59. JULIA LA MAYOR

59. JULIA LA MAYOR

Julia nació en el seno de la gens Iulia en el año 39 a. C. Fue bisnieta por parte de madre del gran Pompeyo y del dictador Sila e hija de Octavio, por entonces conocido como hijo del divino Julio César. Octavio reconoció su paternidad, pero repudió a Escribonia, alejándola de Julia. En el 37 a. C., cuando tenía dos años fue prometida a Marco Antonio Antilo, de diez años, hijo de Marco Antonio y Fulvia, pero el matrimonio no se concretó al estallar la guerra civil antes de que Julia alcanzara la edad para casarse.

Mientras tanto su vida parecía apacible en el hogar de Octavio, educada en un principio por su madrastra Livia, pues la presencia de Octavio era intermitente.

Roma

Allí, la presencia de su tía Octavia, de sus primos y de los hijos de Marco Antonio con Fulvia y Cleopatra era constante. Esta familia se había distinguido por el amor a las letras y por genes intelectualmente brillantes. Julia, embebida por este contexto, gozó de un carácter afable y de gran erudición. En el 29 a. C., Julia tiene 10 años, y su padre celebra su triunfo sobre Egipto. 

Octavio, ya Augusto, perseveró en su proyecto imperial, y casó a Julia en el 25 a. C., a la edad de 14 años, con su primo Marco Claudio Marcelo, de 17 años, hijo de Octavia. Por entonces, la maquinaria publicitaria creó en Julia un ídolo del pueblo; y en las estatuas que se le erigían se asemejaba a una Venus. Y mientras Julia disfrutaba de todas las dichas que la naturaleza y del progreso de la Urbe; tan atrevida en sus atavíos como le permite su belleza, y rodeada de sus amigos. Pero con 16 años Julia se quedó viuda y sin hijos. En el 21 a. C., una vez más por intereses políticos de su padre, para asegurarse un sucesor en el Imperio, y teniendo 18 años, Julia contrajo matrimonio con Agripa de 42 años. Para ello, él tuvo que divorciarse de su segunda esposa, Claudia Marcela la Mayor, hija de Octavia y de su primer marido. Julia engendró cinco hijos y vivió una óptima relación de pareja, plena de cultura y de cambios de residencia por provincias fascinantes. 

Más tarde volvió a enviudar y fue obligada a casarse con Tiberio. Por entonces, Julia participó en la lucha política contra los Claudios y su propio padre. En el año 2 a. C. Julia fue acusada de adulterio y traición por su padre Augusto ante el Senado, siendo condenada al destierro a la isla Pandataria, a donde le acompañó su madre Escribonia. Recibió además una pena complementaria, la damnatio memoriae, haciéndose destruir los retratos de Julia y eliminando las referencias escritas a su persona. Y lo peor de todo es que la imagen infamante de Julia ha traspasado los siglos, generación tras generación, reproduciendo los tópicos contra las mujeres.  

Rosalía Rodríguez López

Universidad de Almería

Posible retrato de Julia la Mayor. Siglo I. Altes Museum, Berlín.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 53.27.4; 54.15-19.

Séneca, Sobre los beneficios, 6.32.

Suetonio, Vida de los doce césares, 63; 66.6.

Tácito, Anales, 1.8; 1.53.

Selección bibliográfica

Cid López, R.M.ª, “Imágenes femeninas en Tácito: las mujeres de la familia de Augusto según los Anales”, Corona spicea: in memoriam Cristobal Rodríguez Alonso (Oviedo 1999) 63-78. 

Cohen, S.T., “Augustus, Julia and the Development of Exile ad insulam”, CQ 58,1 (2008) 206-217.

Domínguez Arranz, A., “La mujer y su papel en la continuidad del poder. Iulia Augusti, ¿una mujer incómoda al régimen?” en Domínguez Arranz, A., Mujeres en la Antigüedad clásica (Madrid 2010) 153-227.

Rodríguez López, R., “Julia Maior. La auctoritas de la gens Julia” en Rodríguez López, R., Bravo Bosch, M.ªJ., Mujeres en tiempos de Augusto: realidad social e imposición legal (Valencia 2016) 431-460.

Salles, C., L’art de vivre au temps de Julie, fille d’Auguste (Paris 2000).

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