123. SULPICIA LEPIDINA
La vida de Sulpicia Lepidina transcurrió entre los siglos I y II. En torno al año 100 vivió en el fuerte de Vindolanda (Inglaterra), donde estuvo destinado su marido, Flavio Cerial, como prefecto de la cohors IX Batavorum.
La información disponible sobre ella procede del archivo de la casa, donde se guardaba su correspondencia privada. Las cartas, escritas con tinta sobre tablillas de madera enceradas, fueron descubiertas con motivo de las excavaciones arqueológicas en Vindolanda, en las ruinas del edificio interpretado como pretorio.
Vindolanda
El conjunto epistolar incluye la famosa carta que Claudia Severa envió a Lepidina para invitarle a su fiesta de cumpleaños. La autora de esta misiva era la esposa del comandante ecuestre Elio Broco, destinado en otro fuerte de la frontera norte de Britannia, cuya localización exacta se desconoce. Severa se dirige a Lepidina de forma afectuosa, llamándole soror, ‘hermana’, y le hace saber lo mucho que le agradaría verla en el día de su aniversario. Aprovecha la ocasión para saludar a su esposo Cerial y enviarle también saludos de parte de su marido y de su hijo. La parte principal fue realizada por un escriba, pero Severa añadió un mensaje final, escrito de su puño y letra.
Los encuentros entre ambas debían ser frecuentes, pues se conservan varias cartas más donde se testifican estas visitas. La estancia de Sulpicia Lepidina en Vindolanda pone de manifiesto la presencia de mujeres e hijos en los campamentos militares dispersos por el Imperio, una realidad que conocemos bien a través de otras fuentes. La correspondencia refleja el tejido de relaciones sociales entre las esposas de los oficiales del ejército que se hallaban cumpliendo servicio en destinos muchas veces alejados de sus lugares de origen.
La amistad y solidaridad entre ellas parecen cimentarse en la existencia de intereses y gustos comunes, acordes con su estatus. La conectividad fue posible gracias al intercambio epistolar, como señalan los excepcionales hallazgos en Vindolanda. Las tablillas documentan el grado de alfabetización y movilidad femenina. Ahora bien, la realización de esta clase de viajes privados por parte de las mujeres no implica que tuvieran plena libertad de movimiento, pues para desplazarse debían contar con la autorización de sus maridos.
Alicia Ruiz-Gutiérrez
Universidad de Cantabria
Tabla de madera procedente de Vindolanda. Invitación de cumpleaños a la esposa del comandante. Museo Británico, Londres.
Fuentes principales
AE 2013, 936.
Tomlin, R. S. O., Britannia Romana. Roman inscriptions and Roman Britain, 4 (Oxford 2018), n. 19.
Selección bibliográfica
Greene, E.M., “Sulpicia Lepidina and Elizabeth Custer: A Cross-cultural Analogy for the Social Role of Women on a Military Frontier”, en Duggan, M., McIntosh, F., Rohl, D.J. (eds), Proceedings of the Twenty First Annual Theoretical Roman Archaeology Conference (Newcastle 2011). TRAC 2011 (Oxford 2012) 105-114.
Greene, E.M., “Female networks in military communities in the Roman West: a view from the Vindolanda tablets”, en Hemelrijk, E.A., Woolf, G. (eds.), Women and the Roman City in the Latin West (Leiden/Boston 2013) 369-390.
Hemelrijk, E.A., Women and Society in the Roman World. A Sourcebook of Inscriptions from the Roman West (Cambridge 2021) 184-185.