224. FABIA ACONIA PAULINA

224. FABIA ACONIA PAULINA

Fabia Aconia Paulina fue una mujer noble que vivió en pleno siglo IV. Fue esposa de uno de los hombres de Estado más destacados de la Roma bajoimperial, Vetio Agorio Pretextato. En el monumento fúnebre dedicado a su marido, Paulina aparece retratada con las cualidades ideales que en la sociedad romana se esperaban en una esposa: castidad, pudor y fidelidad. Estas tres virtudes las cumple Paulina, que se presenta no solo como una cónyuge perfecta sino también como una devota madre, una hermana cariñosa y una hija modesta cumpliendo así los valores femeninos más admirados en una matrona: la pietas, la devoción a la familia, al marido, al hijo (fue madre de un solo hijo de Pretextato). 

Roma

Queda descrita además como una esposa buena y obediente, servicial y amorosa, honesta, devota amante de su esposo. Paulina resalta la amistad y la confianza como base de su matrimonio. Pretextato le confía los secretos ocultos de su corazón (así queda recogido en su dedicación fúnebre) y esa confianza se traduce en la plena capacidad de acción que le otorga para administrar las propiedades de la familia mientras él participa de la vida pública. 

La dedicación dirigida a su difunto marido no solo deja testimonio del amor que se profesó la pareja sino de una idéntica devoción por los dioses tradicionales, en un momento en el que se asiste al relevo religioso que culminaría con la declaración del cristianismo como religión oficial. Por ejemplo, Paulina comparte con su marido su predilección por las divinidades de naturaleza mistérica. Esta inclinación es muy representativa del ambiente religioso del período en el que los misterios adquieren una proyección social tal que fueron percibidos como los competidores más amenazadores del cristianismo. Paulina fue devota de diosas como Hécate, Ceres y Core, presentes en los santuarios de Egina y Lerna.  

Esta iniciación en advocaciones locales puede explicarse por la presencia de su esposo en Oriente como procónsul de Acaya durante los años 362 a 364. Además, Paulina se muestra devota de los misterios más vitales en la élite senatorial de la Roma del periodo como expresión religiosa de sus intereses de clase. Fue devota de Isis, Cibeles y Atis. El apelativo de isíaca quizás incluso indicaría el ejercicio de un sacerdocio dentro del culto egipcio. Además, como devota metróaca, recibió junto a su esposo el taurobolio el mismo día: el 16 de junio del 370. Pretextato también fue testigo de los dioses ante Paulina en su iniciación y le sirvió de mistagogo, enseñándole los secretos de cada culto y la preparó para ser digna de los ritos divinos. Paulina celebra su matrimonio como una unión santa, sancionada por los dioses en el cielo. Su matrimonio duró cuarenta años y solo la muerte separó a los esposos, pero, aunque Paulina llora la muerte de Pretextato, confía en encontrarlo de nuevo en la otra vida, gracias a la feliz esperanza ultramundana garantizada en los misterios.

Clelia Martínez Maza

Universidad de Málaga

Base de la estatua dedicada a Vetio Agorio Pretestato. Siglo III. Museos Capitolinos, Roma.

Fuentes principales

CIL VI, 1779; 1780; 2145.

Selección bibliográfica

Cameron, A., The Last Pagan of Rome (Oxford 2010).

Kahlos, M., “Paulina and the Death of Praetextatus. Rhetoric and Ideals in Late Antiquity (CIL VI 1779)”, Arctos 28 (1994) 13-25.

Martínez Maza, C., “Devotas mistéricas en la Roma tardoimperial”, Aevum 77 (2003) 53-68.

Salzman, M.R., Sághy, M., Lizzi-Testa, R., Pagans and Christians in Late Antique Rome:  Conflict, Competition and Coexistence in Late Antique Rome (Cambridge 2015).

Watts, E.J., The Final Pagan Generation (Oakland 2015).

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