223. EUSTOQUIA

223. EUSTOQUIA

Virgen cristiana de familia aristocrática, Eustoquia nació en Roma hacia el 370. Hija de Paula y Julio Toxocio, era descendiente por parte de madre de los Emilios, de los Escipiones y de los Gracos; y por parte de padre de la nobilísima sangre de Eneas y de los Julios, de los que ella tomó el nombre de Julia. Era la tercera de cinco hermanos: Blesila, Paulina, Rufina y Toxocio. Aunque sus hermanas eran devotas cristianas, como su madre, Eustoquia fue la única que renunció al matrimonio por la virginidad. Seguramente fue una decisión personal suya, pues su madre no se opuso al matrimonio de las restantes hijas. 

Roma

Eustoquia frecuentó con su madre el círculo ascético de la aristocrática Marcela en el Aventino y fue ésta quien la introdujo en el ascetismo y quien le presentó a san Jerónimo, su maestro espiritual. Junto con su madre, siguiendo a Jerónimo, se trasladó a Oriente para asentarse en Belén en 386, donde llevó hasta su muerte una vida monástica. Durante tres años (386-389) se alojó con su madre en un pequeño hospedaje hasta que, a sus expensas, construyeron celdas, monasterios y una hospedería para peregrinos. A la muerte de Paula, en 404, Jerónimo temió que los monasterios no pudieran seguir sosteniéndose, pero Eustoquia siguió financiándolos y dirigiéndolos. Hacia el 410 recibió en Belén a su sobrina Paula, hija de su hermano Toxocio y de Leta, que había sido consagrada a la virginidad desde su nacimiento.

Eustoquia y la joven Paula enviaron saludos, a través de una carta de san Jerónimo, a Agustín de Hipona en el 416. En ella san Jerónimo dijo que había enviado a Rávena, África y Sicilia al presbítero Firmo para solucionar asuntos relacionados con las propiedades de aquellas, diseminadas por varios lugares de Occidente. Ese mismo año, tía y sobrina escribieron al papa Inocencio de Roma para lamentarse de que sus monasterios habían sido atacados y destruidos en un incendio. Un diácono murió y ellas hubieron de refugiarse en una torre. Seguramente los saqueadores eran seguidores del asceta Pelagio, a quien Jerónimo se había enfrentado. Inocencio escribió al obispo Juan de Jerusalén, partidario de Pelagio, recriminándole su pasividad ante estos hechos. 

Junto con su madre, Eustoquia exhortó a Jerónimo a llevar a cabo traducciones y comentarios de los libros de la Biblia y colaboró en alguno de ellos, aunque es difícil precisar cuál fue su contribución. En torno al 410, Jerónimo le dedicó los dieciocho libros del Comentario de Isaías y los catorce del Comentario de Ezequiel. Antes Jerónimo le había dedicado un tratado con consejos para la práctica de la virginidad y el epitafio de su madre, alabando su conocimiento de las Escrituras y su ascetismo, pero las cualidades de Eustoquia quedaron ensombrecidas por las de su madre, a cuyo lado estuvo hasta su muerte, obedeciendo puntualmente sus mandatos. Según Jerónimo, nunca salió de casa sin ella, ni dispuso de su propio patrimonio. Murió en el 418.

Mar Marcos

Universidad de Cantabria

Juan de Valdés Leal (1656-1657). Santa Eustoquia. Barnard Castle, Bowes Museum, Newgate.

Fuentes principales

Jerónimo, Epistolario, 22; 108.

Selección bibliográfica

Consolino, F.E., “Modelli di comportamento e modi di santificazione per l’aristocrazia femminile d’Occidente”, en Giardina, A. (ed.), Società romana e impero tardoantico. I: Istituzioni, ceti, economie (Bari 1986) 273-307.

Marcos, M., Las mujeres de la aristocracia senatorial en la Roma del Bajo Imperio (312-410) (Santander 1990, Tesis doctoral).

Lizzi, R., “Ascetismo e monachesimo nell’ Italia tardoantica”, Codex Aquilarensis. Cuadernos de Investigación del Monasterio de Santa María la Real 5 (Aguilar de Campóo 1991) 55-89.

Serrato Garrido, M., Ascetismo femenino en Roma: estudios sobre San Jerónimo y San Agustín (Cádiz 1993).

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