a pesar de ser maestra en prácticas tan delicadas como las teúrgicas que contravenían los dictámenes de un Estado ya cristiano. Quizás ese magisterio no fue objeto de atención al no ser percibido como una amenaza. Su inclinación intelectual no comportaba el abandono de sus tradicionales papeles como esposa y madre. Además, su formación servía de acicate y refuerzo para la educación intelectual de sus hijos y de los de las élites. 

El magisterio de las filósofas siempre quedó circunscrito a la esfera doméstica, el entorno que en principio les correspondía, por lo que su presencia en la vida pública nunca pudo considerarse una amenaza. Solo cuando ese magisterio trascendía a los espacios de proyección pública para alcanzar una repercusión social mayor, incluso política, su presencia era percibida como amenazadora y el retrato que se hace de ellas en las fuentes es negativo, como así sucede con la más conocida filósofa del momento, Hipacia.

Clelia Martínez Maza

Universidad de Málaga

Ettore Forti (1800 aprox.). Las músicos. Colección privada.

Fuentes principales

Marino de Nápoles, Proclo o sobre la felicidad. 

Selección bibliográfica

Baltzly, D., “Proclus and Theodore of Asine on Female Philosopher-rulers: Patriarchy, Metempsychosis, and Women in the Neoplatonic Commentary Tradition”, AncPhil 33 (2013) 403-24.

Clark, G., “Do Try this at Home: The Domestic Philosopher in Late Antiquity”, en Amirav, H., Romeny, B.(eds.), From Rome to Constantinople: Studies in Honour of Averil Cameron (Leuven 2007) 153-72.

Denzey Lewis, N., “Living Images of the Divine: Female Theurgists in Late Antiquity”, en Stratton, K.B., Kalleres, D.S. (eds.), Daughters of Hecate: Women and Magic in the Ancient World (Oxford 2014) 274-97.

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